domingo, 23 de noviembre de 2014

Eludir y evadir impuestos: ¿Hasta dónde llega la irresponsabilidad empresarial?


Para muchos evadir y eludir impuestos es sinónimo.  Sí, tienen algo en común: tanto los evadidos como lo evitados no se pagan.  Pero desde el punto de vista legal es muy diferente evadir que eludir. [i]

Pero, ¿y desde el punto de vista de la responsabilidad de la empresa ante la sociedad?

Para analizar las posibles irresponsabilidades de las empresas en su gestión de los impuestos conviene comenzar con las definiciones formales según el Diccionario de la Real Academia:

Elusión: Acción y efecto de eludir.
Eludir: Evitar con astucia una dificultad o una obligación. Eludir el problema. Eludir impuestos.
Evitar: Apartar algún daño, peligro o molestia, impidiendo que suceda

Evadir: Eludir con arte o astucia una dificultad prevista.  Sacar ilegalmente de un país dinero o cualquier tipo de bienes.

El primero es un acto de eludir algo que puede ser dañino para quien lo hace y el segundo es, usando arte o astucia, evadir algo que está prohibido o que es su responsabilidad.

¿Qué es lo que están haciendo las empresas con los impuestos?  ¡Las dos cosas!  Pero analicemos la responsabilidad o irresponsabilidad de ambos casos, desde el punto de vista de la responsabilidad de la empresa ante la sociedad.





Evasión fiscal

Sobre “evasión” no hay mucho que debatir.  Es irresponsable desde el punto de vista del cumplimiento de una ley o regulación que el gobierno ha impuesto.  Aunque muchos de los afectados se preguntan si leyes y regulaciones son justas, si no es que los están “castigando” por ganar dinero, si no es que les tienen envidia, sino no es que están en contra del éxito. Parece que todos lo cuestionamos. 

Pero ¿quién no ha evadido impuestos? ¿Quién no ha pagado algo en efectivo para que no le cobren el IVA o porque quien les presta el servicio lo exige para no tener que declararlo y así pagar menos impuestos.  Podemos beneficiarnos ambos al repartirnos los impuestos no pagados. Esto es evadir, no es eludir.  Está prescrito por ley que se debe pagar.  Lo mismo que cuando no declaramos algún ingreso o lo cobramos en especies (pobrecitos los empleados a sueldo que no pueden evadir impuestos sobre los ingresos..… aunque hay mucha creatividad). 

El que esté libre de culpa que tire la primera piedra.

Y todos estos que alguna vez, en mayor o menor medida, hemos evadido impuestos criticamos a las empresas que los evaden (diremos que nuestras evasiones a título personal son peccata minuta, pecados veniales comparado con los masivas cantidades de dinero que evaden las empresas, son pecados capitales (¿será por eso que lo que se evaden son grandes “capitales”?).  Y es verdad, pero no por ser de menor cuantía deja de ser peccata.

Elusión fiscal

Pero analicemos la (ir)responsabilidad de evitar o eludir impuestos.

Un caso paradigmático es el de Apple que es acusada por la Comisión Europea de eludir impuestos localizando sus beneficios en Irlanda a través de empresas intermediarias.  Legalmente no importa donde se incurren los gastos o donde se obtienen los ingresos, sino donde se localizan los beneficios a través de transferencias financieras entre empresas.   El Chief Financial Officer dijo que “no hicimos nada en contra de la ley”.  Lamentablemente cierto.  Fueron muy creativos y precisos en la creación de las empresas y en la contabilidad de las transferencias   ¿Pero es esto una respuesta aceptable para la sociedad?

El evadir impuestos es claramente ilegal, pero el eludirlos se hace dentro las leyes y regulaciones vigentes.  Puede que sea legal pero, ¿es ético, es responsable?  ¿Es ético y responsable aprovecharse de la incapacidad de los gobernantes o de las ineficiencias de los sistemas fiscales?

Y son muchos los que lo hacen.  La gran mayoría de los individuos también buscan conocer mejor las leyes y regulaciones y ver que más deducciones se pueden hacer, que modalidades fiscales permiten la minimización de los impuestos, dentro de las leyes y regulaciones vigentes.  Y esto, las personas naturales no lo vemos como irresponsable, se trata de conocer bien las regulaciones y tener buenos asesores fiscales.  Pero cuando las personas jurídicas lo hacen parece ser una violación de la ley, aunque juegan con las mismas reglas que las personas naturales.

Lo que también está claro es que en el caso de las personas jurídicas hay mucho más dinero involucrado. Pero, ¿es la irresponsabilidad una función del monto?  Quienes suelen tener la capacidad de aprovechar las técnicas y procedimientos para eludir impuestos suelen ser las personas jurídicas de mayor tamaño y las naturales con mayor volumen de riqueza.  Pero ¿no son estas personas, naturales y jurídicas, las que tienen mayores responsabilidades ante la sociedad? Las jurídicas porque es la sociedad la que más les ha dado y las naturales por eso mismo o aunque solo fuese por solidaridad con el resto de la sociedad.

¿De dónde salieron los miles de millones de beneficios que Amazon, Apple, Google Starbucks, etc. obtuvieron?  ¿Tienen la responsabilidad ante la sociedad de devolverle algo en forma de impuestos, más allá de su responsabilidad ahora tradicional en temas sociales y ambientales?





¿Porque tienen una responsabilidad ante la sociedad de pagar impuestos? [ii]

Algunas empresas e individuos creen que los impuestos son una piedra fiscal que tienen la obligación de eludir para que no les haga  daño.  Que el eludirlos es una obligación ante los stakeholders, especialmente ante los inversionistas. Pero el principal stakeholder es la sociedad, representada en este caso, bien o muchas veces mal, por los gobiernos.

Si las empresas dejan de pagar “legalmente” impuestos es importante analizar cómo se podrían distribuir los recursos ahorrados.  En principio se pueden beneficiar los accionistas y dueños a través de mayores dividendos en el presente y en el potencial de pagarlos en el futuro (reflejados en los precios de las acciones), pero también pueden redundar en mejores condiciones de trabajo (famoso caso de Google) y remuneraciones de sus empleados, en mejores sueldos para los altos ejecutivos y a lo mejor en menores precios por sus productos y servicios.  Algunos de estos “usos” reintegran algo a la sociedad, pero en estos casos es la empresa la que decide como se hace la distribución y no la misma sociedad, directamente, o indirectamente a través de los gobiernos que ésta ha elegido.  Uno de los papeles fundamentales que deben cumplir los gobiernos en la sociedad es la creación de la riqueza y la imposición de impuestos para su redistribución a través de servicios colectivos para el bien común

También es cierto que muchos gobiernos no cumplen esa función de forma efectiva y eficiente, que son malgastados o utilizados ineficientemente, o sencillamente sustraídos por sus funcionarios, pero esto no releva de la responsabilidad de pagar los impuestos.  Ello resalta la necesidad de atacar también la responsabilidad de los gobiernos.  Pero esto sería tema de otro artículo.

¿Es responsabilidad de la empresa pagar impuestos que se pueden eludir?  Desde el punto de vista de muchos de sus dirigentes y de los que derivan dividendos y mejoras en los precios de las acciones posiblemente no, pero desde el punto de vista de la sociedad, sí.  ¿Por qué?

Los beneficios que han dado lugar a los potenciales impuestos que se evitan se derivan en buena parte de los esfuerzos de la misma empresa y de sus dirigentes y empleados, pero en buena parte se derivan de beneficios que la sociedad le otorga a las empresas por los cuales no paga nada o no paga su verdadero costo para la sociedad.

La empresa usa servicios del medio ambiente, por ejemplo, usa el aire que lo devuelve, usado, con contaminación y con gases de efecto invernadero que causan o causarán daños a la sociedad, sin pagar por ello.  Usa agua que podría tener usos alternativos con mayores beneficios para la sociedad, sin pagar por su verdadero valor, no solo el costo o el precio fijado por un mercado imperfecto o inexistente.  Se aprovecha de la educación que han recibido sus empleados y la salud con la que cuentan sin pagar por ellas, parte de las cuales ha sido obtenida con recursos del estado proveniente de los impuestos pagados por individuos y empresas.  Se benefician de la seguridad nacional, de los servicios públicos, del entorno de negocios y de la infraestructura existente en los países lo que les permite llevar a cabo sus operaciones con más eficiencia. Las empresas se benefician por algo que no pagan y de allí la necesidad de los impuestos, para cubrir el costo de bienes comunes.

Si los impuestos se evitan, el estado puede verse en la necesidad de prestar menos de estos servicios para el bien común, lo cual puede generar un círculo vicioso de reducción en la creación de la riqueza.  Si se quieren mantener esos servicios tarde o temprano algunos de estos impuestos evitados van a tener que ser pagados ya sean por otras empresas ya sean por los individuos, pero muy posiblemente los pagos no serán en proporción a los beneficios derivados, muy posiblemente serán en proporciones muy diferentes al daño causado o al beneficio recibido.  Con esto no queremos decir que se pueda establecer un sistema fiscal totalmente equitativo, pero la elusión de impuestos definitivamente no forma parte de ese sistema. 

Y en los casos más sonados de elusión de impuestos por parte de grandes multinacionales, los pocos impuestos que se pagan se pagan en países que han proporcionado pocos de los servicios públicos necesarios para obtener los beneficios. Los contribuyentes de unos países pagan para que Apple, Google, Starbucks, Amazon, tengan un entorno favorable para que luego se beneficien los contribuyentes de otros países como Irlanda, Luxemburgo, Holanda y otros paraísos fiscales.

La elusión de impuestos, si bien legal, es una irresponsabilidad y una injusticia ante la sociedad.

Qué se puede hacer para evitar la evasión y elusión de impuestos.

El caso de la evasión, la solución pasa por la simplificación de los códigos fiscales con el objeto de dificultarla y facilitar el proceso de descubrimiento.  También en necesario el fortalecimiento de la institucionalidad encargada de hacer cumplir las leyes, sobre todo en los países en vías de desarrollo. No faltarán personas naturales y jurídicas que digan que el problema se resuelve reduciendo o eliminado los impuestos, lo cual puede ser irresponsable, o bien mejorando la eficiencia y efectividad del estado, lo cual sería muy responsable.  Obviamente que el cambio cultural en la solidaridad colectiva ayudaría, pero en muchos casos es una solución poco factible en el corto y mediano plazo.

En el caso de la elusión, el problema es mucho más complejo ya que surge de las actividades de “arbitraje fiscal” o sea explotar las diferencias entre los regímenes fiscales en diferentes países, el uso de la política fiscal para atraer inversiones al país, estado o provincia (que muchas veces son de mero papel, sin valor agregado).  Surgen porque hay vacíos o ambigüedades en las legislaciones que pueden ser explotadas legalmente.

Ello requiere de acciones coordinadas por parte de los países que “pierden” los impuestos para uniformar la legislación, para el intercambio de información, para la simplificación de los códigos fiscales, para poner reglas contables claras, entre otras.  Estos esfuerzos multinacionales son difíciles de implementar en el corto plazo y el intenso cabildeo de las grandes empresas sobre políticos vulnerables dificulta aún más estos esfuerzos

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, ha propuesto un Plan de Acción de siete puntos para atacar el problema[iii]

  • Asegurar la coherencia de los regímenes fiscales a nivel internacional;
  • Realinear la fiscalidad para recuperar los beneficios de los estándares internacionales y prevenir el abuso de los tratados fiscales; 
  • Asegurar que los precios de transferencia entre las empresa estén alienados con la creación de valor;  
  • Mejorar la transparencia de la administración fiscal y su certidumbre y predictibilidad;
  • Confrontar los retos de la economía digital;
  • Desarrollar un instrumento multilateral para reformar los tratados fiscales individuales; y
  • Contrarrestar las prácticas fiscales perniciosas.

Las recientes campañas de divulgación pública de las actividades de los grandes “evitadores” está poniéndoles presión.  Pero esto último puede ser  relativamente inefectivo en el caso de muchas de estas grandes multinacionales.  ¿Estamos dejando de usar Google, de comprar en Amazon, de comprar productos de Apple para castigarlas por la irresponsabilidad? Y aquí la misma sociedad se enfrenta a una disyuntiva, por lo menos en el corto plazo. ¿Estamos dispuestos a pagar más por los productos y servicios?  Si las empresas pagan más impuestos posiblemente sean transmitidos a los consumidores a través de mayores precios. O bien ¿queremos tener mejores servicios sociales, que supuestamente nos darán los gobiernos con los mayores impuestos?

Las soluciones son muy complejas, de lo contario ya se habrían adoptado. Pero lo que sí debe quedar claro es que, aunque la elusión de impuestos esté dentro de la legalidad vigente, las empresas tienen una responsabilidad ante la sociedad de contribuir con los impuestos a compensar por lo que la sociedad les ha dado y para que pueda seguir haciéndolo.






[i] José Ángel Moreno Izquierdo publicó simultáneamente un artículo sobre el mismo tema, Argucias fiscales y responsabilidad social de las grandes empresas, publicado en Diario.es y en Diario Responsable.  Recomiendo su lectura. 

En el artículo original usaba la palabra “evitar” y “evitación”, que si bien es reconocida por la RAE no es muy común.  Las he cambiado por “eludir” y “elusión”, como las usa Moreno Izquierdo. 


[ii] Ver el artículo The Curious Case of Corporate Tax Avoidance: Is it Socially Irresponsible?  por Grahame R. Dowling publicado en el número 1 volumen 124 (pgs. 173–184) de septiembre 2004 del Journal of Business Ethics. 

1 comentario:

José Ángel Moreno dijo...

Estupendo artículo, Antonio. Y gracias por la referencia al mío: es muy generosa.

Un cordial saludo,

José Ángel Moreno