domingo, 13 de octubre de 2024

¿Basta con darle un nuevo nombre a la sostenibilidad?: Dos estudios destacables

 

Obviamente que no, como ha sido ampliamente demostrado por las decenas de nombres que diversos autores le han dado, más con el objetivo de figurar que de contribuir al desarrollo de la disciplina. Pero cuando se hace con justificaciones razonadas pueden destacar características o puntos de vista que sí ayudan a una mejor interpretación e implementación de los conceptos. El objetivo de este artículo es analizar un par de publicaciones recientes con potencial de logar esa mejora: Sostenibilidad competitiva y Sostenibilidad racional.

La siguiente tabla muestra un gran número de esos nombres, la inmensa mayoría de los cuales han pasado a la historia sin pena ni gloria. ¿Alguien se acuerda de la “Creación de valor compartido” que causó furor en su momento y tuvo sus cinco minutos de gloria? [i]

 

¿Alguien quiere ponerle un nuevo nombre a la responsabilidad empresarial?

Responsabilidad social de la empresa

Sostenibilidad

Medio ambiente, Social y Gobernanza

Ciudadanía Corporativa

Triple Balance

Creación de Valor Compartido

 

CAPITALISMOS

 

Capitalismo de los stakeholders

Capitalismo Consciente

Capitalismo Creativo

Capitalismo Cooperativo

Capitalismo Limpio

Capitalismo Responsable

Capitalismo Humanista

Capitalismo Sostenible

Capitalismo Comprometido

Capitalismo Múltiple

Capitalismo Progresivo

Capitalismo Regenerativo

Capitalismo Moral

Capitalismo Democrático

Capitalismo 2.0…3.0…4.0, etc.

Capitalismo Distributivo

Capitalismo Inclusivo

Capitalismo Ciudadano

 

ECONOMÍAS

 

Economía Circular

Economía del Bien Común

Economía de la Mutualidad

Economía Social y Solidaria

Economía Verde

Economía de Impacto

Economía Colaborativa

Economía Naranja

Economía de la Comunión

Economía Civil

Economía Azul

Economía Cordial

Autor: Antonio Vives

 

Recientemente se ha publicado un informe y un artículo, producidos en entornos académicos, por lo que suelen basarse en el “debería ser” lo deseable como si ello fuera automático, más que en el “es”, que debe ser el punto de partida para logar el cambio hacia el “debería ser”. No obstante, ambos tienen una visión que, en opinión del suscrito, sí avanzan la comprensión de la sostenibilidad empresarial.

El primero propone una idea conceptualmente rica, pero de limitada aplicación para el avance de la sostenibilidad empresarial, en tanto que el segundo propone hacerlo no dejándose llevar por ilusiones o deseos de poca factibilidad, siendo realistas.  En cierta forma proponen visiones contrapuestas: uno partiendo de aspiraciones y el otro partiendo de la realidad.

I.                Competitive Sustainability

Un documento para discusión del Institute for Sustainability Leadership de la Universidad de Cambridge Survival of the  Fittest: From ESG to Competitive Sustainability, se basa en una premisa relativamente simple para el avance de la sostenibilidad: que las acciones empresariales relacionadas con la sostenibilidad tengan un mercado competitivo en el que desarrollarse, o sea, aprovechar las características del mercado competitivo como son la existencia de demanda y oferta, precios, competencia para transar mejores productos, exclusión de productos indeseables, innovación, diseminación de información, etc.

No basta un cambio de mentalidad. El mercado debe ser diseñado para eliminar la tensión entre rentabilidad y sostenibilidad. [ii] Necesitamos mercados activos para productos que sean neutros en carbono, circulares y que produzcan beneficios ambientales netos positivos. Los gobiernos deben crear las condiciones para que sea económicamente atractivo la eliminación de actividades dañinas. De otra manera, las empresas que quieren hacer una transición voluntaria serán coartadas por los que no la quieren.

Lo que sigue es mi interpretación de esta cita ya que el estudio no entre en detalles. Si bien la idea puede parecer utópica a nivel agregado, ya que no son muchas las actividades donde la operatoria de un mercado competitivo es factible, es posible hacerlo en algunos casos y la idea tiene potencial.

Es relativamente sencilla la creación y operación de un mercado emisiones de gases de efecto invernadero, donde hay muchos participantes en el mercado y se pueden establecer precios a un producto relativamente bien definido. Sería deseable, por ejemplo, en el caso de algunos productos, que en el mercado se incluyeran los costos la totalidad de los factores de producción incluyendo el valor de las externalidades, el daño que hace con la contaminación ambiental o el uso de recursos escasos, por ejemplo, el agua, por los que no se paga su verdadero valor en el mercado.

En Europa están poniendo en práctica aranceles a la importación de bienes y servicios que tomen en cuenta la contribución que han hecho al cambio climático, o sea incluir indirectamente en su costo el valor de esa externalidad. Si China no tiene regulaciones sobre ello que eleven el costo de sus productos, pero Europa si las tiene, el arancel pretende hacer una competencia justa. Pretende crear un mercado competitivo, aunque con ello no se eviten las emisiones en China, pero se les envía el mensaje de que si quieren evitar los aranceles deben tener regulaciones similares a las de Europa.

El mercado laboral, si funcionase, pagaría remuneraciones conmensuradas con su contribución a la creación de valor en la producción y no, por ejemplo, en función del precio  de la mano de obra en un mercado con exceso de oferta. Los gobiernos pueden regular las condiciones laborales y en algunos casos el sueldo mínimo general, pero no el sueldo justo en función de su contribución a la creación de valor. Y no digamos el sueldo conmensurado con la dignidad y necesidades de las personas, que es la idea de los sueldos justos. 

No todos los productos y servicios relacionados con la sostenibilidad son susceptibles de transacciones en mercados y ni aun aquellos que sí lo son pueden hacerlo en un mercado competitivo. Y no siempre los gobiernos tienen la capacidad para regular esos mercados imperfectos.

Mi conclusión:  la voluntariedad y las buenas intenciones de las empresas no ha funcionado y las actividades de la sostenibilidad empresarial deben operar, en la medida de lo posible,  en mercados que ofrezcan los incentivos propicios, y los gobiernos deben crear las condiciones para la operación de estos mercados y regular las actividades donde esos mercados no sean factibles.

II.             Rational Sustainability

Rational Sustainability [iii] por el profesor Alex Edmans, [iv] de la London School of Business, es un artículo publicado en un medio académico, pero con criterios eminentemente de aplicación práctica. Su valor, para los que practicamos la sostenibilidad empresarial, es la visión crítica que adopta y en consecuencia una mejor apreciación de la realidad y menor volubilidad. Podría haberse titulado “Visión crítica de la sostenibilidad” pero no sería tan atractivo, y el autor no pretende que sea vea como solo como un nuevo nombre que mejore su reputación (¿otro para la tabla?), sino que se adopte como un enfoque novedoso, como una manera de implementarla. Pretende que cuando se considere se haga de forma “racional”, “cuestionada”. En resumen, ¡Piensa!

Dice:

“Racional” se refiere a un enfoque….basado en evidencia y análisis, que cuestiona las convenciones y prácticas de la sostenibilidad empresarial en vez de seguir al rebaño….. No es poner el viejo vino en nuevas odres, es un cambio fundamental de la manera en que se practica, no solo como se la denomina.

Sin embargo, como veremos a continuación, no es un cambio fundamental. El artículo propone una manera de apreciar la sostenibilidad, no necesariamente de una implementación “diferente”. Ciertamente que ofrece ideas para una implementación más realista, pero no de nuevas prácticas como podría esperarse.

Para justificar el cambio de denominación pasa revista a las deficiencias del término ASG para representar la sostenibilidad empresarial, en términos muy semejantes a los que hemos destacado en nuestros artículos, por lo que no lo comentaremos. [v]

Propone diez principios sobre los cuales afinar la perspectiva, las primeras cinco sobre la sostenibilidad en sí y las siguientes cinco sobre la racionalidad. Son relativamente evidentes por lo que solo añado brevísimos comentarios.

1.      Sostenibilidad Racional se refiere a la creación de valor, no a política.

Es cuestión de lo que le conviene a la empresa, no de vencerse a las ideologías políticas.

2.      Sostenibilidad Racional se refiere a resultados, no etiquetas.

Lo importante no es el nombre, es lo que se logra.

3.      Sostenibilidad Racional es intrínseca, no instrumental.

Se debe ser sostenible porque es lo que hay que hacer, no solo porque rinde beneficios.

4.      Sostenibilidad Racional es nuclear, no periférica.

Es parte fundamental de la estrategia, no es hacer “cositas”, aquello del DNA de la empresa.

5.      Sostenibilidad Racional propicia, no prescribe.

Debe propiciar el logro de los objetivos de la empresa en el largo plazo, no prescribir cuales son.

6.      Sostenibilidad Racional se basa en evidencias y análisis.

No creérselo todo, hay que basarse en evidencias tangibles y confiables.

7.      Sostenibilidad Racional reconoce los rendimientos decrecientes y los balances.

Hay que hacer lo que es más efectivo, lo material, pero priorizando.

8.      Sostenibilidad Racional establece límites.

No se puede hacer de todo en todo momento.

9.      Sostenibilidad Racional previene la irracionalidad.

Si se es racional, sí.

10.   Sostenibilidad Racional cuestiona y reta.

Es su razón de ser, el resumen de todo.

Al tratar las deficiencias de la ASG como representativa de la sostenibilidad empresarial y comentar sobre la gran mayoría de los aspectos de esta, el artículo es un excelente compendio de la conceptualización de la sostenibilidad, si bien no de detalles de implementación: qué es y que no es la sostenibilidad empresarial.

Mi conclusión: Estos principios representan una manera de entender la razón de ser y la forma de lograr la sostenibilidad empresarial. Si bien el autor hace su defensa en base a las deficiencias de la ASG, la realidad es que lo que propone, en pocas palabras, es ser escépticos.

III.           En resumen

¿Dos nombres más para mi colección?, sí, pero con valor añadido, uno más que el otro.

En el caso de Competitive Sustainability, es la idea de la necesidad de crear o mejorar los mercados donde las actividades de sostenibilidad de las empresas enfrenten incentivos y penalizaciones financieras, como una manera de incrementar su aplicación y efectividad, y donde no sea posible, recurrir a las regulaciones. Lo que no cubre el informe es como desarrollar esos mercados. Conceptualmente rico, pero de compleja utilidad práctica.

El valor añadido en el caso de Rational Sustainability es más evidente ya que se trata de afinar la perspectiva, con espíritu crítico, con la cual se desarrollan e implementan las políticas, estrategias y acciones, lo que es mucho más factible y práctico, con resultados tangibles.

Pero debe quedar claro que la implementación actual no es que sea “irracional”, es que es ingenua y muchas veces engañosa.  El valor de este articulo radica en cuestionar la implementación y la adopción de la sostenibilidad empresarial, sin un análisis crítico, más que ofrecer nuevas ideas para la implementación. [vi]



[iii] Edmans, A. 2024. “Rational sustainability.” Journal of Applied Corporate Finance 36: 8–15. https://doi.org/10.1111/jacf.12609

[iv] El profesor Edmans es un prolífico autor sobre sostenibilidad y finanzas sostenibles. Se caracteriza por su espíritu crítico, por cuestionar las generalizaciones y las pruebas sin pruebas. Su estilo e intereses coindicen con los del suscrito. El artículo es muy indicativo de su estilo (recomiendo seguirlo en LinkedIn, si bien sus notificaciones y escritos son en inglés).

[vi] Un buen ejemplo de esto lo presentábamos en Si no está roto no lo arregles: Porter y Kramer sobre RSE

En el 2011, Compartir el Valor Creado versus Crear Valor Compartido: Diferentes estrategias, diferentes implementaciones, diferentes resultados en el 2012, y Creación de valor compartido: Cómo no reinventar la RSE en el 2013,

 donde analizábamos la “revolucionaria” idea de la creación de valor compartido.

sábado, 5 de octubre de 2024

Prohibición de usar criterios de sostenibilidad empresarial en las decisiones de inversión de los fondos de pensiones. ¿Tiene lógica?

  

Este articulo analiza las recientes controversias entre legisladores y gestores de fondos de inversión, en particular los de pensiones, en EE. UU, sobre la legitimidad de la utilización de consideraciones sobre la sostenibilidad empresarial en la selección de los valores a invertir en las carteras. Si bien es un problema geográficamente localizado, y con contenido ideológico, es relevante para cualquier parte del mundo.  Los argumentos contrastantes ilustran parte de las razones por las cuales los inversionistas quieren invertir en empresas bien gestionadas, consideradas social y ambientalmente sostenibles y ofrecen perspectivas que pueden ser valiosas para los gestores de fondos dondequiera que operen.

La legislación vigente.

La ley sobre la seguridad de los ingresos por pensiones de los empleados (Employee Retirement Income Security Act (ERISA) es una legislación a nivel federal, o sea aplicable a todo el país, que establece los estándares mínimos de actuación para los planes de pensiones y de salud del sector privado y su implementación es regulada por el Departamento del Trabajo. Esta legislación requiere que los gestores de los fondos tomen sus decisiones basándose exclusivamente en los intereses de los participantes y beneficiarios. Y he allí la cuestión: ¿Cuáles son los intereses de los participantes y como se persiguen?

Legislación aprobada en la cámara baja del congreso.

En septiembre del 2024 la cámara baja aprobó la ley H.R. 5339 que requiere que los fiduciarios de los fondos de inversiones participados por los empleados tomar sus decisiones de inversión basadas exclusivamente en consideraciones financieras, o sea, en aspectos que se considera tendrán un efecto material sobre el riesgo y rendimiento de las inversiones, sobre los plazos que sean compatibles con los objetivos y políticas de inversión de los fondos.

La ley permite que, si no se puede distinguir entre inversiones con beneficios financieros equivalentes, se puedan considerar otros criterios, pero solo se pueden usar cuando se demuestre que los financieros no son suficientes para hacer la distinción, o sea, solo como criterio de desempate.

La aprobación definitiva de esta propuesta en los actuales momentos no es políticamente factible, pero ello no obsta para que haya suscitado una agria discusión sobre el papel de consideraciones no financieras. Se requiere la aprobación del Senado y del presidente del país, en ambos casos bajo el control del partido demócrata, que está a favor de la consideración de los aspectos medioambientales y sociales en las decisiones de los fondos de inversión.  Esto podría cambiar si cambia el control de ambas cámaras y la presidencia en las próximas elecciones.

La regulación del Departamento (ministerio) del Trabajo.

La regulación permite, pero no requiere, que los fiduciarios de los fondos de pensiones consideren el impacto financiero potencial de los aspectos de sostenibilidad empresarial, además de los aspectos financieros en la toma de decisiones sobre las inversiones.

Esta regulación representa un cambio que el actual gobierno demócrata hizo sobre la regulación del anterior gobierno republicano, que iba en la línea de la ley propuesta mencionada arriba.

Conclusión

La ley federal dice que se deben seleccionar las inversiones basándose exclusivamente en los intereses de los participantes y beneficiarios, pero no da detalles para la implementación.  La actual regulación del ministerio dice que, para ello, pueden, no que deben, usar criterios no financieros además de los financieros, a discreción de los fiduciarios.

La ley propuesta dice que no se pueden usar criterios no financieros para decidir, solo como criterio de desempate en la evaluación con los criterios financieros de las diferentes inversiones disponibles.

La experiencia ha indicado que algunos aspectos no financieros (ambientales, sociales y de gobernanza) tienen un impacto tangible sobre el riesgo y rendimiento de las inversiones, sobre todo en el largo plazo, que es el horizonte de inversión de los fondos de pensiones, por lo que su consideración no debe ser de desempate, ni siquiera opcional, debe ser obligatoria si se quieren perseguir los intereses de los pensionistas en el largo plazo.

En todo caso, lo razonable es que demuestre que la aplicación de estos otros criterios no es arbitraria, que no se usa para seleccionar inversiones que le convengan o les gusten a los fiduciarios. [i]

La oposición de algunos políticos va más allá de esta discusión lógica y es producto de un fuerte oposición ideológica en contra de “restricciones”, en este caso a las inversiones en combustibles fósiles, deforestación, contaminación, equidad e inclusión social, entre otras, para lo cual, paradójicamente, imponen “restricciones” al uso de algunos criterios en las decisiones de inversión. Una lógica ilógica.

Es el caso de la discusión entre la materialidad financiera, impacto sobre el riesgo y rendimiento de los aspectos no financieros, y la materialidad de impacto, impactos sobre la sociedad y el medio ambiente, que pueden o no traducirse en reacciones de los afectados que impacten la situación financiera de la empresa. La primera es la base de los reportes de sostenibilidad a nivel internacional, del ISSB, y ambas lo son para los estándares de reporte europeos, ESRS.

Lo que sería razonable es exigir la demostración que los criterios no financieros usados forman parte de la materialidad financiera. No hacerlo iría en contra de los intereses de los beneficiarios.



[i] Dos anécdotas personales que ilustran esta discusión.

En el año 2005, siendo vicepresidente del comité de inversiones del fondo de pensiones de los empleados del Banco Interamericano de Desarrollo (en aquel entonces más de US$ 2 000 millones en activos, Estuve en el cargo 25 años, entre 1982 y 2007) y Gerente de Desarrollo Sostenible, presenté una propuesta al comité para invertir una pequeña parte de los fondos con criterios de sostenibilidad social y ambiental, usando los argumentos de riesgo y rendimientos financieros a largo plazo y la contribución al desarrollo sostenible, que era y es el propósito de la institución. Rechazada la propuesta 6 contra 1.

Se presentó otra propuesta para usar una pequeña parte de los fondos para otorgar hipotecas a los empleados del Banco, vistos los costos financieros que enfrentaban. Rechazada 7 a 0, con el argumento de que esos empleados se beneficiarían a costa del resto de los presentes y futuros pensionados, a menos de que fueran a una tasa superior a la del mercado, para compensar por los costos adicionales de transacción, con lo cual el involucramiento carecía de sentido.

miércoles, 2 de octubre de 2024

¿Son equivalentes Sostenibilidad empresarial y ASG?

 

Menos de uno de cada diez de más de 500 consejeros consultados en EE. UU. opinaban que sostenibilidad y ASG son lo mismo, según el estudio Annual Corporate Directors Survey, (https://pwc.to/3TNbo4a) elaborado por la consultora PwC.

La palabra más usada en los informes de sostenibilidad del 2023 en una muestra de 250 de las empresas en el índice S/P 500 fue “sostenibilidad” (39%), superando la más usada el año pasado, “ASG” (24%, 35% en los informes del 2023) en el estudio Stand by ESG? The State of 2024 U.S. Sustainability Reports (https://bit.ly/3ZHkUJW ).

Y si quieres entender todo esto lee mis artículos:

  • Carta abierta a la Asociación Española de Directivos de Sostenibilidad (ASG) DIRSE: La gobernanza de la sostenibilidad empresarial   (https://bit.ly/CartaDIRSE ), de julio del 2023, donde exponía mi decepción por añadir a su nombre y logo el acrónimo “ASG”, y demostrando que sostenibilidad y ASG no son lo mismo (como creen solo uno de cada diez consejeros de 500 de las empresas más grandes del mundo).
  • Y para más inri, el daño que hace la palabra ASG al avance de la sostenibilidad lo analizaba en mi artículo ¿Está declinando el interés en la sostenibilidad empresarial?: Siete más una razones en https://bit.ly/Declive

Pero ASG se continuará usando en las actividades con los mercados financieros, que tiene una concepción estrecha de lo que debe ser la responsabilidad empresarial ante la sociedad.

sábado, 28 de septiembre de 2024

Sostenibilidad empresarial y reputación: Lo sostenible y lo efímero

                                                          

                                                            La mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo.

Proverbio popular

¡Pero no debe parecerlo sin serlo!

 

¿Debe la reputación empresarial ser el objetivo de las actividades empresariales o su resultado? [i] ¿Se debe gestionar la reputación o se debe gestionar la sostenibilidad empresarial y que la reputación sea el resultado?  Algunas empresas tienen la mejora de su reputación como directriz de sus actividades, otras ven la reputación como el resultado. La diferencia está en el énfasis.

El objetivo de este artículo es analizar los determinantes de la reputación como empresa responsable, distinguir los sostenibles de los efímeros y discutir su gestión responsable. Para ello postularemos un modelo de esos determinantes. No comentaremos otros tipos de reputación, como por ejemplo la de innovación o de rentabilidad financiera. Y una admisión: no soy experto en reputación empresarial pero sí tengo algún conocimiento sobre la gestión de la sostenibilidad empresarial. Insto al lector a leer este análisis crítico con mente crítica.

I.                Reputación como el valor más esperado de la sostenibilidad empresarial

Una encuesta de GlobeScan, una de las mayores encuestadoras del mundo sobre el tema de sostenibilidad, a más de 200 ejecutivos, mayormente en Norte América y Europa, sobre su percepción de los efectos que tiene la sostenibilidad empresarial sobre las actividades de la empresa,  Sustainable Value Creation: Closing the gap between stated commitments and operational realities, concluyó que el principal valor de la sostenibilidad empresarial, percibido por los dirigentes, es sobre la reputación y la imagen de la marca (sobre todo para las de consumo masivo). [ii] Y no es nada nuevo, estos resultados se repiten año tras año, es como una constante, en el espacio, en diferentes países, y en el tiempo, por lo que el relativamente pequeño tamaño de la muestra no es un aspecto crítico.  Nuestro propósito es solo ilustrativo.

En parte esto explica la percepción de los stakeholders de que las empresas emprenden actividades responsables más por su propio beneficio que el de la sociedad (argumento empresarial versus argumento moral) [iii]. Y aunque aquellos ejecutivos no califican el impacto financiero como uno de los principales beneficios, los stakeholders sí perciben que ello es un impulsor de esas actividades y que las empresas seleccionan aquellas con mayor impacto potencial. 




Estas dos percepciones son confirmadas por los requerimientos de los estándares de reporte sobre sostenibilidad empresarial. Los estándares internacionales del International Sustainability Standards Board, ISSB, se basan en los aspectos que pueden influir en la situación financiera de la empresa (materialidad financiera), y aunque la reputación no sea explícitamente considerada en los estándares, siendo un valor intangible, las empresas sí lo consideran, ya que es un valor financiero en el largo plazo. Esto se contrasta con los estándares de reporte de la Comisión Europea que se basan en los aspectos de doble materialidad, el impacto sobre la sociedad (materialidad de impacto) y el impacto financiero (materialidad financiera).  Unos ven a la empresa como agente de cambio de valor para sí misma y sus accionistas y la otra, además como agente cambio de valor para la sociedad.

II.             ¿Que causa la (percepción) reputación sobre sostenibilidad?

a.     Información para la percepción.

La reputación, que es una percepción, se forma en base a las informaciones que se reciben de los diferentes medios, algunos más confiables que otros, pero que todos afectan esa percepción en diferentes grados. Por una parte, están las informaciones que suministran las propias empresas a través de sus informes de sostenibilidad (no leídos por la sociedad en general), propaganda, medios sociales, etc. que generalmente son interesados, que muestran la mejor cara.  Por otra parte, están los medios informativos organizados como la prensa, que suelen ser más independientes, pero no necesariamente rigurosos, con sesgo hacia las “buenas noticias”, pocos veces con análisis críticos. Y los medios especializados en temas de sostenibilidad empresarial, suelen ser más rigurosos, pero son de menor alcance a la sociedad en general. Además, están las organizaciones de la sociedad civil que se dedican a monitorear el comportamiento empresarial, que en general suelen ser rigurosas y críticas, pero que tampoco tienen mucho alcance.

Podemos decir que mientras más rigurosa e independiente sea la información, menos alcance tiene, en tanto que las informaciones interesadas, o las genéricas de los medios sociales, son las menos confiables pero las de mayor alcance, por lo que las percepciones pueden ser sesgadas.  Y es de recodar que las encuestas sobre percepciones de reputación se suelen efectuar entre un público no experto, que se basa en información superficial, o supuestos implícitos (el llamado efecto aureola, ver más adelante).

b.     ¿Cómo se forman las percepciones?

El siguiente gráfico postula un modelo sobre como desarrollan las percepciones en los miembros de la sociedad, de una manera simple, pero que creemos efectiva para entender el efecto que la sostenibilidad empresarial tiene sobre la reputación de la empresa.

1.      Determinantes sostenibles.

El primer bloque (verde) se refiere a las actividades responsables de las empresas y su comunicación.  En principio estos determinantes son relativamente objetivos. En la medida que se comiencen a aplicar los estándares de reporte sobre la sostenibilidad empresarial mencionados arriba, esta información se ira haciendo más confiable, aunque no exenta de sesgos, en particular sobre los aspectos no favorables a la imagen de la empresa y sobre todo de omisiones (greenhushing [iv]).

Como parte de la implementación de estos estándares de reporte, esta información estará sujeta a control interno y aseguramiento y verificaciones independientes. [v]

2.     Determinantes efímeros.

El segundo bloque, rojo, agrupa los determinantes de la percepción que pueden ser objeto de “gestión” (léase manipulación) por parte de los interesados. El primer cuadro es el tradicional de diseminación de información que favorezca los intereses de la empresa, concentrado en la propaganda, destacando las virtudes del producto o servicio, a veces sin respaldo en la realidad. Esto ha ido avanzando con la tecnología que permite conocer los deseos y necesidades de los consumidores y clientes y diseñar el mensaje para actuar sobre las sensibilidades de cada uno.  Está pasando la época de la información genérica para todo público, ahora se puede producir la información a la medida para cada persona (el lector habrá notado que cuando hace una búsqueda en Google, o mira un video en YouTube, inmediatamente le llegan propagandas, mensajes o videos relacionados con la búsqueda).

Esto puede usarse para bien y para mal. Para bien con el objeto de mejorar la efectividad de los mensajes de la empresa, pero para mal, para manipular la percepción de la empresa y sus productos o servicios. Es el ya tradicional greenwashing, mensajes engañosos o difusos sobre esto, o cuando menos en el borde de la legitimidad, para aprovechar que el receptor de la información no está muy informado y es susceptible a esos mensajes. 

El segundo cuadro es el llamando efecto aureola:

En términos muy simples se puede decir que es la extrapolación de las percepciones sobre una empresa o sobre una persona, basado en el conocimiento de un hecho limitado, hacia otras partes o hechos no conocidos de la persona o empresa.  En términos de lo que nos ocupa, la responsabilidad de la empresa sería, por ejemplo, que si la empresa es conocida por tener una práctica responsable, el público le atribuye responsabilidad en otras áreas. [vi]

E inclusive se extiende a otras actividades de la empresa. Por ejemplo, una empresa que es conocida por la calidad de sus productos es admirada y esa admiración se puede extender, en la mente de las personas, a sus prácticas responsables, que no tienen nada que ver.  Esto es muy extendido en el caso de las empresas de productos o servicios de consumo masivo, donde el consumidor extrapola ese conocimiento, esa popularidad, a una percepción de responsabilidad.

Esto lo habíamos analizado en detalle con motivo de la publicación de un ranking de empresas responsables, basado en encuestas del público, donde demostrábamos que el resultado no estaba relacionado con la responsabilidad de las empresas sino con el conocimiento de sus marcas. Era imposible que el público en general conociera las decenas de prácticas de responsabilidad de centenares de empresas sobre las que opinaban. [vii]  Efecto aureola en estado puro.

3.     Gestión, controles y culturas contrastantes.

El bloque verde está bajo la responsabilidad de los encargados de la gestión de la sostenibilidad en la empresa y el rojo suele estar bajo los responsables de comercialización/ relaciones externas.  Una tiene el objetivo de asegurar la sostenibilidad y su diseminación responsable interna y externa, y el cumplimiento con las regulaciones pertinentes, sujeta a controles internos y externos.  La otra tiene el objetivo de asegurar que, sea como fuere, sea percibida externamente como positiva y produzca beneficios a la empresa, con muy pocos controles (aunque las recientes regulaciones de la Comisión Europea y de otros países sobre el greenwashing formalizará algunos controles externos para las grandes empresas). Ambos descansan en la comunicación, pero con objetivos diferentes. Son dos subculturas empresariales contrastantes.

III.           ¿Cómo se gestiona la reputación? ¿Cómo se debe gestionar?

El simple modelo discutido arriba permite establecer las estrategias para gestionar la reputación responsable. Por una parte, están los que hemos dado en llamar determinantes sostenibles, donde la reputación es el resultado de las prácticas responsables de la empresa.  Ello conduce a una mejora de la reputación responsable vía una mejora del impacto de las practicas sostenibles y su comunicación responsable, honesta y completa.

La otra parte que hemos dado en llamar determinantes efímeros, se refieren a la manipulación selectiva de la información, aprovechando la ignorancia y credulidad de los interesados y la extensión, inconsciente, del conocimiento de algunos aspectos positivos a otros desconocidos. [viii] El uso de estas estrategias para mejorar la percepción de la sostenibilidad empresarial es el colmo de la irresponsabilidad.

A medida que van evolucionado las regulaciones sobre el reporte de la sostenibilidad empresarial y contra el greenwashing, y el activismo de los stakeholders, y que algunas empresas surjan como modelos de la efectividad del uso del primer bloque, se tenderá a moverse del segundo bloque al primero.

IV.            En resumen.

La reputación empresarial es el resultado de la percepción que los stakeholders tienen de la empresa.  Esta reputación puede ser gestionada específicamente, actuando sobre la formación de esa percepción, con el énfasis en la información selectiva y personalizada. También puede ser lograda como resultado de la sostenibilidad empresarial y su comunicación responsable, con el énfasis en las actividades responsables.

En general las empresas usan ambos enfoques, pero la proporción en el uso de ambos bloques, el verde y el rojo, revelan las intenciones de las empresas. A mayor uso del bloque rojo mayor interés en el reputación comprada; a mayor uso de la verde mayor interés en la reputación ganada. La primera es inestable, efímera. La segunda es más sostenible, legítima.

¿Es la reputación empresarial un reflejo de la realidad o una distorsión gestionada?

Se puede engañar a algunas personas todo el tiempo, y a todas algunas veces, pero no se puede engañar a todas las personas todo el tiempo. Abraham Lincoln, 1809-1865.



[ii] Es de recalcar que las respuestas a la encuesta están determinadas por las opciones que se ofrecen, por lo que el encuestador sesga la encuesta al presumir lo que el encuestado considera como opción. Es más riguroso si se dejan las respuestas abiertas, pero ello dificulta la consolidación de las múltiples respuestas. Ofrecer muchas opciones captura las opiniones, pero tiene el riesgo de diluirlas. Esta encuesta busca un compromiso entre estas alternativas.

[iii] Recordemos que el argumento empresarial se refiere al impacto positivo sobre la competitividad, rentabilidad, reputación, y en general sobre la obtención de beneficios tangibles o intangibles en las empresas derivados de las actividades de sostenibilidad empresarial. La otra cara de la moneda es el argumento moral, que sostiene que las empresas también tienen la responsabilidad de no causar daños y de producir los beneficios que sean factibles para la sociedad, es cuestión de justicia, rinda o no beneficios para la empresa.

[viii] Comunicating Sustainability and its Impact on Reputation: A Practical Guide, Women Action Sustainability y Corporate Excellence, 2024.