En el mes de septiembre
del 2018 se publicaron dos artículos académicos y un estudio estadístico que
contienen lecciones para la práctica de la responsabilidad social de la empresa
ante la sociedad, por lo que los analizaremos en este artículo, poniéndolos en el contexto de su aplicación
y destacando aquellos aspectos que puedan ser de mayor interés a los
profesionales de la RSE. Lamento,
una vez más, tener que pedir excusas porque los tres son en inglés (por lo
menos los lectores tienen el beneficio de que los analizo en español y les
ahorro su estudio, que puede ser tedioso).
I.
Aprendizaje en el ejercicio de la RSE
El primer artículo Unraveling
the Competence Development of Corporate Social Responsibility Leaders: The
Importance of Peer Learning, Learning Goal Orientation, and Learning Climate,
fue publicado en el Journal of Business
Ethics (número 4, vol 151, pags. 891-906, y solo está disponible por
subscription). Sí, el título es largo y parece complicado, por
ello lo he resumido en el título de esta sección.
El objetivo del artículo es averiguar cómo
desarrollan sus competencias los que ejercen la RSE. Este artículo se basa en una encuesta sobre 176
profesionales de la RSE (mas o menos la mitad mujeres, la mitad con cargo a
nivel gerencial y edad promedio de casi 43 años, dos tercios en empresas de
servicios y un tercio en manufactura, no hay indicación del tamaño de las
empresas). La muestra es de empresas holandesas, lo que no permite la
generalización simple a otros países, pero
dada la globalización del tema, permite sacar algunas conclusiones válidas en
otros entornos, aunque con cautela para países con menor desarrollo relativo. Es interesante notar que de los casi 700
miembros de CSR Netherlands, casi la
mitad dijo que apenas estaba comenzado y no podían participar en el estudio (y
son miembros de la organización). Si esto es así en uno de los países más
desarrollado no debe sorprendernos el avance en otros países de menor
desarrollo. La muestra fue tomada tres años antes de la publicación de los
resultados, por lo que es de esperar que se hayan producido avances.
1.
Competencias
Antes de reportar
los resultados en conveniente listar las competencias que formaron el marco de
las encuestas, o sea, a que se refiere el desarrollo profesional. No hacen falta comentarios, el lector puede
apreciar que la lista de competencias es
completa. Lo que podría estar en discusión es su importancia relativa, pero son
las que deben desarrollarse.
2.
Modalidades de desarrollo de competencias
En la encuesta
postulan cuatro modalidades de desarrollo de competencias:
- A través de la experiencia;
- Reflexión crítica (autoaprendizaje);
- Educación y entrenamiento organizado; y,
- Interacciones con otros expertos y colegas (redes).
Los autores
perecen menospreciar el entrenamiento formal, lo cual puede contribuir a sesgar
el estudio: “Debido a su posición
específica y la complejidad de las tareas, es
poco probable que los líderes en RSE accedan a intervenciones formales de
aprendizaje programadas. Por lo tanto, esperamos que se involucren más en
aprendizaje informal en oposición al aprendizaje formal, ya que el informal les
es más accesible” (énfasis añadido). Es cierto que la experiencia indica que
el aprendizaje formal es menos común y extenso que el informal, pero existen amplias oportunidades para hacerlo (no
todas de la misma relevancia). La razón práctica
pueden ser más bien el costo (monetario y de tiempo), no necesariamente la
especificidad y complejidad de las tareas.
3.
Cultura del aprendizaje en la empresa
Consideraron la
existencia de tres culturas relacionadas con el aprendizaje en las empresas:
· Que
facilita el aprendizaje;
·
Que
aprecia el aprendizaje; y,
·
Que
enfatiza el aprendizaje con el objeto de evitar cometer errores (aversión al
riesgo).
Es una tipificación
un tanto extraña ya que las dos primeras no son mutuamente excluyentes, es
difícil concebir una cultura organizacional que facilita el aprendizaje y no lo
aprecia. Quizás hubiera sido más productiva
una tipificación de la cultura en términos del comportamiento: confrontacional,
colaborativa, jerárquica, Ah hoc (ver la serie de cuatro artículos Cultura
empresarial y cultura de responsabilidad social: ¿Cómo debe ser la cultura para
que sea de responsabilidad?).
4.
Principales resultados
Después de un
extenso artículo con múltiples análisis estadísticos los principales resultados
son relativamente poco sorprendentes:
- Lo mas usado es el aprendizaje vía redes de colegas y experiencias en otras empresas. La complejidad de las tareas, la necesidad de trabajar con el mundo exterior (los stakeholders) y la “posición solitaria” del responsable de RSE ponen el énfasis en el aprendizaje externo.
- El entrenamiento formal fue la modalidad menos utilizada.
- La cultura prevaleciente es menos importante que las oportunidades que la empresa ofrece para el aprendizaje y la automotivación que el responsable tiene para su mejoramiento. Y esta última también es independiente de la cultura prevaleciente. Es muy posible que la existencia de oportunidades sea un reflejo de las culturas analizadas y por ello esas oportunidades son lo determinante. Y que las culturas analizadas no son capaces de distinguir las diferencias.
En resumen, según el estudio las competencias se
desarrollan mayormente vía aprendizajes informales, con redes externas a la
empresa, y las oportunidades que ofrece la empresa y el carácter de la persona son
determinantes. Confirma lo que es de conocimiento general.
II.
Elusión fiscal como un problema para la
sostenibilidad
En el mismo
número de la revista Business Ethics
se publicó el artículo Tax Avoidance as a
Sustainability Problem (pgs. 1009-1025, solo disponible por subscripción),
que propone considerar el tema de la elusión fiscal como un componente de la
sostenibilidad empresarial, más allá de ser un problema de tipo fiscal para los
países.
Recordemos que por elusión fiscal se entiende la
minimización de los impuestos usando mecanismos legales, en general
aprovechando brechas en las legislaciones nacionales y falta de coordinación en
los mecanismos internacionales. Una de las metodologías mas usadas
es la localización de una subsidiaria de la empresa en países donde la carga
fiscal es menor, por ejemplo, en Irlanda o Luxemburgo (no necesariamente
paraísos fiscales) y asignando los beneficios a esas subsidiarias [1]. Por muchos años, parte de las ventas de Apple
se localizaban, contablemente, en la subsidiaria de Irlanda, aun cuando
físicamente las ventas se efectúan en EE.UU. o en otros países europeos (la
Comisión Europea ordenó a Apple a devolver a Irlanda los impuestos ahorrados,
US$15.000 millones, lo cual hizo a mediados de septiembre del 2018). Otra metodología común, especialmente para
las empresas que venden servicios, como Google, el pago de elevados derechos de
propiedad intelectual a la subsidiaria donde la carga fiscal es menor,
contándolo como deducción fiscal en países donde la carga es mayor.
La elusión fiscal
fue objeto de amplio análisis en mis cuatro artículos (en orden cronológico
inverso): Eludir
y evadir impuestos: ¿Hasta dónde llega la irresponsabilidad empresarial?
(uno de los más leídos en mi blog), ¿Un paso adelante contra la elusión fiscal?, Ética
grande y ética pequeña: Elusión fiscal y el código de ética en Pfizer y, ¿Se
puede ser socialmente responsable eludiendo impuestos?: La estrecha visión de
The Economist.
El artículo que
comentamos propone la tesis de que poner la elusión fiscal en el contexto de la
responsabilidad de la empresa ante la sociedad, a nivel de la empresa, más allá
del problema fiscal, a nivel agregado para los países afectados, contribuiría a reducir su prevalencia y
aceptación. El ser reconocido como parte de la responsabilidad empresarial,
debería ser parte de la transparencia y debería ser reportado en sus informes
de sostenibilidad (proponen la incorporación de estos aspectos en los
estándares de reporte del GRI y en los criterios de sostenibilidad de las
instituciones calificadoras). Buena idea, pero idealista. Parece muy poco
probable que las empresas reporten, voluntariamente, sus elusiones
fiscales. Tendría más impacto la presión
de la sociedad civil y el cierre de las brechas en las legislaciones nacionales
y la coordinación internacional (ver ¿Un
paso adelante contra la elusión fiscal?).
El artículo
incluye un extenso análisis de las consecuencias de la elusión fiscal sobre la
capacidad de los gobiernos de proveer los bienes públicos que la sociedad, y
las mismas empresas, requieren para su operación. En una forma menos rigurosa, pero más pragmática, en el artículo Eludir
y evadir impuestos: ¿Hasta dónde llega la irresponsabilidad empresarial?
de noviembre 2014 comentábamos lo
siguiente:
“Los beneficios
que han dado lugar a los potenciales impuestos que se evitan se derivan en
buena parte de los esfuerzos de la misma empresa y de sus dirigentes y
empleados, pero en buena parte se derivan de beneficios que la sociedad les
otorga a las empresas por los cuales no paga nada o no paga su verdadero costo
para la sociedad.
Y en ¿Un
paso adelante contra la elusión fiscal?, de octubre 2015,
decíamos:
“Las empresas han usado la infraestructura económica y social de los países donde se producen los bienes y servicios, pagados por los impuestos de otros contribuyentes. Han recibido un “subsidio” de la sociedad a cambio de lo cual pagan muy pocos impuestos y los que pagan, lo hacen en países que no han tenido que hacer esas inversiones para respaldar sus operaciones. No cumplen son sus responsabilidades de contribuir a los gastos e inversiones en educación, salud, defensa, seguridad ciudadana, infraestructura de transporte, etc. de los cuales se benefician. La elusión fiscal no es solamente una cuestión de que el gobierno quiere recibir mayores ingresos fiscales, es cuestión de equidad.”
En estos artículos ya poníamos a la elusión fiscal
en el contexto de la responsabilidad de la empresa, en el contexto de la elusión
de su responsabilidad, pero sin el rigor académico del artículo que comentamos.
III.
Reporta lo que importa
Ceres, una organización que promueve la sostenibilidad,
especialmente la ambiental, publicó los resultados de un estudio sobre la
información divulgada sobre la sostenibilidad, Disclose
what matters: Bridging the Gap Between Investor Needs and Company Disclosures
on Sustainability (Reporta lo que importa: Cerrando la brecha
entre las necesidades de los inversionistas y la divulgación de su sostenibilidad). Se analizó como reportan 476 de las más
grandes empresas de EE.UU. del listado de Forbes 2000 cinco aspectos del
proceso informativo:
- Estándares usados en la divulgación de la información;
- Supervisión de la sostenibilidad por el Consejo (Directorio);
- Evaluación de los aspectos materiales;
- Involucramiento de los stakeholders; y,
- Aseguración externa de la información.
Es de notar que el estudio se refiere a procesos
de gestión de la información sobre sostenibilidad, no a las acciones que las
empresas implementan, es un análisis puramente de proceso, lo que es una condición
necesaria pero no suficiente para la sostenibilidad. No obstante, estos procesos son muy valiosos
ya que estimulan y refuerzan las acciones.
Los principales
resultados fueron:
- El 70% de la muestra usa los estándares del GRI, y el 58% usan tanto los estándares como el índice de contenido del GRI en su divulgación;
- Solo el 15% divulga en detalle el papel del Consejo en la supervisión de la sostenibilidad, incluyendo evidencia de sus mandatos formales para la divulgación de la información social y ambiental relevante que es considerada a nivel del Consejo y como se divulga;
- Solo el 23% incluye detalles de sus prácticas en materialidad incluyendo la forma en que los resultados se usan para guiar la toma de decisiones;
- Solo el 17% divulga los grupos de stakeholders que son involucrados en el proceso, como lo hacen, que retroalimentación reciben y como la incorporan en la estrategia y reporte de la sostenibilidad;
- El 58% no proporciona evidencia del aseguramiento formal de su información sobre sostenibilidad;
- Menos del 10% reporta recomendaciones para la mejora derivadas del aseguramiento externo.
Y las
recomendaciones que derivan de los resultados son relativamente obvias:
Comprometerse
al uso integral de estándares de reporte (preferentemente los del GRI pero
utilizar también los demás estándares para atender las necesidades de los
diferentes stakeholders);
Reportar
el impacto de los sistemas de gobernanza para la sostenibilidad, (no solamente
cuales son, sino el impacto que tienen); y,
Utilizar
la aseguración externa de los aspectos materiales.
Los porcentajes sobre el estado de los procesos en
las mas grandes empresas son relativamente desalentadores. Demuestra que ni
siquiera los procesos, no digamos las prácticas, están muy arraigados en estas
empresas. Si estos son los resultados para las más grandes empresas, en uno de
los países de mayor desarrollo (aunque no necesariamente en temas de
responsabilidad empresarial), que se puede esperar de las empresas normales y
corrientes, el otro 99.9% de las empresas, y en países con menor
desarrollo. Falta mucho camino que
recorrer.
[1] Citan
el mismo ejemplo que comentábamos en el artículo Ética
grande y ética pequeña: Elusión fiscal y el código de ética en Pfizer
, que publicamos en diciembre del 2015.