sábado, 6 de marzo de 2021

La contradicción de Tesla: Ahorrar y producir emisiones

 

Tesla, y en particular su fundador y CEO, Elon Musk, se vanaglorian, justificadamente, de las reducciones en las emisiones de gases de efecto invernadero, GEI, de sus vehículos eléctricos.  Pero en febrero del 2021 anunciaron la compra del equivalente de US$1.500.000.000 en bitcoins y su aceptación para la adquisición de los vehículos.  ¿Y que tiene que ver una cosa con la otra? Las emisiones de gases de efecto invernadero, GEI. 

 En este artículo analizamos la contradicción entre el objetivo de ahorrar emisiones con la producción de vehículos eléctricos y el elevado consumo de energía y la emisión de grandes volúmenes de emisiones en la producción y compraventa de criptomonedas como el bitcoin. El objeto de la discusión no es una cuantificación precisa del impacto ambiental de los vehículos eléctricos y del bitcoin, es llamar la atención a un problema, aunque sea de difícil cuantificación.  Los números de emisiones que presentamos están basados en múltiples supuestos y son muy diferentes entre diferentes estimaciones.  La discusión solo pretende ilustrar la contradicción.

I.    Emisiones de los vehículos eléctricos

 Tesla es la empresa pionera y la mayor del mundo en la producción de vehículos eléctricos, que tienen un gran potencial de reducir las emisiones de GEI al substituir los vehículos a base de combustibles fósiles.  El análisis para determinar el ahorro en las emisiones de estos vehículos es complejo.  No basta con compararlas en función de su utilización, hay que hacer la comparación sobre la vida útil de los vehículos, incluyendo el proceso de manufactura, incluyendo las baterías, y el mantenimiento. Y aun las emisiones ahorradas dependen del tipo de energía que se use para cargar la batería.  Lo cierto es que decir que un vehículo eléctrico no contribuye a las emisiones de GEI, como dicen algunas propagandas, es falso.  Ni siquiera se puede decir que su utilización lo sea ya que, aunque sea cargado con energía totalmente renovable, la producción y transmisión de esa energía contribuye a las emisiones de GEI, claro está que en menor medida que la energía generada con combustibles fósiles y aun que con la hidroeléctrica (emisiones de metano en el embalse)

 Pero se pueden hacer algunas comparaciones en el agregado, en el promedio.  Hay numerosos estudios que han tratado de hacer las comparaciones y sus resultados son muy variados ya que dependen de una gran cantidad de supuestos, pero para los propósitos de este artículo no necesitamos mucha precisión, sólo órdenes de magnitud.

Para no complicar la discusión solo consideraremos la comparación de las emisiones en la operación de los vehículos. Se estima que las emisiones de uno eléctrico son 70% menores que uno a gasolina en países como Suecia y Francia donde la mayor parte la de energía es de origen renovable y nuclear y alrededor del 30% menos en el Reino Unido donde la generación es más convencional, menos limpia.  Pero no tiene ahorro en un país como Polonia donde la generación es mayormente basada en carbón.

 II.    Emisiones en la producción y uso de los bitcoins

 Desde el punto de vista energético y de emisiones de GEI las monedas bitcoin son sumamente ineficientes. Hay que recordar que cada bitcoin se produce (técnicamente el “minado”, extracción de la “mina” del computador con los cálculos) al resolver problemas matemáticos, cada vez más complejos, usando computadores de gran poder para efectuar miles de millones de cómputos, lo que conduce a emisiones de grandes cantidades de GEI.  Y esto lo hacen individuos, “mineros”, muchos de ellos trabajando por su cuenta desde sus casas, o en pools, la gran mayoría en China.

 La producción anual de bitcoins consume el equivalente de la energía de toda Nueva Zelandia, las emisiones de GEI de todo Chile y los desechos electrónicos de Luxemburgo (los equipos son altamente especializados, tienen una corta vida útil y no tienen usos alternativos). Y siendo la energía el principal insumo, consumirán la más barata posible, que por ahora no es la renovable. Además de que no pueden variar su consumo en función al precio de la energía durante el día o temporada, ya que una vez que comienza la operación de extracción continúan hasta que lo logran o fallan en resolver el problema matemático.  De allí que consumen energía de base (la que está siempre disponible), que suele ser hidroeléctrica o de combustibles fósiles. No tienen incentivos para evitar emisiones.

Las transacciones de compraventa de las monedas bitcoin también se hacen a través de complejas operaciones de computación, lo cual también consume grandes cantidades de energía. La producción de una moneda bitcoin, que a comienzos de marzo del 2021 tenía un precio de alrededor de US$50,000, puede ser muy rentable para pools que la logran “extraer” ya que los costos de energía son, en un gran promedio, alrededor del 20% del valor del bitcoin.  Y cada transacción consume la misma energía que 700.000 transacciones de una tarjeta de crédito, el equivalente al consumo eléctrico de una vivienda promedio por 24 días, o 55.000 horas de mirar YouTube.

Y mientras más sube el precio más energía se consume ya que se produce aún más al ser su minado aún más rentable. Y se va haciendo cada vez mas compleja la “extracción” de la moneda.  Por diseño del sistema se pueden extraer solamente 21 millones y a comienzos del 2021 ya se han extraído 18,5 millones.

 Los mineros de bitcoin se mueven hacia localidades con energía barata, no necesariamente renovable.  Su objetivo es reducir el costo de su principal insumo, la energía.  Lo de las emisiones es para ellos irrelevante.   Y si muchos se establecen en la provincia de Sichuan, en China, no es porque allí la energía es mayormente hidroeléctrica, sino porque es más barata ya que tienen excedentes.

 III.    Contradicción de Tesla

 Tesla compró el equivalente de unas 35,000 monedas bitcoins (precio de unos US$42,000), que de acuerdo con los estimados mencionados solo la compraventa consumió la misma energía que 840.000 días de consumo de energía de una casa promedio, o 2.300 casas en un año.  Cada transacción genera 330 kilogramos equivalente de CO2, o sea que la compra de Tesla generó, en promedio, casi 12,000 toneladas de CO2.

En cuanto a la energía en la producción se puede alegar que no conllevan incremento en las emisiones porque las monedas ya existían, que fueron adquiridas de quienes ya las poseían y que por lo tanto no tuvieron que ser extraídas.  Pero pensar que un numero de esa magnitud no afectó la producción no es razonable.  Sus declaraciones previas sobre estas monedas en Twitter ya hicieron subir su precio en cerca de un 20%.  Sus acciones afectan el mercado.  Es muy probable que vista esta demanda adicional y sobre todo por el impacto que las acciones del Sr. Musk tienen en estos mercados, es de suponer que aumentaron aún más la demanda, que eventualmente llevará a más extracción. 

 La producción de las monedas, basado el promedio ponderado de la energía por tipo y cantidad de energía que se consume en los países donde se minan (cero emisiones en Islandia, energía geotérmica, pero intensiva en China, 712 gramos de CO2 por kWh) se estima que genera 475 gramos de CO2 por kWh y cada moneda requiere 250,000 kwh, o sea la producción de cada una contribuye a la emisión de unas 100 toneladas.  Incrementales o no, la producción de las 35.000 monedas que compró Tesla conllevó emisiones de 3.500.000 de toneladas de CO2, en el pasado, en el presente o en el futuro.  Esto sería equivalente a las emisiones anuales promedio de 750.000 vehículos a gasolina.

Dado el acumen financiero de Elon Musk tenemos que suponer que algo rentable vio en la adquisición de bitcoins y en aceptarlas como forma de pago para los vehículos Tesla, pero ello es una gran contradicción en términos de impacto ambiental. Evitan emisiones pero las generan. ¿Vuelve a prevalecer lo financiera sobre lo responsable?

 Comprar un Tesla con bitcoins es el colmo de los colmos.  Solo faltaría cargarlo con energía producida con carbón……en Polonia.

 

 

1 comentario:

Federico dijo...

Creo que la comparativa es buena, pero olvida un factor: la línea de base. Cuánta energía se consume en mantener el stock de dinero que Tesla invirtió en Bitcoin, en forma de "dinero físico"? cuánto cuesta en energía consumida en bóvedas, transporte de caudales, seguridad, sistemas bancarios, etc.? Si bien es un cálculo dificil, creo que no es razonable decir que "comprar Bitcoin" es una actividad que se compara contra "mantener dinero físico" como si fuera una actividad libre de emisiones. De hecho, en realidad creería que los consumos energéticos del sistema bancario y financiero internacional están "internalizados" (como si no existieran), pero es difícil calcular cuánta energía consume ese sistema bancario, vs. el mismo volumen de transacciones en Bitcoin? Está claro que lo más fácil es "to pick on Bitcoin", ya que es el "newcomer".