Voy a ser el innovador de los innovadores en el mercado del financiamiento sostenible. Voy a emitir un “primer” bono ligado a la sostenibilidad, primero entre los primeros.
El lector interesado en
finanzas sostenibles habrá notado la avalancha de “primeros bonos verdes”
por una empresa, “primeros bonos verdes” por un gobierno soberano, “primer
bono ligado a la sostenibilidad”, “primer bono de sostenibilidad” por una
institución financiera, “primera línea de crédito” ligada a la
sostenibilidad por una automotriz, “primera emisión de acciones” ligada
a la sostenibilidad por una empresa tecnológica, “primer préstamo verde”
a una hidroeléctrica, “primera emisión de bono sostenible” en América
Latina o en España , “primera emisión de un bono social” de una
municipalidad, “primera emisión” de un bono contra la discriminación, “primera
emisión” de un bono ligado a los ODS, “primera emisión” para el objetivo
#5 de los ODS, “primera emisión” un 29 de febrero, “primera emisión”
en una isla desierta, “primera emisión” de un bono arcoíris, “primera
emisión de un empresa cuyo nombre empieza con H”, primera emisión, primera
emisión……
El lector se da una idea de
la importancia (para el emisor) que tienen las “primeras emisiones”. ¡Hay que
ser el primero……. en algo!
Y ahora, ¡la emisión más
innovadora de todos los tiempos! Mi primer bono.
He decido hacer la primera
emisión por una persona natural de bonos ligados a la sostenibilidad en un vecindario. Seré el primero, sin duda alguna, sentaré
precedentes.
Emitiré un bono ligado a la
sostenibilidad por US$80,000 para comprarme el nuevo Audi Q4 e-tron, sportback,
del 2022, eléctrico, claro está.
Lindo ¿eh?
Al ligarlo a la
sostenibilidad me comprometo a ahorrar anualmente 2000 kilos de CO2 en emisiones,
comparado con las emisiones actuales de mi coche, un BMW 328 GT del 2014.
La tasa de interés será variable y comenzará con la tasa promedio para
la adquisición de vehículos de la zona, con un greeninun (prima
negativa) del 0.5% por ser para la adquisición de un vehículo verde (aunque
espero que sea rojo). La tasa irá
disminuyendo a medida que cumpla con la reducción de las emisiones. Por cada 100
kilos que ahorre se reducirá la tasa de interés en un punto básico (por
ejemplo, pasaría de la inicial anual del 3.00% al 2.80% si cumplo con la meta
de los 2000 kilos). Y para ser generoso con
el medio ambiente, conduciré el coche mucho más de lo que lo hago ahora y así
ahorraré más emisiones y pagaré menos intereses (similar a lo que hizo la
emisión del “primer” bono ligado al cumplimiento de los ODS de ENEL, al
comprar una planta de renovables ya existente y así reducir sus emisiones, no
las del mundo). [1]
Como el bono es emitido por
una persona natural y no una persona jurídica, que lo suele garantizar vía su
situación financiera general, este será garantizado por mis cuentas en Andorra.
También me comprometo a cambiar
el suministro de electricidad en mi casa a electricidad generada por fuentes
renovables y cargarlo solo en estaciones que usen esa electricidad. Es de destacar que con esto voy más allá de
mis compromisos en la emisión ya que usaré energía renovable en el resto de mi
consumo energético y no solo para el coche.
Espero que mis stakeholders me lo reconozcan
(especialmente mis niet@s). No tengo
idea si el proveedor de mi casa genera electricidad vía fuentes renovables,
pero entiendo que si la pago como renovable la empresa la debe comprar en alguna
parte como tal, aunque los electrones que yo consuma sean sucios. Lo que cuenta es el impacto incremental.
El bono tendrá un
vencimiento de 5 años a ser pagadero en ese momento cuando espero vender el
coche para comprarme uno más eficiente y con mayor rango de batería (el bono no
será amortizado periódicamente). Como en esto de las finanzas sostenibles no
se toman en cuenta las emisiones de la fabricación de los coches ni de su
disposición, no pasa nada y lo puedo cambiar frecuentemente, sin que cuenten.
La emisión se hará de acuerdo
con los nuevos
principios de bonos ligados a la sostenibilidad del International Capital Markets Association, ICMA,
y tendrá la requerida “segunda opinión” sobre el cumplimiento con los
principios. Esta será preparada por mi hija, que de eso no sabe nada, pero sí sabe
opinar, es creativa y escribe bien (y así contribuiré al logro del ODS #5 de Igualdad
de género y al ODS #21 de Apoyo a la familia).
El cumplimiento anual y la
reducción de la tasa lo verificaré yo mismo ya que soy un individuo confiable y
los principios permiten que lo haga el emisor. No me conviene emitir
el bono de acuerdo con la propuesta
de principios de bonos verdes de la Unión Europea ya que estos piden
verificación independiente por parte de verificadores certificados, y tengo
dudas de que en Bruselas me certifiquen.
El documento del esquema de
la emisión para diseminación a los potenciales inversionistas lo está
elaborando una microempresa especializada en publicidad (así contribuiré al ODS
# 8 de Trabajo decente y crecimiento económico) para que quede muy bonito, y la gente se impresione con las fotos y no se moleste
en leer la letra pequeña (les envié el modelo de Coca Cola FEMSA [2]
). Tendrá una página de texto y cinco páginas de fotos del coche, de mis
stakeholders (mis niet@s, que son precios@s y que son los que sufrirán
las consecuencias del cambio climático), del cargador en el garaje de mi casa y
de cargadores de carretera y estacionamientos, cielos azules, plantas solares y
molinos de generación. No será impreso,
solo estará disponible de forma electrónica y con ello contribuiré más
todavía a evitar emisiones y ahorrar dinero.
Yo mismo gestionaré la
emisión y su colocación, porque si
lo hacen corredores correrán detrás de sus comisiones, ignorando el impacto
sobre el planeta. Me asesoré con un
abogado amigo mío, que es mi vecino, pero que tiene residencia legal en la
Islas Caimán y así evitaremos problemas fiscales (no sé si los hay, pero es
mejor curarse en salud). Y como todo lo haremos verbalmente no habrá riesgo de que
periodistas (ir)responsables nos puedan abrir la caja de Pandora.
Le recuerdo al lector
preocupado que mi bono es ligado a la sostenibilidad, concepto que por ahora no
cubre la elusión fiscal (no es lo
mismo elusión que evasión [3]).
Además de que solo está ligado a las emisiones y que los Principios
me permiten ser irresponsable en todo lo demás [4].
Y para los suspicaces…. no hay lavado de dinero ¡no tengo dinero para lavar!
Y para mayores créditos a mi
innovación, los recursos del bono de dedicarán en un 100% a la reducción de emisiones,
no como muchos emisores que los dedican a actividades tradicionales [5]
o solo a una pequeña parte de sus actividades de sostenibilidad.
En la próxima reunión de la
asociación de vecinos, a celebrarse en el club del vecindario, voy a hacer
el road show correspondiente para presentar la emisión. Espero
transmitirla por internet para los que no puedan venir en persona (se requerirá
el uso de mascarilla). Estoy ansioso de ver la demanda que tendrá el bono. Estoy
seguro de que tendrá gran demanda ya que los vecinos están muy preocupados
por el CO2 que ven salir del tubo de escape de mi coche (aunque es invisible)
cuando me paseo por el vecindario (en nuevo coche no tiene tubo de escape, así que
no se lo podrán ni imaginar). En
función de esa sobredemanda cada vecino solo podrá adquirir un máximo de $2000.
Reservaré un numero de bonos
para mis lectores por si están interesados, y así poder decir además que es el
“primer bono ligado a la sostenibilidad comprado por lectores”.
Y todos mis inversores
podrán decir que invierten en valores ASG (legítimos, sin greenwashing) y que han
contribuido al logro de los ODS, inclusive a uno que no está entre los 17.
P.S. Y si alguno se me
adelanta y emite un “bono personal, de vecindario, ligado a la sostenibilidad”,
por favor denominarlo “segundo” y darme crédito por la idea.
[4] Para ver
como se emite un bono ligado a la sostenibilidad con mucho greenwashing e
irresponsabilidad, ver ¿Hace falta
ser una empresa responsable para emitir un bono ligado a la sostenibilidad?
[5] Ver los detalles de esa emisión en Qué fácil es usar los ODS para el
greenwashing
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