sábado, 12 de junio de 2021

Financiamiento ligado a la sostenibilidad: ¿Ahora va en serio?


 En el reciente decenio hemos visto una explosión en el financiamiento de proyectos sostenibles, sobre todo en las emisiones de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad, BVSS y en menor volumen los préstamos VSS.  Pero en buena medida estas emisiones de bonos tienen un impacto sobre la sostenibilidad dudoso y de difícil constatación.  En mayo del 2021 Acciona colocó un paquete de préstamos sindicados con condiciones sobre su impacto que dan mayor credibilidad a este tipo de financiamientos. “No todo es verde lo que reluce”.

 I.                Los precedentes

 El financiamiento sostenible comenzó con el bono verde del Banco Europeo de Inversiones, emitido en 2007, por US$800 millones.  El mercado se fue consolidando como nicho de mercado con la publicación de los Principios para la emisión de Bonos Verdes, Sociales y de Sostenibilidad, BVSS, (emitidos en 2014 y revisados en el 2018) por parte de la International Capital Markets Association, ICMA e impulsado en buena parte por el Acuerdo de París sobre el cambio climático del 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, también de ese año 2015, y todo el mercado de servicios que se ha desarrollado a su alrededor, incluyendo en particular la industria de la inversión socialmente responsable, ISR, y todas las empresas e instituciones que la respaldan (ver los enemigos 3, 5 y 6 de la RSE en Los trece enemigos de la RSE(C): Los primeros seis).

 


En la última década el crecimiento ha sido elevado, como se aprecia en el gráfico, pero este gran crecimiento enmascara la realidad de lo que realmente constituyen los bonos y los préstamos VSS. Si bien muchas de las emisiones cumplen con los criterios de la ICMA, algunos cumplen con otros principios.  Pero a pesar de los principios rectores, hay muchos abusos y ligerezas, ya que se pueden cumplir con los principios sin que los bonos tengan mucho impacto y que a veces estén basados en actividades que no son incrementales, son redenominaciones de actividades ya en marcha.  El etiquetado no está sujeto a escrutinio riguroso y depende de la credibilidad del emisor y de las instituciones de verificación que emiten la llamada “segunda opinión”, sobre el cumplimento con los principios, y que verifican los eventuales informes de seguimiento (ver Closing the gap between green bonds and green projects: Issuance vs. impact).

 Un buen ejemplo del contraste en el rigor en las emisiones son los bonos verdes emitidos por Alphabet (Google) (Alphabet (Google) emite un bono sostenible: ¿Cuán sostenible?) con rigor y adicionalidad en los proyectos seleccionados y su seguimiento, y por FEMSA de México (El bono verde de Coca Cola FEMSA: ¿Pintado de verde?), con refinanciamiento de actividades pasadas, solo con alguna adicionalidad y menos rigor en el reporte y seguimiento.

 La brevísima discusión en esta sección no puede ser exhaustiva, solo pretende hacer algunos comentarios para poder apreciar el contraste ente los BVSS y los bonos y prestamos ligados a la sostenibilidad y apreciar las características del reciente financiamiento por parte de Acciona que comentamos más adelante (para no tener que entrar en detalles, recomendamos al lector ver Mis diez artículos sobre bonos verdes, sociales y sostenibles).  Aquí la palabra clave es “ligados”.  En el primer caso, las inversiones tienen objetivos, a veces muy generales, de sostenibilidad, en el segundo caso, tienen que lograr metas específicas.

 II.             Financiamientos ligados a sostenibilidad

 Precisamente ante la falta de rigor de algunas emisiones de BVSS y la ligereza en su calificación como tales, es que la Comisión Europea ha desarrollado una taxonomía (Taxonomy: Final report of the Technical Expert Group on Sustainable Finance  y EU Taxonomy Climate Delegated Act) con el objeto de tipificar con mucho detalle lo que constituye una inversión sostenible (la taxonomía se refiere a la parte ambiental de la sostenibilidad).

Adicionalmente, y para mejorar la posibilidad de impacto real, se ha desarrollado una modalidad de bonos y préstamos ligados a la sostenibilidad y sus respectivos principios. En estos financiamientos, se adquieren compromisos vinculantes al logro de objetivos de sostenibilidad, no son solo la expresión de buenas intenciones, sin consecuencias, como en el caso de los bonos y préstamos VSS.  Los ligados a la sostenibilidad contienen alguna penalización o bonificación financiera por su logro, además de que por el hecho de tomar el financiamiento ligado a la sostenibilidad la empresa pone su reputación sobre la mesa, ¡se comprometió!  (pueden verse explicaciones de estos instrumentos en los documentos Soaring on Success: The Growth of Sustainability Linked Loans y What are Sustainability Linked Loans (SLLs), que si bien son promoción de los servicios de empresa de verificación que los publica, son didácticos y accesibles).

 La misma ICMA ha desarrollado principios más rigurosos para los bonos ligados a la sostenibilidad (Sustainability-Linked Bond Principles, junio 2020) en complemento a los principios para los BVSS. Y la Loan Syndications and Trading Association (LSTA) ha desarrollado principios para los préstamos (Sustainability Linked Loan Principles, SLLP, mayo 2021).

 En este caso el seguimiento y control esta incrustado en la emisión, no está limitado a la producción de informes escritos por la misma empresa con alguna aseguración parcial (bastante vaga) de una institución independiente, normalmente la misma que aseveró el cumplimiento con los principios de BVSS.  Hay que reportar los logros para acceder a las bonificaciones o recibir las penalizaciones. Y en el caso de los préstamos esto es controlado por las instituciones financieras que deben verificar el logro de los objetivos comprometidos para aplicar los incentivos acordados.

 En términos cínicos podemos hacer el contraste entre los bonos y préstamos VSS y los ligados a la sostenibilidad diciendo que los primeros son un “financiamiento con las intenciones de hacer algunas cosas buenas y a lo mejor nadie se entera de que no lo logramos”, y en el segundo caso son un “financiamiento con el compromiso de hacer cosas buenas y aceptaremos consecuencias sino lo logramos”.

 III.           El financiamiento sostenible de Acciona

 ACCIONA y ACCIONA Energía contrataron financiamiento ligado a criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG, en inglés ESG) por €800 millones y €2500 millones, respectivamente. Participaron un sindicato de 23 bancos para crear la estructura financiera necesaria para la Oferta Pública de Venta de Acciones y más adelante, de Bonos y Pagarés (OPV, en inglés IPO) de la subsidiaria de energía renovable.  Ello le permitirá a Acciona Energía ser una empresa financiera y legalmente independiente de Acciona en cuanto complete el capital y sea listada en bolsa. Algunos detalles sobre el financiamiento se encuentran en el sitio de Acciona (aunque hay que pasar varios filtros de información legal para accederla). Y el diario Cinco Días publicó un artículo sobre la OPV y el financiamiento de la empresa.  Muy significativamente no menciona para nada los aspectos de sostenibilidad de la OPV, lo que sí hacemos en este artículo, solo los puramente financieros.

 La característica distintiva y que les da credibilidad a sus aspectos de sostenibilidad es que el costo del financiamiento está ligado al logro de criterios ASG, de endeudamiento y de calificación de riesgo financiero.  Ambos financiamientos están estructurados con la idea del “doble impacto”, no solamente ligado al logro de estos criterios sino, además, por “primera vez en una operación de este tipo” (según dice la empresa, pero hay antecedentes), a la generación de impacto positivo.

 Los criterios ASG incluyen el compromiso de Acciona Energía de que el 95% de sus inversiones estarán alineadas con la Taxonomía de la Unión Europea para calificar actividades de bajas emisiones. Para el grupo Acciona, la meta es una reducción del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero.  Los impactos positivos incluyen conservación ambiental y el plantado de árboles para compensar sus emisiones, proveer energía limpia a comunidades rurales aisladas y el entrenamiento de grupos vulnerables.

 Es de destacar, sin embargo, que el mismo negocio de Acciona Energía es una actividad de sostenibilidad, la producción de energía renovable, lo que sin duda facilita el logro de algunas de las metas, sobre todo las relacionadas con la taxonomía de la Unión Europea.  Sería un reto mucho mayor para una empresa manufacturera o de comercialización. 

 IV.           Contraste en la sostenibilidad entre los BVSS y los préstamos sindicados

 Es interesante contrastar esta emisión de deuda con la emisión de bonos ligados a la sostenibilidad de ENEL, una empresa italiana de energía, también en su expansión hacia la energía renovable.  Analizábamos en detalle esta emisión en el artículo Qué fácil es usar los ODS para el greenwashing.  Como el caso de Acciona, tiene el costo del financiamiento ligado a ciertos logros relacionados con la generación de energía renovable y apoyo a las comunidades, pero a diferencia de esta, ENEL podría lograr la meta con poco impacto adicional (de hecho, se podría adquirir generación de energía renovable de terceros, sin que hubiera generación incremental).  En cuanto al apoyo a la comunidad, expresadas como contribución a los ODS, son una falacia.  Y es un bono de “propósito general”, o sea, para financiar las actividades normales de la empresa, no para inversiones en proyectos predeterminados como lo sería si fueran bonos emitidos de acuerdo con los principios de la International Capital Markets AssociationSus bonos fueron emitidos de acuerdo con sus propios principios.

 Natura, la empresa líder en sostenibilidad en América Latina y la mayor empresa certificada como B-corp cotizada en bolsa, emitió un bono ligado a la sostenibilidad por un monto de US$1000 millones. Los objetivos de sostenibilidad incluyen la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en los tres alcances: (1) directos bajo su control, (2) de su consumo energético y (3) de su cadena de valor, incluyendo sus productos, en un 13% y alcanzar un 25% en el consumo de plásticos reciclados para sus empaques para el año 2026. Si no logra estos objetivos deberá pagar 65 puntos básicos adicionales en intereses a partir de noviembre del 2027 (pasaría del 4.125% al 4.775%, que sobre US$1000 millones son US$6,5 millones anuales más).  Natura pagaría penalización por el no logro.  [i]

 El paquete de financiamiento de Acciona reduce la tasa de interés en el caso del logro de los criterios de sostenibilidad, lo que representa un incentivo positivo.  En los casos mencionados de ENEL y Natura, se paga una penalización por el no logro, o sea, son penalizaciones, incentivos negativos. Y es interesante destacar que en el caso de Acciona son las instituciones financieras las que corren con el “costo” del logro, presumiblemente porque al lograr los objetivos se reduce el riesgo para estas instituciones.

Por otra parte, es de destacar algo que suele pasar desapercibido y que es importante para la credibilidad de las acciones de sostenibilidad en ambos casos, bonos y préstamos sindicados.  En el caso de los bonos, estos son adquiridos por millares de inversionistas, un grupo muy disperso, anónimo, ninguno de los cuales tiene el poder o interés en supervisar la ejecución sostenible de los proyectos, solamente lo hace la empresa verificadora, que la misma empresa contratada para tal efecto.  Y los coordinadores financieros de la emisión solo tienen interés indirecto ya que la penalización financiera, el mayor monto por intereses, lo reciben los tenedores de bonos.

 En el caso del financiamiento de Acciona y Acciona Energía, son préstamos de 23 instituciones financieras, un grupo más concentrado, con dos de ellas encargadas de la coordinación en cada caso, que tendrán más interés en la ejecución del proyecto ya que, además, deben reducir sus intereses en caso de incumplimiento de las metas.  Tendrán un fuerte aliciente ya que en este caso deben ofrecer un descuento sobre la tasa de interés. En el caso de ENEL y Natura los tenedores de bonos reciben una prima.

 De cualquier manera, habrá el ver que impacto real sobre la sostenibilidad que tienen estos financiamientos.  Hasta ahora en el financiamiento sostenible son todo promesas, todavía no se ha llegado a la etapa de evaluación del impacto, y la constatación de ese impacto es una de las grandes deficiencias de estos financiamientos. [ii]

 


[i] En defensa de lo que parecen metas modestas hay que destacar que son muy pocas las empresas que se comprometen con el alcance 3 de emisiones, la de cadena de valor y que el uso de plástico reciclado no es sencillo (hay una concepción equivocada de que todo plástico es reciclable, lo es solo una muy pequeña parte, y estos se degeneran después de dos o tres reciclajes).

 [ii] Ver los artículos What's the true impact of green bonds?, y  Bonos verdes, sociales y sostenibles. Quinta parte: Mejorando la legitimidad e impacto.

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