¿Es posible/factible que se preparen estados no
financieros al mismo nivel de estandarización que los estados financieros
tradicionales? Uno de los pioneros en las propuestas de
reportes integrados, el Prof. Robert Eccles (ex Harvard, ahora Oxford) [1] y un
colega Richard Barker, han hecho tal propuesta, Should
FASB and IASB be responsible for setting standards for nonfinancial
information?. Esta propuesta va mucho más allá de los estándares o lineamientos del GRI,
SASB y del Informe Integrado, IIRC, como comentamos más adelante. [2]
Sugieren que los organismos que desarrollan los
estándares de contabilidad, el Financial
Accounting Standards Board, FASB (aplicables a EE. UU. y otros países que
voluntariamente los adopten) y el International
Accounting Standards Board, IASB (aplicables a Europa y otros países que
voluntariamente los adopten) lo hagan también para los estados no financieros. [3] Su propuesta es un llamado “green paper” por ser todavía “verde”,
preliminar, y que esperan convertir en “white
paper”, más elaborado, después de someterlo a consultas y discusiones.
Una de esas
discusiones se realizó el 11 de diciembre del 2018 (aquí la transcripción y aquí el video) en un debate en el que participaron dos equipos,
uno a favor de la propuesta y otro en contra (metodología muy británica).
I.
Justificación de la propuesta
La propuesta del green paper está basada en las
necesidades de los inversionistas, como lo son los indicadores del SASB, o los
lineamientos de informes integrados del IIRC y no de todos los stakeholders, como lo son los estándares
del GRI. Recordemos el público objetivo de cada grupo, que nos ayudará a
entender no solo la propuesta sino además la confusión que causan. En el artículo
GRI,
SASB, IIRC, letras para escribir reportes ¿Conflicto o complemento? presentábamos la siguiente tabla:
Iniciativa
|
Foco
|
Definición
de materialidad
|
GRI
|
Stakeholders
|
El reporte debe cubrir aspectos que: a)
reflejan los impactos económicos, ambientales y sociales significativos (en
su influencia, tanto positiva como negativa de lograr su visión y estrategia)
y b) influencian las evaluaciones y decisiones de sus stakeholders.”
|
IIRC
|
Inversionistas
|
Un
informe integrado debe proporcionar información concisa que es material para
la evaluación de la capacidad de la organización de crear valor (para los
proveedores de recursos financieros) en el corto, mediano y largo plazo.
|
SASB
|
Reguladores e inversionistas
|
[Aspectos materiales que…] “individualmente
o en el agregado son importantes para la representación justa de la posición
financiera y operacional de la entidad … [información que es] necesaria para
que un inversionista razonable puede tomar decisiones de inversión
debidamente informadas.
|
Siendo el público objetivo los inversionistas se
debe suponer que la propuesta debe enfatizar la información no financiera con impacto
financiero y presentarla de tal manera que se aprecie ese impacto. Si
el público objetivo son todos los stakeholders,
la información deberá ser más extensa y puede y debe cubrir elementos de
interés para cada uno de ellos, muchos de los cuales no tienen un interés
meramente financiero.
De allí, que
según el green paper su enfoque sobre
esa información, que no llaman “no financiera” sino ASG (ESG en inglés). Se base en estos argumentos: “La creciente demanda de información ASG por
parte de los inversionistas…… las fuentes disponibles de esa información, ya
sea de las mismas empresas, ya sea de los proveedores de información ASG es
inadecuada……. La información ASG es el
foco natural para la evaluación de los informes empresariales.”
En artículo
anterior, ¿Es
la información no financiera no financiera?, analizábamos la importancia de esta
información en la toma de decisiones, en particular las de inversión.
II.
Resultados de las discusiones
Si bien los
autores del green paper no fueron los
ponentes de la posición a favor de que la FASB y el IASB preparen estándares,
fue su posición la argumentada por la defensa. Estos ponentes incluyeron al ex
CEO del IIRC, el CEO del Corporate
Reporting Dialogue, el ex CEO del regulador financiero del Reino Unido y la
directora de gobierno corporativo del mayor fondo de pensiones del mundo. Los ponentes de la posición contraria incluyan
al director de inversiones ESG de un fondo e inversiones, un ex presidente del
FASB, ex miembro de la Comisión de Valores y Bolsas (SEC) de EE.UU., y el vicepresidente
de mercados de capitales de la Cámara de Comercio de EE.UU. Sin duda expertos
en el tema, desde reguladores a productores de estándares a usuarios de la
información. Las principales conclusiones del taller de discusión fueron
(traducidas del resumen):
1.
Argumentos a favor
- El FASB y el IASB tienen la infraestructura y el personal altamente calificados
y una extensa experiencia en el desarrollo de estándares de reporte,
incluyendo el proceso para obtener insumos de los stakeholders relevantes,
preparando y actualizando las posiciones oficiales y publicando y
diseminando documentos reconocidos (que en el caso del IASB incluye un
proceso formal de traducción a múltiples idiomas). Ambos tienen fuentes
relativamente aseguradas de financiamiento junto con una amplia aceptación
de que el mantenimiento de ese financiamiento es importante para el
funcionamiento efectivo de los mercados de capitales.
- El FASB y IASB también tienen estructuras de gobernanza establecidas
para la supervisión de sus labores, junto con un alto nivel de
credibilidad en la comunidad de inversionistas.
- Los aspectos materiales para el FASB y el IASB coinciden con los de
los inversionistas, lo que se alinea con la información no financiera
objeto de esta discusión.
- El FASB y el IASB tienen credibilidad en la comunidad de inversionistas. Con respecto a los reportes financieros,
existe absoluta claridad dentro del sector empresarial sobre los
estándares que aplican a todas las empresas de tal manera de ser
percibidos como facilitadores de reglas de juego claras y aplicables a
todos. En contraste, no hay una
autoridad inequívoca con respecto a la información no financiera, por el
contrario, hay una proliferación de esquemas costosos y confusos que son
una carga para las empresas.
- El foco natural del FASB y el IASB debería ser la integración de la
información no financiera en el reporte corporativo dominante y en la
presentación de información a las autoridades de regulación. Esto, muy posiblemente
implique un énfasis en como la información financiera y la no financiera
deben ser integradas entre sí de tal manera de mejorar la utilidad de
ambas.
2.
Argumentos en contra
- Actualmente parece que no están dadas las condiciones necesarias para el
establecimiento de estándares regulatorios efectivos. Al nivel actual
del conocimiento muchos aspectos ASG materiales son difíciles de
cuantificar y por ende no son conducentes a su estandarización. Esto puede ser en parte porque estas
condiciones están todavía en fase experimental. Se puede argumentar que es difícil y quizás
prematuro, seleccionar un ganador entre las muchas instituciones que trabajan
en el desarrollo de estándares de información no financiera, de tal manera
que los fundamentos para la estandarización no están todavía listos.
- No resulta obvio que la experiencia en el
establecimiento de estándares de contabilidad financiera sea aplicable a
la capacidad de desarrollar estándares no financieros; es en efecto
posible que la excesiva concentración en lo financiero sea
contraproducente. La información no
financiera que es material depende del contexto y de la empresa en tanto
que la información financiera es conducente a ser agregada y a tener un
tratamiento uniforme en las diferentes organizaciones. En consecuencia, es
muy posible que el esquema mental necesario para establecer estándares no
financieros sea diferente.
- Finalmente, hay preocupaciones prácticas en asignar responsabilidades
para los estándares no financieros al FASB y al IASB. Es cuestionable, por
ejemplo, si lo no financiera forma parte de su mandato y si se pudiera
logar el apoyo político para realísticamente extender su ámbito de
actuación. Puede ser, además que, por lo menos en el presenta estado de la
evolución, los mundos financieros y no financieros sean tan diferentes que
requieran de enfoques institucionales fundamentalmente diferentes.
III.
Mi posición
Mi lectura del
documento y del debate me inclina a favor de la posición en contra. Los
argumentos a favor no discuten si ello es factible en la práctica,
limitándose a argumentar que el FASB y el IASB tienen los recursos humanos y
financieros y la una gobernanza conducente a la producción de estándares de
reporte, pero los argumentos no consideran si con sus sesgos financieros, con
información surgida de procesos contables muy estructurados y universalmente
uniformes (con algunas variantes muy conocidas) son capaces de desarrollar estándares para información que no está muy
definida, que no tiene sistemas de recopilación establecidos, cuya relevancia,
aun para un solo grupo de stakeholders
como lo son los inversionistas, varía de empresa a empresa y que es muy
difícilmente generalizable. La
posición en contra tiene argumentos cuya lógica es demoledora:
….. “Al nivel actual del conocimiento
muchos aspectos ASG materiales son
difíciles de cuantificar y por ende no son conducentes a su estandarización”
…. No resulta obvio que la experiencia en el establecimiento de
estándares de contabilidad financiera sea aplicable a la capacidad de
desarrollar estándares no financieros; es en efecto posible que la excesiva
concentración en lo financiero sea contraproducente. La información no financiera
que es material depende del contexto y de la empresa en tanto que la
información financiera es conducente a ser agregada y a tener un tratamiento
uniforme en las diferentes organizaciones. En consecuencia, es muy posible
que el esquema mental necesario para establecer estándares no financieros sea
diferente.”
Ojalá fuera así
de sencillo: háganse estándares robustos, universalmente aceptados y
universalmente aplicables para la información no financiera.
Con el incremento
del interés sobre los posibles impactos financieros de la información no financiera,
se han multiplicado los esfuerzos en varios sentidos: (1) en la definición de los aspectos materiales; (2) en su cuantificación;
(3) en el establecimiento del nexo con las finanzas de la empresa, sobre todo
en el largo plazo; y, (4) su uniformización y comparabilidad.
Ello ha dado
lugar al surgimiento y refinamiento de estándares
de presentación de información no financiera como los estándares de reporte
del GRI y los indicadores del SASB (que no son compatibles entre sí [4] ) y
centenares de propuestas de empresas de ventas de servicios. Pero todo esto todavía es considerado
insuficiente por parte de la comunidad de inversionistas, de allí la propuesta aquí
analizada.
Satisfacer las cuatro condiciones mencionadas es
equivalente a la cuadratura del círculo. Sin entrar
en un análisis extenso y riguroso, recordemos que se trata de información mal definida,
alguna con dificultades de medición, diferente para cada empresa, con impactos
financieros que dependen de la reacción de los actores en el entorno en que
opera cada empresa, variables en el espacio y tiempo, y que no pueden ser uniformes
por la vaguedad y especificidad de algunos componentes. La obsesión
en la uniformización y comparabilidad ha llevado la producción de información
precisa sobre algo irrelevante o no generalizable ni extrapolable. Se prioriza la precisión sobre la relevancia
(que es parte de algunas informaciones financieras).
Ello no obsta
para que haya algunos aspectos que son más definidos y comprables, extrapolables
en el espacio y tiempo, sobre as todo a nivel de empresas semejantes, y estos
esfuerzos deben continuar. Pero recordemos
que en general el interés de los inversionistas está en diversificar las inversiones,
para reducir los riesgos de la cartera, no en concentrarse en empresas
semejantes.
Y algo importante
que no se consideró en la discusión de la propuesta y que son los principales usuarios
de la información, los analistas
financieros (profesionales o aficionados).
En general estos usuarios están
acostumbrados a la información financiera estandarizada, han sido educados y han
desarrollado experiencia y han mecanizado el análisis financiero de información
financiera, no están acostumbrados, ni quieren hacer los esfuerzos adicionales
que son necesarios para analizar información con las características que hemos
mencionado arriba. Quieren la “papa
pelada”. [5]
Una importante a tarea que debe correr en paralelo a los esfuerzos de hacer la
información no financiera más relevante y más analizable es la educación de los
analistas financieros sobre todo en las peculiaridades de esa información. Hasta la misma la información financiera,
supuestamente comparable depende mucho del contexto [6]. Esta consideración es lo que distingue a los
buenos analistas de los mediocres.
IV.
En conclusión
La estandarización
de la información no financiera con el objeto de que sea tomada en cuenta,
analizada correctamente e incorporada en sus decisiones por parte de los
inversionistas y sus agentes, los analistas financieros y gestores de carteras,
es un enfuerzo muy laudable y que debe intensificarse, pero reconociendo sus
idiosincrasias. No parece que los establecedores de estándares de información financiera
sean los más idóneos para liderar estos esfuerzos, en gran parte por las características
de aquella información y por los diferentes esquemas mentales requeridos para procesar
ambos tipos de información.
Ello no obsta para
que se intensifiquen los esfuerzos, especialmente en la relevancia y
cuantificación de la información y en su análisis en el contexto que sea
pertinente. Esta información no financiera
está en un plano muy superior de complejidad que requiere de esfuerzos
superiores, en su identificación, preparación y análisis de impacto.
[1] Su libro One
Report: Integrated reporting for a sustainable strategy (2010) fue una de las primeras
propuestas.
[2] Este artículo forma parte de la
serie sobre la información no financiera.
Los dos más recientes fueron Información
no financiera: ¿Sustainability Chief Financial Officer? y ¿Es la
información no financiera no financiera?.
[3] Ver el artículo ¿Es
la información no financiera no financiera? en el que analizábamos la pertinencia de esa
información y el posible menosprecio que le confiere su nombre y recordábamos
el impacto financiero que esa información tiene a pesar de su nombre.
[4] Ver ¿Es
saludable la competencia entre estándares de reportes de sostenibilidad? El
futuro de la información ni financiera.
[6] El suscrito dedicaba buena parte de
en un libro publicado en 1984 y que sigue en prensa (séptima edición) a
advertir que esta información financiera, supuestamente estandarizada, se
podría prestar a diferentes interpretaciones y el análisis debería efectuarse
en el contexto en que operaba cada empresa.
Ver Evaluación
financiera de empresas, Editorial Trillas, México.
1 comentario:
Excelente artículo, que refleja un debate esencial para la RSE, en la medida en que puede acabar afectando decisivamente al tipo de información sobre esta temática exigida a las grandes empresas y al tipo de entidades que la supervisan y evalúan.
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