sábado, 24 de mayo de 2025

Cuatro (buenas) noticias sobre inversiones en sostenibilidad en tiempos revueltos

 

A principios de mayo se anunciaron cuatro noticias, que bajo condiciones normales a lo mejor pasaban desapercibidas, pero en los actuales momentos de gran incertidumbre sobre el futuro de la sostenibilidad empresarial son alentadoras. En Europa se han diluido y pospuesto muchas de las regulaciones pertinentes y en EE. UU. se están, no solo eliminado regulaciones, sino además hostigando a empresas e instituciones que pretenden promover aspectos de la sostenibilidad. Ambos casos influencian las actividades en muchos otros países.

I.                Inversiones responsables.

Una de las mejores noticias para la sostenibilidad en lo que va de annus horibilis, son los resultados de una extensa encuesta, Sustainable Signals Individual Investors 2025, sobre las intenciones de inversión responsable, llevada a cabo por el banco de inversiones Morgan Stanley sobre casi 1 800 inversionistas de elevados niveles de ingresos en América del Norte, Europa y Asia-Pacífico.  Los resultados son muy alentadores, aunque hay recordar que en los casos de encuestas siempre hay que tener en cuenta la tendencia a sesgos hacia lo positivo.  Muchas veces se responde lo que parece ser lo mejor o lo que desearían hacer, no necesariamente lo que se hace o se ha hecho, lo que haría más confiable los resultados.

Resumimos algunos de los resultados más destacables (resultados en itálicas). Para no extender la discusión nos concentraremos en las diferencias de intenciones de inversión responsable entre las distintas generaciones, aunque la encuesta también cubre diferencias regionales (no son muy significativas) y por sectores de inversión (más interés por el cambio climático que por lo social). 

  • Lo que más nos llama la atención son los resultados por generación, donde los más jóvenes muestran mayor interés. El 72% de los de la generación Z (1997-2012) y el 69% de los millennials o Y (1981-1996) están muy interesados en la inversión responsable, en tanto que el 47% de los de la generación X (1985-1980) y solo el 23% de los baby boomers (1946-1964).

Postulamos dos posibles explicaciones: (1) los jóvenes están preocupados por el futuro en el que vivirán en tanto que a los mayores les queda poco tiempo, no es su problema; y (2) los mayores tienen un horizonte de planificación menor y por ello tienen mayor aversión al riesgo, riesgo que presumiblemente conllevan las inversiones responsables.




  • Consistente con esto, los jóvenes también dicen tener una intención mucho más firme de destinar una proporción cada vez mayor de sus carteras a inversiones responsables: el 80 % de la generación Z y los millennials declararon tener planes de aumentarlas, en comparación con el 56 % de la generación X y solo el 31 % de los baby boomers.

  • Los inversores más jóvenes fueron más propensos a señalar la falta de conocimiento o asesoramiento como un obstáculo para la inversión sostenible, por lo que eran mucho más propensos a decir que probablemente seleccionarían un asesor financiero o una plataforma de inversión en función de sus ofertas de inversión sostenible: el 96% de la generación Z y el 92% de los millennials, en comparación con el 76% de la generación Z y el 52% de los baby boomers.

Sus declarado intereses en la exposición de sus carteras a las inversiones responsables aunado a su declarada falta de conocimiento corrobora nuestra hipótesis mencionada arriba de que las respuestas pueden estar sesgadas a lo sería deseable responder y no necesariamente a lo que se hace.

·       Otro resultados interesantes se refieren a la rentabilidades relativas. El 24 % afirmó que planea aumentar las asignaciones porque confía más en que las opciones sostenibles ofrecen rentabilidades comparables o superiores. Además, una gran mayoría de inversores rechazó la idea de que hay que sacrificar rendimiento financiero para obtener sostenibilidad. El 85 % de los encuestados afirmó creer que es posible equilibrar las ganancias financieras con un enfoque en la sostenibilidad.

Esperemos que las nuevas generaciones plasmen sus buenas intenciones en realidades y promuevan la sostenibilidad empresarial y ambiental a través de sus inversiones.

2.         Inversiones en sostenibilidad.

Un fondo de inversiones creó un fondo dedicado a financiar proyectos de transición energética e infraestructura ambiental sostenible en Europa Occidental, por un monto de € 800 millones, pero terminó captando € 1 100 millones por exceso de demanda, incluyendo más de la mitad por parte de inversionistas institucionales.

Lo destacable del fondo es que fue calificado como del “artículo 9”, verde oscuro, de la Sustainable Finance Disclosure Regulation, SFDR, de la Comisión Europea, que es la calificación más exigente en los actuales momentos (aunque la regulación, y en particular la denominación y composición de fondos, están en proceso de revisión [i] ).

Para ponerlo en contexto hay que recordar que cuando las condiciones para la calificación se hicieron más estrictas, un gran número de fondos tuvieron que rebajar su categoría o inclusive dejar de adoptar una calificación de sostenibilidad y además se dejaron de crear o expandir otros fondos.  Esta reducción de los volúmenes se interpretó en algunos medios como una caída en el interés por la sostenibilidad, cuando en gran parte fue motivada por la sincerar los requerimientos, que antes era muy débiles.

Que se empiecen a crear fondos del articulo 9 en las actuales circunstancias es alentador.  También ayuda que se han expandido los rubros elegibles en la taxonomía verde para incluir inversiones en la transición energética, siempre y cuando tengan planes creíbles de avance hacia la sostenibilidad ambiental. 

3.         Regulación anti-greenwashing parece ser efectiva.

El mayor banco de Canadá, el Royal Bank of Canada, RBC, ha decidido suspender el establecimiento de metas de financiamiento sostenible, que se había establecido en el 2021 de colocar C$ 500 000 millones (unos US$ 350 000 millones). Las razones que aduce el banco para ello es que las nuevas regulaciones antigreenwashing en el país implican riesgos legales por incumplimiento, aun cuando las metas son voluntarias. Podría ser demando por greenwashing si se analizan las actividades que el Banco reporta como sostenibles, en función de las tipologías expresadas en las regulaciones sobre lo que es ambientalmente sostenible.  Se adopta la posición del greenhushing, no omitir información y seguir adelante, para evitar problemas legales.  Su argumento es que las regulaciones conspiran contra el financiamiento sostenible.

Esta posición de greenhushing es la que han adoptado muchas empresa e instituciones sobre las actividades en Diversidad, Equidad e Inclusión, DEI, en respuesta al hostigamiento de la administración Trump sobre el tema, para poder seguir llevando a cabo sus actividades, “debajo del radar”. [ii]

Pero son dos casos de greenhushing opuestos. En el caso del financiamiento de actividades en sostenibilidad del banco se trata de un greenhushing negativo, es para que no los acusen de no hacer un bien del que alardean, en tanto que el greenhushing sobre la DEI, es positivo, para poder seguir haciendo algo positivo, sin alardear, ante la oposición de algunos poderes.

4.         Bolsa de valores sostenibles.

La Comisión Valores y Mercados de EE. UU, aprobó la creación de una bolsa dedicada a la cotización de valores sostenibles, Green Impact Exchange, GIX. Se espera comenzar operaciones a principios del 2026, y para establecerse, comenzará cotizando valores que coticen también en otros mercados.

GIX ha establecido una serie de principios rectores que las empresas deben seguir para cotizar en la bolsa, entre los que se incluyen:

……el compromiso público con la sostenibilidad a largo plazo de la empresa y su junta directiva y mecanismos significativos para rendir cuentas, tener un plan a corto, mediano y largo plazo que lleve a operar el negocio de manera sostenible, alinear la estrategia comercial de la empresa con sus principios e implementar políticas y procesos diseñados para lograr los compromisos y objetivos de sostenibilidad, adoptar un marco de sostenibilidad comúnmente aceptado y comprometerse a informar públicamente de forma regular sobre las métricas de sostenibilidad, garantizar que los compromisos de sostenibilidad se reflejen en aspectos del negocio y las operaciones de la empresa e identificar, involucrar y comunicarse con las partes interesadas clave en los compromisos de sostenibilidad de la empresa.

Sus principios rectores son un libro de texto de lo que debe ser la gestión de la sostenibilidad empresarial.  Ojalá que haya suficientes empresas que deseen cotizar en este mercado y que haya demanda por parte de los inversionistas responsable sobre los valores.

Es de recordar que es un mercado secundario de transacciones, donde por cada comprador hay un vendedor, por lo que no se generan recursos frescos para inversiones en sostenibilidad empresarial. Ello solo ocurrirá en el caso de emisiones primarias, ya sea de acciones de este tipo de empresas, ya sea de instrumentos de deuda de empresas o proyectos dedicados a inversiones especificas (bonos verdes sociales y sostenibles). [iii]

De cualquier manera, la existencia del mercado y la difusión de información sobre la sostenibilidad de los valores que allí cotizan influirá indirectamente en la sostenibilidad empresarial en forma positiva, a través del estímulo a empresas para que adapten sus estrategias para cumplir con esos principios rectores y cotizar en el mercado, ya sea vía la imitación de otras empresas, ya sea vía emisiones primarias en valores sostenibles.

5.         En resumen

Es alentador ver que, en los actuales momentos de dilución y posposición de las regulaciones sobre sostenibilidad empresarial y ambiental, y diríamos hasta de confusión y duda, en Europa, y ante los ataques en EE. UU. a todo lo que parezca promover la responsabilidad social y medioambiental, hay iniciativas y acciones que la avanzan. Aunque hay que destacar que los cuatro ejemplos descritos no quieren decir que sean actuaciones generalizadas, son solamente muestras, pero son alentadoras. 

Hoy en día, ante la avalancha de malas noticias, del pesimismo, hay que destacar las pocas buenas.

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