domingo, 10 de octubre de 2021

El bono ligado a la sostenibilidad más innovador del mundo: El mío.


Voy a ser el innovador de los innovadores en el mercado del financiamiento sostenible.  Voy a emitir un “primer” bono ligado a la sostenibilidad, primero entre los primeros.

El lector interesado en finanzas sostenibles habrá notado la avalancha de “primeros bonos verdes” por una empresa, “primeros bonos verdes” por un gobierno soberano, “primer bono ligado a la sostenibilidad”, “primer bono de sostenibilidad” por una institución financiera, “primera línea de crédito” ligada a la sostenibilidad por una automotriz, “primera emisión de acciones” ligada a la sostenibilidad por una empresa tecnológica, “primer préstamo verde” a una hidroeléctrica, “primera emisión de bono sostenible” en América Latina o en España , “primera emisión de un bono social” de una municipalidad, “primera emisión” de un bono contra la discriminación, “primera emisión” de un bono ligado a los ODS, “primera emisión” para el objetivo #5 de los ODS, “primera emisión” un 29 de febrero, “primera emisión” en una isla desierta, “primera emisión” de un bono arcoíris, “primera emisión de un empresa cuyo nombre empieza con H”, primera emisión, primera emisión……

El lector se da una idea de la importancia (para el emisor) que tienen las “primeras emisiones”. ¡Hay que ser el primero……. en algo!

Y ahora, ¡la emisión más innovadora de todos los tiempos! Mi primer bono.

He decido hacer la primera emisión por una persona natural de bonos ligados a la sostenibilidad en un vecindario.  Seré el primero, sin duda alguna, sentaré precedentes. 

Emitiré un bono ligado a la sostenibilidad por US$80,000 para comprarme el nuevo Audi Q4 e-tron, sportback, del 2022, eléctrico, claro está. 


Lindo ¿eh?

Al ligarlo a la sostenibilidad me comprometo a ahorrar anualmente 2000 kilos de CO2 en emisiones, comparado con las emisiones actuales de mi coche, un BMW 328 GT del 2014.  La tasa de interés será variable y comenzará con la tasa promedio para la adquisición de vehículos de la zona, con un greeninun (prima negativa) del 0.5% por ser para la adquisición de un vehículo verde (aunque espero que sea rojo).  La tasa irá disminuyendo a medida que cumpla con la reducción de las emisiones. Por cada 100 kilos que ahorre se reducirá la tasa de interés en un punto básico (por ejemplo, pasaría de la inicial anual del 3.00% al 2.80% si cumplo con la meta de los 2000 kilos).  Y para ser generoso con el medio ambiente, conduciré el coche mucho más de lo que lo hago ahora y así ahorraré más emisiones y pagaré menos intereses (similar a lo que hizo la emisión del “primer” bono ligado al cumplimiento de los ODS de ENEL, al comprar una planta de renovables ya existente y así reducir sus emisiones, no las del mundo). [1]

Como el bono es emitido por una persona natural y no una persona jurídica, que lo suele garantizar vía su situación financiera general, este será garantizado por mis cuentas en Andorra.

También me comprometo a cambiar el suministro de electricidad en mi casa a electricidad generada por fuentes renovables y cargarlo solo en estaciones que usen esa electricidad.  Es de destacar que con esto voy más allá de mis compromisos en la emisión ya que usaré energía renovable en el resto de mi consumo energético y no solo para el coche.  Espero que mis stakeholders me lo reconozcan (especialmente mis niet@s).  No tengo idea si el proveedor de mi casa genera electricidad vía fuentes renovables, pero entiendo que si la pago como renovable la empresa la debe comprar en alguna parte como tal, aunque los electrones que yo consuma sean sucios.  Lo que cuenta es el impacto incremental.

El bono tendrá un vencimiento de 5 años a ser pagadero en ese momento cuando espero vender el coche para comprarme uno más eficiente y con mayor rango de batería (el bono no será amortizado periódicamente). Como en esto de las finanzas sostenibles no se toman en cuenta las emisiones de la fabricación de los coches ni de su disposición, no pasa nada y lo puedo cambiar frecuentemente, sin que cuenten.

La emisión se hará de acuerdo con los nuevos principios de bonos ligados a la sostenibilidad del International Capital Markets Association, ICMA, y tendrá la requerida “segunda opinión” sobre el cumplimiento con los principios. Esta será preparada por mi hija, que de eso no sabe nada, pero sí sabe opinar, es creativa y escribe bien (y así contribuiré al logro del ODS #5 de Igualdad de género y al ODS #21 de Apoyo a la familia).

El cumplimiento anual y la reducción de la tasa lo verificaré yo mismo ya que soy un individuo confiable y los principios permiten que lo haga el emisor.  No me conviene emitir el bono de acuerdo con la propuesta de principios de bonos verdes de la Unión Europea ya que estos piden verificación independiente por parte de verificadores certificados, y tengo dudas de que en Bruselas me certifiquen.    

El documento del esquema de la emisión para diseminación a los potenciales inversionistas lo está elaborando una microempresa especializada en publicidad (así contribuiré al ODS # 8 de Trabajo decente y crecimiento económico) para que quede muy bonito, y la gente se impresione con las fotos y no se moleste en leer la letra pequeña (les envié el modelo de Coca Cola FEMSA [2] ). Tendrá una página de texto y cinco páginas de fotos del coche, de mis stakeholders (mis niet@s, que son precios@s y que son los que sufrirán las consecuencias del cambio climático), del cargador en el garaje de mi casa y de cargadores de carretera y estacionamientos, cielos azules, plantas solares y molinos de generación.  No será impreso, solo estará disponible de forma electrónica y con ello contribuiré más todavía a evitar emisiones y ahorrar dinero.

Yo mismo gestionaré la emisión y su colocación, porque si lo hacen corredores correrán detrás de sus comisiones, ignorando el impacto sobre el planeta.  Me asesoré con un abogado amigo mío, que es mi vecino, pero que tiene residencia legal en la Islas Caimán y así evitaremos problemas fiscales (no sé si los hay, pero es mejor curarse en salud). Y como todo lo haremos verbalmente no habrá riesgo de que periodistas (ir)responsables nos puedan abrir la caja de Pandora. 

Le recuerdo al lector preocupado que mi bono es ligado a la sostenibilidad, concepto que por ahora no cubre la elusión fiscal (no es lo mismo elusión que evasión [3]). Además de que solo está ligado a las emisiones y que los Principios me permiten ser irresponsable en todo lo demás [4]. Y para los suspicaces…. no hay lavado de dinero ¡no tengo dinero para lavar!

Y para mayores créditos a mi innovación, los recursos del bono de dedicarán en un 100% a la reducción de emisiones, no como muchos emisores que los dedican a actividades tradicionales [5] o solo a una pequeña parte de sus actividades de sostenibilidad.

En la próxima reunión de la asociación de vecinos, a celebrarse en el club del vecindario, voy a hacer el road show correspondiente para presentar la emisión. Espero transmitirla por internet para los que no puedan venir en persona (se requerirá el uso de mascarilla). Estoy ansioso de ver la demanda que tendrá el bono. Estoy seguro de que tendrá gran demanda ya que los vecinos están muy preocupados por el CO2 que ven salir del tubo de escape de mi coche (aunque es invisible) cuando me paseo por el vecindario (en nuevo coche no tiene tubo de escape, así que no se lo podrán ni imaginar).  En función de esa sobredemanda cada vecino solo podrá adquirir un máximo de $2000. 

Reservaré un numero de bonos para mis lectores por si están interesados, y así poder decir además que es el “primer bono ligado a la sostenibilidad comprado por lectores”.

Y todos mis inversores podrán decir que invierten en valores ASG (legítimos, sin greenwashing) y que han contribuido al logro de los ODS, inclusive a uno que no está entre los 17.

 

P.S. Y si alguno se me adelanta y emite un “bono personal, de vecindario, ligado a la sostenibilidad”, por favor denominarlo “segundo” y darme crédito por la idea.

 

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