I.
¿Para qué se crea un índice de sostenibilidad?
Un índice de
las bolsas de valores es un promedio ponderado de los precios de ciertos
valores. Los valores y los pesos
relativos que se incluyen en el índice dependen del uso que se quiere dar.
Un índice como el Dow Jones solo incluye los valores de las acciones
es de 30 grandes empresas, sin ponderación alguna, es un promedio simple de
precios (las de más alto precio tienen más peso). Sin bien es muy popular, es muy poco
representativo de la evolución de los precios en Bolsa de Valores de Nueva York.
Por la poca cantidad de acciones y por el sesgo en darle más peso a los valores
con mayores precios.[1]
El índice Standards and Poor 500, S&P 500, contiene
aproximadamente 500 de las más grandes acciones ponderadas por su
capitalización (el valor total de sus acciones) por lo que es más representativo. El IBEX 35 de la Bolsa de Madrid contiene 35
valores ponderados por su capitalización total (como el S&P 500).
Hay además índices
específicos que incluyen valores sobre algunos sectores, temas o geografías,
como cambio climático, agricultura, Europa, etc., y sobre sostenibilidad en
general y sobre algunos aspectos muy específicos en particular. Solo MSCI, la empresa de información financiera
produce 1500 índices relacionados con sostenibilidad. Todos estos son ahora
considerados como ASG, índices cuyos componentes han sido seleccionados en base
a alguna de las características medioambientales, sociales y de gobernanza.
Hay índices generales
como el Dow Jones Sustainability Index que contiene el 10% de las
mayores 2500 acciones (según S&P) en 17 super sectores y 5 sectores, seleccionadas
en función de ser las mejores de su grupo industrial (best in class) de
acuerdo con de la definición de sostenibilidad que se ha creado Dow Jones para
estos propósitos. Incluye las mejores empresas de energía renovable, bancos,
tabacaleras, cementeras, aerolíneas, alimentos, etc., producido en versiones a nivel
mundial y a nivel de áreas geográficas. Dow Jones lo llama de sostenibilidad,
pero ¿qué quiere decir en este caso sostenibilidad? ¿Se pueden considera las
empresas incluidas como sostenibles? No, porque quiere incluir empresas de
todos los sectores. Es un índice muy
complicado: una empresa responsable en un sector responsable puede tener que
dejar el paso a la menos irresponsable de un sector irresponsable, ver Inclusiones y exclusiones del Dow Jones
Sustainability Index: No apto para aficionados).
Otros índices
generales de sostenibilidad, como la serie de 172 índice del FTSE4Good, tiene una
versión española, IBEX FTSE4Good, que contiene acciones de su índice FTSE
Spain All Cap Index y del IBEX 35, seleccionados de acuerdo con sus
criterios de sostenibilidad, que tengan un rating de más de 3.1 sobre 5 (¡que
no es mucho!). Entran las mejores
empresas, independientemente del sector industrial al que pertenecen. El índice global contiene más de 2000 empresas
y el español cerca de 30. [2]
Estos índices se
crean con varios propósitos. Uno es para
resaltar las empresas que se consideran sostenibles, aunque para esto
bastaría una lista, pero las ponderaciones pueden establecerse para reflejar
importancias relativas. Otro uso es para crear fondos de inversión en
empresas sostenibles invirtiendo en los valores de algún índice (general,
sectorial, geográfico, industrial, por característica de sostenibilidad
(emisiones, género), etc. y combinaciones y permutaciones de ellas). Sirven de
base para la creación de fondos de inversión socialmente responsables. Otro uso es como métrica (benchmark)
del rendimiento de los fondos o carteras con características semejantes.
¿Le interesa a
una empresa pertenecer a un índice de sostenibilidad? En general sí ya que ello se interpreta como un reconocimiento
de la sostenibilidad de la empresa (aunque no todos los índices tienen la
misma reputación).
El pertenecer a
un índice también puede estimular la demanda por las acciones de la empresa
cuando los inversionistas institucionales (fondos de inversión, soberanos, pensión,
mutuales, etc.) usan el índice como ejemplo para crear sus carteras. También tiene otros beneficios y costos que
no vale la pena detallar aquí (ver ¿Para qué sirven los índices de
sostenibilidad?).
Y algunos llegan
a usar la pertenencia en un índice de sostenibilidad como métrica para la
remuneración de los directores, a pesar de los incentivos perversos que
ello conlleva (ver Greenwashing a la grande I: Recompra de
acciones ligadas a la sostenibilidad).
II.
El índice IBEX Gender Equality
a.
¿Qué es el índice?
El índice fue
creado por la gestora SIX, que controla la institución Bolsas y Mercados
Españoles, BME, y que gestiona la Bolsa de Suiza. El índice es una réplica del que SIX había creado para esta bolsa ocho meses
antes.
Las condiciones
para entrar en el índice son de que las empresas tengan entre 25% y un 75% de
mujeres consejeras (que pena que las que tengan más de 75% no pueden entrar) y
entre un 15% y un 85% en la alta dirección. Son uno de los criterios más
simples de todos los índices que cubren aspectos de sostenibilidad. Es un índice perezoso, no analiza, selecciona por números.
No obstante, los
bajos límites todavía constituyen un reto ya que solo 16 empresas del IBEX 35 forman parte
del índice y solamente 4 llegan a un porcentaje del 40%. Solo 30 de las 120 compañías que opera BME las
cumplen. También es de notar que, de las 80 empresas con capitalización
superior a los 500 millones de euros, analizadas en un reciente estudio de la
CNMV, 20 no tienen ninguna mujer en el consejo.
Cierto es que
hace falta mucho esfuerzo, pero un índice como este no es efectivo.
Las tres empresas
con mayor participación en los consejos son Red Eléctrica con 6 de 12 (50%, única
empresa con igualdad, pero con ¡solo una mujer en la alta dirección!),
Caixabank, 6 de 14 consejeros (43%) e IAG con 5 de 12 (42%). Telefónica es la
tercera con menor representación, con 5 mujeres de 17 en su Consejo (29%),[3]
seguida de Meliá e Inmobiliaria Colonial con 3 mujeres sobre 11 consejeros
(27%). [4]
Además de estas
30 empresas originales, se añadieron a fin del 2021 otras tres: Telefónica,
Logista y Dominion.
Para apreciar el
contexto de estas condiciones recordemos que la Comisión Nacional del
Mercado de Valores, CNMV, tiene como recomendación no vinculante un mínimo del
30% ya que pospuso la aplicación de la buena práctica del 40%, incluida en el vigente
Código de Buen Gobierno. La Unión Europea intentó sin éxito establecer una
cuota del 40%.[5] Noruega, que sí tiene la cuota, tiene el 40,5%
de miembros no ejecutivos de los consejos de las empresas que cotizan en bolsa,
pero solo el 6,4% de los ejecutivos son mujeres y ninguna de las grandes
empresas tiene presidente que sea mujer.
b.
¿Cuál es la contribución del índice? Lo bueno
Sin duda que la
constitución del índice ha contribuido a llamar la atención sobre el
problema. Basta ver la muy extensa
cobertura mediática aun en medios no especializados
Es posible que
algunos gestores de activos creen fondos que reproduzcan el índice para ofrecérselos a los inversionistas
institucionales y financieros. Con ello
podría aumentar la demanda por los valores que lo constituyen. El mismo nombre
en inglés es un factor de comercialización al exterior de país.
Si se crean
fondos de inversión basados en el índice, los poseedores podrán decir que tienen recursos “invertidos
responsablemente”, o de acuerdo con criterios ASG, aun cuando ello no afecte a
las empresas que lo constituyen. Pero como comentamos más adelante es una perversión
de la inversión responsable. Pero lo
dirán.
Pero es un
índice muy poco diversificado con solo 33 empresas, lo que reduce su utilidad tanto para la creación de
fondos como para la evaluación de su rendimiento (benchmarking) y tiene criterios
de sostenibilidad muy, muy simples.
No hay que descartar que algunas empresas, por razones reputacionales, quieran pertenecer al índice y por ello es posible que aumenten la proporción de mujeres en el consejo (los limites sobre alta dirección son tan bajos que no deberían ser limitantes), lo que tendría un efecto positivo. Pero ¿se hace por convicción de los beneficios de la participación de la mujer en las decisiones o se hace por la imagen?
© Financial
Times
c.
¿Qué inconvenientes trae el índice?
Una empresa
con un 25% de mujeres consejeros y con un 15% de mujeres en alta dirección
puede ser parte del índice. ¿Es esta una
empresa destacable en igualdad de género?
¿Dónde está la
“igualdad” del nombre del índice en los criterios? ¿Igualdad no es 50-50? Pero
así no habría índice. Gender Equity sería más apropiado, significando
que las empresas le dan igualdad de oportunidades a las mujeres, aunque no garanticen los
resultados. Ello requeriría de un
análisis de la políticas y prácticas de las empresas que lo harían más
riguroso, más activista, podrían considerar las causas de la desigualdad.
¿Y un índice
con el nombre Gender Equality no debería incluir “equality” en la
remuneración en la alta dirección y en el consejo como criterio de inclusión?
Presumiblemente reduciría el número de empresas elegibles. ¡Como debe ser!
No se le puede
atribuir al índice la virtud de la promoción de la participación de la mujer en
los consejos ni en alta dirección ya que por su naturaleza es una selección de
empresas sobre las que no tiene influencia alguna (califican o no califican) y es
un mero cálculo de un índice de precios bursátiles para un conjunto de empresa. Es un ente pasivo, un espectador. Lo
que puede cambiar las cosas son las regulaciones o las voluntades de las
empresas. Es cierto que las organizaciones de la sociedad civil monitorean
y hacen cabildeo en este sentido, pero este índice no les ofrece bases para
hacerlo más efectivo.
El titular de El
País sobre la noticia es paradigmático.
Dice: Un índice para empoderar a las mujeres
en Bolsa. De la discusión precedente debe quedar
claro que el índice no hace nada para empoderar a las mujeres, solo
llama la atención sobre el problema. Ni
siquiera incluye todos los aspectos relevantes ya que se desentiende de un
factor crítico como lo es la brecha de género. Ojalá estemos equivocados.
d.
¿Cómo hacer más efectiva la participación de la mujer?
El problema de
la participación de la mujer en la alta dirección y en los consejos se ha
estudiado mucho y hay mucha experiencia acumulada. Y una de estas experiencias es
que el tema mucho es más complejo de lo que parece a simple vista. Lo más probado, las cuotas, son un
paliativo, no resuelven el problema. En la serie Mis catorce artículos sobre el liderazgo
de mujeres en las empresas (con Helena Ancos), analizamos
las experiencias de los países escandinavos con las cuotas, los esfuerzos de
regular de la Unión Europea, estudios académicos con análisis de los obstáculos
y sus posibles remociones, los problemas con las revisiones del Código de Buen Gobierno
de la CNMV y resumimos las lecciones aprendidas y hacemos algunas sugerencias.
En uno de esos artículos,
Revisión
del Código del Buen Gobierno: Participación de la mujer ADDENDUM: Una omisión,
una recomendación, comentábamos una oportunidad perdida en la revisión y
hacíamos una recomendación para mejorar esa participación:
Una parte de la remuneración variable de los consejeros debe estar
determinada por avances en la participación de las mujeres en los Consejos y en
la alta dirección.
Las empresas deberán reportar en sus estados de información no
financiera, de acuerdo a lo establecido en la Ley 11/2018, los porcentajes de
mujeres en los Consejos y en la alta dirección, las políticas y estrategias
vigentes para el aumento de esa participación, las medidas adoptadas en el
período de reporte, los indicadores que utilizan para medirlo, el nexo entre la
remuneración variable de los Consejeros con el progreso en estos indicadores y
los valores monetarios y porcentuales de las remuneraciones, a nivel agregado
de todos los Consejeros, resultantes de las medidas adoptadas.
Y un índice
podría incluir las empresas que cumplen con esta recomendación de un código
(¡con coraje!) de buen gobierno.
III.
¿Es el IBEX Gender Equality un índice para fondos ASG?
¿Se creó el
índice para “empoderar a la mujer” o para aprovechar que el tema es de interés
de la sociedad en general y de algunos inversionistas responsables en
particular y de la gestora de BME? Creemos que es lo segundo, pero aun en ello
presenta inconvenientes.
La industria de
la inversión responsable está compuesta por millares de empresas e
instituciones en la recopilación, agregación y distribución de información
básica, productoras de estándares de reporte, empresas calificadoras,
productoras de índices de sostenibilidad, consultoras en producción de
informes, consultoras en agregación de información, consultoras en el uso de la
información y medios de difusión, instituciones que producen premios y
distintivos, entre otras instituciones, todos con fines de lucro, todos con
objetivos de crezca el mercado, un gran número con conflicto de intereses con
la sostenibilidad.
Algunos
inversionistas responsables sí se preocupan de sus fondos sean canalizados a
empresas responsables, en el sentido más amplio de la palabra, con el objeto de
abaratar su costo de capital o de facilitarles recursos para emprender
proyectos, productos, procesos y servicios responsables.
Pero no todos
los recursos de la inversión responsable se destinan a inversiones reales, que
contribuyen a la sostenibilidad. La inmensa
mayoría de los fondos se destinan a los mercados financieros, donde unos compran y otros vender valores,
sin que hay inversiones reales. Es el entorno en que se mueven los índices de
sostenibilidad (ver los artículos ¿Tiene
el financiamiento sostenible impacto sobre la sostenibilidad? Primera
parte: Inversiones financieras y Segunda parte: Inversiones reales).
Y aun esto está
degenerando más todavía. Se está pasando de la “inversión socialmente
responsable”, ISR, donde los inversionistas seleccionan los valores de acuerdo con
criterios muy específicos, para promover la responsabilidad de las empresas, a
la “inversión ASG”, de compraventa de valores que alguien ha etiquetado como
tales, en base supuestamente a algunos criterios ambientales, A, sociales,
S y de buen gobierno corporativo, G. Se está pasando de invertir en valores
que se sabe lo que son, a valores etiquetados por terceros, para promover la
circulación del dinero (ver ¿Es lo mismo Inversión Socialmente
Responsable, ISR que inversiones ASG?).
Si bien hay fondos
y valores etiquetados de acuerdo con criterios estrictos, lo más común son criterios
muy parciales, muy vagos y a veces dudosos.
Es el greenwashing the la industria ASG (ver De la Responsabilidad Social a la
Sostenibilidad, a la ASG: Lo bueno, lo malo y lo feo).
El índice IBEX Gender
Equality es ilustrativo. Su objeto son los valores de empresas que tienen ciertos
porcentajes de mujeres en los consejos y en la alta administración. Pero ello es un mínimo aspecto de la G de
Gobernanza, pero se le imputaría, consciente o inconscientemente toda la G
y de paso habrá quienes lo incluyan en la lista de índices ASG, dando la
impresión que tienen toda la A, toda la S, y toda la G, aun cuando solo tenga una
mínima parte de G (ver ¿Tienen tus inversiones ASG “grado de
sostenibilidad”?). El
efecto aureola en operación (ver ¿Se puede manipular la reputación?: El
efecto aureola).
Tal y como
está conceptualizado, el
índice puede incluir una empresa con 25% de mujeres en el consejo, 15% en la
alta dirección, con una gran brecha de género, ser un gran emisor de gases de
efecto invernadero y producir productos irresponsables (tabaco, armas,
apuestas, etc.). Pero estará incluida en un “índice de sostenibilidad”.
Y ya verán el boletín de prensa de la empresa y de la gestora anunciando su
incorporación al índice.
El índice
podrá usar el nombre sostenibilidad o el acrónimo ASG para valores que tienen
una mínima o nula contribución a la sostenibilidad.
Y muy probablemente
se reporte extensivamente sobre el rendimiento en bolsa del índice, en
comparación con índice más generales como el IBEX 35 para demostrar que “la responsabilidad
rinde”. Veremos el titular “la
inversión en empresas con más mujeres en el consejo rinden más (habrá
que seleccionar cuidadosamente el período para el análisis). Pero la comparación es superflua porque el
índice no es representativo de “responsabilidad” y es también muy probable que
la correlación entre ambos sea muy alta por la superposición de sus componentes.
[6]
Pero lo importante
no es si carteras basadas en el índice rinden más o menos (preocupación de los
maximizadores de beneficios), lo importante es qué contribución hizo a la
igualdad de género, como su nombre indica. ¿Alguna?
Las transacciones
en esas empresas o en fondos basados en el índice pasaran a engrosar las
estadísticas del avance exponencial de las inversiones ASG, sin que estos
números indiquen una mejora en la sostenibilidad del planeta, solo en las
transacciones en los mercados financieros.
Y es muy poco
probable que la constitución del índice estimule el activismo de la industria de la inversión
responsable para logar cambios, ya que se trata de una pequeña parte de la
sostenibilidad empresarial. Si hay
activistas preocupados por el tema es muy posible que se preocupen por toda
la S de social, y no solo por estos números.
¿Para qué sirven
índices tan parciales y de tan mínimos requisitos de pertenencia? ¿Compensan
sus virtudes los inconvenientes que acarrea para la reputación de la sostenibilidad
empresarial, tal golpeada por el greenwashing?
APÉNDICE: Mi colección de arte callejero de Florencia.
[1] Recordemos que el número “precio”
se puede cambiar por división (stock split) del número de acciones en
circulación. Si el precio es un número
muy alto la empresa puede dividir las acciones en dos y por cada una vieja le
dan dos nuevas, a un precio de la mitad. El precio de Apple se ha dividido cinco
veces, en tres veces en 2, una vez en 7 y una vez en 4. El precio actual de
unos $180, sería de unos $40,000 si no se hubiera dividido. Si Apple formara parte del Dow Jones (cotiza
en el mercado tecnológico del NASDAQ) su peso se habría multiplicado por 224.
[2] El estudio El índice ético FTSE4Good Ibex como
alternativa para la gestión pasiva de carteras de inversión en España hizo una comparación entre la composición
y el valor agregado del IBEX 35 y el IBEX FTSE4Good.
[3] A finales del 2021,Telefónica redujo el número de consejeros de 17 a 15, en cargos ocupados por dos hombres con
lo que el porcentaje de mujeres subió al 38%.
[4] Colonial no lista los primeros nombres en
sus consejeros de allí que por su sitio no se puede conocer este porcentaje.
[5] Sin embargo, a comienzos del 2022,
el nuevo gobierno de Alemania considera retirar el veto que tenía a la imposición
de la cuota. Afectaría a unas 5000 empresas de las mayores en Europa.
[6] El estudio mencionado arriba concluyó
que la correlación entre aquellos dos índices era del 0,99 sobre el período
analizado.
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