sábado, 27 de mayo de 2023

¿Entiende la banca comercial española cuál es su responsabilidad ante la sociedad?

  

Con el mayor poder vienen mayores responsabilidades

Cicerón, Siglo I AC

 No cesan los titulares de noticias sobre la excelencia de la gestión financiera de la banca española y sobre su aprovechamiento de la coyuntura económica y social del país. ¿No debería esta excelencia en gestión financiera trasladarse a excelencia en la gestión de sus responsabilidades ante la sociedad?

Ya en un artículo anterior (Responsabilidad social de la banca española: ¿De quién son los beneficios extraordinarios? hacíamos un análisis de esta situación respondiendo a la pregunta ¿Es esta superioridad sobre la banca europea producto de su extraordinaria capacidad de gestión o es producto de la operación en mercado donde pueden ejercer su poder con pocas restricciones?

¿Conlleva esta superioridad mayores responsabilidades con los que les confían sus recursos financieros? En este articulo queremos profundizar el análisis de una responsabilidad que es distintiva para la banca comercial en general y para la española en particular, que no comparte con las empresas no financieras y que se refiere a los recursos financieros que gestiona.

(Nota al lector: el artículo es extenso y analítico)

I.                Algunos titulares de prensa

Reproducimos algunos titulares recientes sobre la situación financiera de la banca y sus actuaciones, sin comentar mucho ya que se explican por sí solos:

a.     Los mejores de Europa

Tres de los cuatro banqueros mejor pagados de la UE son españoles. ¿Orgullo nacional o síntoma de algo?

BBVA dispara los márgenes bancarios y gana 1.846 millones hasta marzo, un 39% más (el banco logra una rentabilidad ROTE del 16%, el nivel más alto de entre los grandes bancos europeos)

¿Es que los bancos españoles son los mejor gestionados de Europa o es que tienen un mercado cautivo, un oligopolio que les permite esos beneficios y sueldos por encima del resto de Europa? ¿No es el hecho de pagar menos por los depósitos una corroboración de este poder?

b.     Ganancias continúan creciendo

Caixabank gana 3.145 millones en 2022, un 39,8% menos por el efecto de la fusión, y pagará el 55% en dividendos (Eleva a doble dígito los márgenes bancarios).

Santander gana 9.605 millones en 2022 y logra su mayor beneficio histórico (Dispara los márgenes típicos bancarios a doble dígito).

Los resultados extraordinarios del 2022 continúan en el 2023:

La gran banca gana 5.696 millones, un 14% más, pese al pago de 1.120 millones del nuevo impuesto en España.

c.     Y los beneficios extraordinarios se reparten a un solo grupo de aportantes de recursos financieros.

Vía aumentos de dividendos y vía recompra de acciones:

La banca se lanza a la recompra de acciones para remunerar a sus inversores

BBVA bate su récord de beneficios y repartirá el mayor dividendo en efectivo de los últimos 14 años

El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, afirma que los únicos que tienen derecho a esas ganancias extraordinarias son los accionistas:

“Tenemos un compromiso de devolución muy claro de cara al accionista. Hemos querido mandar un mensaje de que estamos en la parte alta del rango del payout y tenemos una perspectiva muy buena de que si las cosas van bien podemos tener una remuneración adicional con los accionistas en línea con el año pasado a través de recompra de acciones”.

¿Compromiso de devolución a los accionistas? ¿Y el compromiso con los demás aportantes de recursos financieros?

d.     Pero otro stakeholder obtuvo su parte.

 A pesar del rechazo de impuestos extraordinarios por parte de la banca, (La banca trabaja contra reloj para tumbar el impuesto al sector alegando inconstitucionalidad)  el gobierno logró aprobar impuestos transitorios para participar en esas ganancias extraordinarias. Las entidades afectadas deberán pagar en los años 2023 y 2024 el 4,8% de los ingresos netos por intereses y comisiones correspondientes al año natural anterior (Sobre impuestos (y recursos) de la banca española; el subtítulo de este artículo es: “Parece difícil que un tributo del 4,8%, aplicado dos años a unos ingresos más altos de lo usual, pueda afectar a la competencia.). ¿Se usarán estos recursos para promover la competencia (factible, pero no probable) o para compensar a los depositantes y acreedores por sus tasas de interés diferentes a lo serían en un mercado bancario competitivo (imposible)?

e.     Y lo más crítico, la intermediación disminuye.

La banca española paga el 35% menos que la europea por captar depósitos. No es de sorprender que gane más.

¿Por qué los bancos no me pagan por mis ahorros? La remuneración de los depósitos por parte de las entidades españolas es mucho menor que la que se da en otros países europeos

Durante el año 2022 la banca española cerró casi 3 000 oficinas y disminuyó la plantilla en 17 500 empleados, dejando de cubrir con servicios bancarios a más de un millón de personas, muchas de la cuales son vulnerables, al disponer de pocos recursos financieros y tecnológicos y no disponer de la movilidad necesaria para desplazarse a oficinas alternativas. [1]

Los bancos rechazan cada vez más solicitudes de préstamos de empresas y particulares. Ejerciendo su derecho, pero no su responsabilidad de intermediación, sobre todo en función de los mayores márgenes que cobran y de las ganancias extraordinarias.

La presidente del Santander, en su oposición a los impuestos especiales dijo (Ana Botín, sobre el gravamen a la banca: “Pagamos más impuestos, pero que paguen todos”):

“Los bancos concedemos crédito y lo hacemos en función del capital que disponemos. Si pagamos impuestos habrá menos capital para dar crédito o menos capital para repartir entre los accionistas” (énfasis añadido).

¡De acuerdo con que todos paguen los impuestos que tocan! Pero también se reduce el capital si se hacen distribuciones extraordinarias de dividendos y se recompran acciones, recursos que podrían utilizarse para expandir las operaciones crediticias de los bancos. ¿O es amenaza de la reducción del crédito una estratagema para presionar al gobierno? ¡Que no nos tomen por tontos!

II.             Responsabilidad distintiva de la banca comercial: hay otros stakeholders. [2]

 a.     ¿Intermediación o distribución?

A diferencia de lo que alega el presidente del BBVA el compromiso de repartir las ganancias vía dividendos o recompra de acciones no es un compromiso legal, es discrecional, basado en una evaluación de lo que más le conviene al banco para su sostenibilidad en el largo plazo y tomando en cuenta las regulaciones europeas y nacionales sobre el monto requerido para el capital de la banca.

Por estas declaraciones lo importante parece ser tener contentos a los accionistas para que continúen respaldando la gestión de los actuales dirigentes. Es cuestión de supervivencia, en el corto plazo.  La gestión es egocéntrica de corto plazo.

Si hubieran retenido una mayor proporción de las ganancias extraordinarias podrían aumentar la intermediación y así ganar más todavía. ¿O es que es más prioritario contentar a los accionistas que contribuir al desarrollo económico? ¿O es que no hay posibilidad de otorgar préstamos y hacer inversiones rentables con estos recursos en los países en que operan? Si los accionistas quieren dividendos extraordinarios pueden vender parte de sus acciones en los mercados, cuyos precios deben haber subido ante el mayor valor de los bancos en función de ganancias obtenidas. ¿O es que los mercados de valores no las valoran?

¿Por qué es la recompra de acciones una forma de remunerar a los accionistas? Primero porque es una manera casi automática de aumentar el precio de las acciones ya que, al reducir el número de ellas en el mercado, el valor de la empresa, la torta, se reparte entre menos pedazos, cada uno más grande, con mayor valor.  Aunque es cierto que el tamaño de la torta se ha reducido en los millones de efectivo que se han utilizado para recomprar las acciones, en la práctica los mercados no lo incorporan en su totalidad. [3]

Además, la reducción del número de acciones en circulación también aumenta temporalmente el valor de la relación “ganancias por acción”, que suele ser uno de los indicadores de la remuneración de los dirigentes, por lo que mejora el total de su remuneración.

Pero los recursos usados para la recompra de acciones y el pago de dividendos no están disponibles para la intermediación en los bancos, que es su máxima responsabilidad, que usan como argumento cuando les conviene para oponerse a los impuestos. extraordinarios. Los intereses de sus directivos quedan por encima de los intereses de la sociedad (en el Apéndice presentamos un análisis más detallado de los argumentos precedentes).

¿Porque se reparten solo a este grupo de aportantes de recursos financieros? La respuesta a esta pregunta contiene la clave de la responsabilidad distintiva de la banca y que prefiere no asumir. El análisis de esto es el objetivo de este artículo, en la siguiente sección.

b.     ¿Pertenecen los bancos a sus accionistas?

No, lo accionistas no son dueños de los bancos, ni de las empresas tampoco. Y esto es un malentendido que lleva a errores en la implementación de la responsabilidad de las empresas no financieras y en mayor medida de las financieras. Y es muy posible que este malentendido sea compartido por un buen número de mis lectores (en un artículo anterior, ¿De quién es la empresa? ¿Qué debe maximizar?, habíamos analizado esto en mucho más detalle).

Hacemos un breve resumen de los principales argumentos para poner en contexto la responsabilidad distintiva de los bancos comerciales.

¿De quién son las empresas/bancos? Los accionistas han adquirido acciones en los mercados de capitales, que NO contienen derechos de propiedad de los activos de las empresas, solo conceden derechos de recibir una parte de las ganancias que la gerencia decida distribuirles, después de haber cumplido sus compromisos legales de pago a los demás participantes. Algunos añadimos que también deben cumplir compromisos, no legalmente vinculantes, con esas partes y el medio ambiente, que son parte de sus responsabilidades de operar.  La posesión de las acciones también incluye los derechos de participar en el nombramiento y remoción de los dirigentes, en función de lo que establezcan las regulaciones de los mercados de capitales pertinentes.

En una empresa en marcha no tienen el derecho de ordenar ni el pago de dividendos, ni la venta de activos. Solo en el caso de liquidación de la empresa tienen derecho a su cuota parte del valor residual de la liquidación. La excepción a esto es el caso de empresas no cotizadas en bolsa, con muy pocos accionistas, cuyos accionistas suelen ser también dirigentes, que pueden colectivamente tomar estas decisiones. Aun en el caso de empresas cotizadas con algunos accionistas que poseen elevados porcentajes, poder de control, deben cumplir las regulaciones de los merados de valores, que suelen tener protecciones para los derechos de los accionistas minoritarios.

Los accionistas son en la gran mayoría de los casos (exceptuando inversionistas institucionales como fondos de pensiones), y sobre todo en los bancos, muy temporales, con una visión cortoplacista, no se portan como dueños de la empresa, tienen intereses mayormente sobre el rendimiento a corto plazo en bolsa.  Y ni siquiera son los que han aportado el capital. Son muy pocos los accionistas originales que mantiene la propiedad de las acciones en el tiempo.  La gran mayoría son accionistas temporales (la tenencia promedio en las acciones de la bolsa de Nueva York de solo 3-4 meses).

Aquel es el sesgo del presidente del BBVA cuando dice que “los únicos que tienen derecho a esas ganancias extraordinarias son los accionistas”. Está equivocado.

Las empresas y los bancos son dueñas de sí mismas y su responsabilidad principal es hacia sí mismas, hacia su sostenibilidad, en el más amplio sentido de la palabra, en el largo plazo.  El problema radica en quién(es) están en mejor posición para decidir qué le conviene a la empresa.  Deberían ser los dirigentes, que son los responsables de turno de la empresa, que deben tener una visión más clara, amplia e imparcial sobre su presente y futuro. Pero estos también suelen perseguir sus intereses, que no necesariamente coinciden con los de la empresa. Muchas veces tienen intereses personales y en muchos casos persiguen los de algunos accionistas ponderosos que tienen influencia en su nombramiento y remoción.

Hay da una escuela de pensamiento (teoría de agencia) que sostiene que los dirigentes son meramente agentes de los accionistas y que deben perseguir sus intereses, cualesquiera estos sean.  Esto solo sería válido bajo el supuesto de que los accionistas son los más capacitados para decidir el futuro de la empresa, lo cual es una falacia.  ¿Cuáles accionistas? ¿Son un grupo con objetivos consensuados, más allá de la maximización de beneficios? ¿Los que poseen las acciones por días o meses?

Y este el gran dilema de la gestión de la empresa. ¿Quién está en mejores condiciones de velar por los intereses de la empresa? ¿Los accionistas con intereses cortoplacistas? ¿los dirigentes con intereses personales? ¿los stakholders, con intereses divergentes y a veces contradictorios? ¿el estado con intereses políticos?  Ninguno y todos, con un muy difícil equilibrio.  La tendencia actual es desde la primacía de los accionistas hacia la primacía de los dirigentes, balanceando los intereses de todas las partes.

Y en caso de los bancos comerciales esta discusión es todavía más importarte como veremos a continuación.

c.     Diferencias en el financiamiento de empresas financieras y no financieras.

La banca comercial es un segmento de la empresa privada que requiere una licencia legal para operar, que incluye derechos y deberes específicos: la capacidad de captar recursos financieros del público en general (cuentas corrientes, depósitos a la vista y a mediano y largo plazo) con la obligación de intermediar esos recursos eficiente y efectivamente, y ojalá que responsablemente, financiando la actividad económica.

La banca comercial gestiona además otros recursos financieros de un público más conocedor, que adquiere sus valores negociales y sus acciones en los mercados financieros y de capitales, más competitivos. Como veremos es importante distinguir entre estos dos grandes segmentos de financiamiento.

La banca comercial tiene un propósito determinado por las regulaciones. Las empresas no financieras no lo tienen y sus estatutos suelen ser muy genéricos, permiten cualquier actividad.

A los efectos de analizar la responsabilidad que la distingue de las empresas no financieras es necesario considerar la estructura de su financiamiento.  Los recursos que gestiona un banco comercial vienen, en general, de los depósitos del público, de los préstamos de terceros, de la venta de valores negociables de deuda, de aportes de capital (originales y de aumentos) y de las ganancias retenidas. 

El patrimonio neto (capital y ganancias retenidas) suele ser solo del orden del 10% de los recursos totales que gestiona, y aun esto está constituido mayormente por ganancias retenidas, resultado de las operaciones de la banca en el tiempo, que han sido obtenidas utilizando la totalidad de los recursos aportados. El aporte de los accionistas originales en una pequeña cantidad de los recursos que gestiona, y ante los grandes volúmenes de compraventa de sus acciones en los mercados de capitales es muy posible ninguno de los actuales accionistas haya aportado recursos al banco. Al adquirir sus acciones lo han hecho comprándolas a uno que las posee.

El banco comercial no recibe recursos frescos de accionistas, solo lo hace cuando emite nuevas acciones en aumentos de capital, lo cual es muy inusual en la banca (salvo en condiciones de crisis). Por el contrario, en vez de emitir acciones, las recompran en los mercados, en vez de recibir recursos financieros de los accionistas, ¡se los devuelven!

La gran parte de los recursos que la banca gestiona, con la cual obtienen sus beneficios, no han sido aportados por los accionistas, han sido aportados por el público, directamente vía depósitos e indirectamente vía otros intermediarios financieros que usan sus recursos para financiar a estos bancos (fondos de pensiones, aseguradoras, fondos de inversión, etc.).

¿Porque deben ser los accionistas actuales los únicos que tienen el derecho a recibir el producto del uso de todos los recursos?

No hay ninguna legislación ni regulación que indique que los accionistas de la banca son los únicos que tienen derecho a los beneficios netos de sus actividades.  Y es aquí donde está la responsabilidad distintiva de la banca: remunerar a cada grupo por su contribución a los beneficios: dirigentes por su buena gestión, el estado, vía impuestos, por el apoyo del ecosistema económico, comercial, legal, de infraestructura, de seguridad, etc.,[4] pero también a todos los aportantes de fondos y a los empleados.[5]

d.      Remuneración de los recursos

Y aquí ha se pueden oír las veces que indican que cada uno de los aportantes de fondos ha recibido su remuneración. Pero es una falacia: supone que las remuneraciones de los demás aportantes de fondos han sido compensados por su contribución, en función de los riesgos en que incurren. O sea, que no tienen derecho a más. Ello sería valido en un mercado netamente competitivo, donde las tasas de interés fueran competitivas, donde hubiera posibilidad de buscar los mejores rendimientos sin costos de transacción, donde hubiera información perfecta, donde los participantes sean cualificados, etc.

Y es de esto de lo que se aprovecha la banca para pagar las menores tasas de interés posibles a los depositantes y cobrar las mayores posibles en sus préstamos: maximizar el margen de intermediación y reducir costos, aun si ello conlleva un servicio deficiente.

Esto sería como decir que al empleado ya le han pagado el sueldo y con ello se ha descargado la responsabilidad de la empresa. En principio sí, pero la pregunta que sigue es si esas remuneraciones reflejan la contribución del empleado a los beneficios de la empresa, y en este caso, además si son de justicia y equidad. No es válida la justificación de que se pagan sueldos de mercado ya que los mercados laborales son imperfectos, y suelen favorecer al empleador.

Y el caso de la banca comercial española, no es tan obvio, pero también es un mercado imperfecto.

Para ilustrar aún más lo distintivo de esa responsabilidad contrastemos el financiamiento de las instituciones financieras con el de las empresas no financieras, con las que el lector este posiblemente más familiarizado.  Es paradigmática la respuesta del CEO de ExxonMobil ante una situación similar de las ganancias extraordinarias, criticado por que no las está compartiendo con la sociedad: “Claro que lo hacemos, pagamos dividendos extraordinarios a los que poseen nuestras extraordinarias acciones. 

A diferencia de la banca comercial esta empresa obtiene su financiamiento en los mercados financieros y de capitales, a través de valores negociables y prestamos de instituciones financieras, en términos competitivos, de instituciones conocedoras del mercado, por lo que puede alegar que remunera a sus fuentes de recursos adecuadamente. Su principal stakehoklder, en lo referente a beneficios son los accionistas, que aportan la base de capital que permite obtener el resto del financiamiento.

No obstante, al igual que en el caso de la banca comercial se puede alegar que esos beneficios han sido generados además con la contribución de otros stakeholders, como los empleados, el estado, entre otros, que convenientemente ignora. Está en la misma liga que el presidente del BBVA. En particular ignora su responsabilidad ente el cambio climático.  Este “stakeholder” merece ser compensado con parte de esos beneficios invirtiendo en su mitigación, por ejemplo, sustituyendo inversiones en combustibles fósiles por energía renovable. [6]

En el caso de la banca comercial, gran parte del financiamiento proviene del público en general, menos sofisticado financieramente, a través de instrumentos que no son negociables, por lo que representan un mercado más cautivo. Si bien es cierto que los ahorristas pueden cambiar sus recursos de un banco a otro, ello tiene costos de transacción, financieros y no financieros (conocimiento, pereza, costumbre, tiempo, localidad, etc.), y que dado el relativo oligopolio de la banca comercial española se dificulta.

En mercados financieros desarrollados, con una banca más competitiva y un público más sofisticado, hay mayor sensibilidad a cambios en las tasas de interés del mercado, tanto a la subida, como a la bajada. Mi cuenta de ahorros en un banco de EE. UU. está subiendo las tasas casi cada mes, en función de los cambios en las tasas de interés del mercado, determinada por las tasas de descuento de la Reserva Federal (Banco Central), lo que no ocurre en España, donde la flexibilidad la ejercen en la subida de las tasas activas, las que cobran por los prestamos e hipotecas. En EE. UU.  los ahorristas podemos mover los recursos de uno a otro banco en segundos, vía digital banking. [7]

Esta flexibilidad en las tasas de interés esta comenzado a verse en España en bancos de menor tamaño, bancos estrictamente digitales y filiales de bancos extranjeros, [8] pero que tienen una cuota de mercado relativamente pequeña comparada con los grandes bancos comerciales (Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, etc.), que tienen la ventaja de la confianza que da la tradición (prime mover advantage). Y también está difundida la banca digital, pero no al alcance de todos los ahorristas.

Para muchos aportantes de fondos el mercado financiero termina siendo no competitivo, con poca flexibilidad de buscar los mejores rendimientos o menores costos, están a merced de los grandes bancos, para los cuales muchos de estos clientes tienen baja prioridad…… y que cuando tiene beneficios extraordinarios, que les permitirían corregir estas imperfecciones, reducen los volúmenes potenciales de intermediación, aumentan el margen y favorecen a los que menos fondos han aportado.

Pero se debe evitar la tentación de regular esta responsabilidad en la intermediación vía la imposición de controles sobre las tasas activas y pasivas, y por ende los márgenes, lo que constreñiría su efectividad. Las regulaciones necesarias son la prudencial, para evitar la toma de riesgos excesivos, para asegurar la viabilidad financiera de la institución, que ya existen a nivel internacional, europeo y nacional, y la regulación de la competencia y del servicio y la facilitación de alternativas, que en el caso de España deja que desear. 

III.           En resumen

¿Qué quiere decir todo esto para la responsabilidad ante la sociedad de la banca comercial?

A diferencia de las empresas no financieras, los recursos que utiliza la banca comercial para llevar a cabo sus operaciones y obtener sus beneficios son aportados en su mayoría por el público en general, directamente a través de sus depósitos e indirectamente vía otras instituciones financieras. Esto confiere a la banca comercial una responsabilidad distintiva, ya establecida por algunas regulaciones de la obligación de utilizar estos recursos para hacer una intermediación eficiente, efectiva y ojalá que responsable. Adicionalmente, reconociendo la vulnerabilidad de estos aportes, están sujetas a regulación prudencial sobre los riesgos en que pueden incurrir.

El hecho de que los beneficios son obtenidos con recursos aportados por el público implica que éste tiene derecho a parte de estos beneficios. Si los mercados en que opera la banca comercial, especialmente el segmento de captación de depósitos de corto y largo plazo fuese competitiva y eficiente, se podría alegar que la remuneración que reciben (tasas de interés) es la justa. Pero esto no es el caso en la práctica ya que existen asimetrías de información (bancos saben mucho más que los clientes), limitada competencia y limitaciones reales y percibidas para la movilidad de los recursos entre las diferentes instituciones.

La primacía que estas instituciones dan a sus accionistas, ignorando al público depositante, no está justificada. Esta basada en la premisa, falsa, de que los bancos son propiedad de los accionistas, y por ende tienen el derecho a todos los beneficios netos, cuando legalmente solo tienen derechos a la retribución que determine la dirigencia tomando en consideración lo que es mejor para el banco (¡que es el dueño del banco!), no lo mejor para sus accionistas, y de intervenir indirectamente en la gestión. Pero en el caso de la banca comercial los accionistas no aportan recursos para su operación.  Los recursos de capital son mayormente ganancias retenidas de períodos anteriores, mayormente usando recursos del público.

Los recursos de la banca comercial son captados y colocados en segmentos de mercados competitivos y no competitivos, eficientes e ineficientes. Los beneficios derivados de las imperfecciones de esos mercados (menores tasas pasivas y mayores tasas activas) no pueden pertenecer solamente a los operan en mercados competitivos de valores (acciones y otros valores negociables). Deben compensar a los que operan en los segmentos no competitivos e ineficientes, y que constituyen la gran parte de los fondos, idealmente reduciendo su margen de intermediación. En el peor de los casos invirtiendo en mejores servicios. Lo contrario de lo que han hecho hasta ahora. En sus alardes de responsabilidad ante la sociedad propugnan la educación financiera, pero se aprovechan de la ignorancia financiera, propugnan la bancarización, pero reducen la atención a las poblaciones vulnerables. 

La sociedad debe exigir mejorar la competencia y la eficiencia y efectividad en el servicio, (9) y los gobiernos deben promover el desarrollo de instituciones competitivas, la facilitación de la movilidad de los recursos y y regular la calidad y cobertura de los servicios, como si fuera una empresa de servicios públicos.

No, no proponemos ni impuestos extraordinarios ni la regulación de los márgenes de intermediación, lo que sería contraproducente a la expansión del negocio. Proponemos hacer la intermediación efectiva, eficiente y ¡responsable!, considerando que el principal stakeholder de la banca comercial es el cliente, no el accionista.


APÉNDICE ¿Por qué esa “obsesión” con el accionista?

 

Los dirigentes, y muchos otros, creen que el pago de dividendos hace aumentar el precio de las acciones en el mercado, lo que les permite a los accionistas vender sus acciones con ganancias y, en el caso de necesitar aumentos de capital, tener que vender menos acciones para obtener el mismo monto, lo que redunda en una reducción del costo de capital.

Pero el precio de la acción aumentará si el mercado lo interpreta como un mensaje de futuros mayores dividendos. En principio el pago de dividendos no debe afectar el precio de las acciones ya que el banco tiene entonces menos dinero para invertir y prestar, se ha reducido su volumen de activos por el mismo monto.

Pero es también posible que sea interpretado por los mercados como que las perspectivas de la empresa no son tan buenas, que no tiene donde colocar esos recursos, a una rentabilidad que debe ser superior al costo del capital, por lo que tiene que distribuirlos.

Es irónico que el pago de estos dividendos extraordinario puede inducir a los accionistas, a los que quieren mimar, a abandonar al barco, perdón, al banco, vendiendo sus acciones.

Pero contentando a los accionistas es más posible que los dirigentes sean reelectos en sus cargos.

Y si en efecto el precio de las acciones sube como consecuencia del dividendo, es posible que también suban las remuneraciones de los dirigentes, que pueden estar ligadas a la evolución de esos precios.

El caso de la recompra de acciones es análogo, donde se reducen los recursos disponibles para prestar e invertir, pero ante la demanda que se crea, pueden hacer subir el precio de las acciones y al reducirse el número de acciones en circulación hacen subir, temporalmente, la relación ganancias por acción, que es otro de los indicadores usados en la determinación de las remuneraciones de los dirigentes.

¿Qué persiguen los dirigentes con el pago de dividendos extraordinarios y la recompra de acciones?  ¿El bien del banco o su bienestar?  Se quejan de que los impuestos reducen la base de capital y no van a poder prestar tanto. Pero ¿qué hacen los dividendos extraordinarios y la recompra de acciones? ¡Ah! Pero es que los impuestos son “dinero perdido”, mientras que con los dividendos y la recompra de acciones han comprado a los accionistas.

De hecho, una de las primeras herramientas que se usan para atacar crisis en la banca comercial es la prohibición de pagar dividendos y la recompra de acciones, para mantener la base de capital y la intermediación.

O sea, que no es solo lo de promover la primacía de los accionistas bajo la falacia de que son los dueños del banco, que no lo son, es que todo esto conlleva beneficios a los dirigentes.

¿Es esta estrategia lo que más de conviene a la sociedad, de donde proviene la casi totalidad de los recursos financieros, humanos, y algunos de los físicos, que usan?

 



[2] En el artículo ¿Cuál es la responsabilidad social de las instituciones financieras? (marzo 2012) presentamos un análisis de estas responsabilidades con menor profundidad de lo que hacemos en este artículo.

[3] Ver el caso de la recompra de acciones por Nestlé en Valor compartido o valor extraído: El caso de Nestlé …….. y otras empresas. El artículo How Stock Buybacks Undermine Sustainable Prosperity, incluye un análisis más exhaustivo

[5] Ante la presión de los sindicatos por las ganancias extraordinarias, el Santander aumentó la remuneración de sus empleados en España en un 4.3% a comienzos del 2023 (en los demás países, de donde se generaron el grueso de las ganancias extraordinarias, no hubo presiones).

[7] Aunque esta flexibilidad puede tener su lado negativo al causar corridas en los bancos, impidiéndoles tomar medidas de protección o recuperación a las autoridades. Esto es lo que contribuyó al colapso en el 2023 de algunos bancos no solventes en EE.UU.

[8] Depósitos con rentabilidades de hasta el 4% TAE: la guerra del ahorro se libra en el corto plazo

(9) [Un caso paradigmático fue el éxito de la campaña del médico jubilado “Atención humana en sucursales bancarias” que recogió 600 000 firmas para exigir mejores servicios. Ver De repente los bancos españoles vieron la luz

 





sábado, 20 de mayo de 2023

Como se convierten 80 artículos en el Volumen VII de Una Mirada Crítica a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica.

 

No es que sea un proceso digno de destacar, ni creo que sea de mucho interés para mis lectores, pero escribo este relato para destacar que la producción de tal volumen (the making of… como lo llamarían en inglés) desde los artículos del blog no es algo ni trivial, ni automático, como creen algunos.


Selección: Todos los volúmenes se basan en los artículos publicados en los dos años precedentes. De los más de 80 artículos publicados en el 2021 y 2022, selecciono los que considero más relevantes usando los siguientes criterios:  

  • Que hayan despertado el interés de los lectores.
  • Que tengan vigencia más allá del momento de su publicación, por ejemplo, eliminado los que se refieren a algún evento importante en ese momento pero que no tiene interés continuado. Pero no todos pueden ser vigentes en el futuro, los artículos siempre tendrán alguna referencia al momento de su publicación, pero selecciono los que creo serán relevantes varios años después, en un libro. 
  • Que sean didácticos y rigurosos.
  •  Que aporten al discernimiento crítico.


Que en este volumen se han clasificado en ocho partes.  Para la novena parte, que contiene las citas que he publicado en las redes sociales, también se hace una selección, clasificación y edición, eliminando aquellas que no sean directamente pertinentes para la mejora de la persona y su influencia en la sociedad.


Y la selección es dinámica. En el proceso de edición, clasificación y consolidación se eliminan algunos artículos y se añaden otros.


De los mas de 80 artículos trato de seleccionar un numero que sea adecuado para su inclusión en un libro, balanceando la relevancia con la extensión, que en el caso de todos los volúmenes los convierte en alrededor de 40 capítulos y alrededor de 300 páginas.


Clasificación: Una vez seleccionados los artículos más pertinentes, los califico en grupos por afinidad de los temas que cubren. Estos temas están determinados por los artículos seleccionados, pero que reflejan la relevancia de los temas. En general los califico entre seis y ocho grupos (partes).  Por esta razón, las partes no contienen un numero semejante de capítulos ni tienen una extensión comparable, como es el caso de libros escritos de base cero, como los de texto o para dirigentes. Cada parte termina teniendo entre dos y doce capítulos.


Edición técnica: Cada uno de los 40 artículos es convertido a un capítulo, para lo cual se edita el lenguaje, para cambiarlo de artículo en blog a capitulo en libro. Se corrigen errores, se actualiza en los casos que sea necesario y se eliminan algunas repeticiones. Pero no se cambia el sentido del artículo.


Referencias: Se editan las referencias para referirse ahora a otros capítulos de los seis volúmenes precedentes y del nuevo volumen y no a artículos del blog. Se revisa la vigencia de las referencias a publicaciones externas, se añaden algunas nuevas y se eliminan las que han dejado de ser relevantes o accesibles. Esto que parece trivial es una de las partes de la edición mas laboriosa.


Integración: Una vez editados los capítulos, agrupados en las partes correspondientes, se hace la integración para que sea un libro y no una colección de capítulos.  Se escribe un resumen de cada uno de los 40 capítulos, que se presentan en una introducción a cada una de las partes, que establece el hilo conductor y las relaciones entre sus componentes. Se escribe el índice y el prólogo, que describe el libro, su contenido y el uso recomendado.


Portada:  Es algo que también puede parecer irrelevante pero que para mí tiene un gran valor emocional. Como en los seis volúmenes anteriores, la portada es un fragmento de alguna pintura o dibujo de mi difunta esposa. Seguramente no son las portadas más idóneas para este tipo de libros, supongo que deberían relacionarse con la responsabilidad empresarial, pero me aprovecho de que no debo atender mandatos ni deseos de terceros para honrar su memoria.


Edición linguistica: Una vez completado el libro, se somete a una edición exhaustiva del idioma (mi español deja que desear), se corrigen inconsistencias y se constatan y corrigen las referencias cruzadas. Para ello contrato un editor profesional a un costo estimado de US$1 500.


Diseño: Una vez editado, se procede al diseño de la estructura del libro, diseño de las páginas, de la portada, selección de colores y de las fuentes, etc., para convertir una colección de documentos Word en un documento pdf integrado.  Para ello contrato a una firma profesional a un costo estimado de US$2 000.


Y después de más de 20 años escribiendo, ejerciendo y enseñándo, de dos años de escribir los 80 artículos y de varios meses invertidos en estas actividadesde producción, puedo presentar al lector el:

 


Una Mirada Crítica a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica

Volumen VII

 


sábado, 13 de mayo de 2023

Publicación de mi nuevo libro

 

Ya está disponible mi undécimo libro sobre la Responsabilidad Social de la Empresa, el volumen VII de la serie “Una Mirada Crítica”, disponible en el nexo siguiente (los demás están disponibles en www.cumpetere.com).

 

Una Mirada Crítica a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica

Volumen VII

 










 



domingo, 7 de mayo de 2023

¿Por qué el consumidor “responsable” no compra de acuerdo con lo que dice que haría?


Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan qué pasará, otras hacen que suceda.
Michael Jordan

 

En un artículo anterior Consumo responsable. Primera parte: ¿Incorporan los consumidores la responsabilidad empresarial en sus decisiones de compra? (9 abril 2023) comentábamos las respuestas muy positivas a las preguntas sobre intenciones de compra de productos responsables y expresábamos nuestra incredulidad, alegando que la práctica no reflejaba esas respuestas y que estas encuestas hipotéticas (¿compraría Ud.? perjudicaban la promoción de las compras responsables.

En esta nota ofrecemos una explicación a esas discrepancias entre intención y acción, inspirada por la lectura de un artículo, publicado unas semanas después el periódico The Economist (Economists and investors should pay less attention to consumers: Their thoughts can be misleading, 27 abril), donde analizaba el tema de las opiniones en encuestas de opinión/expectativas de los consumidores sobre la actividad económica en general.

No se refiere a la sostenibilidad empresarial de nuestro artículo, pero el fundamento del análisis es el mismo: ¿se reflejan las opiniones expresadas en acciones concordantes? ¿son estas encuestas confiables como indicadores del comportamiento futuro?

El articulo pasa revista a varias encuestas muy reputadas a nivel de variables macroeconómicas.  Para nuestros propósitos extraemos conclusiones, no expresadas en estos términos en el artículo, pero que se deducen de estudios académicos sobre el tema y de nuestro análisis previo:

Las variables que tiene en mente el consumidor cuando responde a las preguntas, en nuestro caso si compraría un producto que ha sido producido responsablemente, son diferentes a las que considera cuando toma la decisión de compra. En el primer caso, piensa en un hipotético y su respuesta está influenciada por deseos propios y expectativas de terceros. En la decisión de compra toma en cuenta muchos otros factores además de estos dos, por ejemplo, su nivel de ingresos en ese momento, el valor total de su compra, el precio de productos alternativos, la calidad relativa, etc.

Son dos momentos donde las consideraciones de la decisión (opinión a expresar y compra a hacer) son diferentes. De esto podemos proponer el

 


 La concordancia puede ocurrir en algunas compras selectas, pero que no es lo común, no es generalizable.

Las intenciones expresadas por los consumidores son eso, intenciones y no necesariamente reflejan comportamiento.  Las dos decisiones son afectadas por diferentes consideraciones.

 El artículo del periódico concluía que: “Las encuestas de opinión son correctas lo suficiente como para ser tomadas en cuenta, pero equivocadas muy frecuentemente como para que sean confiables”.

En el caso de las encuestas sobre intenciones de compra de productos y servicios producidos responsablemente nos limitaríamos a la segunda parte de su conclusión: “…..pero equivocadas muy frecuentemente como para que sean confiables”.