Es muy posible
que el lector hay oído nombrar a la empresa de gestión de fondos de inversión BlackRock,
cuyo Fundador, Consejero Delegado y Presidente del Consejo, Lawrence D. Fink,
envió una carta abierta a sus homólogos de las mayores empresas cotizadas, a
comienzos del 2018, excitando a las empresas a enfrentar su responsabilidad
ante la sociedad (A
Sense of Purpose). La
carta fue muy laudada y reproducida en muchos medios, no sólo los que se especializan
en la responsabilidad social de las empresas.
El más alto cargo de la gestora
de fondos más grande del mundo, conocida por el énfasis en beneficios
financieros, instaba a las empresas a ser más responsables. Una frase ha dado
la vuelta al mundo:
“Las expectativas del público sobre su
empresa nunca han sido tan grandes. La sociedad demanda que las empresas
cotizadas y no cotizadas sirvan un propósito social. Para prosperar en el tiempo, cada empresa no
solo debe producir rendimientos financieros, sino que debe demostrar además que
hace una contribución positiva a la sociedad.
Las empresas deben beneficiar a
todos sus stakeholders, incluyendo los accionistas, empleados, clientes y
las comunidades en que operan”………… “Sin un sentido de propósito, ninguna
empresa, cotizada o no, puede lograr su potencial total. Al final perderá su licencia para operar de
parte de stakeholders clave. Sucumbirá a las presiones cortoplacistas de
distribuir ganancias y en el proceso sacrificará inversiones en el desarrollo del personal, innovación y en capital
necesarias para el crecimiento en el largo plazo.” (énfasis añadido).
Ningún libro de
texto sobre responsabilidad social de la empresa lo podría expresar mejor. Aquella frase se convertirá en la otra cara
de la moneda de la repetidísima frase (fuera de contexto [1] ) de
Milton Friedman:
“El negocio de los negocios es hacer
negocios. No hacen falta disculpas”.
La carta ha tenido un gran impacto mediático, pero
¿tendrá impacto real? Por lo pronto ha puesto el tema en la mente
de muchos dirigentes y dado el poder de influencia de BlackRock podría
esperarse impacto real. Muchos medios la
citaron, pero ha habido muy poco análisis de las implicaciones prácticas de la
carta, sobre toda para la misma BlackRock.
Pero como es común en estos casos los medios se limitan a citar, sin
analizar lo que comentan. [2]
Pero es importante
analizar más a fondo la realidad, en tres consideraciones:
1.
Poder de influencia: BlackRock es el más
grande inversionista del mundo por lo que las palabras de su Consejero Delegado pueden tener efecto en la
opinión publica en general y en los directivos empresariales en particular. En
principio, estos últimos no deberían querer tenerlo en contra ya que sus fondos
de BlackRock poseen porcentajes significativos del capital de muchas empresas y
en algunas son el mayor accionista. Para ponerlo en contexto podemos recordar
que los activos que gestiona BlackRock son de US$6.000.000 millones, lo que es
casi cinco veces la capitalización de la
totalidad de las empresas que cotizan en los mercados bursátiles de España,
que ascienden a US$1.300.000 millones, y cinco veces la capitalización de todas
las bolsas de América Latina (cifra semejante a España). Como si BlackRock
poseyese cinco veces todas las empresas cotizadas en España o en América Latina,
o dos veces y media todas ellas.
2.
Limitado poder de actuación: Tanto
BlackRock como Vanguard, el segundo gestor más grande de fondos de inversión,
son inversionistas pasivos, sus fondos reproducen diferentes partes del
mercado de valores, adquiriendo acciones de todas las empresas integrantes del
sector correspondiente. Solo compran o
venden acciones cuando cambian las empresas integrantes (muy pocas veces) o cambian
sus proporciones en el índice (no son grandes cambios es un rebalance). Por,
ejemplo el fondo que reproduce el índice del S&P 500 posee todas las 500 acciones
que lo integran, en las mismas proporciones (en función del valor de mercado de
cada acción) que se encuentran en el índice.
Otro fondo puede reproducir el índice Russell 2000 o el FTSE 100, que contienen
todas las acciones en las mismas proporciones.
¿Por qué es esto
importante? Porque por estrategia de
inversión no pueden decidir dejar de invertir en empresas individuales,
debe poseerlas todas las del índice correspondiente aunque sean
irresponsables. Por mucho que el Sr.
Fink exprese interés en el propósito de las empresas de servir a la sociedad sus fondos poseen empresas que producen
armas, tabaco, alcohol, apuestas, intensivas en impactos negativos sobre el
cambio climático, etc. y acciones de las instituciones financieras que las financian,
además de otras empresas irresponsables.
Podrían ofrecer fondos especializados en empresas responsables, pero no
lo hacen, son gestores de fondos de índices generales, no de índices para
inversionistas socialmente responsables (ver Todo
lo que necesitas saber sobre la Inversión Socialmente Responsable en cinco
respuestas). Después de la carta BlackRock anunció que
esperaba ofrecer fondos nuevos que excluyeran fabricantes y vendedores de
armas. Con estos fondos nuevos no tienen
que vender acciones de empresas irresponsables, sencillamente no las compran
con los nuevos recursos que los inversionistas le encomiendan. Pero las siguen poseyendo en los demás fondos
de inversión.
3.
No usan el limitado poder que tienen. Aun cuando no puedan dejar de invertir
en empresas irresponsables, por lo menos pueden tratar de influenciar las decisiones
de sus Consejos y de sus dirigentes ya que por su gran magnitud poseen
porcentajes significativos de muchas empresas, aun cuando no tienen el poder de
amenazar con vender las acciones. Para un fondo de tal envergadura el mensaje
de están vendiendo acciones de una empresa por irresponsable sería de gran
impacto. Pero no lo hacen por lo que
comentábamos arriba, además de que sería
financieramente suicida ya que al hacer el anuncio caería el precio de esas
acciones, que poseen, perjudicándose a sí mismo. Aparte de que no es
factible hacerlo en un corto plazo ya que la magnitud de acciones que deberían
colocar en el mercado también afectaría negativamente el precio. No
tienen interés en mover el bote ya que se pueden caer al agua.
Una de las modalidades más efectivas de ejercer su
poder de influencia es a través de sus votos sobre proposiciones sometidas a
las Asambleas Generales de Accionistas, AGA.
Pero lo hacen muy poco. Su estrategia es usar esto como último recurso cuando las conversaciones
privadas no han surtido efecto, aunque esto puede parecer mas bien una
excusa. Prefieren usar el poder de persuasión, tratando de influenciar las
decisiones de las empresas que poseen a través del diálogo, lo cual hacen
continuamente, con más de 1.000 empresas, lo que no afecta negativamente el
precio de las acciones que poseen. La mayoría de los gestores de fondos de
inversión tienen un involucramiento mucho más activo que BlackRock. Uno de sus pocos casos de involucramiento
directo ha sido con Exxon cuando pidieron abolir la política de esta empresa de
que los miembros independientes del Consejo no podían hablar con los
accionistas (con Mr. Fink, por ejemplo) y el caso en que votaron a favor de una
resolución en la AGA para pedir mejor y mayor información sobre su impacto en el
cambio climático, que fue aprobada y dio lugar a que a principios del 2018
Exxon publicara un informe sobre el tema. Pero
esto es más la excepción que la regla. Hasta mediados del 2017 había votado en
contra de 14 resoluciones semejantes en empresas de combustibles fósiles y solo
a favor en 2 casos, incluyendo Exxon.
En el siguiente
gráfico se puede observar que BlackRock y Vanguard, los mas grandes son los
menos activos, sólo en el 2% de los casos han votado a favor de resoluciones
sobre cambio climático (se ha abstenido en muchas otras). [3]
[4]
Es de esperar que después del impacto mediático
que ha tenido la carta, las denuncias de algunas instituciones sobre su tibieza
en las resoluciones en las AGA y la actualización de sus políticas de votación sobre la propuestas en las AGA intensifique su activismo en responsabilidad empresarial.
En resumen
BlackRock propugna la responsabilidad de las
empresas de contribuir al mejoramiento de la sociedad y del medio ambiente, pero
sus acciones reflejan solo parcialmente esas declaraciones, parece como si
esperase que las empresas cambien sus estrategias y gestión por voluntad
propia, basado en sus exhortaciones. No utiliza todo el poder que tiene para
contribuir a ese mejoramiento que le pide a otros. Quizás teme el impacto sobre el valor de sus inversiones. Parece ser hipocresía por no decir
greenwashing.
[1] Pero no se cita que también dijo: “La responsabilidad del ejecutivo es manejar
los negocios de acuerdo a sus (de los accionistas) deseos, que generalmente es
ganar tanto dinero como sea posible, cumpliendo
con las reglas básicas de la
sociedad, tanto las establecidas en las leyes como aquellas plasmadas en las
costumbres éticas” (énfasis añadido)………….. “Puede, en el largo plazo, ser
del interés de la empresa, que es un gran empleador en una pequeña comunidad,
el dedicar recursos a proporcionar facilidades a la comunidad o mejorar su
gobernanza. Esto puede facilitar la
atracción de empleados, puede reducir el costo de la nómina o reducir las
pérdidas y el sabotaje o tener otros efectos beneficiosos”. Ver mi artículo Friedman y Smith: ¿Enemigos de la
responsabilidad de la empresa?.
[2] Algunos artículos hicieron un análisis
del contenido de la carta: BlackRock´s
message: Contribute to society or risk losing our support y Why
BlackRock CEO Larry Fink Is Not a Socialist.
[3] El gráfico es del artículo Four
Mutual Fund Giants Begin to Address Climate Change Risks in Proxy Votes: How
About Your Funds?, que es más optimista sobre el cambio de actitud
de BlackRock-
[4] La publicación Proxy Preview 2018: Helping Shareholders
Vote Their Values (acceso con registro previo gratuito) analiza las
votaciones sobre las resoluciones en las AGA e incluye las votaciones de los
gestores de fondos de inversión.
1 comentario:
Una vez más, hay que agradecer la profundidad y la sagacidad del análisis. Efectivamente, "del dicho al hecho hay mucho trecho". Como bien dices, con el poder que tienen podrían haber aprovechado esta oportunidad para ser ejemplares. Por otro lado, considero que si su enfoque es a largo plazo, habría que ir viendo su evolución año a año... sería deseable que en un futuro su influencia para lograr que las empresas informen sobre los impactos climáticos se plasmara en acciones tangibles.
En cualquier caso, valoro positivamente esa declaración (entre otras cosas, porque sin ella BlackRock seguiría generando beneficios). Con el tiempo habra que contextualizarla y entonces podremos ver si es greenwashing o una semilla que busca generar coherencia entre lo que se dice y se hace... de momento, "otra oportunidad perdida".
Publicar un comentario