Desde el punto de
vista ortográfico, si, las dos palabras son iguales, pero pueden significar cosas
diferentes. Y allí el problema. En la disciplina de la sostenibilidad
empresarial usamos la misma palabra “impacto” para referirnos a dos
consecuencias distintas de las actividades de las empresas, y me atrevo a
decir que son muy pocos los que no los usan indistintamente, incorrectamente.
Una acepción es utilizada
urbi et orbi: el documento sobre los estándares de reporte en la Unión Europea, la menciona casi 1 200 veces en 284 páginas, pero los IFRS
en el S1 solo 7 veces en 48 páginas (prefiere hablar de riesgos y
oportunidades, reflejando sus objetivos financieros). La otra acepción es, desafortunadamente,
usada correctamente muy pocas veces, pero es la que refleja la sostenibilidad
empresarial. Ambas se usan en un mismo informe, indistintamente, pero diferenciarlas
es crítico para la gestión y el reporte efectivo de la sostenibilidad.
El objetivo de
este artículo es mostrar la relevancia y necesidad de esta diferenciación, para
lo cual analizaremos ambas acepciones y las ilustraremos con varios ejemplos. Tienen implicaciones diferentes para la gestión.
Impacto es
posiblemente la palabra más crítica en la discusión de la materialidad, de los
estándares de reporte y en las estrategias de las empresas. La materialidad se basa en los impactos que la
empresa tiene sobre la sociedad, incluyendo medio ambiente (materialidad de
impacto) y de ésta sobre la empresa (materialidad financiera). Los reportes se
estructuran en función de riesgos y oportunidades, basados en impactos pasados,
presentes o futuros y la estrategia de sostenibilidad en una estrategia de
gestión de impactos. Todo son impactos.
Paro hay dos
acepciones de la palabra impacto. En un primer caso es sinónimo de
“afectado”, como se afecta. En el segundo caso es sinónimo de cambio logrado y
mejor todavía, de valor creado o destruido.
Es necesario
aclarar el uso de la palabra “impacto” que es clave en la preparación de la
información y gestión de la sostenibilidad. En los estándares sobre preparación
y diseminación de la información se usa en el sentido de “afectar”, que
las activades de la empresa afectan positiva o negativamente a los stakeholders,
incluido el medio ambiente. Pero hay otra acepción y es la de como las
actividades de la empresa logran un cambio favorable o desfavorable en
la situación de esos stakeholders.
En este otro contexto algunos usan la expresión de “creación de valor” y
“destrucción de valor” y ello puede conllevar a la impresión de que ese valor
es cuantificable, que a veces lo es, pero también puede ser cualitativo y hasta
emocional.
I.
Impacto
como efecto
Definición de
impacto en los ESRS de la Unión Europea: Impacto
se refiere los impactos positivos
o negativos relacionados con la sostenibilidad que están relacionados con las
actividades de la empresa….Se refiere a ambos, actuales y potenciales. O sea, para los ESRS impactos son impactos,
lo que no ayuda mucho. Es de suponer que
se refiere a efectos, como lo son muchas de las acepciones de la palabra que
define la Real Academia de la Lengua Española, RAE.
En este sentido,
se interpreta impacto como el “choque” entre dos cosas, en este caso entre las
actividades de la empresa y los stakeholders, incluyendo el medio
ambiente. De hecho, stakeholder
quiere decir algo o alguien que tiene un stake, una participación
en las actividades de la empresa, o sea, que está sujeto a impacto.
Pero esta acepción
no va vas a allá del “choque”. No se preocupa del cambio que el choque ha
logrado o debería lograr. Y la sostenibilidad
empresarial se debe preocupar del cambio logrado, no solo de que se ha
producido un “impacto”.
Adelantamos un
ejemplo, quizás dramático, ideal para el greenwashing y el impactwashing,
que se observa en muchos informes de sostenibilidad donde se destaca el impacto
que las actividades de la empresa tienen sobre los Objetivos de Desarrollo
Sostenible, ODS. [1] Dicen que sus actividades
tienen impacto en la reducción de la pobreza, pero no dicen cuanto han contribuido
a reducirla. Dicen que han contribuido a la reducción del hambre (donan los
alimentos excedentes de la cafetería o los expirados) pero no dicen que cambio
logran. Si dijeran cuales han sido estos
cambios sería algo risible. Si fuera obligatorio decirlo, no dirían nada. Se
reduciría el impactwashing.
II.
Impacto
como cambio logrado
La
empresa logra su sostenibilidad empresarial, en el sentido más amplio, cuando
sus actividades han logrado, logran o lograrán cambios para bien, idealmente en
el valor creado, cuantificable o no, y eliminan, reducen o mitigan la destrucción
de valor.
Es fácil recopilar
información y reportarla de acuerdo con algún modelo, o mejor todavía, de
acuerdo con estándares de aceptación general. Pero es una actitud pasiva. La
sostenibilidad se logra actuando proactivamente para lograr cambios reales,
tangibles, mejorando el valor para los stakeholders (estratégicos).
Existe confusión
en el mercado de la sostenibilidad empresarial sobre lo que es el logro de
impacto. Por ejemplo, un informe de la consultora EY sobre los reportes de sostenibilidad
del IBEX30 en España [2] se
puso la ambiciosa meta de analizar el impacto reportado, lo que en la
actualidad es prácticamente imposible con la información que se disemina, con
la interpretación de impacto en el valor creado. Dice analizar el impacto
reportado, pero en realidad lo que analiza son los resultados o logros reportados.
Son muy pocos los casos en que se reporta impacto, como analizamos a
continuación. Dice (énfasis añadido):
La nueva
directiva CSRD debería ayudar a mejorar el impacto, porque establece la
necesidad de que, para cada uno de los 10 estándares ASG, se establezcan la
estrategia, las metas y los objetivos a corto, medio y largo plazo. Esto
debería ayudar a mejorar el impacto.
Sí, establecer
estrategias metras y objetivos debería ayudar a mejorar el impacto, pero ¿Qué
quiere decir lograr impacto? ¿Se reporta el impacto logrado en la información
preparada de acuerdo con los más reciente estándares a nivel europeo y mundial?
¿Qué es lo que reportan las empresas?
III.
Evaluación
del impacto de la sostenibilidad: Insumos, productos, resultados, impacto.
Para mostrar lo
que sería el impacto de la sostenibilidad empresarial utilizaremos los
fundamentos conceptuales de la tipología de la disciplina de evaluación de
impacto de proyectos, que es aplicable a este caso (en general se distingue
entre insumos y actividades, pero para simplificar los subsumiremos en
actividades).
A efectos poner en
contexto el reporte de los impactos de las actividades empresariales en el
logro de su sostenibilidad, consideremos que estas actividades llevan a productos,
logran resultados y por último tienen (deberían tener) impacto. Estos
cuatro conceptos son los que fundamentan el diseño de indicadores y son la
base para la evaluación del impacto de las actividades, que es lo que deberían
pedir los estándares de preparación y diseminación de la información.
De hecho, una de
las principales motivaciones para los estándares de reporte ha sido el ir más
allá de la mera descripción de las actividades, en forma cualitativa y con
indicadores, para reportar el impacto, el cambio de
valor. Recordemos por
ejemplo, que el objetivo del marco para preparación de los informes integrados (ahora subsumida en los IFRS) era precisamente moverse
hacia el reporte del cambio de valor logrado en los seis capitales (financiero,
manufacturero, intelectual -que incluye marca y reputación-, humano, social y
relacional -con los stakeholders externos- y el capital
natural). [3]
Para ilustrar la diferencia
entre efecto e impacto utilizaremos dos aspectos de la sostenibilidad al
mismo tiempo, género y código de ética (este los comentamos entre paréntesis).
Por ejemplo, la empresa hace esfuerzos para atraer más mujeres a la empresa, lleva
a cabo actividades de incorporación (en el segundo ejemplo, contrata a
una empresa para que prepare un código de ética). Se contratan mujeres (se
aprueba el código de ética), esto el producto de los insumos y
actividades. Algunas regulaciones piden reportar el porcentaje de mujeres en el
consejo de la empresa (y que tiene un código de ética). Se “cumple” reportando
el número o proporción de mujeres (y la existencia del código), pero esto es
solo el producto de la utilización de los insumos.
La empresa no se
conforma y quiere mejorar los “resultados”, para lo cual desarrolla programas para
que las mujeres tengan mejores posiciones (ofrece cursos sobre el código de
ética a empleados y dirigentes), se vanagloria de ello en sus informes, y las
calificadoras de sostenibilidad le dan más puntos por el aumento (y por tener
un código de ética). Logra el “resultado” de mejorar el número. Todavía no ha cambiado el valor para los stakeholders.
Pero el número (o
la existencia del código) puede ser una condición necesaria pero no es suficiente, como veremos.[4] Por
lo que para mejorar el resultado toma medidas para desarrollar el talento,
remover restricciones, promover internamente, buscar mujeres cualificadas (en
el código de ética examina a los empleados para ver si aprendieron sobre
ética). Ya no se trata de tener un buen número, como por ejemplo lo que piden
las cuotas. A lo sumo habrá establecido el “potencial de impacto”. Pero
el objetivo no debe ser tener más mujeres en el consejo (o que los empleados
conozcan el código de ética), el objetivo debe ser que tengan impacto, lo que
se logra cuando se utilizan las ventajas comparativas, las destrezas
adicionales que aportan esas mujeres, para mejorar
las decisiones en el consejo (o
se reduzcan los casos de violación del código de ética y la corrupción). Y el
porcentaje de mujeres en el consejo (el conocimiento del código de ética) no
mide su efectividad, su impacto.
El “impacto” está
en cómo han cambiado para mejor, las decisiones, que depende de la
incorporación de sus contribuciones en las decisiones (la reducción de los casos de violación del código de
ética). [5]
Pero esto no es lo que se reporta y no es lo que
miden las calificaciones de sostenibilidad.
¿Era el objetivo
de la empresa tener más mujeres en el consejo o que influyan positivamente en
la calidad de las decisiones? Algunas
empresas reportan los esfuerzos (insumos), algunas lo que han hecho con ellos
(productos), pero menos todavía las que reportan y actúan sobre la creación de
valor y, como una excepción a la regla, algunas si reportan algunos impactos.
El caso de los
impactos físicos, como por ejemplo los medioambientales (reducción de emisiones,
consumo de agua, conservación de biodiversidad, etc.) son más amenos a medir
impacto como cambio de valor. Las reducciones de emisiones de gases de efecto
invernadero tienen impacto sobre el cambio climático, aunque el cambio logrado
sea infinitesimal en el conjunto global de las emisiones.
Estrictamente hablando
esto es solo el resultado, el impacto sería la contribución al no aumento de la
temperatura, y aunque esto es imposible de medir a nivel individual, es lo que
se pretende cuando se pide el reporte de las emisiones en función de science-based
targets, o sea, en relación con lo que correspondería reducir a ese tipo
de empresa, en su sector industrial, o sea, a su cuota parte. No las toneladas de CO2 equivalentes que han reducido,
sino que porcentaje de su cuota de reducción han logrado.
Hay que reconocer
lo difícil que es tener y medir el impacto en las decisiones. Es muy difícil y costoso de evaluar y en muchos casos
se requiere de largos períodos de tiempo para poder apreciar el cambio. Pero los mensajes de este ejemplo son que los insumos,
productos y resultados no son el fin, son los medios, pero es lo que se suele
reportar. No es que sea por negligencia, muchas veces es por la gran
dificultad, pero lo importante es no perder de
vista el fin y confundirlo con los medios. No nos engañemos.
En la siguiente
tabla resumimos los dos ejemplos anteriores y añadimos un tercero.
Debería haberle
quedado claro al lector que el que “….se establezcan la estrategia, las
metas y los objetivos a corto, medio y largo plazo.” no debe confundirse con “impacto”, son
simplemente medios que tienen el potencial de lograr el fin que es el
impacto. Y ello depende además de la gobernabilidad de la sostenibilidad
(cultura, procesos, procedimientos, incentivos, estrategias, políticas, etc. [6]) y
de la factibilidad de las estrategias y de su implementación efectiva. Tener
estrategias y objetivos son un medio y no se debe confundir con tener impacto,
como lo confunden la gran mayoría de las calificadoras de sostenibilidad.[7]
El seguimiento al
pie de la letra de los estándares de reporte (en Europa los ESRS y a nivel
mundial los IFRS) y el estándar de diseminación (en Europa la Corporate
Sustainabiity Reporting Dirtective, CSRD), no garantizan el impacto. Vale la pena recordar que los estándares
tienen el objetivo de guiar a los stakeholders (incluyendo a la misma
empresa) en sus decisiones relacionadas con el logro de su sostenibilidad, pero
no tienen como objetivo “lograr impacto”. El
impacto se logra con la acción, no con el reporte, aunque éste debería detallarlo.
IV.
El impacto
más allá de los reportes de sostenibilidad
Y esa discusión
aplica igualmente a los proyectos financiados con bonos o préstamos verdes,
sociales y sostenibles, que se fijan metas que se suelen quedar en montos a
invertir (insumos), las obras construidas (productos), personas beneficiada, por
ejemplo, (resultados) que todavía no son el impacto. La International Capital
Markets Association, ICMA, que produce unos estándares para estas emisiones
ha producido dos documentos para estimular y reportar el logro de impactos.[8]
|
Insumos |
Productos |
Resultados |
Impacto |
|
Bonos sociales |
Inversiones en
millones |
Viviendas
construidas |
Personas alojadas |
Mejora en la
calidad de vida |
|
Esta distinción
entre las dos acepciones de impcto se está usando también en las propuestas
para la sistematización de las clasificaciones de fondos de inversión en
empresas y proyectos sostenibles. Por ejemplo, la Asociación Europea de Reguladores
de los Mercados de Capitales (European Securities Markets Association
ESMA) propuso cambios a las guías sobre
denominaciones de fondos
y entre otras disposiciones indica que: “…..
(iii) los fondos que usan términos en sus denominaciones como…..“impacto”
deben asegurarse que la inversiones pertinentes generan impactos medibles……”
(énfasis añadido).
V. Pero eso no es todo….
Y para demostrar
que es todavía más complicado de lo que parece: [9]
“Para determinar con precisión el impacto social, es necesario ajustar los
resultados teniendo en cuenta: (i) lo que habría sucedido de todos modos;
(ii) la acción de otros (“atribución”); (iii) hasta qué punto es
probable que se reduzca el resultado de la intervención inicial con el tiempo
(“desaparición”); (iv) la medida en que la situación original fue
desplazada a otra parte o los resultados desplazaron a otros posibles
resultados positivos (“desplazamiento”); y por consecuencias no
deseadas (que podrían ser negativas o positivas).” (énfasis añadidos)
Estas
condiciones, ideales, indican lo que es necesario para demostrar impacto y que la empresa lo pueda atribuir a sus
acciones. Si fuéramos así de estrictos desaparecía la palabra impacto de las
regulaciones y de los reportes. Por ahora deberemos movernos en esa
dirección, pero hacer lo que es factible.
Recordemos el
dicho popular: “Lo mejor es enemigo de lo bueno”
VI.
En resumen
El objetivo de este capítulo ha sido mostrar que lo que en
sostenibilidad empresarial se denomina impacto no es tal en la mayoría de los
casos, que es necesario diseñar las estrategias y ejecutar las actividades para
lograr cambios, para añadir valor al bienestar social y del medio
ambiente. Para ello hemos diferenciado entre la
acepción de la palabra impacto como efecto producido, e impacto como cambio
logrado, como valor añadido.
Esta diferenciación ha sido la motivación de cambio que pretenden lograr
los estándares recientes de reporte al moverse de descripciones de actividades
y presentación de resultados hacia los cambios logrados, aunque no ello no quede
explicito en sus disposiciones.
Si se debiese reportar impacto como cambio logrado, disminuiría significativamente
el greenwashing y el impactwashing. Y esa es la tendencia por
ejemplo en la clasificación de los fondos de inversión y en el financiamiento
responsable, que hemos comentado.
Pero no hay
que subestimar la complejidad de la medición de impacto como cambio logrado
o valor creado, y se debe hacer lo que sea razonablemente factible para cada
empresa, pero lo importante es no vender gato
por liebre y presentar insumos, productos o resultados como si fueran impacto.
Esta discusión
pretende mostrar los esfuerzos que se deben hacer y la dirección que se debe
seguir para mejorar la efectividad de la sostenibilidad empresarial.
[1] Para mayores detalles, ver Objetivos
de Desarrollo Sostenible: ¿De desarrollo? ¿Sostenible? ¿o greenwashing
sofisticado?
[4] Como ejemplo de esta mala
interpretación ver El índice IBEX Gender Equality: ¿Igualdad de
género? Falacia ASG
[7] Para mayores detalles ver Las
(por lo menos) seis deficiencias de las calificaciones de sostenibilidad
[8]
Harmonised Framework for on impact reporting,
Green Bonds y Harmonised
Framework for Impact Reporting, Social Bonds.
[9] Traducido del segundo documento de
la nota precedente.
[1] Para mayores detalles, ver Objetivos
de Desarrollo Sostenible: ¿De desarrollo? ¿Sostenible? ¿o greenwashing
sofisticado?
[4] Como ejemplo de esta mala
interpretación ver El índice IBEX Gender Equality: ¿Igualdad de
género? Falacia ASG
[7] Para mayores detalles ver Las
(por lo menos) seis deficiencias de las calificaciones de sostenibilidad
[8]
Harmonised Framework for on impact reporting,
Green Bonds y Harmonised
Framework for Impact Reporting, Social Bonds.
[9] Traducido del segundo documento de
la nota precedente.
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