domingo, 30 de junio de 2019
Los cinco artículos del blog de Cumpetere más visitados durante el primer semestre 2019
Durante la
primera mitad del 2019 publiqué 18 artículos originales en mi blog (3 cada mes). De estos selecciono los cinco más visitados (no
puedo saber si son “leídos”) hasta mitad del 2018 por si el lector se perdió
alguno, en orden de publicación (para los más recientes, extrapolo basado en el
interés inicial), y añado el anuncio de nuevo libro.
27 de enero
9 de febrero
2 de marzo
17 de marzo
2 de junio
Y uno que, aunque
no es artículo, despertó mucho interés:
la presentación de mi nuevo libro.
16 de junio
Gracias a todos
los lectores por su interés. Espero
seguir investigando y escribiendo.
martes, 25 de junio de 2019
La responsabilidad en el discurso del CEO de Apple en la graduación en Stanford
El 16 de junio
del 2019 el CEO de Apple, Tim Cook, pronunció el discurso de graduación en
la Universidad de Stanford (ver el video del discurso), con un hilo conductor basado en los
valores, la responsabilidad personal, y por extensión, a las tecnologías y empresas
que puedan crear o gestionar. El énfasis
estuvo en la privacidad y la mercantilización abusiva de la información
personal.
Tim Cook es un
líder ampliamente reconocido por su activismo en temas sociales y ambientales,
en particular en la protección de los derechos humanos y en especial en la no
discriminación. Ha sido una persona muy celosa de su privacidad, posiblemente
derivada de su homosexualidad, que reconoció públicamente en el 2014, a los 54 años,
diciendo “El ser gay es el mejor regalo que Dios me ha hecho").
Al haber enfrentado
ambientes potencialmente hostiles ha desarrollado la sensibilidad y la
conciencia del valor del ser humano como persona y en buena parte ese fue su
mensaje en el discurso. Si bien el discurso pretende ser dirigido a todas
las personas (más de 5.000 graduandos, el sesgo es hacia la innovación y las tecnologías
de información por la cual Stanford es reconocida[i]). Reproducimos
algunas de las citas más relacionadas con la responsabilidad personal y
empresarial y sus valores:
“Pero últimamente, parece que esta industria (información) se está siendo mejor
conocida por intenciones menos nobles: la creencia que de uno puede pedir el
crédito sin asumir la responsabilidad…… Y hay pocas áreas donde esto es más
importante que en la privacidad”.
“Si aceptamos como normal e inevitable que todo en nuestras vidas puede ser
agregado, vendido, o hasta diseminado en el caso de un hackeo, perdemos mucho más
que los datos. …… Perdemos la libertad de ser humanos.” [ii]
“Piensen en lo que está en juego.
Todo lo que escriben, todo lo que dicen, todo asunto de su interés, toda
divagación, toda compra impulsiva, todo momento de frustración o debilidad,
cualquier queja, todo secreto compartido en confidencia.”
“En un mundo sin privacidad digital, aun si Ud. no ha hecho nada malo,
salvo pensar diferente a los demás, Ud. comienza a censurarse a sí mismo. Al principio no completamente. Solo un poco, poco a poco. Para arriesgar menos, para tener menores expectativas, para imaginar menos,
para atreverse menos, para crear menos, para intentarlo menos, para pensar
menos. El escalofriante efecto la vigilancia
digital es profundo y lo toca todo.”
“Con que mundo tan pequeño y poco imaginativo
terminaremos.”
“Si quieres que te den crédito, primero aprende a aceptar
responsabilidad.”
“…conoce tus ambiciones. No estarías aquí si no lo fueras. Apareja esa ambición con la humildad….con
humildad de propósito.”
“Son mucoso los que piensan que las buenas intenciones excusan los resultados
nocivos.”
Algunos comentarios
El lector muy
posiblemente pensará que todo esto es una crítica dirigida a otras empresas
como Facebook, Google y otros procesadores de información. Que en buena parte se la merecen, pero Apple
no está exenta de culpa en lo que critica Tim Cook.
De esas
admoniciones y de su activismo social y ambiental se deduce que Tim Cook puede
representar un modelo del CEO responsable.
No obstante, no todo se traduce a la empresa que dirige. Son ampliamente conocidas algunas de las irresponsabilidades de sus
productos, como por ejemplo, las prácticas laborales abusivas, la recopilación
de información través de sus aparatos, que critica en este discurso, el
monopolio que tiene sobre las apps de sus aparatos que le permite controlarlas
en función de sus intereses. Adicionalmente,
ha creado un producto adictivo (aunque no es solo Apple, si bien fue el pionero),
que tiene efectos perniciosos sobre las relaciones humanas. De hecho, están experimentando con software
para reducir esa adicción.
Sea como sea, por
lo menos reconoce los problemas que las tecnologías de la información han
creado y el potencial que esas innovaciones tienen para desestimular la
innovación misma. Sin duda estamos en
una encrucijada muy definitoria para el futuro de la información. Tiene grandes beneficios, pero también
grandes costes. No será fácil gestionar el balance ya que también en esto,
lo beneficios suelen ser tangibles y en el corto plazo y los costos menos
tangibles, inciertos y en el largo plazo.
De allí la
necesidad de la regulación de estas tecnologías de información como lo está haciendo Europa y muy tímidamente
EE. UU. La regulación misma también debe
buscar un balance entre sus costos y sus beneficios.
[i] Por ejemplo, los fundadores de
Google, Tesla, Yahoo, PayPal y Netflix, entre muchos otros, son graduados de
Stanford.
[ii] Sobre el tema del uso irresponsable
de nuestra información ver el artículo La responsabilidad social de Facebook
domingo, 23 de junio de 2019
Y un (potencial) buen ejemplo de contribución a los ODS
En artículos
anteriores hemos criticado las acciones de las empresas en cuanto a sus
contribuciones al logro de los ODS, en particular en su utilización como
instrumentos de propaganda. Alegábamos que en muchos caso la contribución es más
retórica que real, con la tendencia de las empresas a imputar sus actividades
tradicionales como si fueran específicamente encaradas para su logro. Esto contribuye a la banalización de los ODS
(ver ¿Contribuyen
las empresas a los ODS o los ODS a la delusión por las empresas? y ¿Legitimidad
o greenwashing en la contribución de las empresas a los ODS?: Criterios para
discernir). En el segundo artículo sugeríamos una serie
de criterios para determinar la legitimidad de las contribuciones:
- Materiales. Las
contribuciones deben ser materiales, es decir deben significativas, no
pueden ser trivialidades o nimiedades que simplemente tienen algo que
ver con alguna de las 169 metas.
- Incrementales. Las contribuciones deben ser en adición a lo que se venía haciendo tradicionalmente. No se
trata de imputar lo que se ha venido haciendo.
- Contextuales. Las contribuciones deben
ser relacionadas con la actividad de la empresa, con el contexto en que
opera,
- Impactantes. La contribución debe tener impacto, medible o no.
- Sostenibles. Y por último la contribución debe ser sostenible en el tiempo.
No se trata de hacer una contribución ocasional.
Pero es de justica reconocer cuando hay casos que
en efecto vencen estas tentaciones y hacen contribuciones legítimas. Este el caso de Danone North America y su programa de agricultura regenerativa. Recordemos
que esta empresa es una escisión de los activos de Danone (empresa francesa) en
EE.UU. y su fusión con Wave (empresa de EE.UU.) con el objeto de poder ser una empresa
por beneficios, que no es lo mismo que empresa certificada como B, aunque Danone North America es ambas cosas (ver
Se
crea DanoneWave como empresa con fines de beneficios: Buena noticia para la
RSE…….. por ahora).
Una empresa por beneficios
es casi automáticamente una B-corp, pero para que una B-corp sea una empresa
por beneficios requiere estatutos específicos para ello (ver ¿Se puede ser
responsable por estatutos?: Empresas con fines de beneficios y Empresas B). Danone
North America es la mayor empresa por beneficios y B-corp del mundo.
La empresa respalda su estrategia de
responsabilidad ante la sociedad con acciones concretas, con compromisos plasmados
legalmente en sus estatutos. Y un buen ejemplo de la
implementación de su estrategia es el programa de agricultura regenerativa que ha encarado. Agricultura regenerativa
“…… es un sistema de principios y prácticas de cultivo
que aumentan la biodiversidad, enriquece los suelos, mejora las cuencas y
realzar los servicios del ecosistema. Pretende
capturar dióxido de carbono en el suelo y en la biomasa (plantas) revirtiendo
las tendencias globales actuales de acumulación atmosférica y el cambio
climático. Al mismo tiempo, ofrece mejoras en los rendimientos, resiliencia
a la inestabilidad climática y mayor fortaleza y vitalidad a las comunidades
agrícolas.
Esto en contraposición
con la agricultura tradicional, que en muchos casos contribuye al aumento de
las emisiones de dióxido de carbono (deforestación y el cambio en el uso de la
tierra han contribuido el 15% de las emisiones y la ganadería contribuye otro 5%),
reducción de los nutrientes, uso de fertilizantes, contribución a la
desertificación entre otros (el lector interesado puede la comparación entre
ambos esquemas en A Closer
Look: Regenerative Agriculture Practices y The
fight to define regenerative agriculture).
El programa de
Danone North America se basa en el apoyo a sus suplidores
“…..para encontrar maneras de regenerar los suelos
al mejorar la materia orgánica y su fertilidad……… ello ofrece una serie de beneficios
a los productores y al medio ambiente, incluyendo mayor secuestro de dióxido de
carbono, retención de la humedad, biodiversidad y resiliencia económica. Y lo que
es más, reduce la necesidad de fertilizantes….. para ello evaluaremos los
suelos de las tierras de los productores que producen alimentos para las vacas
y en las granjas donde compramos la leche”.
Ello tiene el potencial de contribuir a los ODS #12,
Producción y consumo responsables, el #13, Acción por el clima y el #15 Vida en
ecosistemas terrestres, en
metas como:
12.2 De aquí a
2030, lograr la gestión sostenible y el uso
eficiente de los recursos naturales
12.4 De aquí a 2030,
lograr la gestión ecológicamente racional de los productos químicos …….y
reducir significativamente su liberación
a la atmósfera, el agua y el suelo a fin de minimizar sus efectos adversos
en la salud humana y el medio ambiente.
13.1 Fortalecer la resiliencia y la
capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres
naturales en todos los países
15.1 Para 2030,
velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los
ecosistemas terrestres…
15.3 Para 2030,
luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos
degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y
las inundaciones, y procurar lograr un
mundo con una degradación neutra del suelo.
Por ahora, Danone North America no hace alarde de
esa contribución a los ODS, al contrario de otras empresas, que, sin tener una contribución
incremental, alardean de que sus actividades tradicionales contribuyen al logro
de los ODS. Aunque hay que esperar
los resultados del programa, que está en sus comienzos.
¿Cumple este programa con los criterios de
legitimidad para los ODS?
- Materiales. Dependerá de la
magnitud del programa, por ahora parece ser un programa piloto.
- Incrementales. Es un programa adicional
a lo que se venía haciendo
tradicionalmente.
- Contextuales. Forman parte integral de sus
actividades y sus impactos.
- Impactantes. Por el volumen de compras de Danone,
puede tener un impacto tangible.
- Sostenibles. Está por verse si es un programa
ocasional, aunque siendo parte tan integral de su razón de ser es posible
que lo sea.
¿Quiere esto decir que para hacer contribuciones
legítimas a los ODS hay que hacer cosas nuevas continuamente? Pues sí, sería
deseable, pero es muy difícil, pero lo que no se puede o debe hacer es imputar
actividades que se venían haciendo, aun desde antes de la promulgación de los
ODS.
domingo, 16 de junio de 2019
Una mirada crítica a la Responsabilidad Social de la Empresa en Iberoamérica, Volumen V
Para descargar, pulsa el título o la portada
domingo, 9 de junio de 2019
El Pacto Mundial se hace trampas al solitario: Falacia e ilusión
Los hombres creen fácilmente lo que desean. Julio César, 100-44 AC
I.
Introducción
En el artículo anterior,
¿Hay progreso (real) en la implementación
de los ODS? analizábamos el progreso en el logro de los
ODS a través del análisis de una reciente encuesta entre expertos en
sostenibilidad y reportes preparados por la ONU y otras instituciones. Tanto la percepción revelada en la encuesta como
los datos sobre algunos indicadores coincidían en que la implementación, en general, se encuentra muy retrasada, con
progreso relativo solo en algunos países más desarrollados. Esto en gran parte
alimentado por la falta de información confiable sobre los indicadores que
supuestamente deben medir el progreso. Del análisis también surgió la imposibilidad de lograr los ODS tanto
por la vaga definición de los objetivos y sus metas como por el esquema institucional
y de asignación de responsabilidades en que se desenvuelven, que no es
conducente a la acción y sí estimula la retórica.
Esta situación de atraso contrasta con la gran
difusión, la ubiquidad de las discusiones sobre los ODS, el interés mostrado
por todo tipo de instituciones, sobre todo las periféricas a la acción que se
benefician de ese interés (ONG, empresas de consultoría, instituciones académicas, el Pacto Mundial,
etc.). Si se atiende a la retórica
parece que hay gran progreso, pero si se atiende a la realidad sobre el
terreno, se constata el gran atraso. Hay mucho progreso entre los que hablan y
muy poco entre los que hacen. Y aun
el sector privado, que según sus reportes aparece contribuyendo, es más
imputación de actividades pasadas que actividades nuevas, incrementales,
originadas y dirigidas a los ODS, es más
apariencia que impacto (ver ¿Contribuyen
las empresas a los ODS o los ODS a la delusión por las empresas?).
.
II.
Trampas al solitario
Uno de los principales
promotores de los ODS es el Pacto Mundial de la ONU, que ha adoptado la Agenda
2030 (los ODS) como parte de su mandato, además de promover sus 10 Principios. En uno de sus boletines (ver el boletín mensual del Pacto Mundial) dice:
“….. se reconoce que no se están logrando
las transformaciones necesarias ….. se necesitan entre US$5 y US$7 billones (o
trillones en inglés) anuales, lo que comparado con las inversiones actuales
arroja una brecha de US$2,5 a US$3 billones anuales. Esta brecha se cerraría si
se destinara un 3% del PIB mundial o 1% de las inversiones en títulos valores
al logro de los ODS…….”.
Estas aseveraciones contienen
una falacia y una ilusión, como comentamos a continuación.
Es de notar que un estudio
del Fondo Monetario Internacional es más específico, más claro, y más realista. Dice:
“….para
alcanzar los ODS clave se requieren inversiones anuales adicionales del 4% del PIB en los países desarrollados y del 15% para el país en desarollo promedio….”
(énfasis añadido).
Enfatizamos que se trata de
recursos adicionales, no de la reasignación de recursos ya existentes como
comentamos que más adelante, que suele ser parte de la retórica. ¿Y de donde salen? Como es
natural, una de las sugerencias del FMI es el aumento de los impuestos, sobre
todo en países en desarrollo que suelen tener niveles de gravamen relativamente
bajos. ¿Pero es el aumento de los impuestos neutro, o tendrá impacto en las
inversiones privadas y en el crecimiento económico, que precisamente lo que se
requiere para el logro de los ODS en esos países?
1.
Una falacia
La falacia: Vista
la discusión del artículo anterior no se
puede determinar el logro de los ODS (los ODS y muchas de las metas no tienen
un lenguaje que sea tangible y sus indicadores no contienen hitos a logar [1] ), y es
punto menos que imposible logarlo, aun con metas tangibles e hitos, en un esquema
institucional donde las actividades
necesarias para su logro son completamente voluntarias para todas las partes,
la obligación de contribuir es moral, no hay fuentes de financiamiento
especiales, no hay sistemas formales de coordinación para mejorar la
efectividad de los recursos, no hay esquemas de priorización, sí hay esquemas
de reportes voluntarios por parte de los países pero con el que muy pocos han
reportado, no hay un sistema de agregación de resultados y por último, no hay
penalizaciones para nadie por no cumplirlos.
2.
Una ilusión
La ilusión: Según la cita arriba del Pacto Mundial parece que es cuestión de la asignación de recursos financieros. Pero esto es una ilusión basada en generalizaciones.
·
Destinar el 3% del PIB mundial. Al poner
un numero pequeño (es solo el 3%) parece factible. ¿Quién lo
pone? ¿Cuándo? ¿En qué metas? Hace casi
50 años de estableció la meta de que los países desarrollados destinen el 0.7%
del PIB al desarrollo económico de los países en vías de desarrollo y no se ha
logrado (Suecia 1,4%, Reino Unido, 0,7%, España, 0,2% y EE. UU. 0.17%). Y estos
recursos incluyen imputaciones de todo tipo de “ayuda” que debe ser utilizada
para adquirir bienes y servicios del país donante.
·
Canalizar el 1% de las inversiones en
títulos valores. Otro número pequeño,
pero estos recursos están en manos privadas, incluyen nuestros ahorros. ¿Porque habrían de canalizarse al logro
de los ODS? Presumiblemente por razones
morales porque es imposible justificarlos por razones económicas. Es de suponer que la insinuación se basa en atraer
recursos que actualmente se invierten en empresas y proyectos socialmente
responsables, ISR. Pero aun esta
propuesta contiene una serie de supuestos que no se dan en la práctica
o
Existe
la tentación de imputar los montos correspondientes
a las inversiones socialmente responsables como contribuciones a la sostenibilidad,
pero ello es una gran exageración. La
inmensa mayoría de lo que califica como ISR es resultado de exclusión, o sea,
de no invertir en algunas actividades (armamentos, apuestas, tabaco, alcohol, a
veces petróleo).[2] Es muy
pequeña la parte que se invierte en selección positiva, o sea, en actividades
que explícitamente son sostenibles.
Y aun así, aun menos de estos fondos son incrementales, son
contribuciones explicitas para el logro de los ODS.
o
Hay
un gran debate en la práctica sobre si estas inversiones rinden más o menos que
las inversiones tradicionales. Pero en
este caso no hay que entrar en análisis.
¿Qué rendimiento le darían a los
inversionistas las inversiones en los ODS?
Salvo algunas excepciones los ODS no producen beneficios financieros. Se trataría entonces de hacer donaciones, del
sector privado al sector público. Poco probable.
o
Pero
es posible que el mismo sector privado invierta en actividades que contribuyan
al logro de los ODS, por ejemplo, en energía renovable, pero son pocas las metas que son susceptibles de
estas inversiones.
o
La
empresa privada a través de sus estrategias de responsabilidad ante la sociedad
puede y debe contribuir a los ODS y puede canalizar parte de sus recursos a
ello. Pero aun estos recursos solo pueden canalizarse a algunas de las metas,
relacionadas con sus actividades o bien en sus actividades en filantropía. Pero estas contribuciones, si bien válidas y
deseables, tendrán impacto limitado.
o
Como comentamos
antes, muchas de las contribuciones que reportan las empresas a los ODS son imputaciones de sus actividades
tradicionales, no son parte de las inversiones incrementales que permitirán
cerrar la “brecha de financiamiento” mencionada.
o
Pero
¿no puede el sistema financiero canalizar recursos a actividades relacionadas
con los ODS? Uno de los instrumentos
favoritos mencionados por los promotores son los bonos verdes, sociales y sostenibles, que son emisiones de deuda cuyos
recursos se destinan al financiamiento de proyectos en esas áreas. Estos
proyectos pueden contribuir al logro de los ODS y son recursos
incrementales. Pero en esto hay que
hacer dos consideraciones. Primero, las
inversiones se limitan a rubros que
tienen una rentabilidad económica para poder cubrir la amortización de esas
deudas. Y segundo, con las reglas actuales, el hecho de que se califiquen como tal no implica que los proyectos
ejecutados han cumplido sus objetivos de promover la sostenibilidad. [3] Por
ejemplo, el banco HSBC anunció la emisión de US1.000 millones en bonos
sostenibles para financiar proyectos. Esta
suma será imputada a como una contribución a los ODS, pero desde el anuncio de
una emisión hasta lograr impacto sobre los ODS hay un gran trecho y es muy
posible que los montos de los proyectos que logren impacto sean por un numero
mucho menor (ver la nota al pie 2). Adicionalmente, muchas de las actividades
que financiará ya las financiaba con sus recursos tradicionales, pero ahora las etiquetan como “sostenibles”.
De nuevo, en metas muy selectivas y no todo es adicional, nuevo.
No reconocer la falacia y la irrealidad de la
ilusión es hacerse trampas al solitario. Adicionalidad, adicionalidad,
adicionalidad.
Sería preferible concentrar
los esfuerzos, sobre todo los de la ONU, en presionar a los gobiernos para que recauden
y asignen los recursos presupuestarios a aquellas metas que sean más críticas para su desarrollo y establezcan políticas conducentes para la
contribución del sector privado.[4] Son los gobiernos los que tiene primera responsabilidad,
aunque tampoco pueden hacer de todo.
¿Pesimismo?
Sí, ojalá me equivoque.
[1] Ver un análisis más detallado en Indicadores
para los ODS: ¿Son los ODS medibles?
[3] Hemos analizado esto en detalle en cinco
artículos, dos de los más recientes fueron Bonos
verdes, sociales y sostenibles. Quinta parte: Mejorando la legitimidad e
impacto, y Bonos
verdes, sociales y sostenibles. 3a. Parte: ¿Legitimidad o Greenwashing?
[4] Sobre el tema de las políticas
conducentes, ver ¿Falta
algún Objetivo de Desarrollo Sostenible?
domingo, 2 de junio de 2019
¿Hay progreso (real) en la implementación de los ODS?
I.
Introducción
En principio, el
progreso en el logro de los ODS debería medirse a través de los cambios en los 232
indicadores que se han desarrollado. Sin
embargo, el reporte sobre estos indicadores es muy deficiente, de allí que
algunos recurran a encuestas para suplir estas deficiencias. Sin embargo, estas tienen severas
limitaciones. En este artículo comentamos una de estas encuestas, la situación de los
reportes de progreso y si en efecto los ODS son “logrables”, más allá de la
información que se logre recopilar.
II.
Percepciones: Encuestas
1.
La encuesta y sus sesgos
¿Se puede determinar el progreso en la
implementación de los ODS a través de encuestas? A finales de marzo del 2019 se presentaron los
resultados de una encuesta sobre el progreso en la implementación de los ODS en
el informe Evaluating Progress on the SDGs (ver las
transparencias con el resumen) que son muy ilustrativos de los problemas
que enfrentan los ODS….¡en la práctica!
La encuesta fue
realizada por GlobeScan, empresa de análisis
de opinión. Se realizó sobre 450 “expertos
cualificados” en 74 países. La mayor
parte de los encuestados están localizados en países desarrollados (64% en
Europa y EE.UU. y Canadá) y calificados como conocedores (70% con más de 10
años de involucramiento), seleccionados en base a su relación con la empresa de
encuestas y SustainAbility, empresa
de consultoría, o sea, personas relacionadas con sostenibilidad. En principio, parece
ser una población razonable que encuestar, pero no han sido seleccionados específicamente por ser expertos en la
implementación de los ODS.
Antes de analizar
los resultados conviene responder a una pregunta que consideramos crítica para
su interpretación: ¿Es posible
determinar la implementación de los ODS a través de una encuesta? La encuesta, sobre 17 objetivos y 169 metas
en 200 países, a lo sumo puede reflejar la percepción general que los
encuestados tienen, que debe estar muy influenciada por la difusión que los
mismos tienen en los medios.
Pero a falta de
información fidedigna sobre el progreso en la práctica, las encuestas pueden dar
una idea, siempre y cuando los encuestados
estén en contacto con la implementación de los ODS y funjan de
“indicadores”. Pero estas percepciones,
en general están muy sesgadas, ya que los encuestados forman un grupo muy variopinto
y es imposible que los encuestados conozcan la situación actual de los 232
indicadores en unos 200 países. Lo que se puede esperar es que algunos de los
encuestados conozcan algo en detalle sobre alguno de los ODS, en algún o
algunos países, pero de allí a
generalizar sobre el “progreso en los ODS” hay un gran trecho.
Quizás el ODS
donde la encuesta sea más confiable es en el de Cambio Climático ya que está
continuamente en discusión y se disemina mucha información en los medios,
aunque también a nivel agregado, no a nivel de las acciones en los diferentes
países. Pero, ¿pueden estos expertos, la gran mayoría de países desarrollados,
juzgar el progreso en temas de pobreza en países en vías de desarrollo? Algunos
expertos son conocedores, pero no serán todos.
¿Cuántos de los encuestados son expertos en el ODS de Vida bajo el agua?
Es de esperar que los conozcan sobre el ODS de la pobreza, no conozcan sobre este
otro ODS y que los “expertos” en cambio climático no conozcan mucho sobre los
otros 16 ODS.
Los resultados de la encuesta reflejan una mezcla
de conocimientos detallados sobre algún ODS, en un país o países, por parte de
algunos encuestados, con un conocimiento superficial de otros ODS en otros
países por parte de otros encuestados.
Con estas temas tan complejos y amplios se mezclan percepciones de varios
expertos reales en un tema con las de centenares de aficionados a ese tema.
Y muy posiblemente
estas precepciones sobre el progreso están muy influenciadas por el “ruido”
sobre algunos de los indicadores reflejados en conferencias, informes, libros,
artículos, noticias de prensa, etc., más que por el conocimiento del progreso
en la implementación práctica. La percepción de progreso o su falta estará
influenciada por la cobertura que recibe el tema. Imagínese el lector (que
muy bien podría ser uno de los encuestados) respondiendo a la encuesta.
2.
Resultados de la encuesta
Pero es lo que hay. Veamos
algunos de los resultados más destacables.
Invitamos al lector interesado en mas detalles ver el informe Evaluating
Progress on the SDGs, y las transparencias con el resumen.
En el siguiente
gráfico se pueden apreciar las opiniones
sobre las instituciones que más contribuyen al logro de los ODS. Recordemos la magnitud de la tarea y la capacidad
de cada una de las instituciones mencionadas, especialmente la financiera.
· Las ONG, que pueden hacer una contribución
a diseminar, a apoyar, a hacer alianzas, pero pueden hacer una baja
contribución efectiva.
· Los emprendedores sociales, que pueden
tener gran impacto en temas muy puntuales, localizados, pero difícilmente
tendrán la escala necesaria para los ODS.
· Las Naciones Unidas, que pueden estimular,
informar, presionar, hacer ruido, pero que no ejecutan proyectos o actividades
en el terreno (sus instituciones lo hacen a nombre de terceros).
· Movimientos sociales de cambio, impacto en
concientización pero tampoco pueden tener impacto real.
¿Y quienes sí pueden y deben tener impacto no lo
hacen?
· Gobiernos nacionales y locales, el sector
privado, los organismos financieros y los inversionistas.
La
responsabilidad primaria para el logro de los ODS recae en los gobiernos nacionales
y locales y en las instituciones de las que son miembro, como los organismos
financieros multilaterales. El sector
privado, incluyendo el sector financiero, también tiene capacidad de hacerlo,
voluntariamente. Parece como si los
gobiernos pensaron que bastaba con el respaldo a los principios, es como cuando
creemos que al comprar un libro ya lo hemos leído. Hay que tomar acción en el terreno. El sector
privado, en particular las grandes multinacionales, están haciendo esfuerzos,
aunque también hay mucha retórica y poca acción (ver ¿Contribuyen
las empresas a los ODS o los ODS a la delusión por las empresas?).
En la parte superior están los que “hablan” y en
la inferior los que deberían “hacer”. O
sea que se percibe que contribuyen los que tiene poco impacto en el terreno y
los que deberían tenerlo y hacerlo no contribuyen: Malas expectativas para los ODS.
En el siguiente
gráfico se presentan los resultados de las percepciones
en cuanto a la atención que reciben los ODS. El cambio climático eclipsa todos los demás
ODS, es el que recibe mayor atención, es el que tiene mejores promotores, pero
ello no quiere decir que esa atención se traduzca en avance, como veremos mas
adelante. Y un ejemplo del impacto de
los medios en las percepciones: el que recibe más atención es el que es
percibido como de menor progreso.
Y los ODS
referidos a pobreza y hambre, no reciben atención, según los encuestados. Tampoco la recibe la Vida bajo el agua, la
desigualdad, y el agua potable y saneamiento.
La opinión del suscrito es de que esta
tabla lo que refleja es la falta de conocimiento de los encuestados, todos
oyen hablar de cambio climático y producción y consumo responsable (actividades
de las empresas privadas y de la vida cotidiana) pero muy poco de los otros
cinco temas mencionados.
La siguiente
tabla supuestamente refleja la
percepción sobre el progreso en el
logro de los ODS, que es fundamentalmente similar a la de arriba, y lo que
refleja, de nuevo, es al grado de desconocimiento. Solamente el tema de Cambio climático cambia
significativamente de posición y ello es precisamente porque es uno de los
pocos temas sobre el que sí se tiene información y no es buena.
Nótese que donde se percibe más progreso es en “Partnerships for the Goals”, que
agrupa todo tipo de actividades como acuerdos de la ONU con otras
instituciones, de las ONGs con las empresas, de las empresas entre sí,
etc. Es lo más fácil de hacer y a veces lo más vistoso. Todo es una alianza, pero ¿producen las
alianzas resultados sobre el terreno?
Ayudan a coordinar y lograr sinergias, que no es poco, pero no suelen ser las fuentes de impacto real,
de cambio en las condiciones de vida.
III.
Informes: Y, aparte de las percepciones,
¿hay progreso real?
Los países
deberían reportar el progreso logrado a través de su informe de progreso anual
(Exámenes Nacionales Voluntarios, ENV),
reportando sobre los 17 ODS y las 169 metas a través de 232 indicadores,[1] de acuerdo
con el Manual
para la preparación de los ENV, Edición 2019. Lamentablemente
estos informes solo han sido producidos por algunos países y de forma
incompleta. El sistema de información
necesario para hacerlo está todavía muy subdesarrollado en la gran mayoría de
los países (ver el SDG Index, comentado más adelante).
La ONU publicó el
informe The
Sustainable Development Goals Report 2018, donde supuestamente reporta el progreso en los
ODS. Sin embargo, resulta ser una colección
de informaciones casuísticas, a nivel agregado, calificadas en cada uno de
los ODS, tomado de diversas publicaciones de empresas de consultoría, agencias internacionales
entre otras, pero no de los informes de los países, no por país y no por
indicador de progreso de forma sistemática.
Los períodos que cubren no son uniformes, dependen de la disponibilidad
de información.
Como un ejemplo
de esta deficiencia consideremos la meta 12.6 del ODS 12, Consumo y producción responsable, propuesta por el GRI para la promoción del uso
de sus estándares:
Meta 12.6: Alentar a las empresas, en
especial las grandes empresas y las empresas transnacionales, a que adopten
prácticas sostenibles e incorporen información sobre la sostenibilidad en su
ciclo de presentación de informes.
Indicador: 12.6.1 Número de empresas que
publican informes sobre sostenibilidad.
En algo tan
elemental como este indicador el informe de la ONU
reporta “….según KPMG, el 93% de las 250
empresas más grandes del mundo producen informes de sostenibilidad y el 75% de
las 100 empresas más grandes en 49 países”. Esto es lo que sabe de la
meta.
Y este es buen ejemplo de las
incoherencias de los ODS. Para
este indicador en particular se ha dado la responsabilidad a la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, UNTADC, con sede en Ginebra, la cual ha
creado una comisión de estudio para definir lo que representa el indicador
y luego emitir instrucciones a los puntos nacionales de contacto en cada país,
situados en las oficinales nacionales de
estadísticas para que recopilen la información. Un proceso sumamente burocrático para uno de los más sencillos e irrelevantes
indicadores, cuya correlación con el logro de los ODS es tenue, ya que no representa
acción y mucho menos impacto, es información sobre un numero de informes
con información preparada por las empresas para sus propios fines.
Esta discusión sobre los indicadores es un caso ilustrativo de los
problemas en la determinación de los logros.
Para hacerlo caben las siguientes preguntas: ¿Cómo se logra la meta, cuando se puede decir que se ha logrado? Y es un caso paradigmático: tiene un indicador (número de empresas), pero
no tiene un hito (cuántas deben hacerlo, cuándo, y lo más importante, y si lo
publican miles ¿qué pasa? ¿quiere esto decir que ha mejorado la calidad de vida
de la población? Esto es característico de muchos otras metas, vaguedad del
lenguaje, falta de base de comienzo y falta de hito de logro (ver mi artículo
citado en la nota al pie).
Uno de los
reportes más completos y confiable es el SDG
Index and Dashboards Report 2018: Global Responsibilities, Implementing the
Goals, el más reciente siendo de julio 2018, que si bien no es producido por la
ONU, sus autores fueron los líderes de la preparación de los ODS. En este informe se presenta el progreso en algunos
de los indicadores oficiales y en otros para los cuales hay información. Desarrolla
un índice de cumplimiento de cada uno de los ODS, basado en criterios propios y
un tablero de control de unos 110 indicadores que han seleccionado como
representativos de cada ODS. La metodología
es relativamente compleja y ad hoc para adaptarse a la información disponible y
su definición en cada caso de lo quiere decir “logro”. No es un
reporte de los 232 indicadores (el informe cubre 476 páginas, analizándose
192 países con un resumen de 2 páginas para los 155 cubiertos (para 37 países
no hay el mínimo de información necesaria).
El informe analiza con más detalle los países de la OCDE y el G20, que
suelen tener más información.
Para el caso más
estudiado como lo es el Cambio Climático, donde el Acuerdo de París respalda el
ODS respectivo a través de todo un esquema de actividades y reporte, tampoco
hay progreso. El SDG
Index citado arriba reporta el siguiente progreso en las contribuciones previstas a nivel nacional para contribuir a la reducción de las
emisiones:
Y nótese que lo insuficiente
son las contribuciones previstas, estimadas por cada país, que no son
contribuciones comprometidas,
verificadas independientemente. Y lo que tampoco se ve es que muchas de
estas intenciones de los países en desarrollo están condicionadas a la obtención de donaciones financieras de países
mas desarrollados. No hace falta mucha imaginación para ver cuan insuficientes
serán las verdaderas (para mayores detalles ver Acuerdo
de París: sencillamente analizado y explicado).
En cuanto al logro de los ODS, el informe
concluye que “….ningún país está el camino hacia el logro de los todos ODS….ni siquiera
los países escandinavos que son los más avanzados”.
Como ejemplo de
la información que incluye este reporte reproducimos los resúmenes gráficos de
tres países:
IV.
¿En qué hay mucho progreso?
1.
ODS son un gran negocio
Sí, hay mucho
progreso en la producción de conferencias, estudios, cursos, recomendaciones, alianzas,
publicaciones, acuerdos, guías para la aplicación y reporte, encuestas de
percepción, etc. Como ejemplo, basta ver el boletín mensual del Pacto Mundial. Hay mucho progreso en hablar y escribir
sobre el tema, pero muy poco progreso en acciones necesarias para el logro
efectivo de los ODS.
La misma encuesta
mencionada arriba destacada como las instituciones más activas, las ONG, la
ONU, y las instituciones académicas y de investigación independiente que
presumiblemente incluye las firmas consultoras y la misma productora de la
encuesta, o sea todas instituciones de promoción y que se benefician de la
actividad que gira en torno a los ODS.
Ya decíamos en
enero del 2018 en Mis
muchos pronósticos para la RSE en el 2018, (válidos para el 2019, 2020, etc.) que “Los
ODS será nombrados como “negocio del año” por las empresas consultoras”.
Inclusive para las empresas los ODS están siendo
una buena oportunidad para mostrarse receptivas y responsables ante sus stakeholders, pero también en este caso hay más palabras que acción
(ver mi artículo ¿Contribuyen
las empresas a los ODS o los ODS a la delusión por las empresas?).
Hasta el suscrito
se ha subido al tren y ha publicado una docena de artículos sobre los ODS,
aunque no le han producido ingreso alguno.
2.
¿Se lograrán los ODS?
Creo que de esta
discusión se puede concluir que usar la palabra “logro” es un decir ya que
muchos de los indicadores no se pueden medir (ver mi artículo Indicadores
para los ODS: ¿Son los ODS medibles?), para otros no se recopila la información y
algunos no tienen un hito que alcanzar, y mucho de lo que se reporta son
“actividades” e “intenciones” sin medir
el impacto real que puedan tener (el indicador del número de informes de
sostenibilidad analizado arriba es paradigmático).
Ello no obsta,
para que al margen de los textos de los ODS y sus metas y de los indicadores
desarrollados no haya instituciones como
el SDS Index que definan el “logro” de una manera mas cuantificable, aunque para ello
hay que reinterpretar esos textos en función de la información disponible.
Adicionalmente,
¿se pueden lograr los ODS con un esquema en el que:
· Las actividades necesarias para el logro
de los ODS son completamente voluntarias para todas las partes;
· la obligación de contribuir al logro es
moral;
· no hay fuentes de financiamiento
especiales;
· no hay sistemas formales de coordinación
para mejorar la efectividad de los recursos;
· no hay esquemas de priorización;
· sí hay esquemas de reportes voluntarios
por parte de los países pero que muy pocos utilizan;
· no hay un sistema de agregación de
resultados;
· y, por último, no hay penalizaciones para
nadie por no cumplirlos.
La discusión sobre el logro será más o menos
cuantitativa, más o menos limitada a información selectiva, pero los
incentivos, positivos y negativos, apuntan más hacia la retórica que a la
acción en el mejoramiento de la calidad de vida de la población.
Para muchos, los ODS son un buen escaparate donde
exhibirse. ¿Y los países? Bien, gracias.
3.
¡Ay, pero si tuviéramos más dinero!
En el siguiente
artículo analizaremos varias aseveraciones de la ONU sobre este progreso que
contradicen la evidencia presentada arriba, pero que sirven para pedir mas
dinero.
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