SI
|
NO
|
SI, Los premios estimulan a
las empresas a ser más responsables
|
NO, Los premios solo estimulan
a las empresas a parecer responsables
|
SI, Los premios permiten
distinguir las empresas responsables de las que no lo son
|
NO, No se deben premiar comportamientos que
deben ser la norma
|
SI, Los premios sirven para
aumentar el interés de la sociedad por la responsabilidad empresarial
|
NO, Los premios son usados
para hacer propaganda
|
domingo, 30 de junio de 2013
Premios por responsabilidad empresarial: ¿Qué opinaron?
Entre los días 16 y el 25 de junio se llevó a
cabo una encuesta sobre los premios a la
responsabilidad empresarial, enfocándose en tres preguntas:
(1) Si se deben otorgar y bajo qué condiciones, (2) Proceso de
selección, (3) Mecanismo de control y supervisión social de los premios
otorgados. Se recibieron 71 respuestas,
que parecen ser un número razonable como para sacar algunas conclusiones.
Como en encuestas anteriores, es de enfatizar
que la muestra no es representativa de la población en general ya que responden
los lectores del blog de Cumpetere, que presumiblemente son conocedores del
tema. Es por lo tanto una encuesta
sesgada. Pero lo que se pretende
determinar es precisamente eso: ¿Qué opinan sobre los premios los conocedores
del tema?
Se debe otorgar
premios y bajo qué condiciones
El 49% respondió que SI se deben otorgar
premios a la responsabilidad y el 51% respondió que NO. Para el suscrito, que es escéptico sobre los
premios, las respuestas son un poco
sorprendentes. Esperaba un mayor
porcentaje de NO. No obstante, se debe
aclarar que las preguntas ofrecían alternativas sobre las justificaciones para las respuestas y es en estas
justificaciones donde reside el interés de las respuestas. Las opciones eran:
Y los
resultados, incluyendo las justificaciones, se pueden ver en el siguiente
gráfico, donde tanto para lo que respondieron que SI como para los que NO,
todas las justificaciones les parecen válidas.
Para lo que respondieron que SI, lo único claro es que creen poco en que
los premios separen las empresas responsables de las que no lo son,
presumiblemente todas son más o menos (ir)responsables, unas un poco más, otras
un poco menos. Pero opinan que los
premios sí estimulan a las empresas a ser más responsable y a aumentar el
interés de la sociedad en la RSE. Los
premisos cumplen funciones valiosas.
Para los que respondieron que NO, la opción más
votada es que los premios estimulan a las empresas a parecer responsables y, en forma relacionada, que son usados para
hacer propaganda. La opción menos votada es que no se debería premiar lo que debe ser la norma
del comportamiento. Un resultado
relativamente sorprendente (para el suscrito, que es cree en esto).
Proceso de
selección de los premios
Las preguntas sobre el proceso de selección
se referían a tres aspectos: (1)
información utilizada, (2) participantes en la selección y (3) objeto del
premio. En cuanto a la información a ser
utilizada, una clara mayoría del 70%
prefiere basarse en el contraste de información de la empresa con verificación
externa, mientras un grupo mucho menor, 21%, aceptaría que se basaran en
información públicamente disponible y sólo el 4% aceptaría basarlos en
información proporcionada por la empresa
(algunos no votaron y por ello no suma 100%).
La mayoría de los premios existentes usan esta última modalidad y
algunos usan información disponible al público.
Obviamente que los costos del
proceso aumentan a medida que se quiere información más confiable, y ello es
precisamente un buen indicador de la confiabilidad de los premios. Premios
fáciles de otorgar, premios poco confiables.
En cuanto al proceso hay un claro rechazo
a las votaciones del público, favorecido por solo el 6%, en tanto que la
gran mayoría prefiere la participación de expertos (77%), divididos entre un
30% que prefiere solo un panel de expertos y el 47% que prefiere la
preselección por expertos y luego votación del público. Ojala
lean esto los otorgantes de premios.
En cuanto al objeto del premio, el 13% vota por que sea otorgado a las prácticas
generales de responsabilidad, el 35% vota porque sean otorgados a prácticas
específicas y el 32% a cualquiera de las dos (es resto presumiblemente NS/NC). La tendencia actual es la otorgar premios a
prácticas específicas que sean más identificables y constatables.
En cuanto a la propuesta de la encuesta de
desarrollar un mecanismo de control social sobre las instituciones que otorgan los
premios y sobre los premios recibidos por las empresas, las respuestas fueron
sumamente favorables. En un primer caso
se proponía la creación de una
institución independiente de expertos que, basado en criterios consensuados con
la comunidad de la RSE, calificaría, en una escala predeterminada, la
credibilidad del proceso que las instituciones usan en el otorgamiento de
premios. La propuesta fue considerada
una buena idea por el 70% de los encuestados (y de ellos el 57% estaría
dispuesto a participar), aunque el 23% piensa que, aun siendo factible, no
tendría efectividad. Solo el 6% piensa
que no es una buena idea.
La segunda propuesta de crear una comunidad
de stakeholders, que podría llamar la
atención sobre premios otorgados a una empresa especifica que ofrecen dudas, en
forma de un sitio web donde el “denunciante” colocaría sus objeciones al premio
a esa empresa y la comunidad de la RSE comentaría las objeciones, incluyendo la
misma empresa y la institución otorgante (el valor de la objeción sería en
función del apoyo que recibiera de la comunidad de RSE). Esta propuesta también fue considerada una
buena idea por 66% de los encuestados (y de ellos el 50% estaría dispuesto a
participar), aunque el 19% responde que es factible pero que no tendría
efectividad. El 16% responde que no es
factible.
La encuesta también hacía dos preguntas sobre
localización geográfica (América Latina, España y Otros) y generación a la cual pertenece (post guerra, generación
X, generación Y), con el objeto de analizar si estas variables influyen en las
respuestas. El 61% de los encuestados
laboran en América Latina y el 60% pertenece a la generación X (1962-1981).
Los resultados no muestran diferencias
significativas por localización geográfica.
En cuanto a las generaciones, los de la generación X (41 respuestas) se
pronuncian como más partidarias de los premios por su potencial de aumentar el
interés de la sociedad en la RSE (las otras dos generaciones representan una
muestra muy pequeña,19 y 9 respuestas respectivamente, como para sacar
conclusiones). También son más
partidarios de los mecanismos de control social.
Los resultados de
la encuesta indican una gran división en cuanto a la utilidad de los premios
para promover la responsabilidad. Pero
sí hay un relativo consenso en que la forma de otorgarlos debe ser más confiable,
desestimando los premios que se otorgan con votación por el público,
prefiriendo la participación de expertos en el proceso de selección, el rechazo
a usar solo información proporcionada por la empresa ya la utilización de
información en el dominio público y posiblemente constatada de forma
independiente. También respaldan posibles mecanismos de control social sobre
las instituciones que otorgan los premios y sobre los mismos premios.
CONCLUSION
GENERAL: HAY QUE HACER LOS PREMIOS MAS CONFIABLES
Para una opinión personal sobre cómo deben
otorgarse los premios pueden ver mi artículo Como
NO otorgar premios de responsabilidad empresarial
Pueden ver la encuesta original
en https://es.surveymonkey.com/s/T72L9N9
GRACIAS A TODOS POR SU PARTICIPACION
martes, 25 de junio de 2013
Mirada crítica a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica, Volumen II
El próximo 9 de julio se lanzará al público en
Bogotá, Colombia, mi nuevo libro: Mirada crítica a la Responsabilidad Social de
la Empresa en Iberoamérica, Volumen II.
El libro contiene una selección de 40 de los 111 artículos publicados
en los años 2011 y 2012 en el blog Una Mirada Crítica a la Responsabilidad
Social de la Empresa en Iberoamérica, clasificados, revisados, actualizados y con
referencias cruzadas. Contiene además ocho capítulos más extensos, publicados o
difundidos durante este periodo en otros medios:
- En la Revista de la Responsabilidad Social
de la Empresa, de la Fundación Luis Vives:
- Reseña del libro Negocios inclusivos: iniciativas de mercado
con los pobres de Iberoamérica, por Patricia Márquez, Ezequiel Reficco y Gabriel Berger. Nº 7, Ene.-Abr. 2011.
- Reseña del
libro What Money Can´t Buy: Moral Limits
of Markets, por Michael J. Sandel. Nº 12, Sept.-Dic. 2012.
- Compartir el valor creado versus
crear valor compartido: diferentes estrategias, diferentes implementaciones,
diferentes resultados. Nº 10, Ene.-Abr. 2012.
- Cuarto sector: hacia una mayor responsabilidad social
empresarial. Nº 12, Sept.-Dic. 2012.
- La responsabilidad social de
las entidades financieras: microfinanzas, en el Dossier No. 3 de Economistas
sin Fronteras.
- ¿Es posible la inversión y el financiamiento
responsable en América Latina?, capítulo 7 del libro La empresa en tiempos de cambio: La RSC y
los negocios inclusivos, Fundación Carolina y Siglo XXI Editores, Madrid, 2011.
- Retos para las estrategias de
responsabilidad de las empresas multinacionales, en el libro La Responsabilidad Social Corporativa y
sus Actores: Mitos y Desafíos de la RSC, en Helena Ancos, compiladora,
2011, Instituto Complutense de Estudios Internacionales, Serie Estudios e Informes,
Nº 7, Madrid.
- Retos para los nuevos profesionales
de la RSE. Revisión del discurso en la inauguración del postgrado en RSE de
la Universidad del Istmo, Guatemala.
El libro ha sido posible gracias a la
generosidad del Centro Internacional de Responsabilidad Social y
Sostenibilidad, CIRS y a Gatos Gemelos Comunicación de Bogotá, que donaron los
servicios de edición, diagramación y producción del libro.
Gracias a ellos, el libro estará disponible gratuitamente
en forma electrónica hasta el 9 de agosto, a partir del cual se podrá descargar
a un costo nominal de US$10, cuyos ingresos serán invertidos en la impresión de
un número limitado de ejemplares.
domingo, 23 de junio de 2013
Perlas en RSE
Uno de diputados
Un diputado, líder en RSE en su partido,
mientras presentaba los esfuerzos de su partido en la promoción de la RSE en un
panel: “Esta conferencia es socialmente irresponsable. Aquí hace mucho calor, hay que poner el aire
acondicionado más frio”. (No, no hacía
calor, estaba acalorado)
¿Y el consumo energético y las emisiones Sr.
Diputado?
Una diputada, líder en RSE en otro partido, en el mismo panel al responder una pregunta sobre la responsabilidad social del Congreso dijo: “somos socialmente responsables: apagamos la luz y reciclamos el papel……………………………………ah! y pusimos una guardería infantil”.
Huelgan comentarios.
Y ambos diputados no han sido elegidos por los ciudadanos, han sido “seleccionados” por los respectivos partidos para integrar listas que permiten ocupar escaños para después “seleccionar” al Presidente del Gobierno. ¿RSE: Responsabilidad Social Electoral?
Mucha imaginación
Un anuncio de Air Europa sobre la
sostenibilidad de sus aviones dice:
·
El
humo: conquistado.
·
El
ruido: conquistado.
·
Emisiones
de CO2: estamos en ello.
“Estamos en ello”, sin más comentarios.
¿Esperan conquistarlas?
Si alguna vez ven u oyen a un avión de Air
Europa, recuerden que el humo es invisible, el ruido es imaginario y las
emisiones de CO2 no se sienten.
¿Quién es
responsable?
Minutos antes de aterrizar en un vuelo internacional
de United: “Lo sentimos mucho, pero no
nos dieron los formularios para inmigración y aduana. No es culpa nuestra.”
¿Es su responsabilidad ser proactivos o deben
ser pasivos ante las necesidades de servicio de sus clientes? Menos mal que a
alguien se le ocurrió darles combustible porque a lo mejor tampoco lo pedían.
Yo no tengo nada
que ver con eso
Nickelodeon, una de las empresas más exitosas
de programación televisiva infantil ha recibido numerosas críticas por sus
propagandas que estimulan el consumo de alimentos no saludables para los
niños. Su respuesta a las críticas:
“Nuestra responsabilidad son los programas de
televisión infantil, no la nutrición”.
Parece que tienen una visión muy restrictiva
de la responsabilidad de su producto.
¿Cuál es su producto? ¿Sólo la parte entre las propagandas? A lo mejor antes de cada propaganda deberían
decir “no tenemos nada que ver con esta propaganda”.
Parece que estas
empresas e instituciones se toman la responsabilidad como algo selectivo.
domingo, 16 de junio de 2013
¿Se deben otorgar premios por responsabilidad empresarial?
Cada día hay más premios a la responsabilidad
empresarial, mucho más debido a la oferta de instituciones que de esta manera
logran visibilidad, que a la demanda por parte de las empresas por
reconocimiento. Esta proliferación de
premios corre el riesgo de devaluar el valor de todos los premios de la
creciente “industria de los premios de RSE”.
Hasta las mismas empresas han comenzado a otorgar premios a otras
empresas e instituciones. Es una manera
costo efectiva de lograr visibilidad y
mejorar la reputación por el efecto aureola (¿Se puede manipular la
reputación?: El efecto aureola). Si una
empresa otorga premios a terceros por la gestión de la discapacidad debe ser
porque, por asociación, ella misma es responsable en este aspecto, o por lo
menos es lo que nos quieren hacer creer.
Es conocido por los lectores mi escepticismo
sobre los premios a la responsabilidad empresarial, que he comentado en varios
artículos en mi blog (Premios y certificaciones en
RSE: No es oro todo lo que reluce, Como no otorgar premios de
responsabilidad,
Premios GRI al mejor reporte de
sostenibilidad: ¡Falacia!, Virginidad, premios y
responsabilidad social, entre otros, y el más reciente, Premios del Pacto Mundial: ¿Quién está confundido?).
Mis objeciones son muchas, desde que no
existe la “empresa (totalmente) responsable” a que los premios son un incentivo
al “greenwashing”, a que los premios se otorgan con información mayormente proporcionada
por la empresa y con poca o nula
verificación externa, hasta extremos de premios de RSE a instituciones que no
son empresas que tienen el conflicto entre los beneficios y el bien común. Hay hasta premios que se otorgan a
instituciones por hacer lo que es su razón de ser, su función (a una ONG que
trabaja con discapacitados por su trabajo con discapacitados, a una empresa
cuyo objeto es la energía renovable por su trabajo en energía renovable). Es como si se otorgaran premios a la empresa
más rentable.
¿Hay que premiar el comportamiento que
debería ser el natural, la norma? Necesitan
las empresas reconocimientos de este tipo para ser responsables? ¿O es algo en lo que tanto empresa como
institución otorgante ganan y de allí la simbiosis?
Obviamente que es posible premiar algunas
prácticas responsables y en uno de los
artículos me atrevimos a listar algunas de las condiciones que deberían cumplir
(ver capítulo V.6 del libro Una Mirada Crítica a la
Responsabilidad Social de la Empresa: Como se deben otorgar premios
responsablemente)
Lo expresado arriba es una opinión
personal. Es deseable, y ante la
proliferación de premios, oportuno, recabar la opinión de otros expertos en RSE
sobre:
·
Si
se deben otorgar premios a la RSE
·
Cómo
se deben otorgar premios
·
Si se
pueden establecer mecanismos de control por los stakeholders a los premios
Responde a una simple encuesta de seis
preguntas en
cuyos resultados publicaremos próximamente y
que te permitirán conocer la opinión de tus colegas.
GRACIAS A TODOS POR SU PARTICIPACION
domingo, 9 de junio de 2013
¿Cómo interpretar LA definición de la RSE?
Desde tiempo inmemorial se han propuesto
innumerables definiciones para la responsabilidad social de la empresa, RSE.
Cada quién parece tener la suya. En gran
parte la búsqueda de la definición universal está estimulada por las múltiples
interpretaciones que se pueden dar a los términos de “responsabilidad” y “social”,
en buena parte por individualismo, en la búsqueda de la definición que dé
reconocimiento al autor, y en buena parte porque es un concepto en evolución. Este artículo pretende demostrar que la definición más sencilla dada hasta ahora
es la más completa y es la guía para la estrategia de RSE de la empresa. Pero hay que saberla interpretar.
No vale la pena reproducir las muchas
definiciones. Hasta la reciente ISO
26000 aventuró una extensa definición que no ayudó a aclarar las cosas. ¡Qué
fuerte debe haber sido la presión de los participantes en el proceso para
inventar una! El criterio que debemos
usar para evaluar una definición es el poder de convertirse en acción y, en
nuestro caso, su capacidad de ser convertida en estrategia de la empresa.
Creo que la Unión Europea en el 2011 dió la
definición que debería ser la definitiva, o por lo menos la que debería usarse
de ahora en adelante, por su simpleza y su riqueza: “Responsabilidad de las empresas
por sus impactos en la sociedad”, en forma pasiva, que traducida a
forma activa, “implementable”, se puede leer como “Gestión de los impactos de la empresa ante la sociedad”, entendiendo que la palabra “sociedad”
también incluye el entorno en que ella existe: el medio ambiente.
Me propongo analizar qué quieren decir cada
uno de los tres términos claves: gestión, impactos y sociedad, y demostrar que,
bien entendidos, la definición es de aplicación universal y puede servir para guiar
la estrategia de RSE de cualquier empresa.
Gestión. Gestión en el más amplio sentido de la
palabra, que incluye conceptos como eliminación,
reducción, mitigación de impactos negativos y mejora, potenciación y extensión
de los positivos. Así no hace falta tener que explicar que la empresa, como
parte de su gestión, puede y debe disminuir sus impactos negativos pero también
puede querer contribuir al desarrollo económico, puede querer apoyar al
desarrollo local, institucional, mejorar condiciones de trabajo, entre
otros. Será su manera de gestionar los
impactos, tangibles o intangibles, pasados, presentes o futuros. Puede hasta
crear valor compartido y compartir el valor creado, si ello forma parte de sus
impactos en la sociedad. La palabra gestión es incluyente.
Impactos. Toda actividad tiene impactos, que pueden ser
positivos y negativos y pueden ser actuales o potenciales, presentes o futuros. Pero para efectos de implementar su gestión la empresa debe determinar cuáles son los
impactos que tiene que considera relevantes y cuáles quiere tener. Tradicionalmente se ha interpretado que lo
que se gestiona son los impactos que tiene, pero la definición también puede/debe incluir los que quiera tener, lo
cual daría cabida a considerar el papel que la empresa quiere jugar en la
sociedad, con una visión de más largo plazo.
La nueva versión del GRI G4 incluye como
punto central un proceso de determinación de los impactos que tiene (aunque no los que quiere tener) y de
las partes afectadas. Como muy bien lo
reconoce el GRI G4, no es práctico tomar responsabilidad por todos los impactos
posibles, actuales y potenciales. ¿Hasta donde llegan las responsabilidades de
las empresas? Hay que determinar los que son relevantes en el contexto en que
opera la empresa.
Y este aspecto es de importancia crítica para
todas las empresas pero más aún para las PyMEs, a las que les suelen vender una
visión muy amplia de sus impactos, incompatibles con su limitada capacidad
gerencial y financiera de gestionar las acciones de eliminación, reducción,
mitigación de impactos negativos y mejora, potenciación y extensión de los
positivos.
Pero ¿y si a la sociedad no le parece bien la definición de la empresa de gestión, o como la ejerce, o como determina sus impactos? ¡Que
actúe! La sociedad también tiene
responsabilidad. No puede desentenderse.
Sociedad. De la misma manera la empresa debe decidir quién es la “sociedad” para ella. En principio “sociedad (y medio ambiente)” es
un concepto ilimitado, y como tal no es un concepto práctico. La empresa debe acotarlo y decidir las partes que considera como afectadas, positiva o negativamente, real y potencialmente. Para
una PyME la “sociedad” puede limitarse a sus empleados y la comunidad que la
rodea y gestionará solo aquellos impactos que tengn relevancia para su
estrategia (a lo mejor así dejaremos de
venderles la idea de que deben hacer de todo, como sugieren las herramientas de
auto diagnóstico y pedirles que preparen informes de sostenibilidad, que a “su sociedad”
no le interesan) Una multinacional
tendrá una definición mucho más amplia y podría extenderla hasta el planeta.
¿Y si a la sociedad no le parece bien su
definición de sociedad? ¡Que actúe!
La sociedad también tiene responsabilidad. No
puede desentenderse.
En resumen, la
empresa define quién es la sociedad para ella (que no es toda), como la impacta
y como quisiera impactarla (que no es de todo), en consulta, si quiere (aunque debería)
con esa sociedad, y como quiere y puede gestionar estos impactos (en función de
su capacidad).
He allí la base para determinar la estrategia
de la empresa. Y esto basado en la más
sencilla de las definiciones de RSE, la de la Comisión Europea. Y podemos dejar de hablar de “voluntariedad”
y de “ir más allá de la ley”……………………….. ¡por favor!
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