domingo, 29 de enero de 2023

Como contribuir a confundir en financiamiento sostenible


En nuestro afán de desbancar aseveraciones que conducen a conclusiones erradas y poner rigor en la promoción de la sostenibilidad empresarial y el financiamiento sostenible, analizamos tres artículos publicados en la primera quincena de enero, que tienen en común destacar la supuesta mejor rentabilidad de los fondos sostenibles versus los convencionales. También comentaremos sobre la responsabilidad social de Spainsif al incluir los tres artículos en sus boletines semanales, dos en el del 13 y uno en el del 20 de enero de 2022.

I.                Tres artículos con sesgos y riesgos.

Los índices sostenibles inician el año mejor que los tradicionales, y El inversor en bonos verdes ya gana un 2,7% en lo que llevamos de año, publicados originalmente por eleconomista.es el 6 y 11 de enero del 2023, respectivamente, y La ESG volverá a superar al mercado en 2023 el 16 de enero en Social Investor

Los dos primeros, de la misma autora, tiene en común que hacen uso de evidencia muy circunstancial para promover esa supuesta superioridad. Hay que reconocer que los titulares que generan son muy atractivos y estimulan al lector a leerlos. Lamentablemente los lectores no expertos y los que quieren creerlo lo generalizan. Esa una irresponsabilidad del periodista, del periódico y de los medios que lo reproducen. ¿Exagero?

El segundo articulo asevera que el inversor en bonos verdes ya gana un 2,7% en lo que va de año (énfasis añadido). Ya ganan, en dos semanas un 2,7%.  ¡Qué buen negocio!  Imagínense lo que será en un año o varios. Si hay una constante en todos los mercados de valores es que los precios suben y bajan y los medianamente conocedores saben que las rentabilidades no son extrapolables, y menos en un período tan minúsculo en el contexto de las inversiones bursátiles.  

Y el artículo procede a comparar los rendimientos de cinco tipos de índices (que podrían ser fondos), con muy diferentes grados de riesgo, o sea no comparables, a menos que los rendimientos reportados hayan sido ajustados por su riesgo, lo que no se hace.  Otra de las lecciones fundamentales de los mercados de valores: no se pueden los rendimientos de valores o fondos con diferentes grados de riesgo, y, en el largo plazo, los valores con más riesgo deben rendir más.

El primer artículo incita a una conclusión semejante.  “Los índices sostenibles inician el año mejor que los tradicionales”.  ¿Sirve para algo esta información?  ¿Por qué sucedió esto? ¿Por razones que se mantendrán durante el resto del año y en años siguientes, o es una situación circunstancial propia de los vaivenes de los mercados bursátiles?  ¿Se puede extrapolar? La autora no se preocupa de estos “detalles”.  En este caso compara solo dos índices, el MSCI World y el MSCI World ESG, que reportan rendimientos muy semejantes ya que los valores que los constituyen son muy semejantes.[i]

El tercer artículo es más responsable ya que su autor es un profesional de la inversión responsable, aunque puede tener sesgos derivados de los intereses de su industria, en atraer mayores volúmenes de recursos. Para empezar “pronostica” sobre un plazo mayor, aunque sea corto en el contexto de las inversiones bursátiles.

Dice:

“Cualquier inversión temática o estilo tiene su ciclo de inversión. No hay que mirar el resultado en un año. Lo que hay que hacer es examinar el largo plazo. Y, a largo plazo, está claro que la inversión ESG lo ha hecho mejor y en el futuro lo seguirá haciendo bien porque solo va a haber flujos hacia ese tipo de empresas” (énfasis añadido).

Muy oportuna la advertencia sobre la necesidad de mirar el largo plazo, pero hay que demostrar que “lo ha hecho mejor” y que lo continuará haciendo. No hay pruebas. Y no basta con decir que “solo va a haber flujos hacia este tipo de empresas”. Es cierto que sí, y esto es un gran “si”, los inversionistas aumentan su demanda por los valores de estas empresas en los mercados, sus precios pueden tender a subir y con ello la rentabilidad de los fondos. Pero seguro que no irán solo a los fondos etiquetados como sostenibles. ¿Y porque no lo hicieron en el 2022 y sí lo harán en el 2023? ¿Qué ha cambiado?

Pero la demanda es solo uno de múltiples factores que afectan el precio de esos valores, están además los vaivenes de los ciclos económicos, como menciona el autor, la calidad de la gestión de estas empresas, las modas y las irracionalidades de esos mercados. [ii]  Y hay que analizar los valores individuales de los fondos que los contienen, que incluyen una serie de variables adicionales que determinan su rendimiento, como analizamos a continuación.

II.             Ni antes éramos tan malos no ahora seremos tan buenos.

¿A qué se debe la diferencia en rendimiento de fondos etiquetados como sostenibles y los convencionales? Se debe a las características de los valores que los conforman, que incluye otras variables, más allá de la sostenibilidad.  Si los valores incluidos solo se diferenciasen en su sostenibilidad, se podría atribuir parte de la diferencia a la sostenibilidad relativa, pero aun en este caso no toda, ya que la sostenibilidad no tiene una definición y valoración objetiva. Cada fondo tiene la suya.

En la industria de las inversiones responsables cada uno de los evaluadores de la sostenibilidad empresarial tiene sus propias ideas, lo que consideran más importante (que no necesariamente es lo material para la empresa [iii]), la asignación de valores relativos a cada uno de esos componentes y los valores relativos de las categorías A, S y G para producir una calificación cuantitativa.  Y no solo cada uno tiene su modelo, sino que además no es una calificación de la sostenibilidad de la empresa, que es un concepto mucho más complejo, que no puede ser capturado en un gran promedio ponderado de calificaciones individuales en algunos aspectos. [iv]

Aun en términos de las características de sostenibilidad empresarial de los valores incluidos en fondos etiquetados como sostenibles y los convencionales, podemos alegar que todos tienen algo de responsabilidad y algo de irresponsabilidad. Recordemos que las calificaciones no asignan valores negativos a las irresponsabilidades.

Las diferencias en sostenibilidad empresarial de los fondos no suelen ser tan grandes como se cree, no es que unos son blancos y los otros negros, todos son grises, en diferentes tonalidades.

Pero igualmente importante para la comparación de rendimientos es que los valores, para efectos de rendimientos bursátiles, se diferencian en mucho más que en su sostenibilidad empresarial (si es que se diferencian, ver nota al pie #1).

Para los que tienen algo de conocimientos de estadística podríamos decir que la comparación entre las rentabilidades de ambos tipos de fondos se suele hacer usando una sola variable: el etiquetado, cuando la diferencia debe ser explicada usando múltiples variables, y una de los omitidas es la de la sensibilidad de los valores bursátiles incluidos, en ambos casos, a los vaivenes del ciclo económico.

En el artículo Rendimiento de fondos responsables versus convencionales: Ni antes éramos tan buenos ni ahora somos tan malos, analizábamos las diferencias en rendimientos en varios períodos del ciclo económico, considerando además esta segunda variable y concluíamos que esta explica mucha de la diferencia, ya que los fondos etiquetados como sostenibles suelen tener una mayor proporción de valores de empresas calificadas como de “crecimiento”, en particular las tecnológicas, que aumentan de valor más que el promedio del mercado en períodos de bonanza, y los fondos convencionales que contienen valores de todo tipo, algunos considerados como no tan responsables que se benefician en períodos de estrechez.  En el reciente ciclo económico los fondos etiquetados como sostenibles superaron la de los fondos convencionales en períodos de bonanza hasta el 2021, en tanto que los convencionales los superaron en el 2022.

Buena parte de la diferencia reciente se explica por la mayor exposición de los sostenibles a empresas tecnológicas (¿responsables?), que perdieron valor y la mayor exposición de los convencionales a empresas de armamentos y combustibles fósiles, que tuvieron un año excepcional.

¿Se puede concluir algo basado en la comparación del rendimiento de ambos tipos de fondos en las dos primeras semanas del 2023, como hacen los dos primeros artículos? El tercero es más cauteloso al recurrir al largo plazo, y suponer que la demanda de los inversionistas responsables y pseudoresponsables hará subir los precios, si es que se materializa, por lo que los fondos etiquetados como sostenibles rendirán más que los convencionales durante el 2023. Es una posibilidad, pero hay muchos otros factores en juego y uno de ellos sería la recuperación de las bolsas en general y las de los valores tecnológicos en particular.

III.           ¿Y la responsabilidad social de Spainsif?

¿Qué tiene que ver la responsabilidad de Spainsif en esto?  

Spainsif es una asociación cuya “…misión primordial es fomentar la integración de criterios ambientales, sociales y de buen gobierno en las políticas de inversión ….así como concienciar e impulsar cambios en los procesos de inversión en la comunidad inversora. Su lema es “promoviendo la inversión sostenible”.

Pero hay maneras y maneras de promover la “inversión sostenible”. Una, la que prioriza Spainsif, es la promoción de la oferta de fondos, con menos preocupación por satisfacer las necesidades y responsabilidades de la demanda, de los inversionistas verdaderamente responsables, como si ello fuera automático. En función de los intereses de los miembros de Spainsif, mayormente gestores de fondos e instituciones asociadas, es de esperar que se preocupe de aumentar el negocio de sus miembros, pero también debe asumir su responsabilidad ante la sociedad.

Una cosa es promover la oferta de inversión responsable y otra es promover la responsabilidad de la inversión, el lado de la demanda. En el artículo Inversión responsable o responsabilidad de la inversión: ¿Es responsable la inversión responsable en España? comentábamos el informe anual de la institución analizando en detalle el impacto de cada uno de los tipos de fondos que gestionan sus miembros, para demostrar ese sesgo. Concluíamos que muchos de ellos tenían muy poco impacto sobre la sostenibilidad empresarial. Por ello sugeríamos que Spainsif se preocupara además de la responsabilidad de la inversión, de que la oferta de sus miembros sea de productos que tienen impacto real sobre la sostenibilidad.

El boletín mensual es un buen ejemplo de la promoción de la oferta ya que los tres artículos reproducidos van en ese sentido, de que las rentabilidades de los productos que ofrecen sus miembros son más rentables, sin proporcionar evidencias.

Es cierto que Spainsif no es el autor de los artículos, pero los reproduce y con ello se hace cómplice de la información engañosa. Tampoco es de esperar que publique comentarios a cada uno de los artículos que reproduce, pero si tiene responsabilidad editorial sobre lo que reproduce, es su decisión hacerlo, no son los autores los que los cuelgan en el sitio de Spainsif. No pueden lavarse las manos como lo hace Facebook. ¿Exagero?

Una institución que se dedica a promover la responsabilidad debería entenderlo. Al divulgarlos contribuye a la perpetuación de generalizaciones falsas. Pero sí es su responsabilidad, presentar una visión balanceada, de vez en cuando publicar artículos que analicen estos sesgos, que ofrezcan evidencias, si quieren promover la inversión responsable de veras, lo que incluye la responsabilidad de la inversión. [v]

¿Qué tiene más atractivo, un artículo que glosa o un artículo que demuestra que no es oro todo lo que brilla?



[ii] Ver un análisis de la composición de estos valores en el mercado en ….

[v] Una modalidad destacable de medios responsables son The Economist y el New York Times, que dan espacio a diferentes opiniones. Y el primero, cuando publica sus pronósticos para el nuevo año, al comienzo del siguiente analiza y publica como le fue.


domingo, 22 de enero de 2023

¿Hace falta ser una empresa responsable para emitir un bono ligado a la sostenibilidad?: ¿Somos tontos?


Antecedente

En junio del 2021 publicamos el artículo ¿Hace falta ser una empresa responsable para emitir un bono ligado a la sostenibilidad?, donde analizamos el entorno de la emisión de un bono ligado a la sostenibilidad por parte de la multinacional brasileña JBS, que permitió ilustrar una de las mayores deficiencias de este tipo de emisiones de valoresLa empresa es considerada como causante de buena parte de la deforestación del Amazonas, de la contaminación de agua en EE. UU., y encontrada culpable de corrupción, de colusión para la fijación de precios de los productos y manipulación de sus valores en la bolsa. Además de pagar cuantiosas multas en Brasil y en EE.UU., algunos de sus dirigentes estuvieron encarcelados por estos delitos. Aun así, colocó esta emisión, con exceso de demanda, con el compromiso de reducir en porcentajes modestos sus emisiones de gases de efecto invernadero. Y estas metas no incluían reducción en las emisiones de alcance 3, las de su cadena de valor, que constituyen el 90% de sus emisiones.

El bono fue emitido para retirar deuda existente, más costosa, no para utilizar sus recursos en las actividades de sostenibilidad de la empresa. Muy probablemente las metas que se propusieron como nexos al costo de los bonos, eran parte de la rutina, sin necesidad de mediar la emisión de los bonos.

Lo presentábamos como un caso paradigmático de la necesidad de considerar la sostenibilidad del emisor y el rigor e impacto del compromiso, no solamente de las metas que se prometen. [i]

La denuncia

Aun cuando las metas eran débiles, ahora una organización de la sociedad civil, Mighty Earth, la ha denunciado ante la Comisión de Valores y Mercados, SEC, de EE.UU. por incumplirlas (JBS “Green Bonds” and GHG Emissions Under Investigation). Adicionalmente alega que la empresa decide qué y a quién reporta información sobre sus emisiones. Y en función del interés creciente de la SEC en el reporte de las emisiones es de pensar que tomará en cuenta la denuncia.

En respuesta a la denuncia, JBS dice que dedicará US$7 000 millones a sus esfuerzos de sostenibilidad. Por ejemplo, espera adoptar energía solar en todas las tiendas de su subsidiaria Swift & Company (¿cuánto representa esto?) y que también colabora con la empresa europea de salud y nutrición, DSM, para reducir sus emisiones de metano. Y espera invertir US$1 000 millones en la próxima década para reducir la intensidad de sus emisiones (emisiones por unidad de producto) en 30%, que no es lo mismo que el total de sus emisiones.  Ojalá que estos compromisos fueran vinculantes (es de suponer que sus abogados lo evitarán) y que alguna organización lo verifique y denuncie en caso necesario.

Es de destacar que, de acuerdo con un estudio, las emisiones anuales de JBS aumentaron en un 51% en cinco años, con 421 millones de toneladas en el 2021, comparadas con 280 millones in 2016.

Para ponerlo en contexto es de notar que esta huella ambiental es superior a la de Italia y casi igual a la de Francia y el Reino UnidoY sus emisiones de metano (28 veces más potente que el dióxido de carbono) son iguales a la suma de Alemania, Francia, Canadá y Nueza Zelandia.


¿Somos tontos?

Pareciera como si la empresa lo creyera, por ahora se ha salido con la suya y sigue prometiendo. Menos mal que algunos no lo son, que hay organizaciones de la sociedad civil que se preocupan de verificar los compromisos y promesas que se hacen.

Pero algunos inversionistas sí hacen el juego, ya sea por conveniencia, ignorancia o indiferencia.  Basándose en estas irresponsabilidades de los inversores “responsables” [ii] la empresa puedo reducir su costo de financiamiento, en base a un greenwashing en estado puro. Y la emisión del bono tuvo un exceso de demanda.



[i] Ver la comparación del impacto de los diferentes instrumentos de inversión responsable en ¿Tiene el financiamiento sostenible impacto sobre la sostenibilidad?

[ii] Importante conocer la diferencia entre inversionistas verdaderamente responsables de los que hacen el juego a la inversión responsable. Ver los artículos ¿Es lo mismo Inversión Socialmente Responsable, ISR que inversiones ASG? e Inversión responsable o responsabilidad de la inversión. 


domingo, 15 de enero de 2023

Los artículos más leídos en cada uno de los quince años del blog de Cumpetere


El blog de Cumpetere cumple quince años, motivo para ofrecer los artículos más visitados en cada año. Entre paréntesis, el número de posts publicados en cada año (un pequeño número de ellos son anuncios y no artículos).

 2022 (54)

¿Es lo mismo Inversión Socialmente Responsable, ISR que inversiones ASG?

2021 (45)

De la Responsabilidad Social, a la Sostenibilidad, a la ASG: Lo bueno, lo malo y lo feo.

2020 (44)

¿Quién gana cuando la responsabilidad compite contra la rentabilidad?

2019 (39)

Rankings de RSE/Sostenibilidad: Cualquier coincidencia es pura coincidencia

2018 (47)

Capitalistas del mundo: ¡Uníos!

2017 (26)

La economía circular: ¿Innovación o reciclaje?

2016 (30)

Responsabilidad de la Sociedad Civil ante la sociedad

2015 (58)

Materialidad: 12 principios básicos y una metodología para la estrategia de RSE.

2014 (65)

Responsabilidad Social, Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible: ¿Hasta dónde llega la responsabilidad de las empresas?

2013 (56)

Matriz de materialidad: Más allá del esquema tradicional

2012 (68)

¿Cuál es la responsabilidad social de las instituciones financieras?

2011 (52)

Si no está roto no lo arregles: Porter y Kramer sobre RSE

2010 (24)

No todo lo que se puede contar cuenta, ni todo lo que cuenta se puede contar

2009 (24)

¿En qué se parecen los Rankings de RSE y los chismes sobre infidelidades?

2008 (19)

Responsabilidad Empresarial: De la ilusión a la realidad


lunes, 2 de enero de 2023

Trece artículos del blog de Cumpetere 2022: los diez más leídos y mis tres favoritos


He seleccionado los diez artículos más leídos de los 51 publicados en el año 2022 (mi máxima producción anual). Como estadísticas solo cuento con las de Google sobre visitas al sitio, que no es lo mismo que leídos, lo que no puedo constatar, aunque espero que los lean. Hay un sesgo hacia los publicados a comienzos de años, que han tenido más tiempo para recibir visitas.  Para el segundo semestre extrapolo basado el interés que despiertan en los primeros días de su publicación.

Incluyo otros tres que me han producido satisfacción investigar y escribir, aunque no hayan despertado el interés que anticipaba y con los que esperaba tener impacto (pero que no se si lo tienen o tendrán)

1.   1.    Los diez más visitados, en orden de publicación:

Materialidad, doble materialidad y matriz de materialidad, 8 enero.

¿Es lo mismo Inversión Socialmente Responsable, ISR que inversiones ASG? 5 febrero.

La “S” de la ASG: ¿Qué es? …. aparte de ser la cenicienta del grupo, 26 marzo.

Remuneraciones ligadas a responsabilidad. Primera Parte: Situación actual, 2 abril. Segunda parte: Buenos y malos ejemplos de empresas, 9 abril. Tercera parte: Cómo hacerlo, …..si se quiere hacer. 7 mayo.

¿Se puede encapsular la responsabilidad empresarial en un numero ASG? 22 mayo.

¿Cómo será el estándar de reportes de sostenibilidad en tres/siete años?: Mi pronóstico. 2 junio.

La sostenibilidad empresarial es un juego: The Economist vuelve sus andanzas. 27 julio

¿Sabías que la sostenibilidad es mala para la economía? 4 agosto.

El movimiento anti-ASG llega a las viñetas: Una visión mordaz, pero ……… 1 octubre.

Un compendio de la sostenibilidad empresarial en dieciséis generalizaciones falsas: Primera parte: Las ocho de los detractores, 22 octubre. Segunda parte: Las ocho de los promotores, 5 noviembre.

 

      2.    Y los tres que me han producido satisfacción escribir:

¿Cuál es el banco más sostenible del mundo?, 15 febrero.

¿Se puede mejorar la relevancia y efectividad de las calificaciones de la sostenibilidad empresarial? 10 septiembre.

Inversión responsable o responsabilidad de la inversión: ¿Es responsable la inversión responsable en España? 12 noviembre.