sábado, 1 de junio de 2024

¿Mejora la diversidad de género la efectividad de los consejos directivos?

 

¿Es el logro de un porcentaje de mujeres en los consejos un medio o un fin? La respuesta debería ser obvia, pero los esfuerzos por asegurar la participación de la mujer en los consejos y en la alta administración de la empresa son gestionados como si fuera “el fin”.  Se establecen normas de cumplimiento voluntario y de regulaciones de cumplimiento obligatorio sobre el porcentaje de mujeres en los consejos, digamos un 30% o 40%.  Y ahí se terminan los esfuerzos. ¿Cuál el objetivo? ¿El porcentaje o la efectividad?

Pero debería ser obvio que lo que se quiere logar no es la apariencia de solidaridad, de complacer demandas, lo que se debe querer lograr es el aprovechamiento de la contribución que las destrezas y atributos distintivos de la mujer pueden aportar a la mejora de las decisiones en esos consejos y en la alta dirección. [i] Y para ello el logro del porcentaje no es ni siquiera una condición necesaria y mucho menos suficiente. Lo que importa es el acumulado de las contribuciones que ellas puedan hacer, con sus sinergias, sean el 20%, sean el 40%. De hecho, la fijación de un porcentaje lleva al sesgo de que lo importa es el número, no las cualificaciones, competencias, experiencias, etc., con una despersonalización que las equipara a un número.

Y para ello es necesario más que un porcentaje. Es necesario que las mujeres complementen y mejoren la capacidad del consejo, que traigan las competencias y destrezas necesarias, que actúen, que sus contribuciones sean reales, no nominales, que sean respetadas y aceptadas.

El número es lo que en las evaluaciones de impacto se podría llamar un insumo o un producto, pero no es impacto.  Impacto es como han cambiado las decisiones, que contribuciones han hecho al logro de los objetivos financieros y no financieros de la empresa. [ii]

Sin embargo, a pesar de las extensas y frecuentes investigaciones sobre el tema de la participación de la mujer, esta efectividad se ha analizado muy poco.  Hay muchos estudios sobre cuáles deberían ser las capacidades y destrezas, [iii] cual debería ser el entorno para favorecer esa participación,[iv] cual debería ser su comportamiento en el consejo, [v]pero muy poco sobre su efectividad.

Se acaba de publicar un estudio académico (Board Gender Diversity and Investment Efficiency: Global Evidence from 83 Country-Level Interventions, resumen aquí), que pretende analizar el efecto, que no impacto, de las intervenciones (no intervención, voluntarias, obligatorias sin supervisión y obligatorias con penalizaciones) sobre la efectividad de las inversiones, en qué medida las inversiones contribuyen al crecimiento de las empresas. ¿Produce esa participación mejoras en los resultados de las inversiones?

Si bien no es exactamente la pregunta a la que se requiere respuesta: ¿Qué impacto en las decisiones tiene la participación de las mujeres en los consejos? es una parte de ella. Responderla requeriría de estudios muy complejos, comparando diferentes tipos de decisiones reales (no hipotéticas en consejos ficticios) que se toman en función de esa participación. sobre miles de empresas y el cambio que logran. No solamente es complejo, sino además utópico dada la confidencialidad de mucha de la información necesaria. Pero muestra lo que es necesario perseguir.

El estudio analizó el efecto sobre el eficiencia de la inversión de 83 intervenciones sobre la diversidad de género, 60 de ellas de las cuales eran de carácter voluntario y 23 obligatorias, de las cuales 13 eran controladas ligeramente por los reguladores y 10 de manera estricta, con penalizaciones. El estudio analizó el efecto de esta heterogeneidad de intervenciones en 59 países, a lo largo de 22 años y encontró que:

·       La eficiencia de la inversión mejora en los casos que han tenido intervenciones de cumplimiento obligatorio;

·       Que, entre estas intervenciones obligatorias, la eficiencia es mayor en el caso de las intervenciones de cumplimiento obligatorio exigido;

·       Y que es mayor en el caso donde las intervenciones son de porcentajes superiores a la media.

Si esto fuere cierto, [vi] contiene implicaciones para las políticas de diversidad de género: deben ser de estricto cumplimento y por encima de lo que se podría considerar una media de participación.

Es solo una respuesta parcial a la pregunta más precisa que enunciábamos arriba. Se refiere solo a mejoras en la eficiencia de las inversiones generales que lleva a cabo la empresa, pero no hay demostración de causalidad, del “como” la existencia de las intervenciones conduce a esa mejora. Para el estudio, el mecanismo mediante el cual se logra es una caja negra. Pero esto es que necesitamos saber.

Por ejemplo, otro estudio que también contribuye, aunque indirectamente, a la necesaria visión integral de la efectividad de la participación de la mujer es uno cualitativo, basado en entrevistas a consejeros y consejeras de más de 200 empresas, sobre la influencia de las mujeres en los consejos, cuyas conclusiones se publicaron en un artículo en el blog de la revista Harvard Business ReviewHow Women Improve Decision-Making on Boards. Este articulo lo resumimos en ¿Mejoran las mujeres las decisiones que se toman en los consejos?:

La mujeres van a los consejos muy bien preparadas y preocupadas por la responsabilidad que han asumido. No tienen reparos en reconocer que no lo saben todo y son más proclives a hacer preguntas de fondo y a traer temas a la discusión, lo que puede conducir a una discusión más fructífera, considerando un mayor número de factores, con mayor cuidado, lo que redunda en una disminución del riesgo de las decisiones. Crean un ambiente de discusión más abierto por lo que los hombres, en presencia de las mujeres se muestran menos competitivos, permitiendo una discusión más abierta. Les preocupa menos la precepción que ellas tienen, de aparentar, por lo que pueden estimular una discusión de las decisiones más abierta y sincera.

Si bien el estudio se basa en opiniones y no en resultados, por lo que puede ser algo sesgado dado su objetivo, es una buena indicación de la potencial contribución de sus actuaciones a la mejora de las decisiones en los consejos.  El “como” que nos faltaba en el estudio anterior.

Y en otro estudio [vii] se encontró que la participación era más efectiva en la medida que se llegaba a una “masa crítica” de mujeres (semejante al tercer punto arriba sobre superar la media), lo que facilita las sinergias, el apoyo mutuo entre las consejeras y tener una posición con mayor respaldo, frente al sesgo grupal que los hombres suelen exhibir en estos casos. 

En resumen.

La efectividad de la participación de la mujer en las decisiones de los consejos va mucho más allá del porcentaje.  El porcentaje es solo un medio y no siempre efectivo. Es lamentable que se hayan concentrado los esfuerzos en ello y no en hacer la participación, de cualquiera sea el número, más efectiva. Por la facilidad de su medición, termina siendo un indicador del componente social en las calificaciones de sostenibilidad de las empresas, un indicador en los reportes de sostenibilidad, y hasta el principal componente de un índice bursátil, [viii] lo que refuerza la idea de que el número es tratado como fin. Sí, es necesario estar, pero no basta, hay que ser efectivo. No basta con parecer, hay que ser.

Para ello se deben aprovechar los atributos del género femenino, que complementan los del masculino, [ix] y donde ambos tipos de atributos son necesarios para la efectividad de los consejos y de las empresas y sobre todo para asumir su responsabilidad ante la sociedad. [x]  Pero ello tampoco basta. Deben además contribuir con sus cualificaciones, destrezas, aptitudes y diferentes experiencias. De lo contrario se corre un elevado riesgo de que la participación tenga un propósito de cumplimiento, [xi] de buenismo, de apaciguar protestas, con la consecuente devaluación de la participación y del mismo género femenino.

Y todo esto requiere de la existencia de un pool de mujeres calificadas para esa participación en los consejos y en la alta dirección.  Es una responsabilidad social de cada empresa y de cada gobierno contribuir al desarrollo del contexto conducente a ello (esto lo hemos analizado en detalle en otro artículo [xii])

No tengo la respuesta a la pregunta del título, pero espero que la discusión arriba la haya focalizado en las consideraciones que son necesarias para lograr la efectividad.




[iii] Para un listado, no exhaustivo, de esas capacidades y destrezas distintivas ver la sección II b, ver ¿Cómo mejorar el acceso de la mujer a cargos directivos en la empresa? .

[vi] En este caso, a diferencia de lo que acostumbro, no he analizado la metodología, ya que esta excede mis capacidades.

[vii] Ver Gender Diversity in the Boardroom and Firm Performance: What Exactly Constitutes a ‘‘Critical Mass?’’, Jasmin Joecks, Kerstin Pull, Karin Vetter, Journal of Business Ethics (2013) 118:61–72.

[ix] El siglo XXI es el momento en el cual las mujeres deben hacer oír sus voces y los hombres su corazón. Jane Fonda.

[x] Ver la referencia en la nota iii.

[xii] Este contexto lo habíamos desarrollado en la referencia en la nota iv.




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