Porcentaje activos con exclusión (*)
|
Porcentaje activos con integración (*)
|
Porcentaje de activos con participación
en gobernanza (*)
|
Activos por miles de Euros de PIB
|
|
España
|
98,5
|
12,8
|
19,4
|
38,24
|
Francia
|
8,6
|
95,8
|
ND
|
678,67
|
Reino Unido
|
22,1
|
56,5
|
80,1
|
510,83
|
Europa, 14 países
|
41,8
|
47,4
|
28,8
|
ND
|
domingo, 28 de octubre de 2012
La Inversión Socialmente Responsable en España: ¿Simbólica?
Parece ser un momento oportuno para analizar
la situación de la Inversión Socialmente Responsable, ISR, en España. Se acaban de publicar dos importantes estudios,
el European
SRI Study, sobre la situación en Europa y el segundo Informe
Spainsif 2012 sobre la ISR en España.
El segundo permite analizar la situación es España pero, de manera mas
relevante, el primero permite situar a España en el contexto Europeo y apreciar
la posición y progreso relativos[i]. Analizaremos solo algunos aspectos
destacables (no hay espacio para un análisis mas exhaustivo).
A manera de introducción y para aquellos
lectores que no son expertos en el tema pasaremos una breve revista a conceptos
básicos de ISR, para facilitar la comprensión de estos reportes. En su forma más fundamental la ISR se refiere
a la inversión en valores negociables, cotizados en alguna bolsa de valores que
incluyen, en su análisis para la incorporación en la cartera, criterios sobre
la responsabilidad social de las empresas que los emiten. También se aplica a las inversiones en proyectos y valores que no
cotizan (private eqity, project finance),
pero para simplificar nos referiremos a la ISR en valores cotizados.
Los criterios
utilizados para seleccionar las inversiones van desde lo mas trivial a lo mas
completo, desde simples exclusiones de inversiones con algún criterio (negative screening) a análisis a fondo
de la responsabilidad social de la empresa (positive
screening). Entre los primeros los más comunes son las
exclusiones de sectores industriales como la producción de armamentos,
apuestas, pornografía, tabaco y alcohol. Pueden ir mas allá y excluir, por ejemplo,
empresas que producen carbón e hidrocarburos, o empresas que operan en algún
país determinado (casos paradigmáticos fueron los de África del Sur en época de
apartheid y mas recientemente Burma o Myanmar), También se usan criterios de
exclusión a nivel de empresas, por ejemplo excluir empresas que usan trabajo
infantil.
Los criterios positivos incluyen una gran
variedad y cubren amplios espectros. Pueden incluir criterios como tener bajas
emisiones de gases de efecto invernadero, buena gobernanza corporativa,
respetar los principios de una religión, tener participación de los empleados
en la toma de decisiones, reconocimiento en el respeto a los derechos humanos,
o una combinación de estos y otros. Son
comunes también criterios más integrales como la membresía en índices de generales
o específicos de sostenibilidad o en cumplir los criterios de alguna agencia
especializada en análisis de sostenibilidad para la ISR.
Debe quedarle claro al lector que el uso de
criterios de exclusión si bien es algo, no contribuyen a cambiar el
comportamiento de las empresas, que debería ser el fin de la ISR. Estas empresas no van a cambiar de sector de negocio para captar recursos de ISR. El uso de estos criterios simplistas esta muy
cerca del lavado de cara por parte de los inversionistas, que les permite decir
que tienen parte de la cartera en ISR.
Son los criterios positivos los que le envían
mensajes a las empresas de que serán preferidas si tienen comportamientos
responsables, que a lo mejor tendrán mejor acceso a los mercados financieros,
que a lo mejor sus valores tendrán mayor liquidez, que a lo mejor disminuirá su
costo de capital, que a lo mejor aumentará el precio de sus acciones en
bolsa. Esto puede contribuir a cambiar
el comportamiento de las empresas. Insisto
en usar las palabras “a lo mejor” porque nada de esto está garantizado ni se ha
demostrado concluyentemente (ver mi artículo publicado en el Journal of
Sustainable Finance and Investment, Sustainability
indices in emerging markets: impact on responsible practices and financial
market development).
Pero pasemos al análisis de los estudios
mencionados de Eurosif y de Spainsif. El
primero cita como “notable resultado” que
la mitad de las inversiones responsables en Europa excluyen el financiamiento de
armas cubiertas en la Convención sobre Municiones de Racimo y Minas Personales. Yo
creo que lo notable es que la otra mitad no use esta exclusión. Pensar que a la mitad de las inversiones en
Europa no les importa que su dinero se utilice para fabricar estas armas (no
sabemos si se utiliza o no, lo que sabemos es que no les importa si se hace). Este
es un ejemplo claro de lo vacuo que pueden ser los criterios de exclusión pero
que aun así le permiten a algunos gestores de fondos decir que usan criterios
de ISR y ser calificados como tales.
Veamos el caso de España dentro del contexto
europeo ilustrado en la tabla siguiente.
En España predomina el uso de criterios de selección negativa. En efecto, el 98,5% de los activos bajo
administración usa esos criterios, en comparación con solo el 8,6% en Francia y
el 22,1% en el Reino Unido y el 41,8 en los 14 países europeos cubiertos por el
estudio de Eurosif. El potencial nivel
de impacto sobre las prácticas responsables
de las empresas se puede apreciar en las otras dos columnas de la
tabla. El porcentaje de activos con
integración explicita de factores ASG (ambiente, social, gobernanza) en el
análisis es de solo el 12,8% en España en contraste con el 95.8% en Francia, el
56,5% en el Reino Unido y 47,4% en Europa.
El mismo caso se observa en el porcentaje de activos con participación en
gobernanza (en juntas de accionistas, por ejemplo). España participa en el 19,4% de los activos
en contraste con el Reino Unido con 80,1%.
(*) Los números de Eurosif incluyen la utilización
de varias tipologías de criterios simultáneamente, pero sus totales de activos
bajo todos los tipos de criterios eliminan el doble conteo
La intensidad de la ISR se puede apreciar en
la última columna de la tabla donde calculamos el ratio de activos bajo ISR
sobre el PIB (en miles de euros de PIB).
Francia tiene 18 veces la intensidad de España y el Reino Unido casi 14
veces.
En el informe de Spainsif sobre España se
destaca un crecimiento del 71% del 2011 sobre el 2009 en los activos bajo administración
o sea, activos que pueden decir que están gestionados con criterios ISR. Si bien es laudable, la casi totalidad de las
inversiones socialmente responsables son con criterios de exclusión, lo mas
sencillo, lo de menos impacto.
Adicionalmente, el informe de España dice que
“Es innegable el peso que los PRI han
tenido en el desarrollo de la ISR en España. El número de firmantes ha
aumentado desde los 13 que había en 2009 a los 23 actuales, suponiendo un
incremento del 76 % en apenas dos años. De los 23 firmantes españoles, hay 9
propietarios de activos y 11 gestoras de activos que representan en torno al 90
% del volumen total gestionado con criterios ISR en España.”. A manera de comparación los
correspondientes números del Reino Unido son 139 firmantes, 28 inversionistas y 84 gestoras, y los de Brasil 61, 18, 29 respectivamente, casi el triple de firmantes
que en España.
También aquí hay que preguntarse si esto es
efectivo o es simbólico. Recordemos que
los firmantes de los Principios de Inversión Responsable, PRI, patrocinados por
el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, solo se
comprometen a considerar utilizar criterios de ASG en sus decisiones de
inversión. No se comprometen a UTILIZARLOS, solo a considerarlos (Ver mi
articulo ¿Otro
Pacto Mundial para inversiones?: Buena y mala noticia sobre lo que esto
significa. Y aun si los usan, pero usan
los criterios de exclusión sectorial, como es el caso de España, la sociedad gana
muy poco. Como dice otro estudio
sobre ISR de AXA Investment Managers, Piloting ESG Integration,
publicado simultáneamente al de Spainsif: “It
isn’t enough that managers are signatories to the PRI. Managers have to demonstrate to us, and our
stakeholders, that they apply ESG principles in their day-to-day management of
our money.”
Quizás el
crecimiento agregado en activos bajo administración y el numero de firmantes
del PRI no sea una medida apropiada de progreso, sólo lo es para el
nivel de negocios de los gestores. El progreso está en el impacto de la ISR.
En su comunicado al presentar el reporte Spainsif
reconoce que “A pesar de este crecimiento tan superior al del
mercado, la Presidente de Spainsif y Jefa de Inversión Social e Innovación de
CECA, García-Pintos, ha pedido no conformarse y ha subrayado la necesidad de
profundizar en esta tendencia multiplicando los actores, el afianzamiento de la
inversión responsable en el mercado minorista –los inversores institucionales
representan el 97 % en nuestro país, tres puntos más que la media europea– y la
sofisticación de las estrategias de
inversión (énfasis
añadido)”. ¡!Bien!!
Obviamente que el tamaño del mercado
financiero español no ayuda mucho a usar criterios positivos ya que a medida
que se hacen mas estrictos irán quedando pocas empresas en las que invertir. Y mas aun, las carteras con criterios ISR
necesitan diversificación, necesitan un universo grande de potenciales valores
en los que invertir.
Y como dice la Presidente de Spainsif, para
el desarrollo de este mercado es también importante el mercado minorista, pero
este requiere de carteras ya preparadas (fondos de inversión con criterios ISR,
¡ojalá que sean con los de verdad!). El
mercado minorista no tiene la capacidad de hacer la diligencia debida.
Y en España, como en otros países de mercado
financiero relativamente reducido, hay un problema de gallina o huevo. No hay demanda porque los gestores no promueven
estos fondos y no los promueven porque no hay demanda (Ver un análisis
detallado del caso de Brasil en mi artículo citado arriba. Para los lectores de América Latina, pueden
ver mi capítulo 7 ¿Es
posible la ISR en América Latina? en el libro La empresa en tiempos de cambio:
La RSC y los negocios inclusivos, Fundación Carolina y Siglo XXI editores, Madrid, 2011).
¿Podemos decir que en España
esta avanzada la ISR? La
autocomplacencia no incita al progreso. Reconozcamos que la situación de la RSE,
aunque ha avanzado (existe Spainsif, tenemos el índice de sostenibilidad
FTSE4Good España, se habla y se escribe sobre el tema, algo se invierte) se puede catalogar como simbólica y tímida, a
pesar del crecimiento. El criterio mayormente usado en España es la exclusión de sectores
industriales. ¿Qué contribución hacen a
la responsabilidad social de las empresas? ¿Cuál es el valor agregado de la
intermediación?
Falta mucho camino por
recorrer, pero se ha comenzado a andar.
PROPUESTA A LA INDUSTRIA DE
LA ISR: Que la porción de ISR que se gestiona
con criterios de exclusión por sector industrial (armas, apuestas, tabaco,
alcohol, pornografía) no se incluya en las estadísticas de ISR. Nos obligaría a profundizar en la
responsabilidad empresarial, donde se puede tener impacto.
[i] También se publicó recientemente
un estudio patrocinado por CCOO: “La Inversión
Socialmente Responsable: análisis de
la situación actual, debate y propuestas. Las agencias de investigación
sobre criterios sociales, medioambientales y de buen gobierno. Una perspectiva sindical”.
miércoles, 24 de octubre de 2012
Observaciones en torno a los rankings de sostenibilidad ambiental de Newsweek
El 22 de octubre se publicó la cuarta edición de los rankings
de sostenibilidad de Newsweek
Green Rankings. A continuación algunos
comentarios que llaman la atención para Iberoamérica.
Metodología
Hay que empezar analizando la metodología,
aunque sea de manera rápida para determinar la credibilidad de los
rankings. En este caso las instituciones
involucradas son de reconocido prestigio internacional: Trucost para el análisis
de impacto ambiental y Sustainalytics para el de gestión ambiental. El índice se calcula con un peso del 45% para
cada nota y un 10% para la diseminación de información ambiental. Es de enfatizar que los rankings se refieren solamente
a sostenibilidad ambiental (aun cuando muchos otros medios usan la palabra “Green”
para referirse a sostenibilidad ambiental y social).
La primera analiza más de 700 indicadores de
impacto (agua, energía, emisiones, etc.) con información de disponibilidad pública
y calcula el costo del impacto ambiental,
en USDólares y relativo a ventas, basado en una serie de costos de impacto de
actividades para cada una de 486 industrias (¿porqué no se publican estos
costos para el medio ambiente?). La segunda,
de gestión, analiza diferentes aspectos
de la gestión (biodiversidad, agua, cadena de valor, materiales peligrosos,
etc.) y determina un valor basado en pesos relativos diferentes para cada
industria. El componente de diseminación
está determinado en partes iguales por ambas instituciones. La primera lo hace en base a lo que la
empresa disemina, valorado por el costo del impacto y la segunda lo hace en
base a la calidad y amplitud de la diseminación en función de estándares de
reporte (GRI, Carbon Disclosure, etc.).
El ranking analiza las mas grandes empresas
de EEUU y del resto del mundo, que cotizan en bolsas de valores. Las empresas de menor tamaño, privadas o
públicas pueden ser evaluadas a cambio de pagar por el servicio.
Mi primera y constante crítica a los rankings
es la omisión de la materialidad (¿que es lo importante para cada empresa e
industria?) a efectos de poder compilar listas globales que sean atractivas
(antes hubiera dicho “sexy”) y poder incluir en la misma lista empresas de
impactos tan diversos como bancos y producción de petróleo, como medios y cemento.
Las 100 primeras del ranking son mayormente
instituciones financieras, telecomunicaciones, informática y consumo al detal. No es de sorprender que hay 87 instituciones financieras
entre las 500 empresas, solo 31 en
energía. Comparar las empresas con sus
semejantes dentro de cada industria tiene más sentido que hacerlo de forma global
(la base de datos permite ver los rankings por sector industrial). Para hacerlo así deberían hacerlo en relación
a los benchmarks de cada industria, o sea, como proporción de lo mejor de esa
industria y no en valores absolutos. Estos rankings a lo sumo miden el efecto ambiental
total no la eficiencia con que lo hacen dentro de la industria que les toca
participar.
¿Es mas fácil ser ambientalmente sostenible
para las instituciones financieras que para las petroleras? Obviamente que si se utilizan los mismos
criterios ese debe ser el caso,
especialmente si no se incluye el impacto ambiental indirecto derivado de las
operaciones que financian las instituciones financieras. ¿Hubiera sido preferible hacer solo calificaciones
sectoriales en función de un benchmark que
son más comparables? Hay que hacer un balance
entre tener una comparación de todos con todos (atractivo, publicitario, peras
con manzanas) con la comparación de manzanas con manzanas y peras con peras (mas
preciso pero de menos interés publicitario).
El sectores de pornografía no está
considerado (no lo encontré), pero sí están apuestas (Las Vegas Sands sube 203
puestos), licores, defensa (armamento) y tabaco. Hay cuatro Tabacaleras, la primera en
posición 197 (posiciones 2, 5, 21, y 22 de las 28 en la categoría Alimentos, Bebidas
y Tabaco). Obviamente consideran que a pesar de matar, se puede ser verde.
España
Tiene 8 entre las 500 globales y cinco entre
las primeras 100: Telefónica en el
puesto 15, Santander en el 16, Inditex en el 34, BBVA en el 55, Mapfre en el 98 y ACS, Repsol e Iberdrola en
los doscientos. Tres de cinco españolas en
los primeros 100 son instituciones financieras y una es de telecomunicaciones.
América Latina
Entre las 500 empresas globales, en América
Latina solo las hay en Brasil , México y Chile.
Es de suponer que el costo de investigar empresas en otros países es muy
elevado. Estoy seguro que de haberlo hecho
encontrarían en Colombia, Costa Rica, Perú,
Argentina, etc.. Hay empresas que han
sido reconocidas mundialmente y no están en la lista. ¡No está Natura de Brasil! El ejemplo más paradigmático de la
región. ¡No está Florida Ice de Costa Rica!
Brasil tiene 14 empresas entre las 500. Tienen 5 entre las primeras 100, de las cuales 4 son bancos y Telefónica
Brasil. Otra vez los bancos y
telecomunicaciones. Santander Brasil es la número uno global,
subiendo 16 puestos.
Y sí está Wal-Mart de México, caso
ampliamente conocido de corrupción, en el puesto 84 global y primera en México (¡pero es que esto es
ambiental!). Bimbo, empresa ampliamente
reconocida en América Latina y Estados Unidos por su responsabilidad (con algunos accidentes ver: Wal-Mart,
Bimbo, Telefónica: ¿Se pueden llamar
empresas responsables?) está en el puesto 471. México
tiene 5 entre las 500 y solo una entre las primeras 100: Wal-Mart!!
Chile tiene una sola empresa entre las
500: Falabella en la posición 350 global y 35 en su industria de Comercio
al detal.
Categorías
peculiares
Tienen algunas clasificaciones que solo se
pueden tildar de peculiares:
Empresas con buena
reputación pero poco sostenibles: mencionan 15 mayormente de EEUU.
La única que posiblemente sea conocida por los lectores y que sorprende
es Kellogg´s
Empresas sostenibles
con baja reputación: Destacan como que no convierten
en reputación su sostenibilidad ambiental: Fiat, Rolls Royce, BMW, Nokia,
American Express
Empresas sostenibles
con buena reputación. Y algunas de las que si la
convierten son Volkswagen, Disney, Samsung, Sony, Google, Microsoft, Intel,
IBM.
Y Apple? En el puesto 213 bajando 96 puestos.
Daría para muchos comentarios.
En resumen
Que hay que tomarse todos los rankings, aun
estos que son sofisticados, con mucha cautela.
El balance entre rigor y comercialismo es muy difícil de lograr.
domingo, 21 de octubre de 2012
Sostenibilidad en instituciones financieras de América Latina: ¿Son tan buenas?
En julio del 2012 se publicaron los
resultados de una encuesta entre 85 instituciones financieras (82 en América Latina, una en EEUU y dos en España)
sobre la integración de la sostenibilidad: Integración de la sostenibilidad
en las instituciones financieras latinoamericanas. El
estudio fue patrocinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente, PNUMA, la Federación Latinoamericana de Bancos, FELABAN y la
Iniciativa Financiera del PNUMA, UNEP-FI, y elaborado por BSD Consulting[i].
Con la gran escasez de estudios sobre la situación
de la sostenibilidad en América Latina, esta encuesta tiene el potencial de ser
valiosa para la comprensión de las prácticas de sostenibilidad en las
instituciones financieras. Está
respaldada y producida por instituciones de primer orden.
Sin embargo, la encuesta tiene algunos de los
problemas de un gran número de encuestas donde los encuestados responden con lo
que creen que deben responder o bien con lo que creen que la institución debería
hacer, pero que no sabe si en realidad hace. En particular, adolece de algunos de los
problemas que comentábamos en un artículo anterior sobre la encuesta de Forum
Empresa Informe
2011 sobre el estado de la RSE en América Latina: Úsese con mucha cautela.
Estimulo al lector
a que consulte el estudio en el nexo listado arriba y saque sus propias
conclusiones. No comentaré todos los
resultados por economía de tiempo, solo aquellos que más llaman la
atención.
Es estudio es una buena adición al
conocimiento de las prácticas de las instituciones financieras pero mas por ejemplos de buenas prácticas individuales
descritas que por las generalidades que se pueden deducir de las respuestas a
la encuesta. Al final el estudio
presenta casi 20 ejemplos, basados en información pública proporcionada por las
instituciones, con algunos dignos de mención.
Por ejemplo, describe el programa de gestión de riesgos ambientales y
sociales y su aplicación a un proyecto de infraestructura de ITAU BBA en Brasil, un banco reconocido
mundialmente por su sostenibilidad. Presenta
el programa de capacitación para el análisis de esos riesgos del Banco Pichincha
en Ecuador, y el programa de identificación y gestión de impactos de Bancoldex
en Colombia, entre otros.
En cuanto a los resultados de la encuesta, comencemos
por el mas sorprendente: las razones por
las cuales las instituciones financieras integran la sostenibilidad en sus
estrategias. La respuesta más común, dada
por el 76% de los encuestados es de que lo hace por
razones éticas. Si, ¡el 76%!. Ni siquiera en las PyMEs donde esta respuesta
sería de esperar, obtuvimos un resultado tan contundente en nuestra encuesta (45%). Nunca me lo hubiera imaginado. ¿Será que ante la reciente crisis de ética de
las instituciones financieras ahora se ven estimuladas a responder así? Otra posibilidad es que al tener códigos de
ética o regulaciones nacionales e internacionales contra el lavado de activos y
otras de buen gobierno corporativo piensen que su razón de actuar es ética
cuando puede ser más bien como consecuencia de algunas regulaciones. Tener un código de ética es solo condición
necesaria, no suficiente,
Resulta difícil reconciliar estos resultados
con el hecho de que el 78% y el 63% respectivamente también responden que enfrentan obstáculos derivados de la falta de conocimiento y de resistencia interna
al cambio. O no saben vender
internamente la idea o la ética no está tan difundida como creen entre su personal.
Vale la pena añadir que el 69% responde que la
integración de la sostenibilidad en sus estrategias se hace por gestión de
riesgos y una cifra semejante, el 67% que
se hace por el tema de reputación. Ambos
resultados parecen lógicos. El 35%
responde que lo hace para obtener el reconocimiento de los consumidores. De
esta última se puede deducir que pareciera que no consideran que su sostenibilidad
sea un tema que les preocupa a los consumidores.
Otro resultado interesante es que el 82% dice
que tiene un plan de manejo ambiental (consumo de agua, electricidad, papel,
emisiones, etc.). Por ejemplo el 57%
dice que tiene un plan o sistema para la reducción de emisiones de gases de
efecto invernadero. También es un poco
sorprendente ya que el impacto ambiental directo no es un factor crítico para
las instituciones financieras. ¿Habrán
hecho análisis de materialidad, de lo que es importante? Donde sí importa, los resultados no son tan
contundentes. Sólo el 58% dice que
considera los factores ambientales y sociales en sus análisis de riesgo de sus
operaciones de préstamo e inversión y un 13% adicional dice que sólo considera
los ambientales. 28% no considera
ninguno de los dos.
Otra información comentable es la diversidad
de productos “verdes” que dicen tener las instituciones. Por ejemplo, el 63% dice tener programas para
el financiamiento de energía renovable y el 46% dice que tiene productos para inversiones
ambientales. Estas cifras representan
condición necesaria pero no suficiente. Reflejan posibilidades, pero no acciones. Los resultados son relativamente irrelevantes
ya que lo importante es el volumen de
activos colocados en estos productos “verdes”, no su oferta. Se pueden tener los productos a disposición
del público pero si no se venden o no hay demanda, esos porcentajes no dicen
mucho. Claro está que es muy
difícil incluir preguntas de demanda en este tipo de encuestas.
Adicionalmente, lo mas importante para la banca es la responsabilidad del producto, o
sea como se usan los recursos que presta e invierte, que tipo de condiciones
ambientales y sociales pone para el acceso a su financiamiento y en su
seguimiento. La encuesta no cubrió estos
aspectos. Pero es también de
destacar que las instituciones financieras tienen criterios de aprobación, pero
habría que ver en que medida se les hace seguimiento y las consecuencias del
incumplimiento.
En este sentido, no hay cobertura sobre la inclusión financiera y muy poco sobre la
educación de los consumidores, pero este es debido a la restringida
definición de sostenibilidad que adopta la encuesta, como comentamos mas
adelante.
De las 30 instituciones que dicen ser
firmantes de los Principios de Inversión Responsable, PRI, del PNUMA solo 12
son de origen latinoamericano (todas de Brasil), el resto son el Citibank,
Santander y BBVA y sus filiales. Estas
no son firmantes, lo son sus casas matrices.
Lo mismo sucede con los adherentes a los Principios de Ecuador sobre
préstamos responsables. De las 26
instituciones que dicen ser adherentes, solo 7 son de origen local, las demás
son las de EEUU, España y sus filiales.
Las bases de datos de ambas organizaciones no listan a estas filiales
como formante o adherentes.
Si bien todas son instituciones que operan en
América Latina, los números pueden dar una impresión optimista del estado de la
responsabilidad en las instituciones financieras de la región. Si sacamos Brasil y las filiales de EEUU y
España, todos los números cambian mucho.
Cinco bancos comerciales responden que
pertenecen al Dow Jones Sustainability
Index. En América Latina hay solo 4
bancos comerciales en el índice. Tendría
que ser que todos los miembros del DJSI en América Latina estaban en la encuesta,
más alguno de España o EEUU.
Quince instituciones dicen que reportan sus emisiones
en el Carbon Disclosure Project, CDP,
sin embargo solo pude encontrar 7 en la base de datos del CDP en América
Latina. Si los dos bancos de España y el
de EEUU que participaron en la encuesta lo hacen, llegaríamos a 10. De cualquier manera sus emisiones son un tema
de relativamente menor importancia en el contexto global de sostenibilidad de
instituciones financieras. Sí lo son las emisiones de los proyectos y
empresas que financian, pero sobre esto no hay nada.
Hay que destacar que el estudio tiene un
sesgo marcadamente ambiental dada la naturaleza del principal promotor. En este sentido da una idea muy sesgada de la
integración de la sostenibilidad en las instituciones financieras en América
Latina, aun a pesar de que el subtitulo lo advierte: “Énfasis en aspectos
medioambientales”. El concepto de sostenibilidad de la encuesta es muy restringido,
mayormente ambiental.
En las conclusiones, los autores del reporte
destacan los progresos y los esfuerzos que están desarrollando las instituciones
financieras de América Latina, reconociendo los obstáculos que hay que vencer, en
particular la resistencia interna, a través de la asignación de responsabilidades
por sostenibilidad a altos cargos, el
entrenamiento y la sensibilización de los gerentes y empleados, y un mayor
contacto con la sociedad civil y los clientes.
Yo añadiría que habrá que hay que trabajar
sistemáticamente en la cultura organizacional que se ha desempeñado
tradicionalmente en base a incentivos por volumen y rentabilidad. Habrá que revisar el sistema de incentivos para que la sostenibilidad se
integre en la cultura organizacional.
En resumen, es un estudio útil para
comprender la problemática de la sostenibilidad en las instituciones
financieras de América Latina pero que tiene omisiones y sesgos.
Ojala que en vez
de encuestas donde se responde con el “me gustaría que fuese” se produjeran
estudios de la situación real de la sostenibilidad en América Latina, donde
podamos responder a la pregunta del “qué se hace”.
[i] Este artículo fue
consultado con uno de los autores del estudio y es posible que no haya incorporado sus comentarios
correctamente. En cualquier caso la responsabilidad
de su contenido es solo mía.
miércoles, 17 de octubre de 2012
¿Nuevos indicadores de reporte en RSE?: Buenas noticias mal reportadas
Hemos enfatizado en varias ocasiones que
lamentablemente algunas noticias son reportadas de forma que confunden en vez
de avanzar el proceso de la responsabilidad social de la empresa, muchas veces
con la intención de atraer a los lectores.
Recientemente un boletín de RSE reporta la siguiente noticia[i]:
Estados Unidos tendrá sus propios indicadores para reportes de RSE
Desde el 4 de octubre Estados
Unidos comenzará a contar con su propio sistema de indicadores para la
elaboración de reportes no financieros.
Será diferente del GRI
En cada uno de los tres titulares hay confusión:
No está previsto
que Estados Unidos, como nación, adopte sus propios indicadores diferentes de
los principios globales. Esta es una iniciativa
privada, voluntaria, de una institución constituida con el objetivo de poner
sobre la mesa sugerencias para desarrollar indicadores para determinar la materialidad de los
diferentes aspectos que afectan a las empresas en diferentes sectores
industriales (minería, manufactura, etc.).
La institución es el Sustainability Accounting
Standards Board,
SASB. Y no producirá estándares ni reglas de contabilidad como su nombre
parece indicarlo, que es un juego de palabras para dar la impresión
(perniciosa) de que es la versión alterna sobre contabilidad no financiera (sostenibilidad)
a tradicional contabilidad financiera que es el Financial Accounting Standards
Board, FASB, que desarrolla todos los principios y normas de contabilidad para
Estados Unidos y otros países y el International Accounting Standards Board,
IASB, que lo hace para la gran mayoría de los países, incluyendo Europa. Y serán completamente voluntarios ya que se
trata de una organización puramente voluntaria, no tendrán el poder regulatorio
de los estándares de contabilidad del FASB y del IASB, aunque los llamen
estándares. [ii]
Ni Estados Unidos
ni nadie podrán “contar a partir del 4 de octubre con su propio sistema de
indicadores”. El 4 de octubre se lanzó oficialmente la
institución. El plan de trabajo de la
SASB indica que esperan producir los indicadores en tres años, cubriendo 89
industrias clasificadas en diez sectores (¡!optimista!!). Y después tienen que pasar por todo el
proceso de validación y aceptación voluntaria por parte de instituciones y
empresas.
NO, no se
preocupen, no habrán nuevos indicadores de uso generalizado en Estados Unidos a
partir del 4 de octubre. No tienen que
cambiar la forma de reportar sus acciones en sostenibilidad.
Si, será diferente al GRI en el sentido de
que el GRI, por lo menos en su versión G3 no se preocupa de materialidad en
forma directa, solo en forma indirecta en el sentido de que las empresas NO
reportan algunos indicadores por no ser pertinentes. Sin embargo, la propuesta versión G4 del GRI se mueve precisamente en esa
dirección y las empresas deberán responder con más precisión y detalle sobre
los aspectos que hayan determinado que son materiales para su sostenibilidad
social y ambiental. La propuesta del
SASB será un excelente suplemento para las empresas a la hora de aplicar el
GRI. No es que sea diferente al GRI, no es una alternativa, será un
complemento.
Dicho esto es importante destacar que el
trabajo del SASB seguramente será muy valioso para definir la materialidad de
los aspectos sociales y ambientales en las empresas, que permitirá mejorar la
efectividad de los reportes, afinar las actuaciones de las empresa y contribuir
a la integración de los reportes financieros y de sostenibilidad. Iniciativa muy laudable…………..pero mal
reportada en el boletín citado.
Al final del boletín añaden:
Según sus directivos, los
indicadores no se superpondrán con los que están diseñando Ceres y el Instituto
Tellus en su Iniciativa Global para la Sostenibilidad Valoraciones (GISR), que
será más un sistema de calificación que de indicadores de reporte.
La Iniciativa
Global para la Sostenibilidad Valoraciones (GISR) no esta diseñando un sistema
de calificación de empresas, está tratando de producir
lineamientos y estándares para la producción de calificaciones ambientales y
sociales de las empresas, con el objeto de asegurar que los mas de 100
sistemas diferentes actualmente en uso para calificar empresas tienen criterios consistentes que mejoren su comparabilidad (ver mi
artículo Calificaciones (ratings) de
sostenibilidad: Hacia una mayor transparencia). El
GISR pretende que eventualmente puedan decir que las calificaciones han sido
preparadas de acuerdo a sus principios.
Es un sistema mas parecido a la serie de estándares AA1000 que proporcionan principios
básicos para identificar impactos, el aseguramiento de los reportes y el
involucramiento de los stakeholders.
Para el que quiera investigar mas, he
incluido las direcciones relevantes de internet en el texto arriba.
Y no hay que criticar sin ofrecer
soluciones. Este es el titular que
reflejaría la realidad:
En Estados Unidos se están desarrollando indicadores para reportes de
RSE
El 4 de octubre se constituyó
oficialmente el Sustainability Accounting Standards Board que sobre los
próximos tres años desarrollará un sistema de indicadores de materialidad para
la elaboración de reportes no financieros.
Será complementario a la cuarta
versión del GRI
No crearía confusión ni ansiedad. Crearía
interés y expectativa. Sería preciso.
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