FEMSA emitió un bono verde, en agosto del 2020, por US$ 705 millones (monto original de US$500 millones, elevado por demanda) en el mercado de EE. UU. Al haber analizado recientemente el bono sostenible de Alphabet (Google) (ver Alphabet (Google) emite un bono sostenibile: ¿Cuán sostenible?) y haber sido emitidos casi simultáneamente es oportuno contrastarlos. Si bien son dos empresas muy diferentes, muchos de los rubros de inversión son semejantes. En particular compararemos algunas de las características entre los dos bonos y lo que sería deseable para ser considerado como un bono verde que contribuya a la mejora del medio ambiente.
No haremos un análisis de las razones y beneficios que comparten este tipo de emisiones, por lo que recomendamos ver el análisis de la emisión de Alphabet, lo que también permitirá entender mejor el análisis que hacemos a continuación. [1]
- Adaptación al cambio climático: Adquisición y utilización de software para la medición de las emisiones de gases de efecto invernadero y el progreso hacia las metas de la empresa.
- Transporte limpio: Gastos relacionados con la flotilla de transporte, propia y de terceros, con vehículos eléctricos y su infraestructura de recarga.
- Eficiencia energética: Gastos relacionados con la eficiencia de la calefacción, ventilación, aire acondicionado, iluminación, refrigeración y eficiencia de motores.
- Energía renovable: Inversiones en construcción, adquisición, mantenimiento y operación de instalaciones de energía renovable, incluyendo solar, eólica y geotérmica y el cumplimiento de compromisos de compra de energía, ya adquiridos antes de la emisión.
- Recursos naturales: Gestión sostenible de recursos naturales y uso de la tierra, preservación y reforestación de bosques.
- Agua y saneamiento: Gestión sostenible y eficiente del agua en las embotelladoras, aguas residuales y su tratamiento.
- Prevención y control de la contaminación: producción, construcción, mantenimiento, operación, mejoras y la infraestructura para lograr cero desechos, incluyendo facilidades de recolección, selección y equipos para el reciclaje de vidrio y plástico y el aumento en el uso de plástico reciclado.
El destino de los recursos del bono es casi el ideal de la sostenibilidad. Está concentrado en inversiones y gastos en temas energéticos ya su correspondiente eficiencia, tanto económica como en términos de emisiones y en la gestión del impacto medio ambiental (uso de la tierra, agua y saneamiento y desechos y reciclaje)
III.
¿Pintado de verde?
Lo que sigue es nuestra "tercera opinión", no solicitada, por supuesto!
El documento con el esquema de la emisión llama mucho la atención e inmediatamente hace pensar en greenwashing. Está poblado con fotografías e ilustraciones que pretenden destacar la “verdosidad” de la emisión (niños plantando árboles, voluntarios recogiendo desechos, que no serán actividades financiadas por el bono y que san actividades de muy baja escala). Y el color predominante en el informe es el verde, a diferencia del informe integrado, que es el “rojo Coca Cola”. ¿Qué necesidad hay de recurrir a estas sugestiones “verdes”?
Si bien otros documentos similares contienen fotos, en este caso es más flagrante. Recordemos que el documento está dirigido a gestores de fondos de inversiones responsables, los que prefieren información a ilustraciones. La portada es muy reveladora: los traiciona el subconsciente e ilustran como pintan el planeta de verde.
Portada |
El formato del
esquema es sorprendente (al suscrito), no parece serio. Querido lector lea el esquema y hágase su opinión. Puede ser otro caso de poca comunicación
entre el departamento de comunicaciones y los responsables de la responsabilidad
y relaciones con los inversionistas (ver el caso
de Abanca).
Pero vayamos a la substancia. A diferencia de otras emisiones que hemos analizado, y en particular la de Alphabet, el esquema ofrece el mínimo necesario para poder alegar que su contenido cubre lo requerido en los Principios, pero hay pocos detalles, en particular sobre la gestión, control y reporte de la utilización de los recursos. Con algunas excepciones, lo que se incluye es una lista muy genérica de actividades, como si no se hubieran planificado los proyectos específicos que se quieren financiar. [3] Cierto es que es deseable tener flexibilidad para gestionar los recursos, pero estas generalidades le restan credibilidad a la emisión. A mayor especificidad, mayor credibilidad. Y no es que el esquema de la emisión se convierte en contrato legalmente exigible, se pueden variar las inversiones de lo indicado, informando a los inversionistas en los informes periódicos de ejecución.
En cuanto al sistema de gestión y reporte, FEMSA ofrece incluir la información dentro de su informe integrado, lo que puede parecer laudable para dar una visión integral, pero será más difícil, separar las actividades normales de la empresa de las atribuibles al bono. Si bien FEMSA ofrece que la gestión de la ejecución de las actividades serán objeto de aseguración independiente, el informe integrado, que contendrá esa información no cuenta con “aseguración independiente limitada” de las actividades de sostenibilidad como es común en el caso de empresas con gran impacto social y ambiental. La posibilidad de dilución de las actividades del proyecto dentro de un informe integrado de una empresa de la magnitud de Coca Cola FEMSA es elevada. Una cosa es la verificación de que los recursos del bono se han gastado o invertido en alguno de los ocho rubros mencionados y otra es que las metas que se ofrecen lograr en el esquema de la emisión sean atribuibles al bono. [5]
Aparece como un bono tradicional al que se le han asignado actividades relacionadas con el medio ambiente, más que un conjunto de inversiones diseñadas para tener impacto ambiental positivo que necesitan financiamiento.
En algunos aspectos parece greenwashing.
Nosotros calificamos esta emisión como Verde Claro, imitando la escala de una calificadora.[6]
[4] Ver el artículo ¿Legitimidad o greenwashing en la contribución de las empresas a los ODS?: Criterios para discernir, donde proponemos cinco criterios para determinar la legitimidad de las contribuciones a los ODS.
1 comentario:
Excelente análisis Antonio!!
Lo reproduje en Facebook
Un abrazo
Gustavo Secilio
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