Con Alberto Andreu
Este es el tercer artículo de una serie de cuatro en los que queremos descubrir cómo se puede desarrollar una cultura de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) como parte de la Cultura Corporativa de cualquier organización.
Hasta la fecha, hemos publicado dos artículos. En el primero, analizamos qué se entiende por cultura empresarial, cuáles son sus elementos básicos, porque es importante estudiar el tema y cómo surge y se desarrolla la cultura y abordar la relación entre cultura corporativa y responsabilidad social. En el segundo, vimos cómo empotrar la cultura en las principales palancas en la que se soporta la cultura corporativa, que son la visión, los valores, los principios que se han dado para “convivir”, y el sistema normativo que desarrollan esos principios.
En este tercer artículo queremos descender un poco más y ver qué piezas hay que impactar para incorporar la cultura de RSC de manera permanente en el comportamiento de una organización y, en consecuencia, en su cultura corporativa.
Entendamos el comportamiento
corporativo
Analizar una compañía desde la óptica del comportamiento organizacional (Organizational Behavior) persigue tres objetivos: comprender por qué en una empresa cualquiera pasan las cosas de una determinada manera, y no de otra; prevenir comportamientos futuros; y, en lo posible, intervenir sobre algunas cosas para cambiar, si se desea, una determinada manera de actuar.
En la práctica, el objetivo de este tipo de análisis es simple: saber por qué, cuando se pone en marcha un proyecto, es factible que las cosas funcionen razonablemente; o, por el contrario, entender por qué, aun queriendo poner en marcha cualquier proyecto, es una batalla titánica por la existencia barreras organizativas no siempre nítidas y explícitas para la dirección.
Las palancas del Comportamiento Corporativo y cómo incluir en ellas la semilla de la RSC
John Hunt, en su libro “Managing People at Work: A Manager's Guide to Behaviour in Organizations”, identifica la necesidad de estudiar cuatro planos para comprender el comportamiento de las organizaciones. Lo relevante de este tipo de análisis es que ayuda a comprender cualquier organización de una manera holística, de forma que, para introducir cambios en ella, no es posible mover exclusivamente una de estas cuatro palancas, sino que es necesario intervenir en cada una de ellas en su justa medida para que el comportamiento varíe progresivamente.
Pues bien: de lo que se trata ahora es comprender qué se entiende por cada una de las palancas y cómo se puede incluir en ellas la RSC para que pueda incorporarse de forma natural en el comportamiento de una organización.
Primer bloque: la estructura formal. Tiene que ver con el tipo de organización que adopta una compañía, con sus normas y procedimientos escritos, organigramas y modelos de reporte, modelo de gobernanza, sistema de toma de decisiones, diseño de puestos, reparto de responsabilidades, sistemas de fijación de objetivos, sistemas evaluación del desempeño, modelos de asignación de recursos y presupuestos, sistemas de costes de trasferencia, controles internos, sistemas de incentivos y sanciones, etc. En materia de RSC hay algunas
·
La existencia
o no de un responsable de RSC y, en su caso, su nivel de dependencia. Ambas circunstancias dan pistas sobre el nivel de
penetración de la función en cualquier compañía. Parece lógico pensar que, si
una función es importante, se le dediquen recursos económicos y humanos. Según
el “I Estudio de la Función de RSC en la
Empresa Española”
realizado por la Asociación de Directivos de RSE (DIRSE), el 33% de los
encuestados respondieron que su organización contaba con una posición en la
estructura dedicada en exclusiva a esta función.
Sin embargo, y aunque en nuestra opinión no es
estrictamente necesario crear una posición en el organigrama para que una
empresa sea responsable, hay datos que conviene analizar porque la dependencia del responsable de RSC determina su naturaleza y, sobre
todo, su impacto. Por ejemplo: si el director de RSC depende de la Fundación de
la empresa, ya se ve que estaremos ante una función periférica y dedicada
fundamentalmente a los temas sociales; si depende de Comunicación o Relaciones
institucionales, su principal foco será el reporte y las relaciones con los
grupos de interés; pero si depende del Consejo Directivo, el mensaje es que la RSC debe formar parte de todas las actividades de la organización.
Por
eso, creemos que la posición optima
es la que apunta el estudio “The State Of The Corporate Responsibility Profession” realizado por The Corporate Responsibility
Officer Association (CROA) (Marzo 2012). Para este estudio la mejor
ubicación es la dependencia directa del CEO como Staff, no como línea. Esta
posición aleja al director de RSC de la “batalla diaria” con otras áreas que
dependen del CEO, le permite tener una mirada horizontal en toda la estructura
y, además, sus decisiones no son ejecutivas salvo que se conviertan en tales a través del respaldo expreso
del máximo órgano ejecutivo. Y en todo caso, el área de Recursos Humanos, tiene un impacto clave porque incide en
aspectos muy sustantivos para la RSC como son las fórmulas de contratación, los
sistemas de incentivos, la selección, la formación, las relaciones laborales,
etc.
·
La existencia
o no de unas preguntas ácidas que actúan como filtro en el proceso de toma de
decisiones. En nuestra opinión ésta
es la prueba “del algodón” para incluir la RSC en el comportamiento y en la
cultura de la organización. Algunas compañías como Johnson & Johnson,
Google o Barclays, cuentan con un conjunto de preguntas ácidas que se toman
como filtro en el proceso de toma de decisiones. Algunos ejemplos de preguntas
ácidas son: “Si eliges el beneficio a corto plazo, cómo impactará la decisión
en tus clientes más fieles”; o “se sentirán tus propios empleados orgullosos de
trabajar para ti después de tomar esa decisión?; o “¿pensarán tus empleados que
tus valores no son más que un conjunto de palabras vacías?”; o ¿cómo le
explicarías esta decisión a tu hijo?”; “Qué titular de periódico no quisieras
ver si tomases esta decisión?”; o ¿cumple la decisión tomada con la ley, con el
espíritu de la ley, y con las normas internas?”
En cualquier caso, al menos en España, la aprobación del nuevo “Código unificado de buen gobierno de las sociedades cotizadas” facilita mucho las cosas en el mundo de la gran de empresa. En su recomendación 8.V se establece que la política de Responsabilidad Social Corporativa es materia indelegable del Consejo de Administración de la Compañía. En concreto, se recomienda “Que el Consejo asuma, como núcleo de su misión, aprobar la estrategia de la compañía y la organización precisa para su puesta en práctica, así como supervisar y controlar que la Dirección cumple los objetivos marcados y respeta el objeto e interés social de la compañía. Y que, a tal fin, el Consejo en pleno se reserve la competencia de aprobar… (V) la política de Responsabilidad Social Corporativa”.
Segundo bloque: la estructura informal. Se trata de comprender cuáles son los “otros” motores que hacen que las cosas pasen, o no pasen, más allá de lo que establece el organigrama o, en palabras de John Hunt, en una suerte de red latente que mueve las organizaciones. Para ello hay que entender los grupos o las “castas organizativas” que conviven en la empresa (consecuencia, por ejemplo de sucesivas adquisiciones), los liderazgos informales, la forma de comunicación interpersonal, las normas tácitas que se construyen con el tiempo y que impactan en la toma de decisiones, los círculos familiares o de amistad vinculados a personas con relevancia organizativa, etc.
Para incorporar la RSC en la estructura informal, hay que comprender el rol de la posición de RSC en la compañía. Aunque cada empresa es distinta, en términos generales, la posición de RSC, desde un punto organizativo, tiene un doble rol: vertical (es decir, las “funciones propias del área” que figuran en la descripción del puesto y que, por regla general, tienen que ver con la información sobre la RSC, con algunos proyectos de impacto social y ambiental); y horizontal (es decir, la capacidad de conseguir que otras áreas de la casa asuman como propias responsabilidades con impacto en el comportamiento responsable de una compañía, como son los temas relativos a la cadena de suministro, a los derechos de los consumidores, al desarrollo de productos con impacto social, etc).
Para entender este rol de trabajar en trasversal, nos parece de especial interés el estudio realizado por PWC bajo el título “The Sustainability Executive: Profile and Progress”. En este estudio se indica que un director de RSC dedica el 53% del tiempo de su jornada laboral a realizar tareas de relacionamiento, tanto interno (32%) como externo (21%), como puede verse en el cuadro adjunto
Cuadro
1: Responsabilidades del Director de RSC por tiempo dedicado
Fuente: PWC
bajo el título The Sustainability Executive:Profile and Progress
Podríamos decirlo de otra forma, pero la esencia de esta función está en crear redes informales y ganarse la confianza para poder, simplemente, hacer dos cosas:
Podríamos decirlo de otra forma, pero la esencia de esta función está en crear redes informales y ganarse la confianza para poder, simplemente, hacer dos cosas:
·
Trabajar para tus stakeholders internos, es
decir, trabajar para ellos; escribirles los papeles y prepararles las
presentaciones; convertirte en una incubadora de proyectos conjunto y, si es
necesario, cofinanciarlos al principio; abrirles los ojos sobre cosas que están
pasando en el mundo, o que les están pasando a otros competidores. Después de
mucho tiempo trabajando en grandes organizaciones, nos hemos dado cuenta de que
la mejor manera de incorporar la RSC en la compañía es creando relaciones de
confianza basadas en prestar un servicio de calidad. A eso se refiere el
estudio de PWC cuando dice que el director de RSC dedica al involucramiento
interno, se centra en la socialización y la comunicación (8%) y en dar soporte
a los directivos senior o a los miembros del consejo (10%) y en crear relaciones
con los empleados.
·
Trabajar con los stakeholders externos, es
decir, creando alianzas de apoyo mutuo. Hace tiempo un responsable de RSC nos dijo que su trabajo consistía en defender a la compañía de los de fuera pero,
también defender a los de fuera de la compañía. Por muy fuerte que sean las
confrontaciones con grupos de presión u ONG’s siempre hay que dejar puertas
abiertas y puentes tendidos para arreglar conflictos. Y esas puertas y esos
puentes sólo se pueden mantener en el plano de lo informal.
En definitiva, como afirma el estudio de PWC, las relaciones personales y el networking (todo ello, pura estructura informal) es tan importante, si no más, que las líneas de reportes formales.
Tercer bloque: las personas. Por regla general, en todo colectivo conviven personas con diferente formación, cocientes intelectuales, nivel de inteligencia emocional, capacitación técnica, motivaciones y expectativas profesionales, edades, estados civiles, culturas e idiomas diferentes, etc. Se trata de comprender a la persona en su integridad, más allá de sus capacidades y habilidades profesionales.
Entonces… ¿Cuál es el perfil personal idóneo para favorecer la RSC en la compañía? La práctica nos indica que hay personas gracias a las cuales es más fácil sacar adelante los proyectos de RSC que otras. Así que la pregunta es sencilla: ¿Cuáles son los rasgos que definen al responsable de RSC?
·
Capacidad de
crear confianza. Si la
función de RSC es trasversal, si estás obligado a trabajar con otros para que
las cosas pasen, crear entornos de confianza es clave. Se podría escribir un
tratado sobre la confianza, pero en síntesis, la confianza
la genera aquel que es trasparente y, sobre todo, es capaz de cumplir sus compromisos
en tiempo y en forma.
· Capacidad de comunicar. En el mencionado informe de PWC se afirma que “Comunicar
es la habilidad más citada” por todos para poder avanzar en la
agenda de la RSC. Especialmente prima la capacidad de no generar reacciones
defensivas. Comunicar no significa solamente traducir al lenguaje del otro tu
proyecto, ni siquiera trasmitir bien tus ideas. Comunicar, sobre todo, consiste
en no crear lo que F. J. Roethlisberger y Carl R. Rogers en un artículo clásico
titulado “Barriers and Gateways to Communication” denominan “comunicación defensiva” que es aquella forma
de dirigirse a los demás que genera que el otro se ponga a la defensiva como consecuencia
de actitudes y comportamientos basados en el control, la superioridad y la
falta de empatía.
·
Motivaciones
basadas en la gente y el logro En el
perfil motivacional tiene que primar las necesidades sociales, tanto que la autorrealización
se alcance mediante esta vía. De hecho, en el estudio de DIRSE se identificaron
las motivaciones del responsable de la RSC que, entre otras, destacaban la aportación de valor
a la sociedad y observar un retorno positivo para la empresa, conseguir un
compromiso de colaboración de las otras áreas de la empresa, y el afán de
transformación progresiva de la compañía.
·
La capacidad
de gestionar la política. Es
muy frecuente quejarse de que las cosas se aceleran o se paran por “política”.
Y en RSC en importante gestionar la política porque, en cierta medida, ser politico fuerza a la organización a hacer cosas que no siempre se quiere. Por eso, la
capacidad de gestionar la “política es clave”. En este sentido, nos parece
admirable la definición que hace el filósofo Ortega y Gasset del “político puro”
y que se recoge en el libro “Anatomía de un instante” de Javier Cercas. Según
recoge Cercas, en “la naturaleza del político puro… conviven algunas cualidades
que, en abstracto, suelen considerarse virtudes con otras que, en abstracto,
suelen considerarse defectos, pero aquellas no le son menos consustanciales que
estos”. Y enumera algunas virtudes: “la inteligencia natural, el coraje, la
serenidad, la garra, la astucia, la resistencia, la sanidad de los instintos,
la capacidad de conciliar lo inconciliable”. Aquí nos gustaría destacar ésta
última idea: la capacidad de conciliar lo inconciliable, En RSC hay que
convivir siempre con un balance no sencillo entre la necesidad de incrementar
los ingresos día a día, con la responsabilidad ante la sociedad. Y es que la RSC no va de cuánto se
dona, sino de cómo se obtienen los ingresos.
Cuarto bloque: la tecnología. Querámoslo o no la tecnología ha cambiado radicalmente la forma y el fondo de muchos negocios. En concreto nos referimos a los sistemas y herramientas corporativas para funciones clave en la compañía (control, presupuestos, evaluación, etc.); a sistemas para favorecer la comunicación corporativa (intranet, gestores documentales, herramientas colaborativas, etc); a las redes para incrementar las relaciones entre grupos y personas (herramientas colaborativas, redes sociales, etc.); y, ahora más que nunca, al análisis y a la explotación de los datos, eso que se llama HR Analitics. La tecnología es hoy tan importante que impacta de forma determinante en la cultura corporativa.
Cómo utilizar la tecnología para impulsar la RSC? En nuestra opinión, para acelerar la implantación de RSC en la organización, es muy conveniente utilizar la tecnología en tres grandes niveles.
·
En la gestión interna. La trasparencia y el reporte no financiero son la columna vertebral de la
RSC. Por tanto, todo lo que sea incluir indicadores no financieros en los
cuadros de mando corporativos, será un avance gigantesco. Como cada compañía
cuenta con sus propios sistemas corporativos de reporte, la clave será, o bien
incluir un set de indicadores básicos de RSC en los sistemas ya existentes, o
bien agregar un módulo ad hoc que sea compatible con los sistemas existentes.
Entre las soluciones más usadas destaca el módulo de Sostenibilidad
de SAP, posiblemente el sistema más extendido,
y, sobre todo, el sistema de reporte XBRL (Extensible
Business Reporting Language ) un iniciativa lanzada en 1998 con el objetivo de estandarizar el formato
con el que la información financiera se distribuye entre los diferentes
proveedores, consumidores y, en su caso, a los organismos reguladores (en el
caso español, la CNMV). En nuestra opinión, que las áreas de RSC monten un
sistema propio, al margen del cuadro de mando corporativo o con sistemas
incompatibles, es un obstáculo a la integracion de la RSC en la cultura corporativa.
·
En la gestión con los usuarios finales. Desde que los smartphones
se han popularizado y la cultura del always
on (siempre conectado) se ha impuesto como modo de vida, para la RSC es crítico
estar presente en las Apps o en las plataformas en las que los usuarios, o bien
quieren conocer y valorar cuán responsable es el producto que adquieren, o
bien quieren criticar algun comportamiento de la compañía que lo produce. Entre
estas soluciones, nos gustaría destacar algunas como GoodGuide, una startup que invita al usuario a encontrar el nivel de seguridad,
salud, ecología o ética de más de 250.000 productos basado en ratings
científicos. Otro ejemplo interesante es la startup Provenance, que
tiene como misión el hacer más trasparente la cadena de suministro de un
producto, desde sus materias primas hasta la fabricación final; esta compañía
hoy está siendo incubada por la acelaradora Wayra_Unltd en Londres.
·
En la relación con el diálogo con los
grupos de interés, lo que se ha dado en llamar stakeholders engagement, la
explosión de las redes sociales ha demostrado lo importante que es escuchar y
establecer conversaciones con todos los que se relacionan con la compañía. Lo
que antes se podía gestionar con no más de 150 personas (periodistas, líderes
de opinión, etc) con las que, además, se mantenía una relación estructurada y
formalizada, hoy se ha convertido en una relación muy compleja, donde las
conversaciones ya no son top – down, sino que cualquier organización se
convierte en objeto de conversaciones en la blogosfera, para bien y para mal.
No hay más que ver que el caso de Volkswagen, donde en muy pocas horas, el
escándalo de los motores diésel se convirtió en Trending Topic mundial, con lo que ello ha supuesto
para la reputación de la empresa. Por ello, casi todas las empresas
grandes han incluido contenidos de RSC y Sostenibilidad en sus páginas web, o
han creado blogs especializados, o han abierto cuentas de Twitter, Facebook o
LinkedIn, porque de esta forma no solo garantizan escuchar ex ante lo que se
dice de ellos, sino también porque crean una primera línea de defensa que poder
utilizar en caso de posibles crisis. Por último, no podemos dejar de mencionar
la plataforma Change.org, que
se define a sí misma como la mayor plataforma de peticiones del mundo, cuya misión
es empoderar a las personas para generar los cambios que quieren ver.
Comentarios de cierre.
A lo largo de este artículo hemos ido ofreciendo claves para introducir la RSC en las palancas que constituyen el comportamiento de una organización y, en consecuencia en su cultura. Saber incorporar la RSC en la estructura formal, en la informal, en algunos perfiles organizativos y en la tecnología ayudará, sin duda, a hacer vivir esta función.
Solo un último apunte: lo difícil no es saber qué hacer en torno a estas cuatro palancas; lo difícil es tomar la decisión de por dónde empezar y, sobre todo, cómo medir el impacto que tendrá en las áreas que necesitan cambiar su forma de trabajar. La lógica nos dice que lo razonable sería empezar por la estructura formal; pero la práctica quizá nos diga que, montando un sistema de información preciso es el primer paso para conseguir todo lo demás. Decidir qué hacer, cuándo hacerlo y, sobre todo, cómo hacerlo, esa será la gran diferencia entre un gestor y otro, entre una empresa y otra.
En el cuarto artículo de esta serie consideraremos la medicion y el cambio en la cultura organizacional para la sostenibilidad o RSC.
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