¿Es
responsabilidad de las empresas atender los problemas de la escasez de la
vivienda o de su elevado costo? En principio no, ello se debe a una
serie de factores estructurales y circunstanciales que están fuera del control
de la mayoría de las empresas. Se supone
que es el mercado de la vivienda el que debe responder a incrementos en
la demanda, aunque en muchos casos ello está limitado por el espacio disponible
o por regulaciones sobre la densidad de población.
Pero hay
algunos casos en los que esa escasez de vivienda se puede atribuir al impacto
indirecto de algunas empresas, que complica un problema ya existente o lo hace
surgir. Este es el caso de grandes empresas en
términos de números de empleados o de impacto financiero por los elevados
sueldos que se pagan, o por ambos efectos, que tienen un impacto perceptible
sobre el costo y disponibilidad de la vivienda
En EE. UU. hay un
par de casos muy paradigmáticos: Seattle y el área alrededor de San
Francisco (área de la bahía que incluye Silicon Valley, al sur y Oakland al
este). En el primero se ubican empresas
de gran impacto en el mercado de la vivienda como Amazon y Microsoft. En el segundo se ubican decenas de empresas
de alta tecnología, con algunas de mucho impacto económico y social como
Google, Apple, Facebook, Salesforce, Uber, Lyft, LinkedIn, Airbnb, eBay, Intel,
Tesla, Yahoo, Netflix y Oracle, entre otras.
En ambos
casos, pero con diferencias de intensidad, el impacto sobre la vivienda se debe
a los sueldos que se pagan por encima del promedio y la gran cantidad de
personas que emplean. En el caso del área de la bahía de San
Francisco, está el agravante de que es la sede de muchas empresas emergentes
que tienen elevadas valoraciones (antes y al salir al mercado de valores) que
hacen millonarios, en papel y en la práctica, a sus fundadores y accionistas. Y una de las primeras acciones que suelen tomar
es mejorar la vivienda. Ello inicia un efecto
cascada sobre los precios de las viviendas, empujando a otras personas hacia
abajo, a buscar viviendas más económicas., eventualmente desplazado a los más
vulnerables, al final de la cadena hacia la indigencia.
En los últimos
ocho años la zona de la bahía ha creado solo una vivienda por cada cuatro
empleos creados, y en general con sueldos superiores al promedio, lo que
conduce a una inmensa presión sobre la disponibilidad y el precio de la
vivienda. Ello ha llevado a muchos a vivir en casas rodantes.
El número de personas
sintecho ha aumentado significativamente en los últimos dos años, lo que ha conducido a
deteriorar la imagen de la ciudad, con los mendigos y la correspondiente
suciedad por las calles más céntricas. Por
ejemplo, ha habido un aumento del 17% en al área de San Francisco y del 43% en
los condados que incluyen a Oakland, al otro lado de la bahía. Dos tercios de
estos viven en la calle, en vehículos y en campamentos. Y este es uno de los impactos más visibles,
que ha estimulado a las autoridades y a algunas empresas a actuar. Concurrentemente
ha habido aumentos significativos en el crimen, prostitución, drogas con
impactos en la seguridad personal, que está provocando un éxodo de la ciudad
hacia zonas lejanas más económicas y seguras con el correspondiente impacto
sobre el tráfico.
Medidas
gubernamentales
El primer intento
de actuación sobre este problema lo toma la ciudad de Seattle al proponer un
impuesto especial a grandes empresas que les costaría US$ 275 anuales por cada
empleado. Fue denominado popularmente el
“impuesto Amazon”, en referencia a uno de los principales afectados y el que
mas luchó por evitarlo. De hecho,
mientras se discutía el impuesto paralizó la construcción de un edificio de
oficinas de 17 pisos como medida de fuerza.
Su cabildeo (y su poder) tuvieron efecto. El impuesto que, había sido aprobado con el consejo
municipal el 14 de mayo del 2018 por unanimidad, fue rescindido el 12 de
junio con el voto de siete de nueve concejales. [i]
En el caso de
San Francisco, un impuesto semejante logró aprobación. En gran parte
porque el problema es de mayor intensidad y amplitud en esa zona y porque en California
propuestas de este tipo pueden ser llevadas a referendos locales o estatales
a solicitud de la población. El poder de
cabildeo de las empresas se diluye. En
este caso, la Proposición C en San Francisco fue aprobada por el 60% de los
votantes. El impuesto espera recaudar
alrededor de US$300 millones anuales para beneficiar a programas para los sintecho.
Medidas
empresariales
En ambos casos,
algunas empresas destacadas también quisieron hacer su contribución, de forma
complementaria. En Seattle Microsoft ofreció donar US$500 millones para facilitar la construcción de
viviendas asequibles.
Esto es un complemento a los programas de la ciudad para los sintecho ya
que presumiblemente será dirigido a la clase media y baja, que está siendo
presionada desde arriba en términos de costos y disponibilidad. Los fondos no se usarán para la construcción
de viviendas sino para facilitarla, apoyando programas de terceros con efecto
multiplicador (¿y Amazon?, bien gracias).
En el área de la
bahía, Google ha ofrecido destinar US$1.000
millones para
contribuir a resolver el problema. En
este caso no hay donación y se trata de financiar medidas, dentro de los
mercados de vivienda, que tengan un efecto multiplicador.
Por ejemplo, Google pondrá en arriendo terrenos que posee valorados en
US$750 millones para que los gobiernos locales y promotores desarrollen
viviendas. Adicionalmente creará un fondo
de inversiones para proporcionar incentivos a los constructores y para hacer
inversiones y otorgar préstamos para hacer inversiones en la construcción de
viviendas asequibles. El programa no es una donación, es una inversión de
Google ya que cobrará por el arriendo de los terrenos y por prestamos e
inversiones que haga con el fondo. Ayudarán,
pero no es filantropía, es negocio responsable.
Adicionalmente, filántropos
del área de la bahía, incluyendo a Mack Zuckerberg el CEO de Facebook, a título
personal, se han comprometido con US$500 millones para proteger y expandir la vivienda
asequible en el área. También
en este caso buscan un efecto multiplicador. Parte del dinero se usará para
crear un fondo de inversiones que preservará el acceso a 175.000 familias y
creará 8.000 nuevas viviendas en la próxima década, a través de préstamos y
otros apoyos a grupos comunitarios, Incluye además un fondo de US$40 millones para
el apoyo a gobiernos locales en sus políticas y acciones que preserven el
acceso a viviendas asequibles.
Implicaciones
para otros países/regiones
Este ejemplo
no es fácilmente generalizable ya que son muy pocas las zonas donde se observa un crecimiento tan elevado
en el empleo y en los sueldos, todo lo contrario, pero el resultado es muy
semejante: dificultad para la obtención
de viviendas asequibles. El caso que se
observa en algunas ciudades de América Latina es resultado del crecimiento de
la inmigración interna y, en el caso de España, de la externa. En estos casos, la
responsabilidad de las empresas en la creación y resolución del problema es
casi nula. Ello no obsta para que en
casos puntuales algunas empresas se vean particularmente afectadas y puedan y
deban tomar acciones, como mínimo con sus empleados y sus comunidades.
En resumen
La razón por la cual
hemos considerado relevante presentar este caso no es porque sea aplicable a ciudades
o zonas de Iberoamérica, es porque es un buen ejemplo de cómo afrontar las
externalidades negativas de las empresas.
A lo mejor no es su responsabilidad a nivel de una empresa en particular,
pero sí es su problema, sobre todo a nivel colectivo, que es donde el impacto acumulativo
se hace sentir.
Es también un
buen ejemplo de sinergia entre las actuaciones gubernamentales y las empresariales
y de la necesidad de las empresas de actuar, no solo para paliar el problema que
las afecta, sino también para evitar males regulatorios mayores. Buen ejemplo de Google, Microsoft y los
filántropos del área de la bahía, mal ejemplo de Amazon.
Y de paso
contribuye a mejorar la imagen de las empresas de tecnología, tan deteriorada
últimamente.
[i] En un artículo anterior
analizábamos como Amazon ejerce el poder sobre las presiones de sus stakeholders
y algunos accionistas: Activismo social y ambiental en Amazon:
Buen intento, fallido.
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