Al cumplirse un
año de la aprobación (25 septiembre
2015) de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, la pregunta más frecuente
es ¿Qué se ha logrado? Haremos un breve repaso de los avances para luego
concentrarnos en cómo se pueden medir esos avances.
En un período tan
corto es muy poco lo que se puede avanzar en su cumplimento pero sí se puede
decir que ha habido progreso en el entorno de los gobiernos, empresas y otras
instituciones que deben contribuir a su cumplimiento. Se ha
avanzado en una mejor comprensión por estas partes de los retos que
representan, de los posibles papeles que cada uno debe jugar y se han producido
un sinnúmero de documentos preparatorios, con recomendaciones sobre el camino a
seguir.
Las grandes empresas han comenzado a hacer
inventarios de lo que han venido haciendo, produciendo reportes para demostrar que han
contribuido (muchas le han imputado a los nuevos ODS lo que venían haciendo),
algunas más adelantadas están adaptando sus intervenciones para mejorar su
contribución, y las más avanzadas están desarrollando productos y servicios
para atender lo que creen será una nueva
demanda de productos y servicios.
Las que quizás
más han avanzado son las grandes
empresas de consultoría que ven en ello un nuevo mercado y han preparado
documentos sugestivos para la implementación y de paso posicionarse para
ofrecer sus servicios. También los
“expertos” han aprovechado la coyuntura para ofrecer sus sugerencias (el
suscrito incluido).
Un buen ejemplo
de los avances en la producción de documentos preparativos lo refleja el
reciente estudio de Forética. Para
conmemorar el aniversario de la aprobación, ha publicado el estudio Objetivos
de Desarrollo Sostenible: ¿Qué logramos a un año de su adopción?, que más que un análisis de los logros
como dice el título es un “Análisis de
Forética sobre los principales informes y herramientas para la integración de
los ODS en la empresa”, como dice el subtítulo. Comenta
once estudios producidos por empresas de consultoría, “think tanks”, asociaciones empresariales y la misma ONU. Todos son en inglés. El resumen constituye un excelente inventario
y los estudios comentados constituyen una buena colección para quienes se
interesan por el tema. [i]
El suscrito no es
ajeno a esta tendencia y ha publicado tres
artículos sobre el tema. En el primero analizaba las dificultades que
presentaban los ODS y sus metas como guías para la acción por lo ambicioso de
los objetivos, la multiplicidad de metas y lo vago del lenguaje (Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus
implicaciones para la responsabilidad de las empresas ante la sociedad. Ia.
Parte: ¿Pueden cumplir su objetivo?). En el segundo analizaba lo que, a
pesar de ello, podían hacer las empresas para contribuir a su logro (Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus
implicaciones para la responsabilidad de las empresas ante la sociedad. IIa.
Parte: ¿Qué pueden/deben hacer las empresas?) y en el tercero proponía un objetivo y 6 metas más (para llegar a 18 y 175
respectivamente, como si no tuviéramos suficiente complejidad), con el objeto
de contribuir a que esa contribución de la empresa privada fuera más efectiva (¿Falta
algún Objetivo de Desarrollo Sostenible?).
Pero dentro de
algunos años esta respuesta de que se ha logrado poco no será satisfactoria,
querremos saber que se ha avanzado, en términos concretos, en el logro de los
17 objetivos y las 169 metas. Para ello
es necesario poder medir ese progreso y
eso es lo que comentaremos en este artículo.
¿Cómo medimos el progreso en los ODS?
De alguna hay que
medir los logros para poder no solamente mostrar progreso sino para además
determinar los esfuerzos adicionales que son necesarios para sus logros. Para
ello hace falta desarrollar indicadores. Como el lenguaje de muchas de las metas es
tan vago que no es obvio que es lo que hay que hacer para alcanzarlos. Los mismos indicadores, si tienen las
características necesarias para los indicadores (relevantes, medibles objetivamente,
basados en información disponible, realísticos,
específicos y acotados en el tiempo) nos pueden guiar en la
acción.
Conociendo esta
necesidad, después de la aprobación de los ODS, la Comisión de Estadísticas de
la ONU, UN Statistical Commission en enero del 2016 publicó la propuesta de indicadores Report
of the Inter-Agency and Expert Group on Sustainable Development Goal Indicators,
preparado por un grupo de trabajo de expertos de la ONU y de otras
instituciones. En el Anexo III de la
propuesta incluyen la lista de indicadores.
Para algunas metas se proponen varios indicadores, y para algunas
todavía no se han desarrollado. Es un trabajo continuo. Según el informe:
“Basado en el nivel de desarrollo
metodológico y la disponibilidad de información, los indicadores contenidos en
esta propuesta serán agrupados en tres niveles: (a) un primer nivel para
indicadores que cuenten con una metodología establecida y se dispone de
información (Nivel I); (b) un segundo nivel para indicadores que cuenten con
metodología establecida pero cuya información no es de fácil disponibilidad
(Nivel II); (c) un tercer nivel para indicadores que no cuentan con una
metodología internacionalmente acordada (Nivel III).”
Desarrollar indicadores
para 169 metas, muchas de las cuales tienen un lenguaje no conducente a la
implementación no es nada fácil y en algunos casos los indicadores deberán ser
medidas indirectas del logro. La ONU ha
creado un sitio web Sustainable
Development Goal indicators website para diseminar información sobre los indicadores.
Para muestra, un botón
Para ilustrar los
indicadores propuestos y la dificultad de implementar los ODS por su lenguaje
impreciso en el primero de los artículos de esta serie tomábamos como el Objetivo
más cercano a la responsabilidad de la empresa ante la sociedad, el número 12,
“Garantizar un consumo y patrones de producción sostenibles”. Por
definición el lenguaje del objetivo es vago, pero veamos algunas de las 11
metas. Destacamos en negrilla las palabras claves.
12.2
Para
2030, lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los
recursos naturales.
12.3
Para
2030, reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos
per cápita en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las
pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y distribución, incluidas
las pérdidas posteriores a las cosechas.
12.4
Para
2020, lograr la gestión ecológicamente racional de los
productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida, de
conformidad con los marcos. internacionales convenidos, y reducir de
manera significativa su liberación a la atmósfera, el agua y el suelo
a fin de reducir al mínimo sus efectos adversos en la salud humana y el medio
ambiente.
12.5
Para
2030, disminuir de manera sustancial la generación de desechos
mediante políticas de prevención,
reducción, reciclaje y reutilización.
12.6
Alentar a las empresas, en especial las
grandes empresas y las empresas transnacionales, a que adopten prácticas
sostenibles e incorporen información sobre la sostenibilidad en su ciclo de
presentación de informes.
Para estas metas
(recordar que son las que supuestamente especifican lo que se debe hacerse para
lograr cada uno de los objetivos) incitábamos al lector a responder algunas
preguntas que son las que se haría una empresa:
· ¿Qué quiere decir “lograr la gestión
sostenible y el uso eficiente” de todos los recursos naturales?
· ¿Cómo se puede determinar si se ha logrado
una “disminución de manera substancial” si no sabe de dónde se parte?
· ¿Qué quiere decir “lograr la gestión
ecológicamente racional”?
· ¿Qué quiere decir disminuir de manera
substancial? ¿Son las políticas lo que lo logra?
· ¿Se puede decir que se cumple la meta 12.5
si se ha “alentado” a las empresas a informar sobre sostenibilidad? ¿Y si no lo
hacen? Basta con alentarlas.
Veamos cómo
proponen resolver estos retos con los indicadores. Los indicadores propuestos para el objetivo
12 y las metas mencionadas arriba son los siguientes:
Meta #
|
Meta
|
Indicador
|
12.2
|
Logar la gestión sostenible y
uso eficiente de los recursos naturales
|
|
12.3
|
Reducir a la mitad el desperdicio de
alimentos en detallistas y hogares y reducir las pérdidas en la producción
|
|
12.4
|
Lograr la gestión
ecológicamente racional productos químicos y reducir significativamente la disposición
de desechos en agua y en la atmósfera
|
|
12.5
|
Reducir de manera substancial reducción
de desechos
|
|
12.6
|
Alentar prácticas sostenibles
en empresas y reflejar en informes de sostenibilidad
|
(*) pendientes de revisión.
|
Este breve
ejemplo ilustra las grandes dificultades de cumplir con los objetivos y metas
tal y como fueron redactados.
- En el 12.2 no se puede determinar si el consumo es sostenible o insostenible a menos que se establezcan criterios para la sostenibilidad;
- En el 12.3 no se dispone de la base para determinar la meta de reducción a la mitad, en la parte de ventas al detal (supermercados, etc.) y hogares, y la parte de la producción no tiene meta ya que solo menciona “reducir”. ¿1%? ¿50%?;
- En el 12.4 no se define qué es gestión ecológicamente racional ni la magnitud de la reducción. No parece que el número de firmantes de acuerdos determine esta gestión ni la reducción. El indicador de generación y tratamiento sí puede ayudar a determinar la reducción pero difícilmente si la gestión es ecológicamente racional o no;
- En el 12.5 los indicadores son más acertados ya que el enunciado es más preciso. Lo que faltaría por determinar es que quiere decir de manera “substancial”. No se estipulan metas de reducción; y,
- El 12.6 es el más cercano a la responsabilidad empresarial ya que pide prácticas empresariales sostenibles pero el indicador es el número de informes de sostenibilidad. Este último es uno de los más paradigmáticos del problema de los indicadores. ¿Es el número de reportes producidos un indicador de las prácticas sostenibles adoptadas? ¿Hay que producir informes de sostenibilidad para ser una empresa sostenible o más bien lo producen empresas que necesitan parecerlo? ¿Representan los informes formales de sostenibilidad lo que necesita saber la sociedad? ¿Es información sobre sostenibilidad lo mismo que un reporte de sostenibilidad? ¿Estamos confundiendo la realidad con su imagen, la sostenibilidad con informe? Parece ser una meta dictada por los promotores de informes de sostenibilidad.
Esto no quiere decir que los indicadores no sean
útiles, pero sí que, por ahora son incompletos y en algunos casos no son los
relevantes. El trabajo de producir los indicadores no es
envidiable, es casi misión imposible si se considera desde el lenguaje genérico
del que se parte. El lenguaje de los
objetivos debió ser más preciso, más concreto, pero si fuera así no se posiblemente
hubiera habido dificultades en su aprobación.
El ejercicio de la preparación de indicadores y eventualmente su
recolección debe ser una lección para la preparación de los objetivos que se
propondrán para el período 2031-2045 (no se habrá erradicado la pobreza, no se
habrá logrado el desarrollo sostenible). También será una lección para capitalizar en el avance de las tecnologías de medición y
de gestión de la información para mejorar los indicadores.
Y todo esto también revela que el logro va a requerir
no solamente de la participación de gobiernos con políticas conducentes, regulaciones
pertinentes e instituciones y recursos adecuados a los retos. Van a requerir la
colaboración de las empresas y de todos nosotros. Y lo que es más importante de instituciones y
personas que vigilen y exijan el cumplimiento.
En resumen
Ha habido buen progreso en la concientización de la
problemática y en la preparación de informes para guiar la acción. Pero
lo importante son las acciones para el logro de los ODS. Todavía es muy temprano para pedir cuentas,
pero los indicadores desarrollados deben
ayudar en la tarea, en particular para desarrollar los sistemas de
recolección y diseminación de la información pertinente. Y aunque los indicadores son imperfectos e
incompletos, es de suponer que se irán refinando. Lamentablemente la tarea no
puede esperar, se necesitan estas guías cuantitativas para la acción. Y ojalá que sirvan, aunque parcialmente, para
controlar las promesas y compromisos. Por ahora la ONU y sus instituciones están
muy pendientes del tema y hay que aprovechar la euforia inicial porque seguro que
en el quinquenio del 2021-2025 el interés habrá decaído. A lo mejor en el quinquenio 2026-20130 se
renovará el interés ya que habrá que empezar
a rendir cuentas.
[i] La agencia para el desarrollo del Reino
Unido, Overseas Development Institute,
ODI, ha producido un estudio de los ODS para América Latina, haciendo
proyecciones sobre su posible cumplimiento, Projecting
progress The SDGs in Latin America and the Caribbean.
Como análisis general es
interesante pero lamentablemente agrega mucho los países y cubre solo algunas
metas (considera a México como parte de Centroamérica).
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