Tesla, y en
particular su fundador y CEO, Elon Musk, se vanaglorian, justificadamente, de
las reducciones en las emisiones de gases de efecto invernadero, GEI, de sus vehículos
eléctricos. Pero en febrero del 2021
anunciaron la compra del equivalente de
US$1.500.000.000 en bitcoins
y su aceptación para la adquisición de los vehículos. ¿Y que tiene que ver una cosa con la otra?
Las emisiones de gases de efecto invernadero, GEI.
En este artículo analizamos
la contradicción entre el objetivo de ahorrar emisiones con la producción de
vehículos eléctricos y el elevado consumo de energía y la emisión de grandes volúmenes
de emisiones en la producción y compraventa de criptomonedas como el bitcoin.
El objeto de la discusión no es una cuantificación precisa del impacto ambiental
de los vehículos eléctricos y del bitcoin, es llamar la atención a un problema,
aunque sea de difícil cuantificación.
Los números de emisiones que presentamos están basados en múltiples
supuestos y son muy diferentes entre diferentes estimaciones. La discusión solo pretende ilustrar la
contradicción.
I. Emisiones de
los vehículos eléctricos
Tesla es la
empresa pionera y la mayor del mundo en la producción de vehículos eléctricos,
que tienen un gran potencial de reducir las emisiones de GEI al substituir los
vehículos a base de combustibles fósiles. El
análisis para determinar el ahorro en las emisiones de estos vehículos es
complejo. No basta con compararlas en
función de su utilización, hay que hacer la comparación sobre la vida útil de
los vehículos, incluyendo el proceso de manufactura, incluyendo las baterías, y
el mantenimiento. Y aun las emisiones ahorradas dependen del tipo de energía
que se use para cargar la batería. Lo
cierto es que decir que un vehículo eléctrico no contribuye a las emisiones de
GEI, como dicen algunas propagandas, es falso.
Ni siquiera se puede decir que su utilización lo sea ya que, aunque
sea cargado con energía totalmente renovable, la producción y transmisión de
esa energía contribuye a las emisiones de GEI, claro está que en menor medida
que la energía generada con combustibles fósiles y aun que con la
hidroeléctrica (emisiones de metano en el embalse)
Pero se pueden
hacer algunas comparaciones en el agregado, en el promedio.
Hay numerosos estudios que han tratado de hacer las comparaciones y sus
resultados son muy variados ya que dependen de una gran cantidad de supuestos,
pero para los propósitos de este artículo no necesitamos mucha precisión, sólo
órdenes de magnitud.
Para no complicar
la discusión solo consideraremos la comparación de las emisiones en la
operación de los vehículos. Se estima que las emisiones de uno eléctrico son
70% menores que uno a gasolina en países como Suecia y Francia donde la mayor parte
la de energía es de origen renovable y nuclear y alrededor del 30% menos en
el Reino Unido donde la generación es más convencional, menos limpia. Pero no tiene ahorro en un país como Polonia
donde la generación es mayormente basada en carbón.
II. Emisiones en
la producción y uso de los bitcoins
Desde el punto de
vista energético y de emisiones de GEI las monedas bitcoin son sumamente
ineficientes. Hay que recordar que cada bitcoin se produce (técnicamente el
“minado”, extracción de la “mina” del computador con los cálculos) al resolver
problemas matemáticos, cada vez más complejos, usando computadores de gran
poder para efectuar miles de millones de cómputos, lo que conduce a emisiones de grandes cantidades
de GEI. Y esto lo hacen individuos, “mineros”, muchos
de ellos trabajando por su cuenta desde sus casas, o en pools, la gran mayoría
en China.
La producción
anual de bitcoins consume el equivalente de la energía de toda Nueva Zelandia,
las emisiones de GEI de todo Chile y los desechos electrónicos de Luxemburgo (los equipos son altamente especializados,
tienen una corta vida útil y no tienen usos alternativos). Y siendo la energía
el principal insumo, consumirán la más barata posible, que por ahora no es
la renovable. Además de que no pueden variar su consumo en función al precio
de la energía durante el día o temporada, ya que una vez que comienza la
operación de extracción continúan hasta que lo logran o fallan en resolver el
problema matemático. De allí que
consumen energía de base (la que está siempre disponible), que suele ser
hidroeléctrica o de combustibles fósiles. No tienen incentivos para evitar
emisiones.
Las transacciones
de compraventa de las monedas bitcoin también se hacen a través de complejas
operaciones de computación, lo cual también consume grandes cantidades de energía. La producción de
una moneda bitcoin, que a comienzos de marzo del 2021 tenía un precio de
alrededor de US$50,000, puede ser muy rentable para pools que la logran
“extraer” ya que los costos de energía son, en un gran promedio, alrededor
del 20% del valor del bitcoin. Y cada transacción consume la misma energía que 700.000 transacciones de una tarjeta
de crédito, el equivalente
al consumo eléctrico de una vivienda promedio por 24 días, o 55.000 horas de mirar
YouTube.
Y mientras más
sube el precio más energía se consume ya que se produce aún más al ser su minado aún más rentable. Y se va
haciendo cada vez mas compleja la “extracción” de la moneda. Por diseño del sistema se pueden extraer
solamente 21 millones y a comienzos del 2021 ya se han extraído 18,5 millones.
Los mineros de
bitcoin se mueven hacia localidades con energía barata, no necesariamente renovable. Su objetivo es reducir el costo de su
principal insumo, la energía. Lo de las
emisiones es para ellos irrelevante. Y si muchos se establecen en la provincia de
Sichuan, en China, no es porque allí la energía es mayormente hidroeléctrica, sino
porque es más barata ya que tienen excedentes.
III. Contradicción
de Tesla
Tesla compró
el equivalente de unas 35,000 monedas bitcoins (precio de unos US$42,000), que de acuerdo con
los estimados mencionados solo la compraventa consumió la misma energía que
840.000 días de consumo de energía de una casa promedio, o 2.300 casas en un
año. Cada transacción genera 330
kilogramos equivalente de CO2, o sea que la compra de Tesla generó, en
promedio, casi 12,000 toneladas de CO2.
En cuanto a la
energía en la producción se puede alegar que no conllevan incremento en las
emisiones porque las monedas ya existían, que fueron adquiridas de quienes ya las poseían
y que por lo tanto no tuvieron que ser extraídas. Pero pensar que un numero de esa magnitud no
afectó la producción no es razonable. Sus
declaraciones previas sobre estas monedas en Twitter ya hicieron subir su
precio en cerca de un 20%. Sus acciones
afectan el mercado. Es muy probable que
vista esta demanda adicional y sobre todo por el impacto que las acciones del
Sr. Musk tienen en estos mercados, es de suponer que aumentaron aún más la
demanda, que eventualmente llevará a más extracción.
La producción de
las monedas, basado el promedio ponderado de la energía por tipo y cantidad de
energía que se consume en los países donde se minan (cero emisiones en
Islandia, energía geotérmica, pero intensiva en China, 712 gramos de CO2 por
kWh) se estima que genera 475 gramos de CO2 por kWh y cada moneda requiere 250,000
kwh, o sea la producción de cada una contribuye a la emisión de unas 100 toneladas. Incrementales o no, la producción de las
35.000 monedas que compró Tesla conllevó emisiones de 3.500.000 de toneladas de
CO2, en el pasado, en el presente o en el futuro. Esto sería equivalente a las emisiones anuales
promedio de 750.000 vehículos a gasolina.
Dado el acumen financiero
de Elon Musk tenemos que suponer que algo rentable vio en la adquisición de
bitcoins y en aceptarlas como forma de pago para los vehículos Tesla, pero ello
es una gran contradicción en términos de impacto ambiental. Evitan emisiones
pero las generan. ¿Vuelve a prevalecer lo financiera sobre lo responsable?
Comprar un
Tesla con bitcoins es el colmo de los colmos.
Solo faltaría cargarlo con energía producida con carbón……en Polonia.
1 comentario:
Creo que la comparativa es buena, pero olvida un factor: la línea de base. Cuánta energía se consume en mantener el stock de dinero que Tesla invirtió en Bitcoin, en forma de "dinero físico"? cuánto cuesta en energía consumida en bóvedas, transporte de caudales, seguridad, sistemas bancarios, etc.? Si bien es un cálculo dificil, creo que no es razonable decir que "comprar Bitcoin" es una actividad que se compara contra "mantener dinero físico" como si fuera una actividad libre de emisiones. De hecho, en realidad creería que los consumos energéticos del sistema bancario y financiero internacional están "internalizados" (como si no existieran), pero es difícil calcular cuánta energía consume ese sistema bancario, vs. el mismo volumen de transacciones en Bitcoin? Está claro que lo más fácil es "to pick on Bitcoin", ya que es el "newcomer".
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