domingo, 30 de junio de 2019

Los cinco artículos del blog de Cumpetere más visitados durante el primer semestre 2019




Durante la primera mitad del 2019 publiqué 18 artículos originales en mi blog (3 cada mes).  De estos selecciono los cinco más visitados (no puedo saber si son “leídos”) hasta mitad del 2018 por si el lector se perdió alguno, en orden de publicación (para los más recientes, extrapolo basado en el interés inicial), y añado el anuncio de nuevo libro.

27 de enero

9 de febrero

2 de marzo

17 de marzo

2 de junio

Y uno que, aunque no es artículo, despertó mucho interés:  la presentación de mi nuevo libro.

16 de junio


Gracias a todos los lectores por su interés.  Espero seguir investigando y escribiendo.

martes, 25 de junio de 2019

La responsabilidad en el discurso del CEO de Apple en la graduación en Stanford



El 16 de junio del 2019 el CEO de Apple, Tim Cook, pronunció el discurso de graduación  en la Universidad de Stanford (ver el video del discurso), con un hilo conductor basado en los valores, la responsabilidad personal, y por extensión, a las tecnologías y empresas que puedan crear o gestionar.  El énfasis estuvo en la privacidad y la mercantilización abusiva de la información personal.


Tim Cook es un líder ampliamente reconocido por su activismo en temas sociales y ambientales, en particular en la protección de los derechos humanos y en especial en la no discriminación. Ha sido una persona muy celosa de su privacidad, posiblemente derivada de su homosexualidad, que reconoció públicamente en el 2014, a los 54 años, diciendo “El ser gay es el mejor regalo que Dios me ha hecho").  

Al haber enfrentado ambientes potencialmente hostiles ha desarrollado la sensibilidad y la conciencia del valor del ser humano como persona y en buena parte ese fue su mensaje en el discurso. Si bien el discurso pretende ser dirigido a todas las personas (más de 5.000 graduandos, el sesgo es hacia la innovación y las tecnologías de información por la cual Stanford es reconocida[i]). Reproducimos algunas de las citas más relacionadas con la responsabilidad personal y empresarial y sus valores:


“Pero últimamente, parece que esta industria (información) se está siendo mejor conocida por intenciones menos nobles: la creencia que de uno puede pedir el crédito sin asumir la responsabilidad…… Y hay pocas áreas donde esto es más importante que en la privacidad”.

“Si aceptamos como normal e inevitable que todo en nuestras vidas puede ser agregado, vendido, o hasta diseminado en el caso de un hackeo, perdemos mucho más que los datos. …… Perdemos la libertad de ser humanos.” [ii]

Piensen en lo que está en juego.  Todo lo que escriben, todo lo que dicen, todo asunto de su interés, toda divagación, toda compra impulsiva, todo momento de frustración o debilidad, cualquier queja, todo secreto compartido en confidencia.”

En un mundo sin privacidad digital, aun si Ud. no ha hecho nada malo, salvo pensar diferente a los demás, Ud. comienza a censurarse a sí mismo.  Al principio no completamente. Solo un poco, poco a poco.  Para arriesgar menos, para tener menores expectativas, para imaginar menos, para atreverse menos, para crear menos, para intentarlo menos, para pensar menos.  El escalofriante efecto la vigilancia digital es profundo y lo toca todo.”

“Con que mundo tan pequeño y poco imaginativo terminaremos.”

“Si quieres que te den crédito, primero aprende a aceptar responsabilidad.”

“…conoce tus ambiciones. No estarías aquí si no lo fueras.  Apareja esa ambición con la humildad….con humildad de propósito.

“Son mucoso los que piensan que las buenas intenciones excusan los resultados nocivos.”


Algunos comentarios

El lector muy posiblemente pensará que todo esto es una crítica dirigida a otras empresas como Facebook, Google y otros procesadores de información.  Que en buena parte se la merecen, pero Apple no está exenta de culpa en lo que critica Tim Cook.

De esas admoniciones y de su activismo social y ambiental se deduce que Tim Cook puede representar un modelo del CEO responsable.  No obstante, no todo se traduce a la empresa que dirige.  Son ampliamente conocidas algunas de las irresponsabilidades de sus productos, como por ejemplo, las prácticas laborales abusivas, la recopilación de información través de sus aparatos, que critica en este discurso, el monopolio que tiene sobre las apps de sus aparatos que le permite controlarlas en función de sus intereses.  Adicionalmente, ha creado un producto adictivo (aunque no es solo Apple, si bien fue el pionero), que tiene efectos perniciosos sobre las relaciones humanas.  De hecho, están experimentando con software para reducir esa adicción.


Sea como sea, por lo menos reconoce los problemas que las tecnologías de la información han creado y el potencial que esas innovaciones tienen para desestimular la innovación misma.  Sin duda estamos en una encrucijada muy definitoria para el futuro de la información.  Tiene grandes beneficios, pero también grandes costes. No será fácil gestionar el balance ya que también en esto, lo beneficios suelen ser tangibles y en el corto plazo y los costos menos tangibles, inciertos y en el largo plazo.

De allí la necesidad de la regulación de estas tecnologías de información como lo está haciendo Europa y muy tímidamente EE. UU.  La regulación misma también debe buscar un balance entre sus costos y sus beneficios.


[i] Por ejemplo, los fundadores de Google, Tesla, Yahoo, PayPal y Netflix, entre muchos otros, son graduados de Stanford.

[ii] Sobre el tema del uso irresponsable de nuestra información ver el artículo La responsabilidad social de Facebook



domingo, 23 de junio de 2019

Y un (potencial) buen ejemplo de contribución a los ODS


En artículos anteriores hemos criticado las acciones de las empresas en cuanto a sus contribuciones al logro de los ODS, en particular en su utilización como instrumentos de propaganda. Alegábamos  que en muchos caso la contribución es más retórica que real, con la tendencia de las empresas a imputar sus actividades tradicionales como si fueran específicamente encaradas para su logro.  Esto contribuye a la banalización de los ODS (ver ¿Contribuyen las empresas a los ODS o los ODS a la delusión por las empresas? y ¿Legitimidad o greenwashing en la contribución de las empresas a los ODS?: Criterios para discernir).  En el segundo artículo sugeríamos una serie de criterios para determinar la legitimidad de las contribuciones:


  • Materiales. Las contribuciones deben ser materiales, es decir deben significativas, no pueden ser trivialidades o nimiedades que simplemente tienen algo que ver con alguna de las 169 metas.  
  • Incrementales.  Las contribuciones deben ser en adición a lo que se venía haciendo tradicionalmente.  No se trata de imputar lo que se ha venido haciendo.
  • Contextuales. Las contribuciones deben ser relacionadas con la actividad de la empresa, con el contexto en que opera,
  • ImpactantesLa contribución debe tener impacto, medible o no.
  • Sostenibles.  Y por último la contribución debe ser sostenible en el tiempo.  No se trata de hacer una contribución ocasional.


Pero es de justica reconocer cuando hay casos que en efecto vencen estas tentaciones y hacen contribuciones legítimas.  Este el caso de Danone North America y su programa de agricultura regenerativa.  Recordemos que esta empresa es una escisión de los activos de Danone (empresa francesa) en EE.UU. y su fusión con Wave (empresa de EE.UU.) con el objeto de poder ser una empresa por beneficios, que no es lo mismo que empresa certificada como B, aunque Danone North America es ambas cosas (ver Se crea DanoneWave como empresa con fines de beneficios: Buena noticia para la RSE…….. por ahora). Una empresa por beneficios es casi automáticamente una B-corp, pero para que una B-corp sea una empresa por beneficios requiere estatutos específicos para ello (ver ¿Se puede ser responsable por estatutos?: Empresas con fines de beneficios y Empresas B).  Danone North America es la mayor empresa por beneficios y B-corp del mundo.

La empresa respalda su estrategia de responsabilidad ante la sociedad con acciones concretas, con compromisos plasmados legalmente en sus estatutos.  Y un buen ejemplo de la implementación de su estrategia es el programa de agricultura regenerativa que ha encarado.  Agricultura regenerativa


“…… es un sistema de principios y prácticas de cultivo que aumentan la biodiversidad, enriquece los suelos, mejora las cuencas y realzar los servicios del ecosistema.  Pretende capturar dióxido de carbono en el suelo y en la biomasa (plantas) revirtiendo las tendencias globales actuales de acumulación atmosférica y el cambio climático. Al mismo tiempo, ofrece mejoras en los rendimientos, resiliencia a la inestabilidad climática y mayor fortaleza y vitalidad a las comunidades agrícolas.

Esto en contraposición con la agricultura tradicional, que en muchos casos contribuye al aumento de las emisiones de dióxido de carbono (deforestación y el cambio en el uso de la tierra han contribuido el 15% de las emisiones y la ganadería contribuye otro 5%), reducción de los nutrientes, uso de fertilizantes, contribución a la desertificación entre otros (el lector interesado puede la comparación entre ambos esquemas en A Closer Look: Regenerative Agriculture Practices y The fight to define regenerative agriculture).

El programa de Danone North America se basa en el apoyo a sus suplidores

“…..para encontrar maneras de regenerar los suelos al mejorar la materia orgánica y su fertilidad……… ello ofrece una serie de beneficios a los productores y al medio ambiente, incluyendo mayor secuestro de dióxido de carbono, retención de la humedad, biodiversidad y resiliencia económica. Y lo que es más, reduce la necesidad de fertilizantes….. para ello evaluaremos los suelos de las tierras de los productores que producen alimentos para las vacas y en las granjas donde compramos la leche”.


Ello tiene el potencial de contribuir a los ODS #12, Producción y consumo responsables, el #13, Acción por el clima y el #15 Vida en ecosistemas terrestres, en metas como:

12.2 De aquí a 2030, lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales
12.4 De aquí a 2030, lograr la gestión ecológicamente racional de los productos químicos …….y reducir significativamente su liberación a la atmósfera, el agua y el suelo a fin de minimizar sus efectos adversos en la salud humana y el medio ambiente.
13.1 Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países
15.1 Para 2030, velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres…
15.3 Para 2030, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo.

Por ahora, Danone North America no hace alarde de esa contribución a los ODS, al contrario de otras empresas, que, sin tener una contribución incremental, alardean de que sus actividades tradicionales contribuyen al logro de los ODS.  Aunque hay que esperar los resultados del programa, que está en sus comienzos.





¿Cumple este programa con los criterios de legitimidad para los ODS?


  • Materiales. Dependerá de la magnitud del programa, por ahora parece ser un programa piloto.
  • Incrementales.  Es un programa adicional a lo que se venía haciendo tradicionalmente. 
  • Contextuales. Forman parte integral de sus actividades y sus impactos.
  • Impactantes. Por el volumen de compras de Danone, puede tener un impacto tangible. 
  • Sostenibles.  Está por verse si es un programa ocasional, aunque siendo parte tan integral de su razón de ser es posible que lo sea.


¿Quiere esto decir que para hacer contribuciones legítimas a los ODS hay que hacer cosas nuevas continuamente? Pues sí, sería deseable, pero es muy difícil, pero lo que no se puede o debe hacer es imputar actividades que se venían haciendo, aun desde antes de la promulgación de los ODS.

domingo, 9 de junio de 2019

El Pacto Mundial se hace trampas al solitario: Falacia e ilusión


Los hombres creen fácilmente lo que desean. Julio César, 100-44 AC


I.                Introducción

En el artículo anterior, ¿Hay progreso (real) en la implementación de los ODS? analizábamos el progreso en el logro de los ODS a través del análisis de una reciente encuesta entre expertos en sostenibilidad y reportes preparados por la ONU y otras instituciones.  Tanto la percepción revelada en la encuesta como los datos sobre algunos indicadores coincidían en que la implementación, en general, se encuentra muy retrasada, con progreso relativo solo en algunos países más desarrollados. Esto en gran parte alimentado por la falta de información confiable sobre los indicadores que supuestamente deben medir el progreso. Del análisis también surgió la imposibilidad de lograr los ODS tanto por la vaga definición de los objetivos y sus metas como por el esquema institucional y de asignación de responsabilidades en que se desenvuelven, que no es conducente a la acción y sí estimula la retórica.

Esta situación de atraso contrasta con la gran difusión, la ubiquidad de las discusiones sobre los ODS, el interés mostrado por todo tipo de instituciones, sobre todo las periféricas a la acción que se benefician de ese interés (ONG, empresas de consultoría, instituciones académicas, el Pacto Mundial, etc.).  Si se atiende a la retórica parece que hay gran progreso, pero si se atiende a la realidad sobre el terreno, se constata el gran atraso.  Hay mucho progreso entre los que hablan y muy poco entre los que hacen.   Y aun el sector privado, que según sus reportes aparece contribuyendo, es más imputación de actividades pasadas que actividades nuevas, incrementales, originadas y dirigidas a los ODS, es más apariencia que impacto (ver ¿Contribuyen las empresas a los ODS o los ODS a la delusión por las empresas?).
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II.             Trampas al solitario

Uno de los principales promotores de los ODS es el Pacto Mundial de la ONU, que ha adoptado la Agenda 2030 (los ODS) como parte de su mandato, además de promover sus 10 Principios.  En uno de sus boletines (ver el boletín mensual del Pacto Mundial) dice:


“….. se reconoce que no se están logrando las transformaciones necesarias ….. se necesitan entre US$5 y US$7 billones (o trillones en inglés) anuales, lo que comparado con las inversiones actuales arroja una brecha de US$2,5 a US$3 billones anuales. Esta brecha se cerraría si se destinara un 3% del PIB mundial o 1% de las inversiones en títulos valores al logro de los ODS…….”.

Estas aseveraciones contienen una falacia y una ilusión, como comentamos a continuación. 

Es de notar que un estudio del Fondo Monetario Internacional es más específico, más claro, y más realista. Dice:

“….para alcanzar los ODS clave se requieren inversiones anuales adicionales del 4% del PIB en los países desarrollados y del 15% para el país en desarollo promedio….” (énfasis añadido).

Enfatizamos que se trata de recursos adicionales, no de la reasignación de recursos ya existentes como comentamos que más adelante, que suele ser parte de la retórica.  ¿Y de donde salen?  Como es natural, una de las sugerencias del FMI es el aumento de los impuestos, sobre todo en países en desarrollo que suelen tener niveles de gravamen relativamente bajos. ¿Pero es el aumento de los impuestos neutro, o tendrá impacto en las inversiones privadas y en el crecimiento económico, que precisamente lo que se requiere para el logro de los ODS en esos países?   

1.      Una falacia

La falacia:  Vista la discusión del artículo anterior no se puede determinar el logro de los ODS (los ODS y muchas de las metas no tienen un lenguaje que sea tangible y sus indicadores no contienen hitos a logar [1] ), y es punto menos que imposible logarlo, aun con metas tangibles e hitos, en un esquema institucional donde las actividades necesarias para su logro son completamente voluntarias para todas las partes, la obligación de contribuir es moral, no hay fuentes de financiamiento especiales, no hay sistemas formales de coordinación para mejorar la efectividad de los recursos, no hay esquemas de priorización, sí hay esquemas de reportes voluntarios por parte de los países pero con el que muy pocos han reportado, no hay un sistema de agregación de resultados y por último, no hay penalizaciones para nadie por no cumplirlos.

2.     Una ilusión

La ilusión: Según la cita arriba del Pacto Mundial parece que es cuestión de la asignación de recursos financieros. Pero esto es una ilusión basada en generalizaciones.

·       Destinar el 3% del PIB mundial. Al poner un numero pequeño (es solo el 3%) parece factible.  ¿Quién lo pone? ¿Cuándo? ¿En qué metas?  Hace casi 50 años de estableció la meta de que los países desarrollados destinen el 0.7% del PIB al desarrollo económico de los países en vías de desarrollo y no se ha logrado (Suecia 1,4%, Reino Unido, 0,7%, España, 0,2% y EE. UU. 0.17%). Y estos recursos incluyen imputaciones de todo tipo de “ayuda” que debe ser utilizada para adquirir bienes y servicios del país donante.
·       Canalizar el 1% de las inversiones en títulos valores.  Otro número pequeño, pero estos recursos están en manos privadas, incluyen nuestros ahorros. ¿Porque habrían de canalizarse al logro de los ODS?  Presumiblemente por razones morales porque es imposible justificarlos por razones económicas.  Es de suponer que la insinuación se basa en atraer recursos que actualmente se invierten en empresas y proyectos socialmente responsables, ISR.  Pero aun esta propuesta contiene una serie de supuestos que no se dan en la práctica

o   Existe la tentación de imputar los montos correspondientes a las inversiones socialmente responsables como contribuciones a la sostenibilidad, pero ello es una gran exageración.  La inmensa mayoría de lo que califica como ISR es resultado de exclusión, o sea, de no invertir en algunas actividades (armamentos, apuestas, tabaco, alcohol, a veces petróleo).[2]  Es muy pequeña la parte que se invierte en selección positiva, o sea, en actividades que explícitamente son sostenibles.  Y aun así, aun menos de estos fondos son incrementales, son contribuciones explicitas para el logro de los ODS.  
o   Hay un gran debate en la práctica sobre si estas inversiones rinden más o menos que las inversiones tradicionales.  Pero en este caso no hay que entrar en análisis.  ¿Qué rendimiento le darían a los inversionistas las inversiones en los ODS?  Salvo algunas excepciones los ODS no producen beneficios financieros.  Se trataría entonces de hacer donaciones, del sector privado al sector público.  Poco probable.
o   Pero es posible que el mismo sector privado invierta en actividades que contribuyan al logro de los ODS, por ejemplo, en energía renovable, pero son pocas las metas que son susceptibles de estas inversiones.
o   La empresa privada a través de sus estrategias de responsabilidad ante la sociedad puede y debe contribuir a los ODS y puede canalizar parte de sus recursos a ello.  Pero aun estos recursos solo pueden canalizarse a algunas de las metas, relacionadas con sus actividades o bien en sus actividades en filantropía.  Pero estas contribuciones, si bien válidas y deseables, tendrán impacto limitado.
o   Como comentamos antes, muchas de las contribuciones que reportan las empresas a los ODS son imputaciones de sus actividades tradicionales, no son parte de las inversiones incrementales que permitirán cerrar la “brecha de financiamiento” mencionada. 
o   Pero ¿no puede el sistema financiero canalizar recursos a actividades relacionadas con los ODS?  Uno de los instrumentos favoritos mencionados por los promotores son los bonos verdes, sociales y sostenibles, que son emisiones de deuda cuyos recursos se destinan al financiamiento de proyectos en esas áreas. Estos proyectos pueden contribuir al logro de los ODS y son recursos incrementales.  Pero en esto hay que hacer dos consideraciones.  Primero, las inversiones se limitan a rubros que tienen una rentabilidad económica para poder cubrir la amortización de esas deudas. Y segundo, con las reglas actuales, el hecho de que se califiquen como tal no implica que los proyectos ejecutados han cumplido sus objetivos de promover la sostenibilidad. [3] Por ejemplo, el banco HSBC anunció la emisión de US1.000 millones en bonos sostenibles para financiar proyectos.  Esta suma será imputada a como una contribución a los ODS, pero desde el anuncio de una emisión hasta lograr impacto sobre los ODS hay un gran trecho y es muy posible que los montos de los proyectos que logren impacto sean por un numero mucho menor (ver la nota al pie 2). Adicionalmente, muchas de las actividades que financiará ya las financiaba con sus recursos tradicionales, pero ahora las etiquetan como “sostenibles”. De nuevo, en metas muy selectivas y no todo es adicional, nuevo.


No reconocer la falacia y la irrealidad de la ilusión es hacerse trampas al solitario. Adicionalidad, adicionalidad, adicionalidad.

Sería preferible concentrar los esfuerzos, sobre todo los de la ONU, en presionar a los gobiernos para que recauden y asignen los recursos presupuestarios a aquellas metas que sean más críticas para su desarrollo y establezcan políticas conducentes para la contribución del sector privado.[4]  Son los gobiernos los que tiene primera responsabilidad, aunque tampoco pueden hacer de todo.

¿Pesimismo?  Sí, ojalá me equivoque.





domingo, 2 de junio de 2019

¿Hay progreso (real) en la implementación de los ODS?




I.                Introducción


En principio, el progreso en el logro de los ODS debería medirse a través de los cambios en los 232 indicadores que se han desarrollado.  Sin embargo, el reporte sobre estos indicadores es muy deficiente, de allí que algunos recurran a encuestas para suplir estas deficiencias.  Sin embargo, estas tienen severas limitaciones.  En este artículo comentamos una de estas encuestas, la situación de los reportes de progreso y si en efecto los ODS son “logrables”, más allá de la información que se logre recopilar.


II.             Percepciones:  Encuestas

1.      La encuesta y sus sesgos

¿Se puede determinar el progreso en la implementación de los ODS a través de encuestas? A finales de marzo del 2019 se presentaron los resultados de una encuesta sobre el progreso en la implementación de los ODS en el informe Evaluating Progress on the SDGs (ver las transparencias con el resumen) que son muy ilustrativos de los problemas que enfrentan los ODS….¡en la práctica! 

La encuesta fue realizada por GlobeScan, empresa de análisis de opinión.  Se realizó sobre 450 “expertos cualificados” en 74 países.  La mayor parte de los encuestados están localizados en países desarrollados (64% en Europa y EE.UU. y Canadá) y calificados como conocedores (70% con más de 10 años de involucramiento), seleccionados en base a su relación con la empresa de encuestas y SustainAbility, empresa de consultoría, o sea, personas relacionadas con sostenibilidad. En principio, parece ser una población razonable que encuestar, pero no han sido seleccionados específicamente por ser expertos en la implementación de los ODS.

Antes de analizar los resultados conviene responder a una pregunta que consideramos crítica para su interpretación: ¿Es posible determinar la implementación de los ODS a través de una encuesta?  La encuesta, sobre 17 objetivos y 169 metas en 200 países, a lo sumo puede reflejar la percepción general que los encuestados tienen, que debe estar muy influenciada por la difusión que los mismos tienen en los medios. 

Pero a falta de información fidedigna sobre el progreso en la práctica, las encuestas pueden dar una idea, siempre y cuando los encuestados estén en contacto con la implementación de los ODS y funjan de “indicadores”.  Pero estas percepciones, en general están muy sesgadas, ya que los encuestados forman un grupo muy variopinto y es imposible que los encuestados conozcan la situación actual de los 232 indicadores en unos 200 países. Lo que se puede esperar es que algunos de los encuestados conozcan algo en detalle sobre alguno de los ODS, en algún o algunos países, pero de allí a generalizar sobre el “progreso en los ODS” hay un gran trecho. 
Quizás el ODS donde la encuesta sea más confiable es en el de Cambio Climático ya que está continuamente en discusión y se disemina mucha información en los medios, aunque también a nivel agregado, no a nivel de las acciones en los diferentes países.  Pero, ¿pueden estos expertos, la gran mayoría de países desarrollados, juzgar el progreso en temas de pobreza en países en vías de desarrollo? Algunos expertos son conocedores, pero no serán todos.  ¿Cuántos de los encuestados son expertos en el ODS de Vida bajo el agua? Es de esperar que los conozcan sobre el ODS de la pobreza, no conozcan sobre este otro ODS y que los “expertos” en cambio climático no conozcan mucho sobre los otros 16 ODS. 

Los resultados de la encuesta reflejan una mezcla de conocimientos detallados sobre algún ODS, en un país o países, por parte de algunos encuestados, con un conocimiento superficial de otros ODS en otros países por parte de otros encuestados.  Con estas temas tan complejos y amplios se mezclan percepciones de varios expertos reales en un tema con las de centenares de aficionados a ese tema.

Y muy posiblemente estas precepciones sobre el progreso están muy influenciadas por el “ruido” sobre algunos de los indicadores reflejados en conferencias, informes, libros, artículos, noticias de prensa, etc., más que por el conocimiento del progreso en la implementación práctica.  La percepción de progreso o su falta estará influenciada por la cobertura que recibe el tema. Imagínese el lector (que muy bien podría ser uno de los encuestados) respondiendo a la encuesta.


2.     Resultados de la encuesta

Pero es lo que hay.  Veamos algunos de los resultados más destacables.  Invitamos al lector interesado en mas detalles ver el informe Evaluating Progress on the SDGs, y las transparencias con el resumen.

En el siguiente gráfico se pueden apreciar las opiniones sobre las instituciones que más contribuyen al logro de los ODS.  Recordemos la magnitud de la tarea y la capacidad de cada una de las instituciones mencionadas, especialmente la financiera.

·       Las ONG, que pueden hacer una contribución a diseminar, a apoyar, a hacer alianzas, pero pueden hacer una baja contribución efectiva.
·       Los emprendedores sociales, que pueden tener gran impacto en temas muy puntuales, localizados, pero difícilmente tendrán la escala necesaria para los ODS.
·       Las Naciones Unidas, que pueden estimular, informar, presionar, hacer ruido, pero que no ejecutan proyectos o actividades en el terreno (sus instituciones lo hacen a nombre de terceros).
·       Movimientos sociales de cambio, impacto en concientización pero tampoco pueden tener impacto real.

¿Y quienes sí pueden y deben tener impacto no lo hacen?

·       Gobiernos nacionales y locales, el sector privado, los organismos financieros y los inversionistas.


La responsabilidad primaria para el logro de los ODS recae en los gobiernos nacionales y locales y en las instituciones de las que son miembro, como los organismos financieros multilaterales.  El sector privado, incluyendo el sector financiero, también tiene capacidad de hacerlo, voluntariamente.  Parece como si los gobiernos pensaron que bastaba con el respaldo a los principios, es como cuando creemos que al comprar un libro ya lo hemos leído.  Hay que tomar acción en el terreno. El sector privado, en particular las grandes multinacionales, están haciendo esfuerzos, aunque también hay mucha retórica y poca acción (ver ¿Contribuyen las empresas a los ODS o los ODS a la delusión por las empresas?).




En la parte superior están los que “hablan” y en la inferior los que deberían “hacer”.  O sea que se percibe que contribuyen los que tiene poco impacto en el terreno y los que deberían tenerlo y hacerlo no contribuyen:  Malas expectativas para los ODS.

En el siguiente gráfico se presentan los resultados de las percepciones en cuanto a la atención que reciben los ODS.  El cambio climático eclipsa todos los demás ODS, es el que recibe mayor atención, es el que tiene mejores promotores, pero ello no quiere decir que esa atención se traduzca en avance, como veremos mas adelante.  Y un ejemplo del impacto de los medios en las percepciones: el que recibe más atención es el que es percibido como de menor progreso.

Y los ODS referidos a pobreza y hambre, no reciben atención, según los encuestados.  Tampoco la recibe la Vida bajo el agua, la desigualdad, y el agua potable y saneamiento.  La opinión del suscrito es de que esta tabla lo que refleja es la falta de conocimiento de los encuestados, todos oyen hablar de cambio climático y producción y consumo responsable (actividades de las empresas privadas y de la vida cotidiana) pero muy poco de los otros cinco temas mencionados.

  

La siguiente tabla supuestamente refleja la percepción sobre el progreso en el logro de los ODS, que es fundamentalmente similar a la de arriba, y lo que refleja, de nuevo, es al grado de desconocimiento.  Solamente el tema de Cambio climático cambia significativamente de posición y ello es precisamente porque es uno de los pocos temas sobre el que sí se tiene información y no es buena.

Nótese que donde se percibe más progreso es en “Partnerships for the Goals, que agrupa todo tipo de actividades como acuerdos de la ONU con otras instituciones, de las ONGs con las empresas, de las empresas entre sí, etc.  Es lo más fácil de hacer y a veces lo más vistoso.  Todo es una alianza, pero ¿producen las alianzas resultados sobre el terreno?  Ayudan a coordinar y lograr sinergias, que no es poco, pero no suelen ser las fuentes de impacto real, de cambio en las condiciones de vida.




III.           Informes: Y, aparte de las percepciones, ¿hay progreso real?


Los países deberían reportar el progreso logrado a través de su informe de progreso anual (Exámenes Nacionales Voluntarios, ENV), reportando sobre los 17 ODS y las 169 metas a través de 232 indicadores,[1] de acuerdo con el Manual para la preparación de los ENV, Edición 2019.  Lamentablemente estos informes solo han sido producidos por algunos países y de forma incompleta.  El sistema de información necesario para hacerlo está todavía muy subdesarrollado en la gran mayoría de los países (ver el SDG Index, comentado más adelante). 

La ONU publicó el informe The Sustainable Development Goals Report 2018, donde supuestamente reporta el progreso en los ODS. Sin embargo, resulta ser una colección de informaciones casuísticas, a nivel agregado, calificadas en cada uno de los ODS, tomado de diversas publicaciones de empresas de consultoría, agencias internacionales entre otras, pero no de los informes de los países, no por país y no por indicador de progreso de forma sistemática.  Los períodos que cubren no son uniformes, dependen de la disponibilidad de información.


Como un ejemplo de esta deficiencia consideremos la meta 12.6 del ODS 12, Consumo y producción responsable,  propuesta por el GRI para la promoción del uso de sus estándares: 

Meta 12.6: Alentar a las empresas, en especial las grandes empresas y las empresas transnacionales, a que adopten prácticas sostenibles e incorporen información sobre la sostenibilidad en su ciclo de presentación de informes.

Indicador: 12.6.1 Número de empresas que publican informes sobre sostenibilidad.


En algo tan elemental como este indicador el informe de la ONU reporta “….según KPMG, el 93% de las 250 empresas más grandes del mundo producen informes de sostenibilidad y el 75% de las 100 empresas más grandes en 49 países”. Esto es lo que sabe de la meta. 

Y este es buen ejemplo de las incoherencias de los ODS.  Para este indicador en particular se ha dado la responsabilidad a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, UNTADC, con sede en Ginebra, la cual ha creado una comisión de estudio para definir lo que representa el indicador y luego emitir instrucciones a los puntos nacionales de contacto en cada país, situados en las oficinales nacionales de estadísticas para que recopilen la información.  Un proceso sumamente burocrático para uno de los más sencillos e irrelevantes indicadores, cuya correlación con el logro de los ODS es tenue, ya que no representa acción y mucho menos impacto, es información sobre un numero de informes con información preparada por las empresas para sus propios fines.

Esta discusión sobre los indicadores es un caso ilustrativo de los problemas en la determinación de los logros.  Para hacerlo caben las siguientes preguntas: ¿Cómo se logra la meta, cuando se puede decir que se ha logrado?  Y es un caso paradigmático:  tiene un indicador (número de empresas), pero no tiene un hito (cuántas deben hacerlo, cuándo, y lo más importante, y si lo publican miles ¿qué pasa? ¿quiere esto decir que ha mejorado la calidad de vida de la población? Esto es característico de muchos otras metas, vaguedad del lenguaje, falta de base de comienzo y falta de hito de logro (ver mi artículo citado en la nota al pie).


Uno de los reportes más completos y confiable es el SDG Index and Dashboards Report 2018: Global Responsibilities, Implementing the Goals, el más reciente siendo de julio 2018, que si bien no es producido por la ONU, sus autores fueron los líderes de la preparación de los ODS.  En este informe se presenta el progreso en algunos de los indicadores oficiales y en otros para los cuales hay información.  Desarrolla un índice de cumplimiento de cada uno de los ODS, basado en criterios propios y un tablero de control de unos 110 indicadores que han seleccionado como representativos de cada ODS.  La metodología es relativamente compleja y ad hoc para adaptarse a la información disponible y su definición en cada caso de lo quiere decir “logro”.  No es un reporte de los 232 indicadores (el informe cubre 476 páginas, analizándose 192 países con un resumen de 2 páginas para los 155 cubiertos (para 37 países no hay el mínimo de información necesaria).  El informe analiza con más detalle los países de la OCDE y el G20, que suelen tener más información.

Para el caso más estudiado como lo es el Cambio Climático, donde el Acuerdo de París respalda el ODS respectivo a través de todo un esquema de actividades y reporte, tampoco hay progreso.  El SDG Index citado arriba reporta el siguiente progreso en las contribuciones previstas a nivel  nacional para contribuir a la reducción de las emisiones:



Y nótese que lo insuficiente son las contribuciones previstas, estimadas por cada país, que no son contribuciones comprometidas, verificadas independientemente. Y lo que tampoco se ve es que muchas de estas intenciones de los países en desarrollo están condicionadas a la obtención de donaciones financieras de países mas desarrollados. No hace falta mucha imaginación para ver cuan insuficientes serán las verdaderas (para mayores detalles ver Acuerdo de París: sencillamente analizado y explicado).

 En cuanto al logro de los ODS, el informe concluye que “….ningún país está el camino hacia el logro de los todos ODS….ni siquiera los países escandinavos que son los más avanzados.

Como ejemplo de la información que incluye este reporte reproducimos los resúmenes gráficos de tres países:










IV.           ¿En qué hay mucho progreso? 

1.      ODS son un gran negocio

Sí, hay mucho progreso en la producción de conferencias, estudios, cursos, recomendaciones, alianzas, publicaciones, acuerdos, guías para la aplicación y reporte, encuestas de percepción, etc. Como ejemplo, basta ver el boletín mensual del Pacto Mundial.  Hay mucho progreso en hablar y escribir sobre el tema, pero muy poco progreso en acciones necesarias para el logro efectivo de los ODS.

La misma encuesta mencionada arriba destacada como las instituciones más activas, las ONG, la ONU, y las instituciones académicas y de investigación independiente que presumiblemente incluye las firmas consultoras y la misma productora de la encuesta, o sea todas instituciones de promoción y que se benefician de la actividad que gira en torno a los ODS.

Ya decíamos en enero del 2018 en Mis muchos pronósticos para la RSE en el 2018, (válidos para el 2019, 2020, etc.) que Los ODS será nombrados como “negocio del año” por las empresas consultoras”.

Inclusive para las empresas los ODS están siendo una buena oportunidad para mostrarse receptivas y responsables ante sus stakeholders, pero también en este caso hay más palabras que acción (ver mi artículo ¿Contribuyen las empresas a los ODS o los ODS a la delusión por las empresas?).

Hasta el suscrito se ha subido al tren y ha publicado una docena de artículos sobre los ODS, aunque no le han producido ingreso alguno. 


2.     ¿Se lograrán los ODS?

Creo que de esta discusión se puede concluir que usar la palabra “logro” es un decir ya que muchos de los indicadores no se pueden medir (ver mi artículo Indicadores para los ODS: ¿Son los ODS medibles?), para otros no se recopila la información y algunos no tienen un hito que alcanzar, y mucho de lo que se reporta son “actividades” e “intenciones” sin medir el impacto real que puedan tener (el indicador del número de informes de sostenibilidad analizado arriba es paradigmático).   

Ello no obsta, para que al margen de los textos de los ODS y sus metas y de los indicadores desarrollados no haya instituciones como el SDS Index que definan el “logro” de una manera mas cuantificable, aunque para ello hay que reinterpretar esos textos en función de la información disponible.

Adicionalmente, ¿se pueden lograr los ODS con un esquema en el que:

·       Las actividades necesarias para el logro de los ODS son completamente voluntarias para todas las partes;
·       la obligación de contribuir al logro es moral;
·       no hay fuentes de financiamiento especiales;
·       no hay sistemas formales de coordinación para mejorar la efectividad de los recursos;
·       no hay esquemas de priorización;
·       sí hay esquemas de reportes voluntarios por parte de los países pero que muy pocos utilizan;
·       no hay un sistema de agregación de resultados;
·       y, por último, no hay penalizaciones para nadie por no cumplirlos.

La discusión sobre el logro será más o menos cuantitativa, más o menos limitada a información selectiva, pero los incentivos, positivos y negativos, apuntan más hacia la retórica que a la acción en el mejoramiento de la calidad de vida de la población.

Para muchos, los ODS son un buen escaparate donde exhibirse.  ¿Y los países? Bien, gracias.

3.     ¡Ay, pero si tuviéramos más dinero!

En el siguiente artículo analizaremos varias aseveraciones de la ONU sobre este progreso que contradicen la evidencia presentada arriba, pero que sirven para pedir mas dinero.