jueves, 15 de noviembre de 2018

La responsabilidad de los investigadores en RSE: ¡Refuerzo!



Por una gran coincidencia, el director de mi tesis doctoral (¡hace 44 años!), Robert S. Kaplan, profesor emérito en la escuela de negocios de Harvard, HBS, y creador del Balanced Scorecard, acaba de publicar un artículo Reverse the Curse of the Top-5 (noviembre 2018 ), donde analiza las consecuencias negativas de la obsesión con la publicación de investigaciones en los 5 journals tope de cada disciplina, que suelen ser los más abstractos, a lo largo de líneas muy semejantes a las de mi artículo La responsabilidad social de los investigadores en responsabilidad social (Revista de Responsabilidad Social de la Empresa, No. 30, III cuatrimestre 2018).  Su argumento es el mismo que muy similar al mío, mostrar que esa obsesión priva a la sociedad de investigaciones que podrán ser más útiles a su desarrollo y al avance de la disciplina.  Yo hago el argumento adicional de que ello es irresponsable ya que estos investigadores están usando lo recursos de la sociedad sin contribuir lo que podrían/deberían a su avance.

En su working paper de la HBS, Kaplan argumenta lo siguiente:

Los últimos 40 años han visto un gran incremento en el número de artículos sometidos a las revistas académicas del Top-5 de su disciplina.  Esto es una respuesta racional, de los profesores, a la gran preferencia que los comités de promociones académicas y de titularidad le dan a estas revistas, Los factores de calificación de las revistas surgieron, no obstante, para propósitos diferentes, para guiar las subscripciones de las bibliotecas universitarias, siempre limitadas de recursos. Pero el usar los factores de impacto de las revistas para inferir la calidad de las publicaciones de los investigadores, tiene una gran incidencia en errores tanto de Tipo 1, cuando concluimos incorrectamente que una investigación publicada en una reviste del Top-5 es una investigación de alto impacto, como errores de Tipo 2, cuando concluimos que las publicaciones de artículos (y libros) no publicados en esas revistas Top-5 tienen bajo impacto.  Adicionalmente, se introduce un tercer tipo de error, al estimular a investigar lo que es favorecido por los editores de esas revistas, en detrimento de investigaciones más relevantes e innovativas percibidas como no publicables en las revistas tope. (énfasis añadido).

Y yo añado que ello es muy probable.  Suele haber una correlación negativa entre la utilidad práctica de la investigación y su publicación en revistas tope.  Y recordemos además que estas revistas tienen revisores que suelen estar interesados en mantenerlas reservadas para investigaciones similares a las suyas.

Este mínimo resumen no le hace justicia al documento.  En particular contiene recomendaciones sobre el proceso de promoción y titularidad académica, incorporando el impacto que tienen más allá de sus colegas. Recomiendo la lectura a todos los que hacen carrera profesional en medios académicos.


P.S.
Pero hay una gran ironía:  Cuando comenzó a ser mi director de tesis doctoral en mercados de capitales en Carnegie Mellon University, en 1974, hacia solo unos cuatro años que se había cambiado de Operations Research, en que obtuvo su doctorado en Cornell University, a Contabilidad.  Le pregunté porque había hecho el cambio y me respondió que era mucho más fácil publicar en Contabilidad ya que, en esa época, había solo uno o dos journals rigurosos en la disciplina y el mercado por esas publicaciones era menos competitivo. 

Pero vio lo que propugna en este artículo muy rápidamente y sus publicaciones tienen gran impacto sobre cómo se ejerce la gestión de las empresas (20 libros y muchas decenas de artículos en revistas académicas y de difusión general).


3 comentarios:

Miguel Llofríu Terrasa dijo...

Agradezo muchísimo este artículo porque creo que expresa lo que muchos sentimos y pocos se atreven a decir. Por este motivo, que personas con "autoridad" académica, critiquen el propio proceso que genera el ranking de "autoridades académicas", supone una esperanza para que toda esta locura de "acreditaciones basadas en los protocolos y no tanto en las realidades" se vean como lo que son: un medio que se ha convertido en un fin (enfermizo).

Personalmente considero que estos procesos están aniquilando tanto la creatividad como las propuestas auténticas y "concretas" que aportan NUEVAS SOLUCIONES. Para mí, se están constituyendo getos endogámicos donde se cruzan las bibliografías y las referencias entre unos y otros.

Si damos más importancia a la bibliografía que al contenido, ¿qué podemos esperar?

Unknown dijo...

Muchas gracias Antonio por esta reflexión. Me viene como anillo al dedo justo ahora cuando comienzo mis estudios de doctorado precisamente en el tema de la Responsabilidad Social.

ANTONIO VIVES dijo...

Gracias por tus comentarios, me complace mucho constatar que los artículos despiertan algún interés.

Este es un tema que vengo madurando desde hace mucho tiempo, que llego a su ebullición cuando estuve escribiendo un paper con dos académicos puristas que lo querían publicar en un journal Top-5 porque así lo requería su carrera, y solo era publicable si desarrollaba teorías.

En efecto, es una mafia, yo te cito, tu me citas, escribimos uno para el otro.

Gracias de nuevo por tus continuos comentarios