Abstracto
El argumento
central del artículo es que los investigadores
en responsabilidad social no suelen asumir su responsabilidad ante la sociedad.
Las publicaciones
en revistas académicas se ha convertido en un gran negocio para las editoriales
(más de 30.000 revistas que generan cerca de US30.000 millones de ingresos
anuales; solamente en EE.UU. las instituciones académicas gastan más de US$2.500
millones en suscripciones) apoyadas en la principal
mano de obra gratuita, los investigadores, que está necesitada de publicar para
poder promoverse entre sus pares y conformar con el sistema de incentivos
(perversos) en las promociones dentro de las instituciones de enseñanza: Publish or perish y mejor si es en
revistas con una elevada calificación de “impacto” (¿impacto en qué?).
Hay una colusión abierta entre las partes, que los
beneficia a ambos, en detrimento de la sociedad. ¿Quién paga por todo esto? Es la sociedad (impuestos, familia,
filantropía empresarial y personal, etc.) la que financió y/o permitió el
desarrollo profesional de los investigadores y la existencia y funcionamiento de
esas instituciones, que ahora les pagan sus sueldos. Los investigadores usan los recursos de la
sociedad sin preocuparse de retribuirla por todos los beneficios que han
recibido, produciendo investigaciones que les interesan mayormente a ellos, a
sus pares y las revistas, pero de muy poco o nulo impacto sobre el bienestar de
esa sociedad.
A la hora de
decidir que investigar, ¿cuáles son las preguntas que se hacen? Con mucha seguridad no es la de ¿Cómo puede
esto contribuir al avance de la sociedad que es a la que me debo, la que me lo
permite y la que me paga por hacerlo? Sus preguntas están más relacionadas con
¿qué debo investigar para que sea publicable y así poder engrosar mi currículo que
me permita subir en el escalafón académico? Y para ello cuentan con la
complicidad de las revistas académica. Ante tanta proliferación de medios e
investigadores, el campo de publicaciones aceptables en los medios académicos se
hace cada vez más estrecho, lo que incita a que los temas sean cada vez menos relevantes
(véanse, por ejemplo, las publicaciones de revistas como Business and Society
y Journal
of Business Ethics entre otras de alto factor de impacto).
Hay una transferencia de recursos de la sociedad
hacia los investigadores y hacia las revistas. ¿Tienen
ambos una responsabilidad ante la sociedad por lo que hacen? De la misma manera que se lo exigimos a las
empresas y otras instituciones se lo debemos exigir a ellos. Los argumentos
éticos, morales y económicos son los
mismos. Y esto es válido para todos
los investigadores, pero esto es aún más
relevante para los que lo hacen sobre la RSE e ignoran su RSE personal. Estos no pueden argumentar ignorancia, son
expertos.
El articulo pretende ser un llamado a los
investigadores en RSE a considerar el impacto que sus estudios puedan y deben tener
en el mejoramiento de la sociedad (reconocemos que no es fácil determinar lo que la sociedad quiere o
necesita, pero un buen experto en RSE puede saber, por lo menos, lo que no
necesita). Así como en estas publicaciones se suele decir que el estudio cubre
algo que no se había analizado antes y que contribuye al avance del
conocimiento en esto y aquello, deberían
demostrar como contribuyen al bienestar social y como el investigador le está
devolviendo a la sociedad una parte de lo que esta le ha dado para que lo haya
publicado.
El artículo y la revista
Y la revista
completa donde fue publicado el artículo aquí (Revista
de Responsabilidad Social de la Empresa, No. 30, III Cuatrimestre 2018).
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