¿Cómo podemos aprovechar el ingenio, la
creatividad, la capacidad de gestión y el acceso a los recursos financieros de
la empresa privada para mejorar la calidad de vida de la sociedad? [i]
En buena parte, muchas empresas contribuyen a través de su responsabilidad
social. Pero muchas veces su avaricia,
su estrecha mira y su cortoplacismo se interponen. Los gobiernos tienen la obligación de proveer
los servicios y beneficios sociales básicos, aprovechando los recursos
financieros de que disponen, de su visión global y de su imparcialidad hacia la
sociedad. Pero muchas veces se
interponen sus intereses políticos de corto plazo, la ineficiencia y veces
incompetencia de sus burocracias y la tentación a la corrupción, en colusión
con la empresa privada. Las
organizaciones de la sociedad civil tienen la capacidad de contribuir a través
de su imparcialidad, el conocimiento de la problemática in situ, su pasión y su
buena voluntad. Pero lamentablemente
suelen ser organizaciones con poca capacidad financiera, preocupadas por su
supervivencia, desarticuladas, cada una
por su cuenta.
Pareciera que entre estos tres sectores,
empresa (primer sector), gobiernos (segundo) y sociedad civil (tercero),
tuvieran la capacidad para contribuir a resolver muchos problemas sociales y
mejorar la calidad de vida. Se requiere aprovechar lo mejor de cada uno. La solución cada vez mas usada son las
alianzas entre estos tres sectores.
Lamentablemente suelen ser alianzas constituidas para problemas
puntuales que muchas veces generan conflicto de intereses y tensiones
organizativas y de allí su corta vida.
Se necesita algo más durable y amplio.
Ante esta situación han surgido todo tipo de variantes que tratan de
combinar objetivos sociales con objetivos financieros pero casi siempre
comenzando y priorizando lo social. Se han desarrollado, sobre todo en el mundo
académico, tipologías para agrupar estos esfuerzos, entre otros la Economía Social
(cooperativas, mutualidades, asociaciones, fundaciones), Economía Solidaria, (producción, distribución, consumo y
financiación basadas en la justicia, cooperación, la reciprocidad, y la ayuda
mutua), Empresariado Social (termino variopinto que puede designar empresas en
los dos grupos anteriores o el que proponemos aquí). Muchas de estas iniciativas son movimientos
dentro y en la periferia del tercer sector. Se agrupan en la denominación de Innovación
Social.
Pero lo que queremos comentar se origina en el
sector empresarial. Servir a la sociedad, como objetivo, no como algo accesorio, desde la
empresa.
En los últimos años se está empezando a
conformar lo que puede llegar a ser un cuarto
sector que trata de capturar lo mejor de los otros tres sectores, de forma
estable y permanente. Se trata de
empresas que se constituyen con el doble objetivo de lucro y atención a
problemas sociales aunque son empresas como las tradicionales. Pero esto va mucho más allá de empresas que,
como parte de sus actividades asumen una responsabilidad ante la sociedad a
través de sus prácticas responsables, pero cuyo objetivo primario es el lucro. También
va mas allá de las instituciones de la economía social o solidaria, como las
cooperativas o mutualidades, cuyo foco son sus miembros y que en algunos casos
pueden depender de apoyos o ayudas de
gobiernos, empresas y organizaciones del tercer sector.
En las empresas del cuarto
sector el foco es la sociedad, con el convencimiento de que para poder llevar a
cabo sus actividades deben ser financieramente autosuficientes y sostenibles en
el largo, sin depender de ayudas o subsidios. Deber ser gestionadas con una cultura
empresarial e incentivos que respalde los objetivos de Eficiencia, Efectividad
y Solidaridad. Deben ser empresas.
Aunque el concepto parece sencillo, no es de fácil
implementación. Tienen grandes retos que
vencer en términos de la obtención de financiamiento, ya que si bien tienen
como objetivo la autosuficiencia financiera, el objetivo social puede
dificultarlo. Existe además la problemática
legal, ya que en algunos países la figura legal no esta específicamente
prevista, como si lo está la de cooperativas, mutualidades, asociaciones y
fundaciones. Por ejemplo, en 7 estados
de Estados Unidos recientemente se ha
creado la figura legal de lo que allí se denomina “empresa de beneficios” (Benefit Corporation, B-corporation),
beneficios no en sentido de lucro sino de beneficios financieros con beneficios
a la sociedad. Aun cuando esa
legislación y en muchos otros países permite que las empresas tengan estos
objetivos múltiples en sus estatutos, hay mucha jurisprudencia que exige que se
de prioridad a los intereses de los accionistas, cuando pueda haber presunción
de conflicto de intereses. La nueva
figura legal pretende evitar la incertidumbre y proteger a sus dirigentes para
perseguir múltiples objetivos, sin la amenaza de demanda por no poner los
intereses de los accionistas sobre los de la sociedad[ii]. Y pretende estimular la creación o conversión de estas
empresas.
Quizás la mejor manera de establecer las
características de los cuatro sectores y diferenciarlos es en la tipificación
de los beneficios, como se puede ver en el siguiente gráfico.
La figura legal es obviamente más sencilla y
factible en el caso de no tener que recurrir a los mercados de capitales, como
lo sería el caso de empresas familiares o de pocos dueños. Pero aun estas necesitan requerir a los
mercados de financiamiento y su dependencia de capital propio puede limitar su
crecimiento y expansión.
No es que sea imposible crecer. Por ejemplo hay grandes cooperativas. Uno de los ejemplos más paradigmático es de
Mondragón en el País Vasco, en España, que es una empresa multinacional con mas de 83.000
empleados. Pero la empresa tiene
objetivos sociales solo para sus miembros y el otro 15% de empleados que no lo
son. Tiene además altos niveles de responsabilidad con la sociedad. Pero sus objetivos no son el bien de la
sociedad.
Este ejemplo demuestra que la línea divisoria
entre las múltiples modalidades mencionadas es muy fina y hay mucha superposición
entre los sectores. Y no se trata de “inventar” un nuevo sector, se trata de tipificarlo
para aprovechar al máximo las capacidades de los otros tres sectores y
minimizar sus defectos. Hay muchas
empresas, instituciones, fundaciones, cooperativas, etc. que ya lo hacen de
forma parcial. Lo que se quiere mostrar
es que la tendencia hacia el ideal sería de “beneficio”. Esta tendencia va a estar determinada por el
ecosistema de apoyo que se desarrolle, legal, financiero e institucional.
Las empresas del
cuarto sector no son una panacea, pero constituyen un paso al frente en el aprovechamiento
de las mejores características de los otros tres sectores y la minimización de
sus defectos, para beneficio de la sociedad.
[ii] Las empresas
legalmente constituidas como Benefit
Corporations no deben confundirse con empresas constituidas de acuerdo a la
legislación tradicional que han sido CERTIFICADAS como B-corporations por una
institución privada llamada B-labs. Es una certificación de que la empresa cumple
objetivos sociales además de los económicos.
Es un tipo e certificación de RSE.
Esta institución también promueve el conocimiento y la adopción de
legislación específica en diferentes estados de Estados Unidos y recientemente
en otros países.