sábado, 13 de enero de 2024

¿Mejoran las mujeres las decisiones que se toman en los consejos?

 

Es la respuesta que necesitamos para poder justificar, sin argumentos morales o de equidad (¡que son válidos!), un aumento en la participación de las mujeres en los consejos, lo que sería el argumento empresarial, el que se usa para convencer a los que lo miran todo en términos de beneficios económicos, cuantificables o no. No, no se puede esperar una respuesta definitiva a una pregunta de esta complejidad, pero el hecho de que no la haya no quiere decir que no se puedan hacer aproximaciones.

Para poder responder en forma convincente a esos escépticos habría que hacer un estudio exhaustivo de las decisiones tomadas en los consejos con y sin la participación de mujeres, en el mismo contexto, con los mismos hombres y las mismas, o comparables, decisiones y ver el impacto que han tenido en el aumento de valor (social, económico, ambiental, reputacional, etc.) de las empresas, sobre el período de impacto de esas decisiones. Lo que en economía se llama el caso contrafactual.  Como estos experimentos son obviamente imposibles hay que recurrir a aproximaciones lo más representativas posible de esa comparación.

Una de estas aproximaciones es un estudio cualitativo, basado en entrevistas a consejer@s de más de 200 empresas, sobre la influencia de las mujeres en los consejos, cuyas conclusiones se publicaron en un breve artículo en el blog de la revista Harvard Business Review, How Women Improve Decision-Making on Boards el 17 de noviembre del 2023).

Mi apretado resumen del artículo (en negrillas algunas palabras que serán comentadas):

La mujeres van a los consejos muy bien preparadas y preocupadas por la responsabilidad que han asumido. No tienen reparos en reconocer que no lo saben todo y son más proclives a hacer preguntas de fondo y a traer temas a la discusión, lo que puede conducir a una discusión más fructífera, considerando un mayor número de factores, con mayor cuidado, lo que redunda en una disminución del riesgo de las decisiones. Crean un ambiente de discusión más abierto por lo que los hombres, en presencia de las mujeres se muestran menos competitivos, permitiendo una discusión más abierta. Les preocupa menos la precepción que ellas tienen, de aparentar, por lo que pueden estimular una discusión de las decisiones más abierta y sincera.

Algunos comentarios y contexto.[1]

Son las opiniones recogidas y seleccionadas por las dos autoras del estudio por lo que pueden tener el sesgo de diseño de las preguntas y selección de las opiniones más favorables a sus expectativas. Claramente no es un estudio científico. Y es una recopilación de beneficios mencionados en algunos casos, no es que todos se observan en un mismo consejo. La muestra puede no ser representativa de la población que habita en los consejos, pero ello no obsta para que no se puedan sacar lecciones útiles. Lo que queremos decir es que todo ello puede ser la realidad en algunos casos, pero que hay tener cautela a la hora de extrapolar a casos específicos (como hacen quienes no conocen la situación a fondo). 

Por ejemplo, el hecho de nombrar una o más mujeres en un consejo no quiere decir que en ese consejo se materializarán las actitudes y situaciones mencionadas arriba y mucho menos todas.  Dependerá de quienes son todos los consejeros, no solo ellas, y del contexto en que opera la empresa. Pero la posibilidad existe y los atributos de las mujeres son conducentes a ello.

Muchas de las observaciones coinciden con lo que sería de esperar en función de los diferentes atributos que son generalizados en el género femenino. Mi artículo anterior ¿Cómo mejorar el acceso de la mujer a cargos directivos en la empresa? sobre cómo lograr mayor acceso, complementa este sobre si esa participación mejora la toma de decisiones. En ese artículo comentábamos las diferentes aptitudes entre hombres y mujeres:

“Aunque nuestra discusión puede carecer de rigor, es generalmente aceptado que las mujeres suelen albergar sentimientos de comprensión, de compasión, de introspección, son más capaces de tolerar la ambigüedad, suelen tener una visión de más largo plazo, más paciencia, más perseverancia.  Son más proclives a cuidar, educar, nutrir, cultivar con sentido de largo plazo.  Por el contrario, los hombres suelen (o pretenden) ser más racionales, menos emocionales, buscando la satisfacción en el corto plazo, prefiriendo la certidumbre.  Esto no quiere decir que no haya hombres con espíritu de colaboración, intuitivos o mujeres poco emocionales y competitivas.

 

 “La conjunción de valor económico y valor social requiere de la combinación de valores “femeninos” y “masculinos”, con, entre otras cosas, espíritu competitivo, pensamiento lineal y racional por una parte y cooperación, visión holística y pensamiento intuitivo por otra.  [2]

 

“Las mujeres destacan por disponer de habilidades blandas como el trabajo en equipo, la comunicación interna, la empatía, las decisiones por consenso, entre otras, que pueden aportar un punto de vista nuevo y diferencial.” [3] 

 

No hablemos de diversidad de género, que suele ser un concepto binario y por ende muy fácil de atribuir prejuicios y sesgos a las dos partes y hablemos de diversidad de aptitudes que son multidimensionales como lo son las necesidades de los cargos. [4]

¿Pero quiere esto decir que a mayor número de mujeres en los consejos mayor impacto? ¿Justifica ello las cuotas que se están haciendo obligatorias en los países de la Unión Europea? No es automático (lo hemos analizado en detalle en otros artículos [5] ). De nuevo, en casos individuales depende del contexto, de quieres son las mujeres, quienes son los hombres. Pero hay algunos aspectos que son generalizables en función de los atributos descritos arriba.

Un mayor número de mujeres aumenta la intensidad del tipo de aporte que hacen (las negrillas de la cita arriba). Serán varias las consejeras que empujen hacia la inclusión de sus puntos de vista sobre la problemática y su estilo de decisión. Y lo más importante, estimula su participación activa al sentirse respaldadas por las otras consejeras (¡esperamos! no sea que despierte la rivalidad por ser la más influente). Y si bien las cuotas fijadas en el 30-40% son producto de lo que se considera política y socialmente factible, también hay que tener en cuenta que no es que a medida que se aumenta el número aumenta la efectividad ya que se llega a rendimientos decrecientes y pueden conducir a resentimientos y rechazos. Y tampoco hay un numero optimo, depende de las circunstancias de cada caso. Y lo importante es el impacto que tienen, no el número de ellas, que es lo que lamentablemente se enfatiza.

Buena parte de su impacto sobre las decisiones se deriva de la aceptación de su participación. Esta aceptación no parece haber sido investigada en el artículo que comentamos. Hay que estar, hay que ser competente, hay que participar, pero para el impacto también es necesaria la aceptación del aporte. [6]

Pero no lo hagamos por la fuerza, que sea resultado de atraer las competencias necesarias para la toma de esas decisiones, que no son exclusivas ni de los hombres ni de las mujeres. Pero sí hace falta vencer los sesgos conscientes e inconscientes y preparar el terreno para aumentar la disponibilidad de mujeres preparadas para ser consejeras (los sesgos y la preparación lo hemos analizado en detalle en ¿Cómo mejorar el acceso de la mujer a cargos directivos en la empresa?).

 


[2] ¿Es la RSE femenina?, con Helena Ancos.

[3] Rosario Sierra, directora de Negocio Corporativo de LinkedIn España y Portugal, citada en Mujeres y liderazgo empresarial: ¿grietas en el techo de cristal? por Ana Muguerza en la revista Haz.

[6] En una encuesta a cerca de 700 consejeros de grandes empresas en EE. UU., a finales del 2020, hay un par de resultados destacables para el tema que nos ocupa: (1) Si bien el 86% de los hombres cree que la diversidad mejora el consejo, 34% cree las adiciones de mujeres son innecesarias y el 31% cree que resulta en consejeros no cualificados; y (2) El 64% de los hombres cree que la diversidad se implementa por razones de corrección política

 

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