sábado, 2 de noviembre de 2024

¿Tiene la literatura responsabilidad social?

 

Increíble: un artículo mío de una sola página

Después de decenas de años preocupado por la responsabilidad social de las empresas, nunca se me había ocurrido hacerme tal pregunta. Pero me llamó la atención un titular en el periódico El País, de España, del 27 de octubre, en su edición para América Latina dice:  Mariana Enríquez: “No me molesta la literatura morbosa ni revictimizadora. Creo que la literatura no tiene responsabilidad social, en la entrevista que le hizo a la escritora y periodista argentina, a la que, en mi ignorancia, nunca había oído nombrar, y eso que es una autora muy prolífica y ganadora de varios premios en literatura….. pero no parece ser socialmente responsable.

Sí había considerado la responsabilidad social de los medios de comunicación en general,[i] pero no específicamente sobre la literatura, que, si bien es un “medio de comunicación”, es comunicación de la imaginación de sus autores, y como tal cae dentro del género artístico más que en el de transmisión de información. [ii] Por ello, siempre se ha considerado sin limitaciones de expresión, donde lo apreciado es la creatividad, la capacidad de sorprender, la capacidad de entretener, de hacer volar la imaginación, de transmitir cultura, de educación. Literatura es lo que a veces premia, no siempre, con el Nobel de Literatura.

Como expresión artística que es no se podría alegar que tiene como una de sus responsabilidades la responsabilidad ante la sociedad, pero ello no quiere decir que no tenga impacto sobre la sociedad. Y si lo tiene, ¿no puede la sociedad exigir que ese impacto no sea negativo y que en la medida de lo posible sea positivo, como se lo pedimos a las empresas?

De la misma manera que se lo pedimos a las empresas por aquello de que sin la sociedad y el medio ambiente no pueden existir, también se lo podemos pedir a la literatura.  Claro está que la “literatura” es un concepto y no un ente identificable.  Pero colectivamente sus autores si lo son.

Y siendo un arte no podemos exigir que toda la literatura asuma su responsabilidad ante la sociedad, pero teniendo impacto social sí podemos pedir que los autores, voluntariamente, minimicen el impacto negativo y, sobre todo, que potencien el positivo en sus obras.

¿Puede la literatura ser indiferente a la problemática social y ambiental? ¿Puede la literatura aprovechar su alcance social para promover mensajes y comportamientos de beneficio social?  ¿Debe la literatura ser socialmente responsable?

No creo que sea responsabilidad de la literatura ser socialmente responsable, pero sí creo que no debería ser indiferente y que no le quedaría mal a la sociedad que se desarrollase un género o por lo menos aspectos de “literatura responsable”, aquella que aproveche su poder de impactar para promover el bienestar de la sociedad.

Ojalá la autora hubiera dicho “puede tener”, o mejor aún “debe tener” en vez de decir “no tiene”.



[i] Ya nuestro libro La Responsabilidad Social de la Empresa en América Latina: Manual de Gestión, publicado en el 2010, lo abordaba en el capítulo “Los medios de comunicación”, por Mercedes Korin. También en el artículo en mi blog La responsabilidad de los medios de comunicación en tiempos de crispación.

[ii] Esto me recuerda un panel que dirigí en la VI Conferencia Interamericana sobre Responsabilidad Social de la Empresa, celebrada en Ciudad de Guatemala en el 2007, donde discutíamos, entre otras cosas, la responsabilidad social de las telenovelas y se concluía que eran un vehículo muy apropiado para transmitir mensajes de responsabilidad a la población en general, en especial a la de menor nivel educacional, que suele ser la audiencia mayoritaria. Las telenovelas socialmente responsables.