domingo, 20 de agosto de 2023

Datos llamativos sobre sostenibilidad empresarial. Parte II: ¿Le importa la sostenibilidad al consejo? USA vs. UE

 

No es que el artículo anterior de esta serie de tres (Algunos datos llamativos sobre la sostenibilidad empresarial) haya tenido gran acogida, pero me sigue pareciendo oportuno continuar reportando sobre algunos aspectos que pueden salirse un poco de las expectativas o creencias de los que trabajamos en la sostenibilidad empresarial y que ayuden a su mejor implementación.  

En esta segunda parte comentaré algunos datos de una publicación sobre la consideración de la sostenibilidad empresarial en el consejo. Antes de hacerlo es oportuno recordar que los resultados son, en el mejor de los casos aplicables a los países de las encuestas, suponiendo que las muestras son representativas y que, en general, no son extrapolables a otras situaciones. Pero ello no obsta para no se puedan aprender lecciones de estos países, pero usándolas con el debido conocimiento de las diferencias.

El informe Sustainability in the spotlight: Has ESG lost momentum in the boardroom?, (con un extenso resumen publicado en el blog de la Harvard Law School Forum on Corporate Governance) contiene datos llamativos por cuanto es el resultado de un estudio muy extenso y rico en perspectivas y porque contrasta la situación en Europa con la de EE.UU, lo que no es muy común. Fue llevado a cabo por la consultora SpencerStuart, con sede en Chicago y oficinas en 30 países.

Los resultados están basados en una encuesta a casi 1 000 consejeros, en abril del 2023, de los cuales el 44% son de EE.UU. y el 34% de Europa (incluyendo el Reino Unido) y el resto, el 22%, de otros países, que no comentaremos.

1.     1.    La sostenibilidad empresarial como riesgo u oportunidad



2.     Liderazgo efectivo y grado de ambición en aspectos ambientales y sociales

Confirma el mayor grado de avance en Europa con respecto a EE.UU., tanto que en aquella región lo ven mucho más como una oportunidad que un riesgo a mitigar, posiblemente por la mayor tradición europea en el interés por el medio ambiente y por el bienestar de la sociedad, como porque EE.UU. tiene una cultura de litigación que los lleva a evitar riesgos en actividades que no son netamente comerciales.

3    3.    Sostenibilidad empresarial no es una prioridad

Muy llamativo el hecho que solo el 2% de los encuestados en Europa digan que no es una prioridad.  Sería de esperar que, a pesar de lo desarrollada que está en Europa, hubiera un mayor número de empresas que no lo considera prioritario. Posiblemente la muestra tiene sesgo a empresas evolucionadas.

4.    4.    Consideración en el Consejo

En este caso es llamativo el hecho de que el 17% de los encuestados en EE. UU. respondan que el consejo tiene poco o no interés por esos aspectos. En la parte de la frecuencia de consideración no distinguen por región, EU vs. EE. UU., pero lo llamativo es que es relativamente alto si se considera que no son aspectos que cambian a diario.

5.    5.    Respuesta a las regulaciones 

Parece obvio tener que recordar que en las encuestas las respuestas siempre están influenciadas por las preguntas, si no se hacen, difícilmente hará respuesta sobre un especto (lo de que las añadan en “otros”, si se da la opción, es poco común) y cuando se ofrece alguna posibilidad, la responden. No obstante, es llamativo que las principales acciones se refieren a la gestión de la información, asegurarse que se reporta y que se mejora la difusión. La gestión de la regulación acapara mucho menos interés.

6.    6.    Destrezas de los consejeros

Si bien no es parte de la encuesta, el informe, basado en otras fuentes, indica que a nivel global el 10% reporta que sus consejos están buscando nombrar consejeros con experiencia profesional en sostenibilidad. Actualmente solo cerca del 0.8% de 110,000 directores, en 7,226 empresas que cotizan en bolsa, tienen consejeros con esas destrezas.  No es que los consejeros deban ser expertos, pero es lamentable ver un numero tan bajo.  Algún consejero tiene que saber cuáles son las preguntas relevantes, aunque no sepa las respuestas. Para no ser muy críticos, se lo podemos atribuir a que es tema relativamente novedoso. Seguro que en finanzas son muchos más.

7.    7.    Incorporación de indicadores sociales en la estrategia.

No incluimos la respuesta a los aspectos ambientales porque no ofrecen nada nuevo en cuanto a los aspectos a considerar. Las diferencias entre Europa y EE. UU son significativas con Europa considerándolos con más frecuencia. En los aspectos sociales a considerar no son muy grandes, salvo que en este ultimo los incorporan mucho menos.

Pero lo significativo de esto es que el tipo de indicadores sociales que se incluyen como respuestas posibles refleja una visión muy peculiar de lo que son los aspectos especiales relevantes. Solo dos primeros podrían considerarse sociales.  Parece ser más una deficiencia de los que diseñaron la encuesta.

8     8.    Impacto de la sostenibilidad en la rentabilidad en bolsa

En esto las diferencias son grandes. En EE.UU. creen que ello tiene poco impacto, que no es algo de gran preocupación de los inversionistas, en tanto que en Europa es mucho mayor. Esto se puede deberse al mayor interés tradicional por temas sociales y ambientales en Europa y la prioridad sobre los aspectos financieros en EE.UU.

Por el gráfico siguiente vemos que en EE.UU. no solo no creen que la sostenibilidad afecta la valoración, sino que no debe considerarse.

9.    9.    Perspectivas

Las perspectivas son mucho más favorables en Europa, tanto sobre el crecimiento en importancia de los aspectos de sostenibilidad, como de que tendrán mas impacto sobre los negocios.

        10.    Seguimiento y control por los consejos

Es notable que, en general, son muy pocos (18%) los consejos que tienen un comité de sostenibilidad, y ellos casi todos en Europa, y solo la mitad de los consejos hace el seguimiento y control, aunque mayor en Europa que en EE.UU., como era de esperar.

       11.     ¿Quién le reporta al consejo en temas de sostenibilidad?

Este un gráfico que a primera vista es complejo, pero podemos deducir algunos datos llamativos:

  • Los CSO en EE. UU. reportan solo en lo ambiental, en tanto que en Europa reportan también en lo social.
  • Los CSO parecen tener poca ascendencia en los consejos, que prefieren que les reporten los dirigentes de las áreas funcionales respectivas, especialmente los de recursos humanos y de operaciones.
  • En todo caso, el CEO si tiene ascendencia y responsabilidad en estos temas.

En resumen

Como se podría esperar la sostenibilidad está mucho más avanzada en Europa que en EE. UU. donde se considera más una oportunidad que un riesgo, donde se cree que afecta y debe afectar la valoración de la empresa y donde se le presta mucha más atención en la gestión en los consejos.

En la próxima tercera parte comentaremos un estudio sobre el papel de los responsables de la sostenibilidad dentro de las empresas.




sábado, 12 de agosto de 2023

¿Se le olvidó lo social a los estándares internacionales de reportes de sostenibilidad empresarial?

 

Con merecida fanfarria el International Sustainability Standards Board, ISSB, anunció la publicación de los dos primeros estándares de reportes de sostenibilidad, y con más bombo y platillo lo han reproducido las redes sociales (contentos con anunciarlo en LinkedIn y en X (ex Tweeter), sin mucho análisis). Se publicaron los dos primeros, el IFRS S1, General Requirements for Disclosure of Sustainability-related Financial Information, y el IFRS S2 Climate-related Disclosures¿Y los sociales? ¿Es el cambio climático lo único prioritario que merece un estándar específico?

Hemos insistido en varias ocasiones sobre el daño que el énfasis en lo ambiental, y sobre todo en el cambio climático, le hace a lo social. En el artículo Es hora de luchar por equiparar los temas sociales con los ambientales de abril del 2023 reclamábamos esa atención y en abril del 2021, en Los trece enemigos de la RSE(C): Los primeros seis, alegábamos que uno de los principales enemigos de la consideración de los aspectos sociales en la empresa era el énfasis que se le daba al cambio climático. 

¿O es que los aspectos sociales tienen menos impacto financiero?

Y no deja de ser irónico que, a nivel mundial, quien ha producido las recomendaciones para encarar los aspectos sociales sea una institución dedicada a la promoción del reporte de sobre los impactos sobre el cambio climático, el Climate Disclosure Standards Board, CDSB en su esquema de reporte  Advancing and aligning disclosure of environmental and social information in mainstream reports for reporting environmental & social information, publicado como suplemento a sus estándares de cambio climático. Es de recordar que los de cambio climático han sido adoptados por el ISSB en el estándar S2, para aprovechar el trabajo ya hecho y todo el ecosistema existente alrededor de los reportes en base a los estándares del CDSB. A lo mejor deberían aprovechar sus recomendaciones sobre los aspectos sociales para producir un S3 Social Aspects-related Disclosures.

Los estándares en preparación por la Comisión Europea, además de las diferencias fundamentales con los del ISSB en cuanto al objeto del reporte (doble materialidad vs. materialidad financiera) y del ámbito geográfico, se distinguen en cuanto a su cobertura. Incluyen 23 documentos: cinco explicativos del proceso, dos sobre requerimientos y diseminación (tipo S1) y diez sobre detalles por temática, medioambiente, social y gobernanza (llamados European Sustainability Reporting Standards, ESRS), además de seis apéndices explicativos. En este sentido, la cobertura de los estándares de la Comisión es mucho más amplia.

La Comisión Europea sí considera los aspectos sociales, pero no es que esté libre de culpa. Uno de los pilares de la estrategia de financiamiento sostenible de la Comisión es la Taxonomía Verde, donde especifican los rubros que consideran elegibles para promover la sostenibilidad ambiental. Los estándares de reporte propuestos también descansan sobre esta taxonomía. Pero ¿y la taxonomía social?, bien gracias. No está ni se le espera.  Se comenzó a preparar, pero durante el 2022 se abandonó, aunque la versión oficial es que se pospuso sine die (esto lo habíamos analizado en Crónica de una muerte anunciada: Taxonomía Social de la Comisión Europea). ¡Oh el énfasis en el cambio climático es adictivo! ¡O de moda!

La dificultad de los estándares sobre aspectos sociales puede haber también afectado al ISSB. En su premura por publicar los estándares antes que los de la Comisión, se conformaron de hacerlo con solo dos, el general y el de cambio climático (¡no siquiera de medioambiente!) y dejar los sociales para más adelante. Entendible, pero insatisfactorio.

En cuanto a los aspectos temáticos, el ISSB tiene entre sus planes completar la cobertura a otros aspectos ambientales (agua, biodiversidad, etc.), la consulta de dos estándares relacionados a los aspectos sociales, uno sobre el capital humano, dirigido a las empresas mismas y el otro sobre Derechos Humanos dirigido a la cadena de valor. 

Como en el caso de limitar los aspectos ambientales al cambio climático, se hace el supuesto que en la cadena de valor lo prioritario es el tema de los derechos humanos, como si ello no aplicase también a las empresas mismas y no solo a sus suplidores o, viceversa, que el capital humano no fuera relevante en los suplidores.  Dos instituciones que han están presionando a la ISSB para que produzcan un estándar social consolidado, Shift y World Benchmarking Alliance, argumentan que: [1]

  • “….buscar la separación entre capital humano y derechos humanos es perseguir fantasmas”.
  • “Sueldos justos, beneficios sociales y salud y seguridad, ya sea en el lugar de trabajo de la empresa o en el de los suplidores, son derechos humanos. Y son factores que igualmente afectan el capital humano. La composición de la fuerza laboral, el uso de mano de obra contingente o infantil afecta de igual manera a ambos, al capital humano y a los derechos humanos, donde quiera que el trabajador trabaje.

La separación en dos estándares podría restarles efectividad. Y aun cuando se consoliden cabe todavía la pregunta si el capital humano y los derechos humanos cubren todos los aspectos sociales. Obviamente no. La responsabilidad de la empresa sobre aspectos sociales también incluye a la sociedad que queda fuera de las empresas y de sus proveedores. En el artículo La “S” de la ASG: ¿Qué es? …. aparte de ser la cenicienta del grupo de marzo del 2022, proponíamos una amplia tipología de estos aspectos para mostrar su materialidad.

Los ESRS S1 al S4 de la Comisión Europea sí son incluyentes y además de los trabajadores de la propia empresa (S1) y de la cadena de valor (S2), incluyen Comunidades afectadas (S3) y Consumidores y usuarios finales (S4).

Lo que necesita el ISSB es un S3: Social Aspects-related Disclosures como los S1 al S4 de la Comisión Europea.

Y lo dicho: lo social es y será la cenicienta del grupo. Y el ISSB los subestima.

 

[1] How the ISSB should incorporate social issues in sustainability reporting, Caroline Rees y Namit Agarwal, Responsible Investor, 26 julio 2023.

sábado, 5 de agosto de 2023

¿Se están diluyendo los estándares europeos de reportes de sostenibilidad?

 

El 31 de julio la Comisión Europea sometió la versión “final” de los estándares de reporte sobre sostenibilidad empresarialEuropean Sustainability Reporting Standards, ESRS, a la consideración del Parlamento Europeo y de los países miembros, los cuales tienen dos meses para aprobarlos o rechazarlos, pero no para cambiarlos.  Esta versión incluye cambios que hizo la Comisión, como resultado de sus consultas, a los presentados por el grupo técnico de la EFRAG (ver páginas 6 y 7 de la versión citada arriba).

Los cambios que hizo la Comisión se refieren a la posposición de algunas obligaciones para las empresas con menos de 750 empleados y a la eliminación de la obligatoriedad de reportar sobre algunos aspectos que puedan no ser considerados materiales por las empresas, en particular sobre el cambio climático, la biodiversidad y la inclusión.

Según la Comisión estos cambios tienen como objeto reducir la carga burocrática sobre las empresas y alinearlos mejor con los requerimientos, producidos por el Internacional Sustainability Standards Board, ISSB, que serán aplicables, en resto de los países del mundo, en la medida que estos los respalden. Ya han sido respaldados por la International Organization of Securities Commissions, IOSCO, que agrupa a las comisiones de valores de todos los países, lo que hace suponer que esas comisiones también los respaldarán.

La posición de la Comisión permitiría que la información sobre cambio climático en particular cumple con ambos estándares.

¿Constituye esto una dilución de los requerimientos?

Ello ha sido recibido por algunos sectores con acusaciones de que los estándares están siendo diluidos. Por ejemplo, Eurosif, la organización que promueve la inversión socialmente responsable en Europa alega que no se dispondrá de toda la información necesaria para tomar las decisiones de inversión.

A primera vista parece que hay dilución, pero hay que analizarlo un poco más a fondo para apreciar su impacto real. Sobre la posposición para las medianas y pequeñas empresas no hace falta comentarios. Es sobre la obligatoriedad de reportar sobre aspectos materiales lo que puede dar lugar a controversias. En particular Eurosif considera que algunos aspectos deben ser considerados materiales en todos los casos, sin dejarlos a la discreción de las empresas, en particular en aspectos sobre el cambio climático y la diversidad.

Hay que recordar que los estándares europeos dejan a criterio de las empresas determinar cuáles sus aspectos materiales, con la obligación de llevar a cabo un análisis de materialidad (sujeto a aseguramiento independiente) y el reporte de sus impactos reales y potenciales, y las acciones tomadas, además de reportar aquellos que en principio puedan considerar como tales pero que las empresas han decidido no que no lo son para ellas.  Deben reportarlos, no sencillamente ignorarlos. Así los usuarios de la información podrán conocer sobre la materialidad y sobre lo que se excluido.

Sobre esta información los decisores de inversión y la misma sociedad puede discrepar y emitir su opinión.  Lo que cambia es quien debe hacer el trabajo. Claro esta que para estos es más fácil que les reporten todo lo posible para poder tomar sus decisiones y reducir su carga analítica, como estaba en la versión de EFRAG. Pero para las empresas es una carga que puede distraer de lo que es más relevante.

Aquella posición es la que, en cierta medida, ha llevado hasta ahora a que algunas empresas reporten todo tipo de aspectos como materiales, para evitar las críticas sobre omisiones, pero que luego distrae la efectividad de las estrategias.  Desde afuera se puede pretender que la empresa encare todo tipo de impactos, pero desde el punto de vista de la empresa, tiene que ser selectiva y gestionar los que tienen mayor impacto, en función de sus recursos limitados. No se puede hacer de todo.  Y aquí no nos referimos a los impactos negativos, que son innegociables, que deben mitigarse, y sobre los cuales no debe haber controversia.

Esto traslada parte de la carga de trabajo a los analistas y a la sociedad, que prefería que les dieran toda la información posible y que las empresas actuaran en muchos frentes.  Pero hay que hacer un balance entre la carga burocrática a las empresas y la carga analítica a los usuarios de la información. La comisión ha optado por pedir información indiscutible, e informar sobre las omisiones que podrían ser materiales. Ello debería permitir a los usuarios de discrepar y pedir más información, no solo en lo indiscutiblemente material sino también en lo potencialmente material.

Y por supuesto que siempre queda la posibilidad de que la Comisión los actualice, si ve que el sistema está siendo abusado y a medida que se vaya adquiriendo experiencia, tanto en esto como en los demás aspectos de los estándares de reporte. Que seguro que lo hará.

Por ahora ha preferido comenzar poco a poco y sobre todo no introducir más diferencias con los estándares del ISSB. [1]

Y corresponderá a los usuarios hacérselo notar. Todos tenemos que hace nuestra parte de la tarea.

¿Dilución de los estándares? Sí si son abusados. Se les está concediendo el beneficio de la duda a las empresas. ¿Arriesgado?



[1] Una excelente guía, comparando los requerimientos del ISSB y los de la Comisión Europea, ESRS, es Implementation Guidance for the International Sustainability Standards Board (ISSB) Standards and the European Sustainability Reporting Standards (ESRS).