Por una gran
coincidencia, el director de mi tesis doctoral (¡hace 44 años!), Robert S. Kaplan,
profesor emérito en la escuela de negocios de Harvard, HBS, y creador del Balanced Scorecard, acaba de publicar un artículo
Reverse
the Curse of the Top-5 (noviembre
2018 ), donde analiza las consecuencias
negativas de la obsesión con la publicación de investigaciones en los 5 journals tope de cada disciplina,
que suelen ser los más abstractos, a lo largo de líneas muy semejantes a las de
mi artículo La
responsabilidad social de los investigadores en responsabilidad social (Revista de Responsabilidad Social de
la Empresa, No. 30, III cuatrimestre 2018). Su argumento es el mismo que muy similar al
mío, mostrar que esa obsesión priva a la
sociedad de investigaciones que podrán ser más útiles a su desarrollo y al avance
de la disciplina. Yo hago el argumento
adicional de que ello es irresponsable
ya que estos investigadores están usando lo recursos de la sociedad sin
contribuir lo que podrían/deberían a su avance.
En su working paper de la HBS, Kaplan
argumenta lo siguiente:
Los últimos 40 años han visto un gran
incremento en el número de artículos sometidos a las revistas académicas del Top-5
de su disciplina. Esto es una respuesta
racional, de los profesores, a la gran preferencia que los comités de promociones
académicas y de titularidad le dan a estas revistas, Los factores de calificación
de las revistas surgieron, no obstante, para propósitos diferentes, para guiar
las subscripciones de las bibliotecas universitarias, siempre limitadas de
recursos. Pero el usar los factores de impacto de las revistas para inferir la
calidad de las publicaciones de los investigadores, tiene una gran incidencia
en errores tanto de Tipo 1, cuando concluimos
incorrectamente que una investigación publicada en una reviste del Top-5 es una
investigación de alto impacto, como errores de Tipo 2, cuando concluimos
que las publicaciones de artículos (y
libros) no publicados en esas revistas Top-5 tienen bajo impacto. Adicionalmente, se introduce un tercer tipo
de error, al estimular a investigar lo
que es favorecido por los editores de esas revistas, en detrimento de investigaciones
más relevantes e innovativas percibidas como no publicables en las revistas tope. (énfasis
añadido).
Y yo añado que
ello es muy probable. Suele haber una correlación negativa entre la
utilidad práctica de la investigación y su publicación en revistas tope. Y recordemos además que estas revistas tienen
revisores que suelen estar interesados en mantenerlas reservadas para
investigaciones similares a las suyas.
Este mínimo
resumen no le hace justicia al documento.
En particular contiene recomendaciones sobre el proceso de promoción y
titularidad académica, incorporando el impacto que tienen más allá de sus
colegas. Recomiendo la lectura a todos
los que hacen carrera profesional en medios académicos.
P.S.
Pero hay una gran
ironía: Cuando comenzó a ser mi director
de tesis doctoral en mercados de capitales en Carnegie Mellon University, en 1974, hacia solo unos cuatro años
que se había cambiado de Operations Research,
en que obtuvo su doctorado en Cornell
University, a Contabilidad. Le
pregunté porque había hecho el cambio y me respondió que era mucho más fácil
publicar en Contabilidad ya que, en esa época, había solo uno o dos journals rigurosos en la disciplina y el
mercado por esas publicaciones era menos competitivo.
Pero vio lo que
propugna en este artículo muy rápidamente y sus publicaciones tienen gran
impacto sobre cómo se ejerce la gestión de las empresas (20 libros y muchas
decenas de artículos en revistas académicas y de difusión general).
3 comentarios:
Agradezo muchísimo este artículo porque creo que expresa lo que muchos sentimos y pocos se atreven a decir. Por este motivo, que personas con "autoridad" académica, critiquen el propio proceso que genera el ranking de "autoridades académicas", supone una esperanza para que toda esta locura de "acreditaciones basadas en los protocolos y no tanto en las realidades" se vean como lo que son: un medio que se ha convertido en un fin (enfermizo).
Personalmente considero que estos procesos están aniquilando tanto la creatividad como las propuestas auténticas y "concretas" que aportan NUEVAS SOLUCIONES. Para mí, se están constituyendo getos endogámicos donde se cruzan las bibliografías y las referencias entre unos y otros.
Si damos más importancia a la bibliografía que al contenido, ¿qué podemos esperar?
Muchas gracias Antonio por esta reflexión. Me viene como anillo al dedo justo ahora cuando comienzo mis estudios de doctorado precisamente en el tema de la Responsabilidad Social.
Gracias por tus comentarios, me complace mucho constatar que los artículos despiertan algún interés.
Este es un tema que vengo madurando desde hace mucho tiempo, que llego a su ebullición cuando estuve escribiendo un paper con dos académicos puristas que lo querían publicar en un journal Top-5 porque así lo requería su carrera, y solo era publicable si desarrollaba teorías.
En efecto, es una mafia, yo te cito, tu me citas, escribimos uno para el otro.
Gracias de nuevo por tus continuos comentarios
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