Con el mayor poder vienen mayores
responsabilidades
Cicerón, Siglo I AC
Ya en un artículo anterior (Responsabilidad social de la banca
española: ¿De quién son los beneficios extraordinarios? hacíamos un análisis de esta situación respondiendo
a la pregunta ¿Es esta superioridad sobre la banca europea producto de su extraordinaria
capacidad de gestión o es producto de la operación en mercado donde pueden
ejercer su poder con pocas restricciones?
¿Conlleva esta superioridad mayores responsabilidades con los que les
confían sus recursos financieros? En este articulo queremos profundizar el análisis de una responsabilidad que es distintiva para la banca comercial en general y para la
española en particular, que no comparte con las empresas no financieras y que se
refiere a los recursos financieros que gestiona.
(Nota al lector: el artículo es extenso y analítico)
I.
Algunos titulares de prensa
Reproducimos algunos titulares recientes sobre la situación financiera de
la banca y sus actuaciones, sin comentar mucho ya que se explican por sí solos:
a.
Los mejores de Europa
Tres
de los cuatro banqueros mejor pagados de la UE son españoles. ¿Orgullo nacional o síntoma de algo?
BBVA dispara los márgenes bancarios y gana
1.846 millones hasta marzo, un 39% más (el banco logra una rentabilidad ROTE del 16%, el
nivel más alto de entre los grandes bancos europeos)
¿Es que los bancos españoles son los mejor gestionados de Europa o es que
tienen un mercado cautivo, un oligopolio que les permite esos beneficios y
sueldos por encima del resto de Europa? ¿No es el hecho de pagar menos por los
depósitos una corroboración de este poder?
b.
Ganancias continúan creciendo
Caixabank gana 3.145 millones en 2022, un
39,8% menos por el efecto de la fusión, y pagará el 55% en dividendos (Eleva a doble dígito los márgenes
bancarios).
Santander gana 9.605 millones en 2022 y
logra su mayor beneficio histórico (Dispara los márgenes típicos bancarios a
doble dígito).
Los resultados extraordinarios del 2022 continúan en el 2023:
c.
Y los beneficios extraordinarios se reparten a un solo grupo de aportantes
de recursos financieros.
Vía aumentos de dividendos y vía recompra de acciones:
La banca se lanza a la recompra de
acciones para remunerar a sus inversores
BBVA bate su récord de beneficios y
repartirá el mayor dividendo en efectivo de los últimos 14 años
El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, afirma que los únicos que
tienen derecho a esas ganancias extraordinarias son los accionistas:
“Tenemos un
compromiso de devolución muy claro de cara al accionista. Hemos
querido mandar un mensaje de que estamos en la parte alta del rango del payout y tenemos una perspectiva
muy buena de que si las cosas van bien podemos tener una remuneración adicional
con los accionistas en línea con el año pasado a través de recompra
de acciones”.
¿Compromiso de devolución a los accionistas? ¿Y el compromiso con los demás
aportantes de recursos financieros?
d.
Pero otro stakeholder obtuvo su parte.
A pesar del rechazo de impuestos
extraordinarios por parte de la banca, (La banca trabaja contra reloj para tumbar
el impuesto al sector alegando inconstitucionalidad) el gobierno logró aprobar impuestos transitorios
para participar en esas ganancias extraordinarias. Las entidades afectadas
deberán pagar en los años 2023 y 2024 el 4,8% de los ingresos netos por
intereses y comisiones correspondientes al año natural anterior (Sobre
impuestos (y recursos) de la banca española; el subtítulo de este
artículo es: “Parece difícil que un tributo del 4,8%, aplicado dos años a
unos ingresos más altos de lo usual, pueda afectar a la competencia.). ¿Se
usarán estos recursos para promover la competencia (factible, pero no probable)
o para compensar a los depositantes y acreedores por sus tasas de interés
diferentes a lo serían en un mercado bancario competitivo (imposible)?
e.
Y lo más crítico, la intermediación disminuye.
La banca española paga el 35% menos que la
europea por captar depósitos. No es de sorprender que gane más.
¿Por qué los bancos no me pagan por mis
ahorros? La remuneración de los depósitos por parte
de las entidades españolas es mucho menor que la que se da en otros
países europeos
Durante el año 2022 la banca española cerró
casi 3 000 oficinas y disminuyó
la plantilla en 17 500 empleados, dejando de cubrir con servicios
bancarios a más de un millón de personas, muchas de la cuales son
vulnerables, al disponer de pocos recursos financieros y tecnológicos y no
disponer de la movilidad necesaria para desplazarse a oficinas alternativas. [1]
Los bancos rechazan cada vez más
solicitudes de préstamos de empresas y particulares. Ejerciendo su derecho, pero no su responsabilidad de intermediación, sobre
todo en función de los mayores márgenes que cobran y de las ganancias extraordinarias.
La presidente del Santander, en su oposición a los impuestos especiales dijo
(Ana Botín, sobre el gravamen a la banca:
“Pagamos más impuestos, pero que paguen todos”):
“Los bancos
concedemos crédito y lo hacemos en función del capital que disponemos. Si
pagamos impuestos habrá menos capital para dar crédito o menos
capital para repartir entre los accionistas” (énfasis añadido).
¡De acuerdo con que todos paguen los impuestos que tocan! Pero también se
reduce el capital si se hacen distribuciones extraordinarias de dividendos y se
recompran acciones, recursos que podrían utilizarse para expandir las
operaciones crediticias de los bancos. ¿O es amenaza de la reducción del crédito una estratagema
para presionar al gobierno? ¡Que no nos tomen por tontos!
II.
Responsabilidad distintiva de la banca comercial: hay otros stakeholders. [2]
A diferencia de lo que alega el presidente del BBVA el compromiso de repartir
las ganancias vía dividendos o recompra de acciones no es un compromiso legal,
es discrecional, basado en una evaluación de lo que más le conviene al
banco para su sostenibilidad en el largo plazo y tomando en cuenta las regulaciones
europeas y nacionales sobre el monto requerido para el capital de la banca.
Por estas declaraciones lo importante parece ser tener contentos a los
accionistas para que continúen respaldando la gestión de los actuales dirigentes.
Es cuestión de supervivencia, en el corto plazo. La gestión es egocéntrica de corto plazo.
Si hubieran retenido una mayor proporción de las ganancias extraordinarias podrían
aumentar la intermediación y así ganar más todavía. ¿O es que es más prioritario contentar a los
accionistas que contribuir al desarrollo económico? ¿O es que no hay posibilidad
de otorgar préstamos y hacer inversiones rentables con estos recursos en los países
en que operan? Si los accionistas quieren dividendos extraordinarios pueden vender
parte de sus acciones en los mercados, cuyos precios deben haber subido ante el
mayor valor de los bancos en función de ganancias obtenidas. ¿O es que los
mercados de valores no las valoran?
¿Por qué es la recompra de acciones una forma de remunerar a los
accionistas? Primero porque es una manera casi automática de aumentar
el precio de las acciones ya que, al reducir el número de ellas en el
mercado, el valor de la empresa, la torta, se reparte entre menos pedazos, cada
uno más grande, con mayor valor. Aunque es cierto que el
tamaño de la torta se ha reducido en los millones de efectivo que se
han utilizado para recomprar las acciones, en la práctica los mercados no lo
incorporan en su totalidad. [3]
Además, la reducción del número de acciones en circulación también
aumenta temporalmente el valor de la relación “ganancias por acción”, que suele
ser uno de los indicadores de la remuneración de los dirigentes, por lo que mejora
el total de su remuneración.
Pero los recursos usados para la recompra de
acciones y el pago de dividendos no están disponibles para la intermediación en
los bancos, que es su máxima responsabilidad, que usan como argumento cuando
les conviene para oponerse a los impuestos. extraordinarios. Los intereses de sus directivos
quedan por encima de los intereses de la sociedad (en el Apéndice presentamos un análisis más detallado
de los argumentos precedentes).
¿Porque se reparten solo a este grupo de aportantes de recursos financieros?
La respuesta a esta pregunta contiene la clave de la responsabilidad
distintiva de la banca y que prefiere no asumir. El análisis de esto
es el objetivo de este artículo, en la siguiente sección.
b.
¿Pertenecen los bancos a sus accionistas?
No, lo accionistas no son dueños de los bancos, ni de las empresas tampoco.
Y esto es un malentendido
que lleva a errores en la implementación de la responsabilidad de las empresas
no financieras y en mayor medida de las financieras. Y es muy posible que este
malentendido sea compartido por un buen número de mis lectores (en un artículo
anterior, ¿De quién es la empresa? ¿Qué
debe maximizar?, habíamos analizado esto en mucho más detalle).
Hacemos un breve resumen de los principales argumentos para poner en contexto
la responsabilidad distintiva de los bancos comerciales.
¿De quién son las empresas/bancos? Los accionistas han adquirido acciones
en los mercados de capitales, que NO contienen derechos de propiedad de los
activos de las empresas, solo conceden derechos de recibir una parte de las ganancias
que la gerencia decida distribuirles, después de haber cumplido sus compromisos
legales de pago a los demás participantes. Algunos añadimos que también deben
cumplir compromisos, no legalmente vinculantes, con esas partes y el medio
ambiente, que son parte de sus responsabilidades de operar. La posesión de las acciones también incluye
los derechos de participar en el nombramiento y remoción de los dirigentes, en función
de lo que establezcan las regulaciones de los mercados de capitales pertinentes.
En una empresa en marcha no tienen el derecho de ordenar ni el pago de
dividendos, ni la venta de activos. Solo en el caso de liquidación de la empresa
tienen derecho a su cuota parte del valor residual de la liquidación. La excepción
a esto es el caso de empresas no cotizadas en bolsa, con muy pocos accionistas,
cuyos accionistas suelen ser también dirigentes, que pueden colectivamente
tomar estas decisiones. Aun en el caso de empresas cotizadas con algunos accionistas
que poseen elevados porcentajes, poder de control, deben cumplir las regulaciones
de los merados de valores, que suelen tener protecciones para los derechos de
los accionistas minoritarios.
Los accionistas son en la gran mayoría de los casos (exceptuando inversionistas
institucionales como fondos de pensiones), y sobre todo en los bancos, muy
temporales, con una visión cortoplacista, no se portan como dueños de la
empresa, tienen intereses mayormente sobre el rendimiento a corto plazo en
bolsa. Y ni siquiera son los que han
aportado el capital. Son muy pocos los accionistas originales que mantiene la
propiedad de las acciones en el tiempo.
La gran mayoría son accionistas temporales (la tenencia promedio en las
acciones de la bolsa de Nueva York de solo 3-4 meses).
Aquel es el sesgo del presidente del BBVA cuando dice que “los únicos
que tienen derecho a esas ganancias extraordinarias son los accionistas”. Está equivocado.
Las empresas y los bancos son dueñas de sí
mismas y su responsabilidad principal es hacia sí mismas, hacia su sostenibilidad,
en el más amplio sentido de la palabra, en el largo plazo. El problema radica
en quién(es) están en mejor posición para decidir qué le conviene a la empresa. Deberían ser los dirigentes, que son los responsables de turno de la
empresa, que deben tener una visión más clara, amplia e imparcial sobre su
presente y futuro. Pero estos también suelen perseguir sus intereses, que no necesariamente
coinciden con los de la empresa. Muchas veces tienen intereses personales y en
muchos casos persiguen los de algunos accionistas ponderosos que tienen
influencia en su nombramiento y remoción.
Hay da una escuela de pensamiento (teoría de agencia) que sostiene que los
dirigentes son meramente agentes de los accionistas y que deben perseguir sus
intereses, cualesquiera estos sean. Esto
solo sería válido bajo el supuesto de que los accionistas son los más capacitados
para decidir el futuro de la empresa, lo cual es una falacia. ¿Cuáles accionistas? ¿Son un grupo con
objetivos consensuados, más allá de la maximización de beneficios? ¿Los que poseen
las acciones por días o meses?
Y este el gran dilema de la gestión de la empresa. ¿Quién está en mejores condiciones
de velar por los intereses de la empresa? ¿Los accionistas con intereses cortoplacistas? ¿los
dirigentes con intereses personales? ¿los stakholders, con intereses divergentes
y a veces contradictorios? ¿el estado con intereses políticos? Ninguno y todos, con un muy difícil equilibrio. La tendencia actual es desde la primacía de
los accionistas hacia la primacía de los dirigentes, balanceando los intereses de
todas las partes.
Y en caso de los bancos comerciales esta discusión es todavía más
importarte como veremos a continuación.
c.
Diferencias en el financiamiento de empresas financieras y no financieras.
La banca comercial es un segmento de la empresa privada que requiere una
licencia legal para operar, que incluye derechos y deberes específicos: la
capacidad de captar recursos financieros del público en general (cuentas
corrientes, depósitos a la vista y a mediano y largo plazo) con la obligación de
intermediar esos recursos eficiente y efectivamente, y ojalá que
responsablemente, financiando la actividad económica.
La banca comercial gestiona además otros recursos financieros de un público
más conocedor, que adquiere sus valores negociales y sus acciones en los
mercados financieros y de capitales, más competitivos. Como veremos es importante
distinguir entre estos dos grandes segmentos de financiamiento.
La banca comercial tiene un propósito determinado por las regulaciones. Las
empresas no financieras no lo tienen y sus estatutos suelen ser muy genéricos, permiten
cualquier actividad.
A los efectos de analizar la responsabilidad que la distingue de las
empresas no financieras es necesario considerar la estructura de su financiamiento.
Los recursos que gestiona un banco
comercial vienen, en general, de los depósitos del público, de los préstamos de
terceros, de la venta de valores negociables de deuda, de aportes de capital
(originales y de aumentos) y de las ganancias retenidas.
El patrimonio neto (capital y ganancias retenidas) suele ser solo del orden
del 10% de los recursos totales que gestiona, y aun esto está constituido
mayormente por ganancias retenidas, resultado de las operaciones de la banca
en el tiempo, que han sido obtenidas utilizando la
totalidad de los recursos aportados.
El aporte de los accionistas originales en una pequeña cantidad de los
recursos que gestiona, y ante los grandes volúmenes de compraventa de sus
acciones en los mercados de capitales es muy posible ninguno de los actuales
accionistas haya aportado recursos al banco. Al adquirir sus acciones lo han
hecho comprándolas a uno que las posee.
El banco comercial no recibe recursos frescos de accionistas, solo lo hace cuando emite nuevas acciones
en aumentos de capital, lo cual es muy inusual en la banca (salvo en
condiciones de crisis). Por el contrario, en vez de emitir acciones, las
recompran en los mercados, en vez de recibir recursos financieros de los accionistas,
¡se los devuelven!
La gran parte de los recursos que la banca gestiona, con la cual obtienen
sus beneficios, no han sido aportados por los accionistas, han sido aportados
por el público, directamente
vía depósitos e indirectamente vía otros intermediarios financieros que usan
sus recursos para financiar a estos bancos (fondos de pensiones, aseguradoras, fondos
de inversión, etc.).
¿Porque deben ser los accionistas actuales los únicos que tienen el derecho
a recibir el producto del uso de todos los recursos?
No hay ninguna legislación ni regulación que indique que los accionistas de
la banca son los únicos que tienen
derecho a los beneficios netos de sus actividades. Y es aquí donde
está la responsabilidad distintiva de la banca: remunerar a cada grupo por su contribución
a los beneficios: dirigentes por su buena gestión, el estado, vía
impuestos, por el apoyo del ecosistema económico, comercial, legal, de infraestructura,
de seguridad, etc.,[4]
pero también a todos los aportantes de fondos y a los empleados.[5]
d.
Remuneración
de los recursos
Y aquí ha se pueden oír las veces que indican que cada uno de los aportantes
de fondos ha recibido su remuneración. Pero es una falacia: supone que las remuneraciones
de los demás aportantes de fondos han sido compensados por su contribución, en
función de los riesgos en que incurren. O sea, que no tienen derecho a más. Ello
sería valido en un mercado netamente competitivo, donde las tasas de interés
fueran competitivas, donde hubiera posibilidad de buscar los mejores rendimientos
sin costos de transacción, donde hubiera información perfecta, donde los participantes
sean cualificados, etc.
Y es de esto de lo que se aprovecha la banca para pagar las menores tasas de
interés posibles a los depositantes y cobrar las mayores posibles en sus préstamos: maximizar el margen de intermediación y
reducir costos, aun si ello conlleva un servicio deficiente.
Esto sería como decir que al empleado ya le han pagado el sueldo y con ello
se ha descargado la responsabilidad de la empresa. En principio sí, pero la
pregunta que sigue es si esas remuneraciones reflejan la contribución del empleado
a los beneficios de la empresa, y en este caso, además si son de justicia y
equidad. No es válida la justificación de que se pagan sueldos de mercado ya
que los mercados laborales son imperfectos, y suelen favorecer al
empleador.
Y el caso de la banca comercial española, no es tan obvio, pero también es
un mercado imperfecto.
Para ilustrar aún más lo distintivo de esa responsabilidad contrastemos el
financiamiento de las instituciones financieras con el de las empresas no financieras,
con las que el lector este posiblemente más familiarizado. Es paradigmática la respuesta del CEO
de ExxonMobil ante una situación similar de las ganancias
extraordinarias, criticado por que no las está compartiendo con la sociedad: “Claro
que lo hacemos, pagamos dividendos extraordinarios a los que poseen nuestras extraordinarias acciones”.
A diferencia de la banca comercial esta empresa obtiene su financiamiento
en los mercados financieros y de capitales, a través de valores negociables y
prestamos de instituciones financieras, en términos competitivos, de instituciones
conocedoras del mercado, por lo que puede alegar que remunera a sus fuentes
de recursos adecuadamente. Su principal stakehoklder, en lo referente
a beneficios son los accionistas, que aportan la base de capital que permite
obtener el resto del financiamiento.
No obstante, al igual que en el caso de la banca comercial se puede alegar que
esos beneficios han sido generados además con la contribución de otros stakeholders,
como los empleados, el estado, entre otros, que convenientemente ignora.
Está en la misma liga que el presidente del BBVA. En particular ignora su responsabilidad
ente el cambio climático. Este “stakeholder”
merece ser compensado con parte de esos beneficios invirtiendo en su mitigación,
por ejemplo, sustituyendo inversiones en combustibles fósiles por energía
renovable. [6]
En el caso de la banca comercial, gran parte del financiamiento proviene del
público en general, menos sofisticado financieramente, a través de instrumentos
que no son negociables, por lo que representan un mercado más cautivo. Si bien es cierto que los ahorristas pueden cambiar sus
recursos de un banco a otro, ello tiene costos de transacción, financieros y no
financieros (conocimiento, pereza, costumbre, tiempo, localidad, etc.), y que dado
el relativo oligopolio de la banca comercial española se dificulta.
En mercados financieros desarrollados, con una banca más competitiva y un público
más sofisticado, hay mayor sensibilidad a cambios en las tasas de interés del
mercado, tanto a la
subida, como a la bajada. Mi cuenta de ahorros en un banco de EE. UU. está subiendo
las tasas casi cada mes, en función de los cambios en las tasas de interés del mercado,
determinada por las tasas de descuento de la Reserva Federal (Banco Central),
lo que no ocurre en España, donde la flexibilidad la ejercen en la subida de
las tasas activas, las que cobran por los prestamos e hipotecas. En EE. UU. los ahorristas podemos mover los recursos
de uno a otro banco en segundos, vía digital banking. [7]
Esta flexibilidad en las tasas de interés esta comenzado a verse en España en
bancos de menor tamaño, bancos estrictamente digitales y filiales de bancos
extranjeros, [8]
pero que tienen una cuota de mercado relativamente pequeña comparada con los
grandes bancos comerciales (Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, etc.), que
tienen la ventaja de la confianza que da la tradición (prime mover advantage).
Y también está difundida la banca digital, pero no al alcance de todos los
ahorristas.
Para muchos aportantes de fondos el mercado financiero termina siendo no
competitivo, con poca flexibilidad de buscar los mejores rendimientos o menores
costos, están a merced de los grandes bancos, para los cuales muchos de estos
clientes tienen baja prioridad…… y que cuando tiene beneficios extraordinarios,
que les permitirían corregir estas imperfecciones, reducen los volúmenes
potenciales de intermediación, aumentan el margen y favorecen a los que menos fondos
han aportado.
Pero se debe evitar la tentación de regular esta responsabilidad en la
intermediación vía la imposición de controles sobre las tasas activas y
pasivas, y por ende los márgenes, lo que constreñiría su efectividad. Las regulaciones
necesarias son la prudencial, para evitar la toma de riesgos excesivos, para
asegurar la viabilidad financiera de la institución, que ya existen a nivel
internacional, europeo y nacional, y la regulación
de la competencia y del servicio y la facilitación de alternativas, que
en el caso de España deja que desear.
III.
En resumen
¿Qué quiere decir todo esto para la responsabilidad ante la sociedad de la
banca comercial?
A diferencia de las empresas no financieras, los recursos que utiliza la banca
comercial para llevar a cabo sus operaciones y obtener sus beneficios son
aportados en su mayoría por el público en general, directamente a través de sus depósitos e indirectamente
vía otras instituciones financieras. Esto confiere a la banca comercial una responsabilidad
distintiva, ya establecida por algunas regulaciones de la obligación de utilizar
estos recursos para hacer una intermediación eficiente, efectiva y ojalá que responsable.
Adicionalmente, reconociendo la vulnerabilidad de estos aportes, están sujetas
a regulación prudencial sobre los riesgos en que pueden incurrir.
El hecho de que los beneficios son obtenidos con recursos aportados por el
público implica que éste tiene derecho a parte de estos beneficios. Si los mercados
en que opera la banca comercial, especialmente el segmento de captación de depósitos
de corto y largo plazo fuese competitiva y eficiente, se podría alegar que la remuneración que reciben (tasas de interés) es la justa.
Pero esto no es el caso en la práctica ya que existen asimetrías de información
(bancos saben mucho más que los clientes), limitada competencia y limitaciones
reales y percibidas para la movilidad de los recursos entre las diferentes instituciones.
La primacía que estas instituciones dan a sus accionistas, ignorando al público
depositante, no está justificada. Esta basada en la premisa, falsa, de que los
bancos son propiedad de los accionistas, y por ende tienen el derecho a
todos los beneficios netos, cuando legalmente solo tienen derechos a la retribución
que determine la dirigencia tomando en consideración lo que es mejor para el
banco (¡que es el dueño del banco!), no lo mejor para sus accionistas, y de
intervenir indirectamente en la gestión. Pero en el caso de la banca comercial los
accionistas no aportan recursos para su operación. Los recursos de capital son mayormente ganancias
retenidas de períodos anteriores, mayormente usando recursos del público.
Los recursos de la banca comercial son captados y colocados en segmentos de
mercados competitivos y no competitivos, eficientes e ineficientes. Los beneficios
derivados de las imperfecciones de esos mercados (menores tasas pasivas y mayores
tasas activas) no pueden pertenecer solamente a los
operan en mercados competitivos de valores (acciones y otros valores
negociables). Deben compensar a los que operan en los segmentos no competitivos
e ineficientes, y que constituyen
la gran parte de los fondos, idealmente reduciendo su margen de intermediación.
En el peor de los casos invirtiendo en mejores servicios. Lo contrario de lo
que han hecho hasta ahora. En sus alardes de responsabilidad ante la sociedad
propugnan la educación financiera, pero se aprovechan de la ignorancia financiera,
propugnan la bancarización, pero reducen la atención a las poblaciones vulnerables.
La sociedad debe exigir mejorar la competencia y la eficiencia y efectividad en el servicio, (9) y los gobiernos deben promover el desarrollo de instituciones competitivas, la facilitación de la movilidad de los recursos y y regular la calidad y cobertura de los servicios, como si fuera una empresa de servicios públicos.
No, no proponemos ni impuestos extraordinarios ni la regulación de los márgenes
de intermediación, lo que sería contraproducente a la expansión del negocio. Proponemos hacer la intermediación efectiva, eficiente y ¡responsable!,
considerando que el principal stakeholder de la banca comercial es el
cliente, no el accionista.
APÉNDICE ¿Por qué esa “obsesión” con el accionista?
Los dirigentes, y muchos otros, creen que el pago de dividendos hace aumentar
el precio de las acciones en el mercado, lo que les permite a los accionistas
vender sus acciones con ganancias y, en el caso de necesitar aumentos de
capital, tener que vender menos acciones para obtener el mismo monto, lo que redunda
en una reducción del costo de capital.
Pero el precio de la acción aumentará si el mercado lo interpreta como un
mensaje de futuros mayores dividendos. En principio el pago de dividendos
no debe afectar el precio de las acciones ya que el banco tiene entonces menos
dinero para invertir y prestar, se ha reducido su volumen de activos por el
mismo monto.
Pero es también posible que sea interpretado por los mercados como que las perspectivas
de la empresa no son tan buenas, que no tiene donde colocar esos recursos, a
una rentabilidad que debe ser superior al costo del capital, por lo que tiene
que distribuirlos.
Es irónico que el pago de estos dividendos extraordinario puede inducir a los
accionistas, a los que quieren mimar, a abandonar al barco, perdón, al banco, vendiendo
sus acciones.
Pero contentando a los accionistas es más posible que los dirigentes sean reelectos
en sus cargos.
Y si en efecto el precio de las acciones sube como consecuencia del dividendo,
es posible que también suban las remuneraciones de los dirigentes, que
pueden estar ligadas a la evolución de esos precios.
El caso de la recompra de acciones es análogo, donde se reducen los recursos
disponibles para prestar e invertir, pero ante la demanda que se crea, pueden hacer subir el precio de las
acciones y al reducirse el número de acciones en circulación hacen subir,
temporalmente, la relación ganancias por acción, que es otro de los indicadores
usados en la determinación de las remuneraciones de los dirigentes.
¿Qué persiguen los dirigentes con el pago de dividendos extraordinarios y
la recompra de acciones? ¿El bien del
banco o su bienestar? Se quejan de que los impuestos reducen la base
de capital y no van a poder prestar tanto. Pero ¿qué hacen los dividendos extraordinarios
y la recompra de acciones? ¡Ah! Pero es que los impuestos son “dinero perdido”,
mientras que con los dividendos y la recompra de acciones han comprado a los
accionistas.
De hecho, una de las primeras herramientas que se usan para atacar crisis
en la banca comercial es la prohibición de pagar dividendos y la recompra de
acciones, para mantener la base de capital y la intermediación.
O sea, que no es solo lo de promover la primacía de los accionistas bajo la
falacia de que son los dueños del banco, que no lo son, es que todo esto conlleva
beneficios a los dirigentes.
¿Es esta estrategia lo que más de conviene a la sociedad, de donde proviene la casi totalidad de
los recursos financieros, humanos, y algunos de los físicos, que usan?
[2] En el artículo ¿Cuál es la responsabilidad social de las
instituciones financieras? (marzo 2012) presentamos un análisis de
estas responsabilidades con menor profundidad de lo que hacemos en este
artículo.
[3] Ver el caso de la recompra de
acciones por Nestlé en Valor compartido o
valor extraído: El caso de Nestlé …….. y otras empresas. El
artículo How Stock Buybacks Undermine Sustainable
Prosperity, incluye
un análisis más exhaustivo
[4] Para una discusión más detallada de
esto ver Ferrovial se va a los Países
Bajos: ¿Irresponsabilidad social? Ni sentimentalismos ni patriotismos.
[5] Ante la presión de los sindicatos por
las ganancias extraordinarias, el Santander aumentó la remuneración de sus empleados
en España en un 4.3% a comienzos del 2023 (en los demás países, de donde se
generaron el grueso de las ganancias extraordinarias, no hubo presiones).
[6] Ver una discusión en Irresponsabilidad por omisión y comisión:
combustibles fósiles.
[7] Aunque esta flexibilidad puede tener
su lado negativo al causar corridas en los bancos, impidiéndoles tomar medidas
de protección o recuperación a las autoridades. Esto es lo que contribuyó al
colapso en el 2023 de algunos bancos no solventes en EE.UU.
[8] Depósitos
con rentabilidades de hasta el 4% TAE: la guerra del ahorro se libra en el
corto plazo
(9) [Un caso paradigmático fue el éxito de la campaña del médico jubilado “Atención humana en sucursales bancarias” que recogió 600 000 firmas para exigir mejores servicios. Ver De repente los bancos españoles vieron la luz