domingo, 25 de noviembre de 2012

¿Cuál es el grado de desarrollo de la RSE en América Latina?



En la segunda quincena de noviembre realicé una encuesta de opinión sobre el grado de desarrollo relativo de la RSE en América Latina.  Esta encuesta se originó como consecuencia de un tweet que Alberto Andreu, Director de Reputación y Sostenibilidad Corporativa de Telefónica, envió al regreso de un viaje por América Latina, donde por el tenor del mismo quedó gratamente impresionado: América Latina es el líder de las nuevas tendencias de RSE  Al ver el tweet,  el suscrito lo renvió con el comentario: Ojalá fuera verdad.

Obviamente que esto fueron opiniones de dos personas que lo ven desde puntos de vistas diferentes, por ello me pareció muy oportuno hacer una encuesta para ampliar el “universo” de opiniones.  ¿Cual es la percepción del grado de desarrollo de la RSE en América Latina?  La encuesta peguntaba la opinión sobre el grado de desarrollo actual y la percepción del desarrollo en el mediano plazo, a 5 años, pidiendo una calificación de entre 1 y 5, entre “Muy Atrasado” y “Líder Mundial”.  Se hicieron además tres preguntas sobre el país/región de residencia, nivel de experiencia y ocupación de los encuestados para apreciar el efecto que estas variables pudieran tener sobre la percepción del desarrollo. Es muy posible que estas sencillas preguntas no capten el fervor que puede existir por la RSE en la región.

 


Resultados de la encuesta

Hay que recalcar que los resultados de la encuesta reflejan solo opiniones, no reflejan la realidad del grado de desarrollo.  Se han producido algunos estudios sobre el grado de desarrollo de la RSE en América Latina, pero los que conozco están basados en evidencia circunstancial, en ejemplos, y no son comparativos con países fuera de la región[i].  No obstante, al final del artículo presento alguna evidencia sobre este desarrollo.

Así que esta encuesta es simplemente la percepción, resultado de una muestra de profesionales que trabajan en el tema en América Latina y en España.  Debe interpretarse como tal. De todas maneras, la muestra es relativamente grande como para ser tomada en cuenta, aunque los que respondieron lo hicieron en base a convocatorias recibidas por twiter y a través de mi blog, por lo que no pretende ser representativa, ni científica.  No ha sido estratificada por ningún criterio ni se ha controlado por respuestas múltiples (aunque creo que nadie ha perdido el tiempo en hacerlo).

Respondieron casi 100 personas.  Los indicadores de los encuestados son los siguientes:
 
País
%
 
Experiencia
%
Centro América y Caribe
12
 
Menos de un año
1
  México y Suramérica
70
 
Entre uno y tres años
24
España
15
 
Entre tres y cinco años
28
Otros
3
 
Mas de cinco años
47
 
Como se puede observar en la tabla, la experiencia de los que respondieron también parece ser amplia.  En términos de ocupación, las respuestas fueron diversificadas. 


Estud.
Consult.
Académico
Sociedad Civil
Ejecutivo/Direc
Empleado
Otro
4%
28%
19%
9%
22%
14%
3%


El mayor número se declara consultor (28%), lo que puede también darle validez a la encuesta ya que son personas que deben tener experiencia en varias empresas. El 19% se declara académico que presumiblemente han estudiado la RSE en varias empresas y varios países.  Entonces podemos sugerir que el 47% tiene experiencia en más de una empresa y a lo mejor en más de un país.  Por otra parte,  el 36% se declara empleado o directivo de una empresa lo que también da confianza de por lo menos conocen la realidad dentro de las empresas. 

Aunque no podamos ser concluyentes estos indicadores nos dan confianza de que los encuestados en la muestra saben de lo que está opinando, aun cuando no podemos determinar cuantos tienen experiencia en más de un país de América Latina y pueden opinar a nivel regional.

En cuanto a los resultados a nivel agregado podemos apreciar que el consenso de opinión parece ser que la RSE en América Latina tiene un grado de desarrollo inferior al promedio (2.2 sobre 5, un poco mejor que “atrasado”).

Como era de esperar, afortunadamente, los encuestados son más optimistas sobre el futuro y esperan progreso relativo de América Latina que la coloque a niveles un poco superiores (2.8 sobre 5), pero la opinión del promedio todavía sigue sin alcanzar el promedio de los países de referencia que sería de 3 sobre 5.

Lamentablemente la muestra no es lo suficientemente grande como para llegar a conclusiones sobre diferencias estadísticamente significativas por países y por ocupación. Sólo hubo un 15% de respuestas de España, a pesar de los esfuerzos por obtenerlas.  El 70% provienen de México y Suramérica y el 12% de Centroamérica y el Caribe.  Aun así, los encuestados de España son ligeramente más optimistas sobre el grado de desarrollo de la RSE en América Latina.

Calificación promedio
Actual
Futuro
España
2.38
3.33
México y Suramérica
2.24
2.77
Centroamérica
2.00
2.70
Toda la muestra
2.22
2.82

Por ocupación lo hemos separado en dos grandes grupos, consultores y académicos (46% de la muestra) por una parte y empleados y ejecutivos/directores (37%).  Los dos grupos tienen opiniones similares, aun cuando el promedio del primer grupo es ligeramente mas pesimista.
 

Calificación promedio
Actual
Futuro
Consultores/académicos
2.19
2.80
Empleados/ejecutivos
2.31
2.90


            Algunas evidencias cuantitativas

Como hemos reiterado, estas son las percepciones de los encuestados.  Para corroborar estos resultados ofrecemos un breve análisis de la limitada evidencia cuantitativa de que se dispone (como habíamos comentado, hay muy pocos estudios de la situación de la RSE en América Latina).

·         Empresas en el Dow Jones Sustainability Index 2012: 17 en España. 9 en Brasil y 4 en Colombia.  Ninguna en el resto de América Latina.  No obstante este indicador puede ser mas un reflejo del desarrollo de los mercados de capitales (solo empresas que cotizan en bolsas de gran envergadura son elegibles).
·         Informes de sostenibilidad registrados en el GRI 2011: 190 en España y 121 en Brasil, 49 en Argentina,  39 en Chile, 32 en Colombia, 40 en México y 33 en Perú.
·         Bancos firmantes de los Principios de Ecuador:  4 en España,  4 en Brasil, 2 en México y uno en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica y Uruguay .
·         Principios de Inversión Responsable: De los 23 firmantes españoles, hay 9 propietarios de activos y 11 gestoras de activos.  En Brasil son 61, 18, 29  respectivamente, casi el triple de firmantes que en España.  Del resto de los países de América Latina solo uno en Colombia y uno en Argentina.
·         Empresas certificadas con el estándar SA8000 (condiciones laborales) en 2012: De un total mundial de 2.117, Brasil destaca con 91plantas certificadas, seguida muy de lejos por México con 5 y Colombia con 4.  España tiene 31 plantas certificadas.
·         Firmantes del Pacto Mundial:  Sí hay muchas empresas en la región:  151 en Argentina,  316 en Brasil, 231 en Colombia, 242 en México y 990 en España (¡sólo 289 en EEUU y 191 en el Reino Unido!).  Pero es ampliamente conocida la poca relación entre responsabilidad de la empresas y su adhesión al Pacto.
·         Publicaciones sobre RSE:   La información está muy dispersa.  No obstante es de destacar que casi cada país tiene alguna revista popular dedicada a la RSE y son frecuentes los números especiales sobre RSE de publicaciones generalistas.  También han proliferado boletines informativos y blogs.  Sin embargo, no hay ninguna revista con contenido académico, solo se publican artículos, muy esporádicamente, en revistas de administración de empresas.  En cuanto a libros, también hay un gran retraso relativo con respecto a España, en buena parte por lo limitado del tamaño de cada mercado nacional y la escasez de libros a nivel regional.
·         Premios:  También ha habido una gran proliferación de premios a “empresas responsables”, lo que refleja el interés de la región en las prácticas responsables aunque no refleje el grado de responsabilidad de las empresas.
·         Instituciones empresariales de promoción de la RSE:  Desde el liderazgo de Ethos en Brasil en el 1998, cada uno de los países de la región tiene una institución empresarial dedicada a la promoción de la RSE, agrupadas en una asociación regional, Forum Empresa.
·         Educación en RSE:  En términos de educación, en los últimos diez años ha surgido un gran número de programas a nivel de “diplomado”, cursos cortos, muchos de ellos en línea.  También han comenzado a ofrecerse maestrías en RSE y especializaciones en RSE en otras maestrías como las de negocios y ciencias sociales.  Esta es posiblemente el área de mayor desarrollo en la región, lo cual ofrece buenas expectativas de progreso en la RSE cuando estos graduados ejerzan su influencia en las empresas, gobiernos  y sociedad civil.
·         Consultores: No hay información confiable pero también he podido constatar el gran número de consultores en casi todos los países.  Es de suponer que tienen demanda.

Debe quedar claro que Brasil es un caso aparte en la RSE en América Latina.  El resto de los países tienen indicadores muy deficientes.  Aunque estos indicadores son interesantes como medida comparativa, no reflejan las prácticas al interior de las empresas. Son manifestaciones exteriores, no obstante ilustrativas.

Sin embargo, la intensa actividad en algunos elementos (actividad académica, consultores, revistas, premios, boletines, etc.) pueden reflejar la ilusión y esperanza que Alberto Andreu dice haber percibido en la región. Pero es difícil saber si es real.

            En resumen

De la discusión precedente creo que se puede concluir que América Latina, en su conjunto, está retrasada en RSE.  Pero las expectativas son que el progreso continúe, aunque todavía quedando debajo del promedio de desarrollo mundial. Y tenemos que profundizar las acciones en las empresas, no solo las manifestaciones exteriores.

Ello no quiere decir que no haya empresas que puedan considerarse muy avanzadas.  De hecho hay algunas consideradas líderes mundiales, como es el caso de Natura y Banco Itaú en Brasil, Florida Ice and Farm en Costa Rica, Grupo Nutresa en Colombia, Masisa en Argentina y Chile y Grupo Bimbo en México, por mencionar solo algunas.  Pero en términos relativos son la excepción más que la regla.

GRACIAS A TODOS LOS QUE AYUDARON CON LA ENCUESTA

NOTA:  Si usas la información de este articulo, favor citar la fuente.



[i] Ver por ejemplo el Capitulo 3, por Estrella Peinado, en Responsabilidad Social de la Empresa en América Latina: Manual de Gestión,  y el capítulo sobre América Latina, por Estrella Peinado y el suscrito en  The World Guide to CSR: A Country-by-Country Analysis of Corporate Sustainability and Responsibility. Editado por Wayne Visser and Nick Tolhurst, Greenleaf Publishing, 2010.

domingo, 18 de noviembre de 2012

¿Cuál es el argumento empresarial de la RSE?


Recientemente José Ángel Moreno Izquierdo publicó un muy completo artículo El retorno de la ética: sobre las limitaciones del business case de la RSE en el Diario Responsable (13 de noviembre 2012) en el que analiza el poco impacto de la RSE en función del modelo dominante del “business case” (argumento empresarial) y se une a las voces recientes que abogan por el “moral case”, un regreso a la promoción de la RSE en bases éticas y morales.  Presenta una discusión razonada de las limitaciones del argumento empresarial y por ende de la necesidad de enfatizar la ética. 

En este artículo comentaré porque el argumento empresarial ha sido mal usado y presentaré mis argumentos para defender que no solo tiene vigencia sino que es indispensable.  Todo esto sabiendo que debe ser fundamentado en una mayor base ética y moral, en un menor egoísmo y egocentrismo en la empresa.  Esta segunda parte de su artículo no la comento, estoy totalmente de acuerdo.

 


Moreno Izquierdo (JAMI) analiza cuatro limitaciones del argumento empresarial que son válidas pero que creo requieren algunas puntualizaciones y adiciones (ver también nota al final del artículo[i]):

·         La comparación de los rendimientos en el mercado de valores de empresas incluías en índices de sostenibilidad en comparación con otras empresas[ii].  La evidencia empírica, como muy bien reporta, no es concluyente en el sentido de que rinden mas.  Yo añado las razones por el fracaso de los resultados empíricos:

o   Porque los criterios para la inclusión en índices de sostenibilidad son muy variadas y en algunos casos ofrecen muchas dudas sobre si representan la responsabilidad de la empresa.  El índice mas usado en estos análisis es el Dow Jones Sustainability Index,  DJSI, que es un “best in class index” o sea que  incluye las mejores empresas dentro de un sector.  Si todas son regulares o malas, igual hay 10-15 incluidas en el índice.  En algunas versiones del índice están empresas como British Tobacco, estuvo British Petroleum y ahora no están ni Coca Cola ni IBM ni Telefónica.

o   Porque usan muchos criterios comunes a todas las empresas independientemente del tipo de empresa y el mercado en que opera.  Una generalización contraproducente.

o   Porque el período en que se suelen hace los análisis (boom, recesión, estabilidad) afectan la forma en que el mercado aprecia la responsabilidad empresarial.  Con una buena selección de períodos y de índices se puede demostrar casi lo que se quiere.

o   Porque este tipo de análisis sólo se puede hacer con las cerca del millar de empresas incluidas en índices de sostenibilidad, que cotizan en bolsa y no para las decenas de millones que no lo hacen (de los países de habla ibérica en el DJSI Global sólo hay 17 de España, 9 de Brasil y 4 de Colombia).

·         La comparación del rendimiento entre carteras de inversión construidas usando criterios de responsabilidad versus criterios tradicionales.  Repasa la evidencia y comenta que las comparaciones no son concluyentes a favor de las carteras responsables, de allí que no se puede afirmar que producen rendimientos fuera de lo normal.

o   Aunque la definición de responsabilidad suele ser más rigurosa y acotada, los argumentos para los resultados son los mismos que para el caso anterior. 

o   Porque esto en todo caso sólo sería relevante para los varios miles de empresas que son analizadas por las fondos especializados.

·         El análisis de correlación entre responsabilidad y rendimiento financiero, usando cifras para muchas empresas no llega tampoco a conclusiones firmes.  A veces es positiva, a veces negativa  y a veces inexistente.  Puntualiza muy bien los problemas metodológicos.  Sin entrar en mayores discusiones, que se salen de carácter resumido de este artículo, yo añado:

o   La dificultad de representar la “responsabilidad” en un número para poder hacer el análisis estadístico.  Cada estudio usa una definición diferente de la variable independiente de responsabilidad para explicar los rendimientos financieros.  La definición de estos últimos es un poco más sencilla, pero también muy limitada.  Se suelen usar valores contables que como sabemos tienen dificultad en reflejar el valor de la empresa y que no suelen incluir el impacto de las prácticas responsables.

o   El problema de la causalidad:  ¿son las empresas mas rentables porque son responsables o son responsables porque son mas rentables?.  Mi respuesta:  Ambas están correlacionadas con una tercera variable: calidad de gestión.  Empresas bien gestionadas son rentables Y responsables.

·         Las opiniones de los ejecutivos que suelen ser favorables hacia el impacto de prácticas responsables, fundamentalmente en función de la mejora en la reputación de al empresa.  Yo añado dos comentarios:

o   Estas opiniones suelen ser para la galería y lo dirán aunque no lo crean.  La respuesta positiva del Presidente a estas preguntas es parte de la campaña de realzar la reputación.

o   Y lo más importante, están hablando de UNA empresa, la suya y no de generalizaciones como los otros tres argumentos precedentes.  

Es importante analizar que hay detrás de cada uno de estos argumentos para determinar el efecto del argumento empresarial.  Hay que notar que tres de los argumentos se refieren a la falta de confirmaciones estadísticas entre la responsabilidad y la rentabilidad.  Los dos primeros actúan vía el mecanismo de transmisión de los precios en las bolsas de valores, vía las recomendaciones de los analistas financieros y las correspondientes acciones de los accionistas.  Si estos grupos no responden, como suele ser el caso, la responsabilidad difícilmente se traducirá en rentabilidad bursátil (ver el gráfico que ilustra este artículo que, a propósito, tiene los engranajes desengranados).  Lamentablemente estamos en un circulo vicioso:  no pujan por las empresas responsables porque no se ha demostrado que tendrán mas rentabilidad, y no tienen mas rentabilidad porque no pujan por el precio. 

Entonces, el problema no es que el argumento empresarial no funciona, es que para funcionar requiere que mecanismo de transmisión funcione.  Es importante hacer el diagnóstico correcto para poder atacar el problema.   Las empresas responsables deben dar mas información confiable, procesada, lista para el consumo de los analistas financieros e inversionistas sobre su responsabilidad y sobre cómo creen que reducirá riesgos y mejorará rendimientos[iii].  Y la industria de la Inversión Socialmente Responsable debe educarlos en los impactos de la responsabilidad, en el largo plazo, en la sostenibilidad financiera de la empresa.[iv]

El tercero de los argumentos se refiere al efecto de la responsabilidad sobre los resultados financieros de las empresas, a nivel agregado, correlacionando la responsabilidad de centenares de empresas con sus resultados financieros.   No hay consenso sobre qué es la responsabilidad social de la empresa y, muchísimo menos, como asignarle un único valor numérico que se pueda meter en un análisis estadístico.   ¿Qué es lo relevante, importante,  para esta empresa en particular? ¿Se puede tener una cuantificación de la responsabilidad que se aplica a los centenares de empresas que forman parte del análisis de regresión?

Los tres primeros argumentos fallan en demostrar las ventajas de la responsabilidad en gran medida por problemas metodológicos que no han sido resueltos y son muy difíciles sino imposibles de resolver de manera convincente.  No constituyen una demostración de la falla del argumento empresarial.  Digamos que con estos argumentos no se ha probado el argumento empresarial.  Tampoco se ha negado.  El análisis estadístico a nivel colectivo no es adecuado para probar o negar el argumento empresarial.  Y el problema es el círculo vicioso mencionado.

El cuarto argumento es de otra índole, es la opinión de los ejecutivos de empresas, que si fueran bien manejadas, con honestidad, profundidad y transparencia podrían tener el impacto esperado. 

Mi argumento empresarial es que éste es dependiente del contexto en que opera la empresa, interna y externamente.  Parafraseando a Ortega y Gasset:  El argumento empresarial es el argumento empresarial y sus circunstancias. 

El argumento empresarial se debe hacer a nivel de empresa.  A nivel agregado es muy complicado hacerlo, tanto a favor como en contra.  

A nivel de empresa individual podemos determinar qué stakeholders reaccionan y que sean capaces de tener impacto y podemos tomas medidas puntuales, enfocadas, para atender ese “mercado”.  Podemos, con no pocas dificultades,  analizar como reaccionan y que impacto tienen, si lo tienen, sobre nuestros ingresos y egresos, presentes y futuros, tangibles o intangibles.  Si para mi PyME lo mas importante son mis empleados, me concentraré en ello y me importará poco el cambio climático.  Y bien manejado puede llevar a mejores resultados financieros.  Si en mi zona de influencia hay violencia, me preocuparé de hacer alianzas con la comunidad  para mejorar la logística y productividad de mis empleados y me importarán menos los informes de sostenibilidad de acuerdo a los principios GRI.  Y esto puede llevar a mejores resultados financieros.

Y ni que hablar del argumento empresarial mas simple que es de la ecoeficiencia:  el menor consumo de recursos como energía, agua y otras materia primas, el re-uso de materiales a través del reciclaje, la reducción de empaques entre muchas otras medidas.  Pero estos son argumentos a nivel de la empresa, no a nivel de un colectivo.

El argumento empresarial sólo deja de tener validez si todos los stakeholders, no se enteran o no les importan las prácticas responsables o no actúan en consonancia.  Aun cuando hay casos así, todas las empresa enfrentan algún stakeholder que sí se entera, que si le importa y que si actúa.  Y este es el argumento empresarial.

Lamentablemente los sesgos educativos de los ejecutivos (teoría de la empresa: deben ganar mucho dinero), los sesgos de la mayoría de los incentivos (bonificaciones en base a indicadores de volumen o beneficios), la feroz competencia (el análisis economicista de la responsabilidad suele hacerse sobre el corto plazo y sobre valores tangibles), hacen que la utilización del argumento empresarial continúe siendo necesario, lamentablemente indispensable, para que los ejecutivos participen o por lo menos que no saboteen los esfuerzos de los convencidos.  Estos sesgos les hacen ver claramente los costos, que suelen ser tangibles y en el corto plazo, pero no los beneficios que pueden ser intangibles y en el largo plazo.

Son muy pocas las empresas que son responsables solamente porque es ética y moralmente lo correcto.  Las hay.  Pero para la gran mayoría, el argumento empresarial, a nivel de empresa, es todavía necesario.   Ojalá que sólo lo fuera como refuerzo del argumento moral.

Es muy cierto que el argumento empresarial de la responsabilidad no ha calado, pero las preguntas relevantes son:  ¿Es que no es válido o que no lo hemos sabido usar?  ¿No será que hemos usado argumentos colectivos cuando los correctos son los individuales? ¿Con qué substituimos o complementamos este argumento?  ¿Solamente con el argumento moral?

¿Es importante el argumento ético y moral? Absolutamente.

¿Está agotado el argumento empresarial de la RSE?  NO.  No ha llegado la hora de abandonar el argumento empresarial.  Ha llegado la hora de individualizarlo a la realidad de cada empresa, de cada entorno, sin generalizaciones.  Como dijo Mark Twain: Todas las generaciones con falsas………………….y esta también.




[i] Para mayores detalles sobre el argumento empresarial ver mi Capítulo 10 “La responsabilidad como factor de competitividad de la empresa” en el libro La Responsabilidad Social de la Empresa en América Latina:  Manual de Gestión. 
[ii] Para un análisis de los índices de sostenibilidad ver mi artículo  ¿Para qué sirven los índices de sostenibilidad?