jueves, 15 de diciembre de 2016

Cuñadismo irresponsable


 Me imagino que el lector se preguntará que tiene que ver el cuñadismo con la RSE.  A final de cuentas por cuñadismo entendemos algo parecido al nepotismo y al amiguismo, pero en este caso mucho más concreto: favorecer al cuñado, mayormente usado en casos de nepotismo a nivel político.  Como beneficiar a la esposa o al esposo puede interpretarse como un nepotismo muy obsceno, como si fuera el beneficiarse a sí mismo, por ello se beneficia el/la cuñad@ con el/la cual no se tiene una relación de consanguinidad. Típico en gobiernos.

 Pero, lo interesante es que en España se ha difundido y aceptado la connotación de cuñadismo como: “ actitud de quien aparenta saber de todo, habla sin saber pero imponiendo su opinión o se esfuerza por mostrar a los demás lo bien que hace las cosas.[i]  Una interesante acepción de la palabra (mi corrector en Word todavía no reconoce la palabra por lo que pensé que tendría que ponerla entre comillas o en itálicas, pero nó, su uso correcto es como lo hago).  Posiblemente venga de que cuando el cuñado, que nos visita de vez en cuando por Navidad, Pascua, Bautizo, Matrimonio o Primera Comunión, nos apabulla con todos sus conocimientos adquiridos desde la última vez que nos vimos, y debe demostrar que sabe más que nosotros, su cuñado.

Sin duda habrán visto muchos de estos “cuñados expertos” en paltós de televisión y en la radio, que sin saber nada o muy poco opinan como autoridades infalibles, como si del mismo Papa hablando ex cátedra se tratara.  Su supuesto es de que nosotros, los oyentes, sabemos todavía menos y que nos creeremos todo lo que nos dirán (así ganó Trump las elecciones).  Como español me atrevo a decir que esto es una cualidad de gran parte de la población española, y su prevalencia es inversamente proporcional al nivel de conocimiento que se tiene del tema que se discute. Sucede sobre todo en política y en deportes, y, especialmente los lamentables “asuntos del corazón”, o sea a nivel de chismes sobre relaciones amorosas.  

¿Cómo afecta el cuñadismo el avance de la RSE?  

En este caso son muchos los opinan como un experto sin conocer el tema, basándose en conocimientos superficiales de adquisición reciente.  Es un comportamiento validado por la ubiquidad que tiene en los otros temas mencionados.  El pensamiento que hace el recién ilustrado es algo como: “Como yo lo acabo saber y no so sabía antes, hay mucha gente que no sabe lo que yo sé ahora y por ende puedo opinar como un experto, sé más que muchos, nadie se dará cuenta de mi ignorancia”.  Y así publican un artículo, un libro y se ofrecen como consultores expertos.  En país de ciegos, el tuerto es rey.  Y para demostrar la gran comprensión del tema ofrecen una nueva definición de la RSE, y a veces hasta nuevas siglas.

Habiendo completado un Diplomado de unas semanas, o a lo sumo de algunos meses, ya se han calificado como expertos para hacer consultorías, y no se diga de los que han sacado un master a distancia.  No es que no hayan aprendido mucho, es que han aprendido algo sobre lo que los verdaderos expertos, entre ellos muchos empleados especializados dentro la empresa, ya saben y en lo que tienen, además, experiencia práctica.

¿Cuáles son las consecuencias del cuñadismo en la RSE?  

La creación de confusión sobre lo que implica la responsabilidad de la empresa ante la sociedad y la banalización de la disciplina, lo que lleva a degradar el rigor de lo que eventualmente se convertirá en profesión.  También lleva a rechazos por parte de las empresas a las que los “cuñados expertos” les aconsejan llevar a cabo actividades del manual de texto que no tienen los impactos esperados (medidas que no son relevantes a la empresa y sus actuales circunstancias, que se enfrentan a stakeholders que no reaccionan), que conducen a actividades de lavado de cara a través de actividades de filantropía pura y dura.  El cuñadismo prostituye la RSE.

Una banalización que también se observa en el cuñadismo en el espacio político que lleva no solo a que cualquiera crea que lo sabe todo y por ende está calificado para “gobernar”, sino lo que es más grave, que nos llegan a gobernar.

Cuando era joven me decían que cualquiera podría llegar a Presidente, ahora me lo creo.  Anónimo.

 ¿Y es el cuñadismo machista? 

Parece ser que solo los varones desarrollan la “ actitud de quien aparenta saber de todo, habla sin saber pero imponiendo su opinión o se esfuerza por mostrar a los demás lo bien que hace las cosas ”.  Las mujeres (en general) son mucho más mesuradas, menos impulsivas, con menos obsesión por alardear, más rigurosas.




[i] Fundación del Español Urgente, fundéuBBVA, boletín del 14 diciembre 2016.

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