domingo, 14 de julio de 2024

¿Qué aspectos de la cultura empresarial son más conducentes a la sostenibilidad?: Un estudio con dos caras


Las estadísticas nunca son un sustituto del sentido común

 Amit Kalantri


 El 4 de julio se publicó un informe titulado ¿Está preparada la empresa española para la transformación sostenible? Estudio de diagnóstico de cultura corporativa y sostenibilidad, producido por las consultoras Ernst and Young S.L., EY, y la productora de software para diagnósticos de sostenibilidad, DoGoodPeople. (sede en Barcelona, a pesar del nombre en inglés), en el que se presentan los resultados de una encuesta entre profesionales: “…El objetivo principal de este informe es conocer cuál es el nivel de preparación de la empresa española para adaptar su estrategia y modelo de negocio a los desafíos que supone la transformación sostenible.”

Los resultados se presentaron en la III Impact Week organizada por la consultora EY (ver video de la sesión)

Por el análisis presentado el informe pretende determinar cuales son los aspectos de la cultura que deben mejorarse para lograr la transformación sostenible.

El objetivo de este artículo es analizar la metodología del estudio con el propósito de determinar si, en efecto, se identifican estos aspectos y si son válidas las conclusiones a las que llega.

Y un objetivo paralelo, como la mayoría de mis artículos, es didáctico, en este caso ofrecer la oportunidad, a los que quieran, de aprender sobre cultura empresarial y el diseño e interpretación de encuestas.

Como lo hicimos en el análisis crítico [i] del estudio IV Barómetro de la Sostenibilidad DIRSE-EY , en el cual también participo una de las dos empresas consultoras, es necesario repetir la advertencia: Este artículo no pretende cuestionar los resultados del estudio. Al centrarse en la metodología, el objetivo es alertar al lector/analista sobre los riesgos que conlleva utilizarlos para hacer inferencias o sacar conclusiones para la gestión de la sostenibilidad empresarial, y en el proceso, ofrecer sugerencias para que encuestas de este tipo mejoren su rigor.

Ambos estudios tienen en común errores metodológicos en el diseño de la muestra, en la agregación de los resultados y, en consecuencia, en las inferencias.

El informe, aunque se presenta integrado, está dividido en dos partes muy distintivas, con estilos diferentes. En la primera parte (capítulos 2 al 4) se presentan los resultados de una encuesta celebrada entre 125 personas, en 23 sectores, en empresas de todos los tamaños (desde 1 a más de 1000 empleados) recopilando sus respuestas a 23 preguntas divididas en cinco bloques en los tipifican las características de la cultura empresarial. Esta parte parece ser la responsabilidad de la consultora DoGoodPeople.

La segunda parte, el capítulo 5 es un ensayo en el que dicen que presentan las implicaciones de los resultados de las encuestas para la transformación sostenible, pero que como analizamos más adelante no surge de los resultados en sí, sino de las experiencias y deseos de los consultores que colocan en el contexto de la encuesta. Esta parte parece ser responsabilidad de la consultora EY.

Recomendamos la lector leer el informe y sacar sus propias conclusiones. No le podemos hace justicia a su amplitud.

I.                La encuesta y sus inferencias.

 1.      Que es cultura organizacional. [ii]

El propósito de esta sección no es entrar a discutir las diferentes concepciones de la cultura empresarial, sino poner en contexto la tipificación que hace el informe de la cultura empresarial.  Siendo que el concepto de cultura empresarial algo difuso y sujeto a muchas interpretaciones y que su gestión no está todavía muy extendida y hay diferentes puntos de vista es necesaria una breve discusión.

Para ponerlo en contexto y antes de describir como la tipifica el informe, haremos dos consideraciones. La primera es sobre la interpretación de la cultura empresarial y la segunda es que es necesario distinguir entre cultura empresarial genérica y cultura empresarial para la sostenibilidad.

En un artículo anterior [iii]reproducíamos una definición muy ilustrativa:

La cultura organizacional es el sistema de supuestos compartidos, valores, creencias, que gobiernan el comportamiento de las personas en las organizaciones. Estos valores compartidos tienen una gran influencia sobre el personal y determinan como se visten, como actúan, como hacen su trabajo. Cada organización desarrolla y mantiene una cultura singular que proporciona lineamientos y límites al comportamiento de sus miembros.

O, como de manera muy simplista, pero descriptiva, un autor la definía “como se hacen las cosas aquí”. La cultura empresarial es la respuesta de la organización a sus valores y principios, no los que están plasmados en una declaración (para la galería), sino lo que, sobre el terreno, hacen las personas ante las presiones cotidianas, las limitaciones, las discrepancias. La cultura empresarial se resalta en condiciones adversas.

Es también un reflejo de los valores de las personas. Cultura es actitud, lo que se ve, lo que se siente, lo que es aceptable, el comportamiento que se espera, las actitudes estimuladas o rechazadas en interacciones personales. Esta cultura no es algo que implementa por decreto, es algo que se desarrolla con el tiempo como respuesta al tipo de personal que se recluta, como se le desarrolla, los estímulos positivos y negativos, monetarios y no monetarios (bonificaciones son una muy pequeña parte de los estímulos, a veces contraproducentes [iv]), las políticas, procesos y procedimientos, etc. [v] La cultura es el carácter de la empresa, es algo mental, no mecánico.

Pero todos los aspectos de la cultura tienen un denominador común y base fundamental: el comportamiento de las personas.  De allí que uno de los aspectos más críticos de cultura son las políticas, los procesos, procedimientos, estímulos y desestímulos a través de los cuales se establece, transmite y arraigan los valores de la empresa.

La cultura empresarial para la sostenibilidad se fundamenta sobre todos esos aspectos. Lo que cambia es su implementación. Se requiere que sean conducentes a la responsabilidad de la empresa ante la sociedad por lo que los valores, políticas, procesos, estímulos, procedimientos, etc. deben estas alineados con ello. Requiere de una colaboración más intensa entre las personas, alineación de las subculturas de las diferentes unidades (suele haber contradicciones entre las áreas de finanzas, comercialización, legal y producción, por ejemplo), de valores de la empresa y sus empleados que buscan promover el bien común, en fin, de una visión más amplia del papel de la empresa (el lector interesado en más detalles puede ver dos de mis artículos específicos [vi]).

Para intentar apreciar el efecto que la cultura empresarial pueda tener sobre la transformación sostenible, el estudio la tipifica en cinco bloques. Incluimos (en itálicas) breves comentarios para poner la encuesta en contexto (las 23 preguntas se derivan de la descripción de cada bloque) y apreciar si ello puede lograr ese efecto (algunos autores alegan que esa cultura es medible [vii]).

a.      Propósito y valores: si el propósito corporativo está claramente definido y conocido por todos los empleados, si se ha incorporado a las principales áreas funcionales de la compañía y si la sostenibilidad está incluida en los valores corporativos.

No se puede caer en la falacia de evaluar la ética de una empresa en base a la existencia de un código de ética, como hacen las calificadoras de sostenibilidad.

¿Basta con que existan y se conozcan? ¿Actúan en consecuencia? ¿Cómo se implementan? ¿Qué estímulos positivos y negativos, monetarios y no monetarios existen pada ello?

b.     Estructura formal: si la estructura formal apoya la transformación sostenible y permite la transversalidad, algo esencial en proyectos de sostenibilidad.

 Permitir no es facilitar o estimular, se debe exigir ¿Cómo se implementa?

 c.      Estructura informal: cómo estos factores informales pueden apoyar o detener la sostenibilidad en la organización.

Son factores muy difíciles de determinar ya que en general están subyacentes, implícitos, pero son críticos.

 d.      Personas y perfiles: si el liderazgo de primer nivel está alineado con la transformación sostenible, si se fomenta la innovación responsable y el intraemprendimiento, y si los empleados son conscientes de la necesidad de adquirir conocimientos en sostenibilidad.

 Todo esto es condición necesaria, pero no suficiente. No basta con los del primer nivel, no basta con adquirir conocimientos, hay que implementarlos. ¿Qué hay que hacer para que lo hagan? ¿Políticas, procesos, estímulos?

 e.      Tecnología: si los sistemas tecnológicos permiten la trazabilidad y digitalización de datos, y si la empresa cuenta con una cultura digital que facilite la integración de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial o el blockchain, para impulsar la sostenibilidad.

 Este bloque debió ser lo que hemos reiterado que es clave y son los procesos, procedimientos, políticas, estímulos, etc., o sea la implementación. Tecnología es una pequeña parte de esto y en este caso lo limitan a la incorporación de nuevas tecnologías, no al uso de las existentes.  La inteligencia artificial y, sobre todo el blockchain, le pasa por encima a la gran mayoría de los empleados.

Los primeros cuatro bloques (aspectos) son los generalmente considerados en los estudios de la cultura, sin embargo, el quinto, como está descrito, no es parte de la cultura, es un instrumento, pero no el más crítico.

2.     Los problemas metodológicos.

 a.     El promedio mágico de 3,32

Todas las inferencias del informe se basan en un numero: El promedio de las respuestas de los 125 encuestados a las 23 preguntas sobre los cinco bloques en los que tipifican la cultura empresarial, un gran promedio de 2 875 números.  Para el estudio, este promedio determina las prioridades. Los aspectos (6) cuyas respuestas promedio se sitúan por encima de este promedio del total se califican como que ya están activadas en la organización, las que están muy cerca del promedio como que se pueden perfeccionar (7) y las que están por debajo como que necesitan ser activadas (7).

Analicemos este promedio mágico que determina los diferentes tipos de acciones necesarias. Postulamos diez razones por las que los resultados no son confiables para ese fin:

1.      Es un promedio sobre 23 preguntas con muy diferentes grados de relevancia sobre la cultura empresarial y su potencial de lograr transformación. Pero el promedio supone que todas son de igual importancia.

2.     Es un promedio de las opiniones de 125 personas que trabajan en 23 sectores industriales diferentes, desde biotecnología a instituciones financieras pasando por gobiernos, consultoras y empresas manufactureras. Supone que los 23 aspectos tienen la misma relevancia para todas las empresas, independientemente del sector industrial y de sus tamaños.

3.     Es un promedio de las opiniones de 125 personas sobre temas tan diversos como la existencia de una declaración de principios, un cuadro de mando “ESG” aprobado por el consejo y ejecutado por un comité, flexibilidad y adaptabilidad de los sistemas de gestión, sistemas de información adecuados, sostenibilidad incluida en el presupuesto, entre otras. El promedio supone que todas las 125 personas conocen como su empresa gestiona todos estos 23 aspectos, que conocen lo que hacen todas las unidades de la empresa cubiertas (consejo, informática, sostenibilidad, etc.), y que, si no saben, no responden. ¿Y dónde están los recursos humanos? A lo mejor esto es posible en el caso del presidente de una pequeña empresa, pero que si es una pequeña empresa es muy probable que no tenga todos estos sistemas de gestión desarrollados y que su cultura sea sui generis, por el impacto de unas pocas personas.

4.     Esto es corroborado por los promedios de los bloques. El que es mejor valorado, más avanzado, es el que se refiere a aspectos “blandos” como el bloque de los valores y propósito, donde las preguntas incitan a una respuesta positiva (¿Cómo vamos a responder que no tenemos valores definidos?) y es menor en los bloques “duros”, como el uso de la tecnología y presupuestos, donde siempre hay quejas. ¿No quiere esto decir que las respuestas están sesgadas a lo que quisieran que fuera en vez de a lo que es?

5.     Siendo los encuestados tan heterogéneos (ni son todos directores de sostenibilidad) y con posiciones en las empresas tan diferentes (si es que trabajan en empresas) y con conocimientos muy diversos de la terminología y conceptos utilizados en las preguntas, cada encuestado tiene su idea de lo que es la sostenibilidad, la transformación sostenible, lo que es cultura y la encuesta no lo especifica. Por ejemplo, las preguntas descansan en el término ASG, pero también lo mezcla con sostenibilidad empresarial, que no es lo mismo. [viii]

6.     En este caso no se trata de obtener opiniones de una diversidad de profesionales, todo lo contrario, para el objetivo del estudio es necesario un grado de homogeneidad, que tengan en común conocimientos de la temática, que estén enfocados en la sostenibilidad empresarial. La confección de la muestra no lo estimula.

7.     El promedio de cada uno de los cinco bloques de la cultura varía entre 2,94 a 3,74 lo que es estadísticamente muy semejante, aunque aritméticamente tengan pequeñas diferencias. 


Y los gráficos han sido diseñados para magnificar las diferencias. A la izquierda un gráfico tomado del informe con escala 2.90 a 3.40 y el mismo gráfico con escala de 1,00 a 5,00 que eran las respuestas posibles. Al reducir el escala las diferencias aparecen mayores.

 

8.     Estos resultados son de esperar en encuestas que piden responder en una escala del 1 al 5, donde existe la reacción natural de evitar extremos como el 1 o el 5, respondiendo entre el 2 y el 4.  Y más en el caso en que las encuestados no sean expertos en cada uno de los 23 aspectos.  Si no estás seguro, pones 3 (el lector puede recordar sus respuestas a encuestas que dan como posibilidades 1, 2, 3, 4, 5). Es la reversión a la media.

9.     En una muestra tan pequeña como de 125 encuestados, pero distribuidos en 23 sectores industriales, con un promedio de 5 empresas por sector, con culturas muy diferentes, tiene una confiabilidad estadística muy, muy baja (piense en el contraste en las culturas de una institución financiera y una de salud y bienestar). Para ponerlo en contexto el lector puede recordar como en las grandes encuestas electorales, sobre más de 1 000 personas, con más homogeneidad entre los votantes que 23 sectores industriales, con empresas que van desde microempresas a multinacionales, se reporta un margen de error, y una banda de posibles resultados.

10.   La encuesta no fue por invitación a personas pre identificadas, conocedoras de la temática, sino que fue por anuncio público, por lo que cualquier persona que recibiera el nexo podía completarla. Esto refuerza el argumento de la baja confiabilidad.  Esto también explica porque la mayoría de los encuestados, más del 20%, sean de servicios profesionales y consultoría, que, si bien pueden ser conocedores de la problemática, tienen la tendencia a responder lo “que debería ser” y no lo “que es” en la realidad, que es lo que encuesta debe averiguar. 

¿Tiene este promedio algún significado? ¿Se puede usar para inferir lo que está bien y lo que se debe mejorar?

b.     Validación de resultados.

Encuestas de este tipo requieren de validación de los resultados. Según el informe los resultados han sido “validados”. Dice:

 Se han realizado validaciones internas para asegurar la precisión y consistencia de los datos recopilados. Esto incluye la revisión de las respuestas incompletas o inconsistentes.”

Pero esto es solo verificación y corrección de errores en la recopilación de datos. En estudios de esta naturaleza la validación de los resultados implica asegurarse que son válidos, no solo que la recopilación es consistente.  ¿Qué quiere decir “precisión” y como la validan?

La validación requiere de la confirmación de que se puede presumir de que las respuestas son “validas”, lo cual suele hacerse a través de entrevistas directas, por muestreo.  Ello permite apreciar si el encuestado sabe de lo que está hablando, que esas respuestas verbales, de personas identificadas, son compatibles con las que se han recopilado electrónicamente de forma anónima. Esto es lo que hacen muchos estudios de gestión empresarial, cuando están basados en encuestas anónimas, validan vía entrevistas.

Para ilustrar esto podemos recurrir al caso del aseguramiento de la información sobre sostenibilidad o la auditoria.  No se trata de buscar errores de redacción, se trata de verificar que lo que se dice es comprobable.

II.             Inferencias del estudio.

 a.     Causa, efecto, priorización

Y la pregunta más importante para un estudio de esta naturaleza es: ¿surge de estos resultados que mejorando alguno de los aspectos se logrará la transformación sostenible?  El estudio no ha demostrado la relación causa efecto de los 23 aspectos analizados sobre la trasformación sostenible (¿qué es transformación sostenible?), ni el impacto relativo de cada uno a efectos de priorizar las acciones.

Y promueve, subliminalmente, la asociación de causa efecto y el impacto al referirse a las preguntas como “palancas”, cuando son características, aspectos y no está de mostrado que puedan levantar mayores pesos (Dadme una palanca y moveré el mundo: Arquímedes).

Hace el supuesto, por ejemplo, de que mejorar la aplicación de la tecnología, que está por debajo del promedio, hay que avanzarla, en tanto que mejorar la transversalidad, que está por encima el promedio, no hace falta hacerlo. Y aun si supusiéramos que las diez razones precedentes no son válidas, que todo está bien, al fin y al cabo, la transversalidad tiene una calificación de 3,64. ¿Qué pasaría si se toman medidas para que sea 4,5?

LO MÁS DEBATIBLE DE LAS INFERENCIAS:  La posición relativa de un aspecto sobre o por debajo del promedio no se correlaciona con el impacto positivo que su mejora puede tener, ni refleja la prioridad de acción. La mejora de uno que está por debajo puede tener muy poco impacto, en tanto que la mejora de uno que está por encima si lo puede tener.

El estudio ignora la causa-efecto del cambio y la necesidad de priorización, y lo que es más grave, hace el supuesto de sus conclusiones son universales, para todo tipo de empresas. No se puede hacer de todo, ni el mejorar algún aspecto tiene el mismo impacto en los diferentes tipos de empresas. Son grandes generalizaciones que no aplican a ninguna en particular.

b.     ¿Son válidas las conclusiones?

Después de establecer el objetivo, el informe dice que:

Por tanto, el factor diferencial de las compañías será, como en tantas ocasiones, su capacidad de ejecutar la estrategia definida, modificando hábitos y comportamientos, desaprendiendo inercias y cambiando las formas de trabajar.

¡TOTALMENTE DE ACUERDO! Es lo mejor del informe. Esto es cambio cultural, pero no tiene nada que ver con la encuesta.  ¿Dónde están en las preguntas o conclusiones?:

  • su capacidad de ejecutar la estrategia definida;
  • modificando hábitos y comportamientos;
  • desaprendiendo inercias y, 
  • cambiando las formas de trabajar.

Con esto no queremos decir que las conclusiones del informe no sean validas, puede que lo sean, aunque, por la discusión precedente es muy poco probable.

III.           Ensayo sobre la mejora de la sostenibilidad empresarial

El capítulo 5 y la sección 3.2 presentan una amplia discusión de actividades que son recomendables para las empresas que quien mejorar su sostenibilidad, derivada de la extensa experiencia de una de las consultoras, pero no surgen del análisis de los datos. En ese sentido su estudio es altamente recomendado, por lo que no tenemos nada que añadir, solo una observación de metodología y un recordatorio.

Si bien cita algunos resultados de las encuestas, no es una discusión de resultados, es más una justificación del diseño de la encuesta por lo que debería haber estado al principio del informe: justificar la razón de ser de las preguntas de la encuesta, mostrar que las preguntas surgen de ese análisis preliminar, que la encuesta pretende comprobar la “teoría” desarrollada. Y cerrar el informe con una discusión de como las respuestas corroboran o no lo que se había postulado.

Aunque ello no cambiaría los serios problemas metodológicos de la encuesta y la interpretación de los resultados, pero tendría una secuencia más lógica.

Y recordar que las recomendaciones del ensayo son generales y que a la hora de implementar se deben hacer especificas a cada empresas teniendo en cuenta el contexto en que opera, los recursos gerenciales y financieros, su cultura, su capacidad para absorber el cambio [ix], los amigos y enemigos y un gran etcétera. No podemos ser exhaustivo sobre todo lo que hay que tener en cuenta, pero el mensaje debe ser claro: especificidad y cuidado con las generalizaciones. [x]

IV.            En resumen

El informe tiene un objetivo muy laudable y es el de averiguar cuales intervenciones, basadas en la cultura y gestión de la empresa son conducentes para una transformación sostenible.  Lamentablemente, por problemas no menores de metodología: conformación de la muestra, análisis de los resultados y, en consecuencia, de las inferencias que se hacen, hace que los resultados sean cuestionables.

El núcleo de los resultados se resume en una jerarquización de los 23 aspectos considerados, declarando, sin justificación, que esa posición refleja la intensidad de la acción que se requiere para la transformación sostenible. Pero la posición relativa de un aspecto sobre o por debajo del promedio no se correlaciona con el impacto positivo que su mejora puede tener, ni refleja la prioridad de acción.

No obstante, las recomendaciones, resultado de la vasta experiencia de los consultores, reflejan el conocimiento generalmente aceptado sobre los aspectos de cultura y gestión que son necesarios para esa transformación sostenible y por ello el ensayo que cierra el informe es altamente recomendado, haciendo abstracción de las referencias a los resultados de la encuesta. En este caso los resultados de la encuesta no llevan a las recomendaciones expuestas, más bien es al contrario, el conocimiento acumulado busca justificar los resultados, que no son justificables.

Adolece de problemas muy semejantes a los del estudio IV Barómetro de la Sostenibilidad DIRSE-EY , en el cual también participo una de las empresas consultoras del informe que comentamos. [xi] Ambos estudios son víctimas de la vía fácil de hacer encuestas a múltiples personas, sin selección compatible con los objetivos del estudio, en vez de hacer investigaciones sobre el terreno, sobre las prácticas y cultura de las empresas exitosas, donde se investigue lo que hace, como ello conduce a una mejora de la sostenibilidad y el impacto que tienen. Pero es costoso. Indirectamente el capítulo de cierre detalla lo que presumiblemente serían los resultados de tales estudios.

La crítica que suelo recibir a este tipo de análisis críticos es que pretendo demasiado, pretendo rigor académico. Respondo que el rigor no es lujo, es una necesidad, que si no es riguroso no se debe publicar. Las publicaciones que pretenden avanzar el conocimiento en base a investigaciones deben estas basadas en metodologías reconocidas……., a menos que sean opiniones.

Estimulamos al lector a formarse su propia opinión leyendo el informe, no es muy largo, solo el doble de este artículo. Aprenderá mucho, pero recomendamos hacerlo con espíritu analítico y crítico.

Y por supuesto que me encantaría que los autores, o los lectores, me dijeran donde estoy equivocado. Nunca terminaré de aprender.


[ii] Ver Mis diez artículos sobre la cultura empresarial y los cinco artículos, The Leader´s Guide to Corporate Culture, How to manage the eight critical elements of organizational life, Boris Groysberg, Jeremiah Lee, Jesse Price, and J. Yo-Jud Cheng, Harvard Business Review, enero-febrero 2018).

[xi] Mis recomendaciones de mejora de la metodología no tuvieron impacto. Ver El Barómetro de sostenibilidad de DIRSE EY: ¿Son confiables los resultados?


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