En nuestro afán de desbancar aseveraciones que conducen a conclusiones erradas y poner rigor en la promoción de la sostenibilidad empresarial y el financiamiento sostenible, analizamos tres artículos publicados en la primera quincena de enero, que tienen en común destacar la supuesta mejor rentabilidad de los fondos sostenibles versus los convencionales. También comentaremos sobre la responsabilidad social de Spainsif al incluir los tres artículos en sus boletines semanales, dos en el del 13 y uno en el del 20 de enero de 2022.
I.
Tres artículos con sesgos y riesgos.
Los índices sostenibles inician el año
mejor que los tradicionales, y El inversor en bonos verdes ya gana un
2,7% en lo que llevamos de año, publicados
originalmente por eleconomista.es el 6 y 11 de enero del 2023,
respectivamente, y La ESG volverá a superar al mercado en
2023 el 16 de enero en Social Investor
Los dos primeros,
de la misma autora, tiene en común que hacen uso de evidencia muy circunstancial
para promover esa supuesta superioridad. Hay que reconocer que los
titulares que generan son muy atractivos y estimulan al lector a leerlos. Lamentablemente
los lectores no expertos y los que quieren creerlo lo generalizan. Esa una
irresponsabilidad del periodista, del periódico y de los medios que lo
reproducen. ¿Exagero?
El segundo
articulo asevera que el inversor en bonos verdes ya gana un 2,7% en lo
que va de año (énfasis añadido). Ya ganan, en dos semanas un
2,7%. ¡Qué buen negocio! Imagínense lo que será en un año o varios. Si
hay una constante en todos los mercados de valores es que los precios suben y bajan
y los medianamente conocedores saben que las rentabilidades no son extrapolables,
y menos en un período tan minúsculo en el contexto de las inversiones
bursátiles.
Y el artículo procede
a comparar los rendimientos de cinco tipos de índices (que podrían ser fondos),
con muy diferentes grados de riesgo, o sea no comparables, a menos que los
rendimientos reportados hayan sido ajustados por su riesgo, lo que no se hace. Otra de las lecciones fundamentales de los
mercados de valores: no se pueden los rendimientos de valores o fondos con
diferentes grados de riesgo, y, en el largo plazo, los valores con más riesgo
deben rendir más.
El primer
artículo incita a una conclusión semejante.
“Los índices sostenibles inician el año mejor que los
tradicionales”. ¿Sirve para algo esta
información? ¿Por qué sucedió esto?
¿Por razones que se mantendrán durante el resto del año y en años siguientes, o
es una situación circunstancial propia de los vaivenes de los mercados
bursátiles? ¿Se puede extrapolar?
La autora no se preocupa de estos “detalles”.
En este caso compara solo dos índices, el MSCI World y el MSCI
World ESG, que reportan rendimientos muy semejantes ya que los valores que
los constituyen son muy semejantes.[i]
El tercer
artículo es más responsable ya que su autor es un profesional de la inversión
responsable, aunque puede tener sesgos derivados de los intereses de su industria, en
atraer mayores volúmenes de recursos. Para empezar “pronostica” sobre un plazo
mayor, aunque sea corto en el contexto de las inversiones bursátiles.
Dice:
“Cualquier inversión temática o estilo tiene su ciclo de inversión. No
hay que mirar el resultado en un año. Lo que hay que hacer es examinar
el largo plazo. Y, a largo plazo, está claro que la inversión ESG
lo ha hecho mejor y en el futuro lo seguirá haciendo bien porque solo va
a haber flujos hacia ese tipo de empresas” (énfasis añadido).
Muy oportuna la advertencia
sobre la necesidad de mirar el largo plazo, pero hay que demostrar que “lo
ha hecho mejor” y que lo continuará haciendo. No hay pruebas. Y no
basta con decir que “solo va a haber flujos hacia este tipo de
empresas”. Es cierto que sí, y esto es un gran “si”, los inversionistas aumentan
su demanda por los valores de estas empresas en los mercados, sus precios
pueden tender a subir y con ello la rentabilidad de los fondos. Pero seguro que
no irán solo a los fondos etiquetados como sostenibles. ¿Y porque no lo
hicieron en el 2022 y sí lo harán en el 2023? ¿Qué ha cambiado?
Pero la
demanda es solo uno de múltiples factores que afectan el precio de esos valores,
están además los vaivenes de los ciclos económicos, como menciona el autor, la calidad
de la gestión de estas empresas, las modas y las irracionalidades de esos
mercados. [ii] Y hay que analizar los valores individuales
de los fondos que los contienen, que incluyen una serie de variables
adicionales que determinan su rendimiento, como analizamos a continuación.
II.
Ni antes éramos tan malos no ahora seremos tan buenos.
¿A qué se debe
la diferencia en rendimiento de fondos etiquetados como sostenibles y los
convencionales? Se debe a
las características de los valores que los conforman, que incluye otras variables,
más allá de la sostenibilidad. Si los
valores incluidos solo se diferenciasen en su sostenibilidad, se podría
atribuir parte de la diferencia a la sostenibilidad relativa, pero aun en este
caso no toda, ya que la sostenibilidad no tiene una definición y valoración
objetiva. Cada fondo tiene la suya.
En la industria
de las inversiones responsables cada uno de los evaluadores de la sostenibilidad
empresarial tiene sus propias ideas, lo que consideran más importante (que no
necesariamente es lo material para la empresa [iii]),
la asignación de valores relativos a cada uno de esos componentes y los valores
relativos de las categorías A, S y G para producir una calificación
cuantitativa. Y no solo cada uno
tiene su modelo, sino que además no es una calificación de la sostenibilidad de
la empresa, que es un concepto mucho más complejo, que no puede ser capturado
en un gran promedio ponderado de calificaciones individuales en algunos
aspectos. [iv]
Aun en términos
de las características de sostenibilidad empresarial de los valores incluidos
en fondos etiquetados como sostenibles y los convencionales, podemos alegar que
todos tienen algo de responsabilidad y algo de irresponsabilidad. Recordemos
que las calificaciones no asignan valores negativos a las irresponsabilidades.
Las
diferencias en sostenibilidad empresarial de los fondos no suelen ser tan grandes
como se cree, no es que unos son blancos y los otros negros, todos son grises,
en diferentes tonalidades.
Pero igualmente
importante para la comparación de rendimientos es que los valores, para
efectos de rendimientos bursátiles, se diferencian en mucho más que en
su sostenibilidad empresarial (si es que se diferencian, ver nota al pie
#1).
Para los que
tienen algo de conocimientos de estadística podríamos decir que la comparación
entre las rentabilidades de ambos tipos de fondos se suele hacer usando una
sola variable: el etiquetado, cuando la diferencia debe ser explicada usando múltiples
variables, y una de los omitidas es la de la sensibilidad de los valores
bursátiles incluidos, en ambos casos, a los vaivenes del ciclo económico.
En el artículo Rendimiento de fondos responsables versus convencionales: Ni antes éramos
tan buenos ni ahora somos tan malos, analizábamos las diferencias en rendimientos en
varios períodos del ciclo económico, considerando además esta segunda variable
y concluíamos que esta explica mucha de la diferencia, ya que los fondos
etiquetados como sostenibles suelen tener una mayor proporción de valores de
empresas calificadas como de “crecimiento”, en particular las tecnológicas,
que aumentan de valor más que el promedio del mercado en períodos de bonanza, y
los fondos convencionales que contienen valores de todo tipo, algunos considerados
como no tan responsables que se benefician en períodos de estrechez. En el reciente ciclo económico los fondos
etiquetados como sostenibles superaron la de los fondos convencionales en períodos
de bonanza hasta el 2021, en tanto que los convencionales los superaron en el
2022.
Buena parte de
la diferencia reciente se explica por la mayor exposición de los sostenibles a
empresas tecnológicas (¿responsables?), que perdieron valor y la mayor exposición
de los convencionales a empresas de armamentos y combustibles fósiles, que
tuvieron un año excepcional.
¿Se puede concluir
algo basado en la comparación del rendimiento de ambos tipos de fondos en las dos
primeras semanas del 2023, como hacen los dos primeros artículos? El tercero es más cauteloso al recurrir
al largo plazo, y suponer que la demanda de los inversionistas responsables y pseudoresponsables
hará subir los precios, si es que se materializa, por lo que los fondos etiquetados
como sostenibles rendirán más que los convencionales durante el 2023. Es una
posibilidad, pero hay muchos otros factores en juego y uno de ellos sería la
recuperación de las bolsas en general y las de los valores tecnológicos en
particular.
III.
¿Y la responsabilidad social de Spainsif?
¿Qué tiene que
ver la responsabilidad de Spainsif en esto?
Spainsif es una asociación cuya “…misión
primordial es fomentar la integración de criterios ambientales, sociales y de
buen gobierno en las políticas de inversión ….así como concienciar e impulsar
cambios en los procesos de inversión en la comunidad inversora. Su
lema es “promoviendo la inversión sostenible”.
Pero hay maneras
y maneras de promover la “inversión sostenible”. Una, la que prioriza Spainsif,
es la promoción de la oferta de fondos, con menos preocupación por satisfacer
las necesidades y responsabilidades de la demanda, de los inversionistas verdaderamente
responsables, como si ello fuera automático. En función de los intereses de
los miembros de Spainsif, mayormente gestores de fondos e instituciones
asociadas, es de esperar que se preocupe de aumentar el negocio de sus
miembros, pero también debe asumir su responsabilidad ante la sociedad.
Una cosa es promover
la oferta de inversión responsable y otra es promover la responsabilidad de la
inversión, el lado de la demanda. En el artículo Inversión responsable o responsabilidad de
la inversión: ¿Es responsable la inversión responsable en España? comentábamos el informe anual de la institución analizando
en detalle el impacto de cada uno de los tipos de fondos que gestionan sus
miembros, para demostrar ese sesgo. Concluíamos que muchos de ellos
tenían muy poco impacto sobre la sostenibilidad empresarial. Por ello sugeríamos
que Spainsif se preocupara además de la responsabilidad de la inversión,
de que la oferta de sus miembros sea de productos que tienen impacto real
sobre la sostenibilidad.
El boletín
mensual es un buen ejemplo de la promoción de la oferta ya que los tres
artículos reproducidos van en ese sentido, de que las rentabilidades de los
productos que ofrecen sus miembros son más rentables, sin proporcionar
evidencias.
Es cierto que Spainsif
no es el autor de los artículos, pero los reproduce y con ello se hace cómplice
de la información engañosa. Tampoco es de esperar que publique comentarios a
cada uno de los artículos que reproduce, pero si tiene responsabilidad
editorial sobre lo que reproduce, es su decisión hacerlo, no son los autores
los que los cuelgan en el sitio de Spainsif. No pueden lavarse las manos
como lo hace Facebook. ¿Exagero?
Una institución
que se dedica a promover la responsabilidad debería entenderlo. Al divulgarlos contribuye a la
perpetuación de generalizaciones falsas. Pero sí es su responsabilidad, presentar
una visión balanceada, de vez en cuando publicar artículos que analicen estos
sesgos, que ofrezcan evidencias, si quieren promover la inversión responsable de
veras, lo que incluye la responsabilidad de la inversión. [v]
¿Qué tiene más
atractivo, un artículo que glosa o un artículo que demuestra que no es oro todo
lo que brilla?
[i] Ver el artículo Evidencia
de greenwashing en fondos ASG.
[ii] Ver un análisis de la composición
de estos valores en el mercado en ….
[iv] Ver ¿Se puede encapsular la responsabilidad empresarial en un numero? y ¿Se puede
mejorar la relevancia y efectividad de las calificaciones de la sostenibilidad
empresarial?
[v] Una modalidad destacable de medios
responsables son The Economist y el New York Times, que dan
espacio a diferentes opiniones. Y el primero, cuando publica sus pronósticos
para el nuevo año, al comienzo del siguiente analiza y publica como le fue.
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