En un estudio producido por cuatro profesores de la Universidad de Stanford sobre las características personales de los CEO (Are Narcissistic CEOs All That Bad?, por David F. Larcker, Charles A. O’Reilly, Brian Tayan, y Anastasia A. Zakolyukina, octubre 7, 2021, Stanford Closer Look Series) encontró un resultado llamativo sobre la relación entre el narcisismo del CEO y la responsabilidad de su empresa ante la sociedad:
Los CEO narcisistas dirigen empresas con mayores
calificaciones en responsabilidad ASG (ambiente, social y gobernanza) que los menos narcisistas.
Usando las calificaciones ASG más recientes de Refinit a lo largo del mandato del CEO, encontramos que
los más narcisistas dirigen empresas con una calificación media de 54,
comparado con la media de 45 para los menos narcisistas.
Estos
resultados pueden parecer sorprendentes. En teoría, los narcisistas se preocupan
mucho más de los beneficios financieros y deberían están menos interesados en
los beneficios sociales de la ASG. Sin embargo, hay evidencia de que los CEO
narcisistas invierten en la responsabilidad de la empresa ante la sociedad para
atraer reacciones positivas de los medios, en cuyo caso su dedicación a la
ASG sería superficial. Alternativamente, puede ser que las calificaciones
de ASG de terceros no sean indicadores confiables de la calidad de la
ASG. O, puede ser en realidad el caso de que los narcisistas se preocupen más
de la responsabilidad por razones desconocidas.
Estudio con resultados interesante,
pero con debilidades metodológicas y poco convincente. Un estudio académico
no puede concluir con la vaguedad con que concluye este.
Es muy cierto que las
calificaciones de los calificadores de ASG no son confiables y hay grandes
discrepancias entre ellas para una misma empresa (ver la sección III de mi
artículo ¿Cuántos esquemas/estándares
de información sobre sostenibilidad se necesitan? Primera parte: ¿Cuántos hay?) cada una usa una conceptualización diferente de los
criterios de evaluación ASG. Por lo que deberían haber hecho el análisis
usando las calificaciones de más calificadoras, hay decenas de ellas, para
constatar o refutar la robustez de los resultados
Y si los CEO se dedican a la
responsabilidad para aparecer mejor ante la opinión pública, lo que importa es
que lo hagan. Hay múltiples razones para
ser responsable y una de la más usadas es (lamentablemente) la reputación. Se debería obtener la reputación como
resultado de la responsabilidad, no ser responsable para tener buena
reputación. Pero sea como sea, lo importa es que sean responsables. No
importa si es superficial mientras sea real y sostenida. Peor es nada.
Y en cuanto al tercer
comentario de que los son por razones desconocidas, nos recuerda lo que dijo un
presidente de México cuando le preguntaron si la inflación era beneficial o
perjudicial para el país: “Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contario”.
Deberían haber profundizado
el análisis para tener conclusiones más convincentes.
¿Si fueras miembro del
comité de nombramientos de un consejo, buscarías al futuro CEO entre los narcisistas?
1 comentario:
Según he leído de Hare, Dutton y Piñuel, entre los CEO la ratio de psicopatía alcanza el 50% de la población de dicho colectivo. Entre dichos psicópatas, una variante es el narcisita maligno y una de sus características distintivas es que es pura fachada, mentira tras mentira, embuste tras embuste, ha construido una apariencia de solvencia y cualidades de las que está completamente falto con un gran vacío interno.
Entre otras cosas, es un maestro en el arte de apropiarse de los logros de los demás y en cargar la culpa o los problemas a otros.
Es muy probable, pues, que si este es el tipo de liderazgo que guía a ciertas empresas acabe impregnando a estas con sus mismos atributos. Esto es, mentir sobre todas las cosas, enmascarar datos con pantallas o distracciones y tunear todo cuanto se les interponga.
En la navaja de Ockham hallamos una pista: la solución más simple es probablemente la real. ¿Cabe pensar que un narcisista puro, un perfil psicopático, tenga el más mínimo interés en el impacto de sus actos o de la actividad de la empresa en la comunidad? ¿Acaso no es más plausible que espere, mediante un decorado, obtener réditos adicionales confundiendo o engañando a todos cuantos sea posible?
Un abrazo y gracias por invitarnos a pensar.
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