¿Tienen los inversionistas
institucionales confianza en las declaraciones de las empresas sobre su sostenibilidad?
¿Qué espera el público en general sobre la contribución de las empresas al
bienestar social?
Edelman, la empresa
especializada en relaciones públicas y reputada por sus amplias encuestas
anuales sobre la confianza del público e instituciones sobre variados temas publicó
a finales del 2021 y comienzos del 2022 los resultados de dos encuestas sobre
la confianza de diversos públicos sobre las instituciones. Una, especial, analiza las actitudes de los
inversionistas institucionales sobre las declaraciones y el papel que esperan
de las empresas en su responsabilidad ante la sociedad y la otra, la anual, analiza
la confianza del público en general sobre las instituciones, en particular
sobre las empresas. Aun cuando la
segunda cubre muchos aspectos, en este artículo aprovecharemos el rico
contraste sobre lo que se espera de las empresas entre ambas encuestas y nos
concentraremos solamente en lo relevante para las empresas.
I.
Inversionistas
institucionales están perdiendo la confianza en las declaraciones sobre ASG
La primera es una encuesta
sobre la confianza de los inversionistas institucionales (fondos de
inversiones, de pensiones, soberanos, de gestión de riquezas, fundaciones,
aseguradoras, etc.) en la sostenibilidad de las empresas expresadas en las
evaluaciones y declaraciones ASG (2021 Edelman Trust Barometer Special Report:
Institutional Investors).
[1] La encuesta se llevó a cabo entre agosto y septiembre
del 2021, sobre 700 de estos inversionistas (100 en cada uno de 7 países,
ninguno de habla latina).
1. 1. Confianza
en las declaraciones y compromisos
La encuesta encontró que los inversores ahora someten a los criterios ASG al
mismo escrutinio que las consideraciones operativas y financieras. Esto
representa un cambio con respecto a la encuesta del año pasado, que encontró
que la pandemia de COVID-19 había determinado que el 79% de los encuestados del
año pasado respondieron que sus fondos estaban reduciendo la priorización de
los criterios ESG como criterio de inversión.
Si bien los inversores se
centran cada vez más en cuestiones ESG la mayoría no confía en los objetivos de
sostenibilidad o en los informes de las empresas. El 86% de los encuestados en
la encuesta respondieron que creen que las empresas con frecuencia exageran o
exageran su progreso en temas ESG al divulgar los resultados, y el 72% dijo que
no cree que las empresas cumplan con sus compromisos ESG. Del mismo modo, mientras que el 94% de los inversores
informaron que esperan que las empresas comuniquen un plan de cero emisiones
netas, el 92% expresó su preocupación de que las empresas no estén ejecutando
efectivamente estos compromisos. [2]
2. 2. Litigación
Ante esta desconfianza sobre
las declaraciones y su cumplimiento, casi todos los encuestados (94%)
esperan un aumento de demandas por incumplimiento de compromisos o información
engañosa. Este tiene relevantes implicaciones para la gestión de la
responsabilidad empresarial. [3]
3. 3. Valor de la
responsabilidad
Y casi el mismo número (92%)
cree que las empresas responsables merecen una prima en su valoración y
representan una mejor oportunidad para los rendimientos en el largo plazo
(90%).
4. 4. Activismo/cultura
La encuesta incluyó una
serie de preguntas sobre el activismo de los empleados y los dirigentes cuyas
respuestas son relativamente sorprendentes en cuanto al apoyo. El 85% responde que una cultura que
estimula el activismo de los empleados eleva la confianza de los inversionistas
y el 74% responde que ese activismo refleja una cultura laboral sana. El 71% responde que es el consejo el
responsable por mantener una cultura positiva. El 91% de los inversionistas
están interesados en ejercer un activismo moderado en promover la sostenibilidad
dentro de la empresa, pero mayormente gobernanza y cambio climático, mucho
menos en temas sociales. El 88% responde que buscan ideas de activistas sobre
los cambios necesarios en las empresas en las que invierten. Casi el 80%
responde que la empresa debe tomar posiciones públicas sobre los problemas
sociales y el 74% lo cree, aunque el asunto no afecte directamente a la empresa.
[4]
5. Y al final
lo que cuenta……
Pero cuando se les pregunta sobre
los tres aspectos más importantes para su confianza en la inversión en las
empresas los más destacados fueron el rendimiento financiero y los productos
(calidad, innovación, valor) con un 69% y 57% respectivamente. El entorno laboral y la responsabilidad
social fueron los menos destacados con un 36% y 24%. ¡El dinero gana por
goleada!
II.
Confianza y
expectativas sobre las empresas
La segunda encuesta es muy
amplia, de carácter general, es su encuesta anual sobre confianza en las
instituciones, el 2022 Edelman Trust Barometer,
basada en más de 36 000 respuestas en 28 países, más de 1000 respuestas por
país. Como mencionamos, solamente cubriremos los
aspectos referidos a las empresas.
1. 1. Solución a
los problemas sociales
Los encuestados reflejan
mayor confianza en los dirigentes empresariales que en los gobiernos sobre su
capacidad de resolver los problemas sociales (65% vs. 44%), pero creen que
ninguno de ellos lo está haciendo (casi
60% en el caso de la pandemia y casi 70% en cambio climático para ambos). Los
CEO son uno de los grupos de personas que inspiran más confianza, solo detrás
de los científicos y los compañeros de trabajo, pero es mucho menor la
confianza en los CEO en general (46%) que en el suyo en particular (66%). También es de notar el relativo elevado grado
de confianza en los miembros de su comunidad. Todo esto que refleja la
tendencia al “parroquialismo”, a confiar en los nuestros, en reacción a
las desigualdades exacerbadas por la globalización, la pandemia y la
incertidumbre económica. [5]
Y el principal problema al
que temen es la pérdida del puesto de trabajo (85%), lo que puede aumentar las
expectativas (¡deseos!) de que la empresa los proteja (lo que habíamos
analizado en el Barómetro del 2019, antes de la pandemia). [6]
2. 2. Acciones de
los stakeholders
Como en muchas encuestas, los
encuestados dicen que apoyarían a las empresas responsables, pero ninguna
ofrece análisis de la diferencia entre lo que dicen y lo que hacen
(¿compraría Ud. un producto que ha sido producido responsablemente? ¡Obvio!). En este caso, los stakeholders
reflejan un moderado nivel de “retribución” a la responsabilidad
empresarial. Basado en las creencias
y valores de las empresas, dicen que favorecerían sus marcas, les gustarían como
lugar de trabajo e invertirían en ellas (58%, 60% y 64% respectivamente). Recordemos
el caso de los inversionistas institucionales, que comentábamos antes, donde el
88% responde que les dan la misma importancia a los rendimientos financieros
que a los aspectos de sostenibilidad, en sus decisiones de inversión.
3. 3. Activismo
de la empresa y sus dirigentes
De forma semejante a los
resultados de la encuesta entre inversionistas, el 81% de los encuestados
cree que es el CEO el que debe dar la cara cuando se discutan asuntos de
política publica o lo que la empresa ha hecho por el bien de la sociedad. Y entre los empleados, el 60% esperaría que
el CEO de la empresa donde trabajaría que exprese en temas sociales y políticos
que son de su interés. [7]
Y esperan que se involucren en discusiones de política pública no de política
partidista. Los temas más favorecidos para el involucramiento son el empleo
y la situación económica (76%), tecnología y automatización (74%) y desigualdad
en las remuneraciones (73%).
III.
¿Y
entonces?
Ambas encuestas reflejan las
deseos y expectativas de los encuestados.
En la primera se reflejan las percepciones de los inversionistas
instituciones sobre lo que les gustaría ver en el comportamiento responsable
de las empresas, can grandes dudas sobre la veracidad de la información que
proporcionan al respecto. La segunda
también refleja los deseos de la población en general sobre esa
responsabilidad, pero sobre todo por lo que deberían hacer por ellos y
expresan confianza en pueden liderar el cambio y pueden protegerlos de la
incertidumbre económica.
[1] Usamos la denominación ASG
porque es la que utiliza la encuesta de Edelman. Recordemos que es el término favorito de la
industria de la inversión, reflejando su sesgo financiero. Ver la discusión en De la Responsabilidad Social
a la Sostenibilidad, a la ASG: Lo bueno, lo malo y lo feo.
[2] El suscrito estima que las
promesas de cero emisiones netas se están haciendo a la ligera y que serán el
gran fiasco de las próximas décadas en sostenibilidad.
[3] Esta posibilidad ya la
habíamos analizado en el artículo Abogados se interesan por la información sobre sostenibilidad: Buenas y
malas noticias donde concluíamos que si bien estimulara
las empresas a ofrecer información más confiable y relevante también elevará
la resistencia de algunas a hacer compromisos que puedan considerarse
vinculantes, o los subestimarán (“promete poco y entrega mucho”).
[4] Ver la serie de cuatro artículos
Activismo de líderes
empresariales, donde analizábamos la
situación del activismo y ofrecíamos sugerencias sobre cómo gestionarlo.
[5] Ver Populismo, nacionalismo,
confianza y responsabilidad de la empresa. 1ª. Parte: El círculo vicioso
populismo-desconfianza.
[6] En el artículo La empresa como fuerza centrípeta de las expectativas de los empleados, analizábamos una encuesta anterior, dedicada
específicamente a la relación empleador-empleado, en particular las
expectativas de los empleados del apoyo que debería darles la empresa.
[7] Ver la nota al pie 4.
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