domingo, 30 de noviembre de 2014
¿De quién es la culpa que la RSE este dónde está?
El pesimismo se ha puesto de moda en la RSE. Casi simultáneamente han sido publicados tres
artículos pesimistas sobre la RSE en Diario Responsable: Mas
leyes para una verdadera RSE por Ramón Jáuregui el 16 de noviembre
(publicado el 13 de noviembre en el periódico El País con otro título: Responsabilidad
Social Corporativa: ¿Una experiencia frustrada?), y otros dos derivados: ¿Se
agotó la RSE? por Perla
Puterman el 25 de noviembre y La
RSE adormecida por Carmen
Martí, el 26 de noviembre.
¿Está justificado
este pesimismo? ¿Dónde está y hacia dónde
va la responsabilidad empresarial? ¿De quién es la culpa que la RSE este dónde
está?
Este artículo es largo (tiene muchas
gráficas), pero les prometo que los voy a entretener…… si tienen paciencia. Y si no, pues dejan de leerlo. ¡No pasa nada!
I.
¿Quién está agotado, frustrado y adormentado? ¿la
RSE o nosotros?
Ramón Jáuregui, uno de los Eurodiputados que
más intensamente promueve la RSE hace un repaso de lo acontecido en los diez
años en que ha estado involucrado en el tema y expresa gran frustración (de
allí el título del artículo en El País) por el poco progreso, por la
prevalencia de prácticas responsables con irresponsables dentro de la misma
empresa, por la corrupción generalizada, por las políticas públicas que han
favorecido a algunos sectores de la economía y dejado de promover la
responsabilidad.
Propone medidas en dos frentes, uno el frente legal (de allí el título del
artículo en Diario Responsable: Más leyes) donde aboga por la obligatoriedad en
la información sobre sostenibilidad, el cumplimiento obligatorio de un código
para las empresas sobre Derechos Humanos y formalización de acuerdos ante la
OIT que cubran a las trasnacionales con gran impacto socio-laboral (¿y el
económico y medio ambiental?). Sin
entrar a analizar en detalle estas propuestas
(ver mis dos artículos Obligatoriedad
del reporte de sostenibilidad: ¿Bajo qué condiciones? y Obligatoriedad
o discreción en la RSE: Respeto a los Derechos Humanos) es de
notar que se refieren a las grandes empresas, menos del 1% de las empresas,
pero que controlan el 50% del empleo y el 60% del PIB.
El otro frente sí afecta a la totalidad de las
empresas y es el frente de la sociedad,
donde aboga por castigar comportamientos irresponsables y premiar los
responsables, o sea, que los gobiernos y
la sociedad actúen y respondan.
Perla Puterman expresa sus molestias al ver
comportamientos personales y empresariales que le parecen irresponsables y
culpa en buena parte a las deficiencias en las instituciones, confusiones en
las empresas e incompetencias en los consultores de RSE. Y se pregunta si la RSE está agotada.
Carmen Martí, en un brevísimo artículo,
resultado de su viaje a Bruselas a una reunión con líderes de la RSE en Europa, comparte sus frustraciones con las políticas
públicas lo que ha llevado a que la RSE se haya adormentado y comenta que
corresponde a las organizaciones de la sociedad civil despertarla.
No pretendo analizar estos artículos. Los traigo a colación porque son sintomáticos
de un pesimismo que no comparto y porque creo que la RSE no está ni agotada, ni
adormentada ni debería ser causa de frustración. Si no
hay progreso, que sí lo hay y mucho, lo importante es ver que hay que hacer
para acelerar y profundizar ese proceso.
Y la culpa no la tiene la RSE.
II.
¿Ha habido progreso en la responsabilidad de las
empresas ante la sociedad?
·
Hace
miles de años ya se hablaba de la responsabilidad del que tiene poder y
recursos (terrateniente, empresario) con los menos favorecidos: “Cuando
llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón de sus campos
ni recojan todas las espigas que allí queden. No rebusquen hasta el último
racimo de sus viñas, ni recojan las uvas que se hayan caído. Déjenlas para los
pobres y los forasteros”. (Levíticos 19: 9-10))
·
Hace
más cien años ya se propugnaba la responsabilidad de la empresa ante sus
trabajadores (Encíclica Rerum Novarum,
Papa Leon XIII, 1891).
·
Hace
casi noventa años el Harvard Business Review publicaba un artículo sobre el
papel de la empresa ante la sociedad (The Social Significance of Business”,
Wallace B. Donham)
·
Hace
sesenta años se publicaba uno de los primeros libros sobre la responsabilidad de
los empresarios (léase empresas) ante la sociedad (The Social Responsibilities of
the Businessman, Howard R. Bowen)
·
Hace
más de treinta años que se destaca lo escaso que son los recursos naturales y
de la necesidad de su uso y conservación para el bien común.
·
Pero
hace 20 años no se hablaba de informes de sostenibilidad de la empresa. Hoy se publican decenas de miles.
·
Hace
diez años no se hablaba de índices de sostenibilidad, hoy hay centenares.
·
Y ni
que hablar de las decenas de miles de empresas consultoras sobre RSE (para bien
o para mal).
·
¿Cuántos
libros había sobre RSE hace veinte años? ¿Cuántas revistas académicas y de
interés general? ¿Cuántos cursos
universitarios? ¿Cuántos Diplomados? ¿Cuantas
maestrías?
·
Hoy
hay decenas de conferencias sobre responsabilidad empresarial…. ¡cada día!
·
Hoy
tenemos instituciones de la sociedad civil que monitorean y promueven la responsabilidad
(Pacto Mundial, instituciones medioambientalistas y sociales) e instrumentos
(ISO 26000, lineamientos GRI, indicadores, convenciones contra la corrupción,
guías para los DDHH, para empresas multinacionales, etc.)
·
Gran
cantidad de empresas e instituciones tienen códigos de ética o de conducta y
sus respectivos comités, así como comités de sostenibilidad.
·
¿Cuantos
sellos de certificaciones sobre temas sociales y ambientales había hace veinte
años?
·
¿Cuantos
países/regiones tienen estrategias nacionales de promoción de la
responsabilidad empresarial? (muy pocos!!)
·
¿Cuantas
empresas tiene oficinas, directores, departamentos, personas asignadas a
monitorear y promover la responsabilidad de la empresa ante la sociedad
(algunas para decir que lo tienen, otras para atajar problemas, otras para ser
un mejor ciudadano)?
·
¿Cuantos
premios para las prácticas responsables de las empresas había hace veinte años
y cuantos hay ahora (¡lamentable! ¡No
todo es progreso! Si hay demanda habrá oferta)
No pretendo
asociar el progreso en la responsabilidad de la empresa ante la sociedad con
estas “manifestaciones indirectas” algunas de poco impacto sobre las acciones,
que es lo que importa. Pero sí son un
indicador de que el interés en la sociedad, en los inversionistas, en los
consumidores, en los gobiernos y en las empresas está aumentando. Y esto son los primeros pasos hacia un muy
largo, complejo, costoso y tedioso camino.
Pero en esto hace falta tener una visión de
largo plazo. Son muchas las fuerzas que atraen
a todas partes involucradas en direcciones opuestas, son muchas actividades que
compiten por la atención de estas partes, son muchos los intereses en juego. Desde el comienzo de la historia hasta su
fin ha habido y habrán timadores, indiferentes, mentirosos, greenwashers,
abusadores, compradores de indulgencias.
¿Debemos juzgar el progreso de la RSE por las ovejas negras?
Los que dedicamos
nuestras vidas a la responsabilidad empresarial nos gustaría que todo el mundo
lo hiciera, que todo fuera en la misma dirección, que fuera algo prioritario
para todos. Ello nos lleva a la frustración al no lograr
lo que nos gustaría, a la velocidad que nos gustaría. Se compite con el más poderoso caballero que
es Don Dinero, con conflictos internos en las empresas, competencia,
desinformación, negligencia de los consumidores, desidia del gobierno. OH, qué
mundo tan imperfecto!
Lamentablemente el logro de la responsabilidad
empresarial es una minúscula parte
de la actividad de todas las partes involucradas y para algunas ni siquiera
aparece en el radar. No, no somos el
centro del universo, no, los planetas no giran alrededor de la Tierra. Bien
visto es una maravilla el estado en que nos encontramos en la responsabilidad
empresarial.
En esto no podemos cometer el mismo error que
con las dietas, de pesarnos cada día. El cambio requiere persistencia y
paciencia. El cambio dramático en todos
los órdenes de actuación de la empresa, en un entorno cambiante, competitivo,
para logar que sea responsable requiere mucho tiempo. La RSE rinde frutos a largo plazo, es un
proceso lento.
Y este cambio, si
es que logra, no es lineal. Forma parte
del ciclo de vida de las empresas dentro del contexto de la vida del planeta. Logra progreso, retroceso, estabilidad,
retroceso, progreso…….. Y como estamos hablando de la
responsabilidad de las empresas en general, no de una en particular, ese
progreso es el agregado de millones de empresas, algunas progresan, otras
retroceden, otras se estabilizan, unas entran en el circuito, otras salen, y
todo esto dentro de un entorno continuamente cambiante. Y cada país/región está sujeto a diferentes
circunstancias, políticas y política.
Un simple ejemplo puede ayudarnos a ver esto
claridad. Para apreciar la dirección de
la inversión en la bolsa no se puede mirar el precio de las acciones cada hora,
hay que tomar una visión de largo plazo, ahí es donde se ven tendencias.
¿Hacia dónde va la bolsa según este gráfico
de la semana del 24 de noviembre?
¿Y según este de los últimos dos años?
¿Verdad que es más fácil ver las cosas cuando
se tiene la perspectiva correcta? Aunque
ello no quiere decir que no pueda haber cambios dramáticos. Perspectiva,
hace falta perspectiva.
También hay que
mirar el mundo, no solo el ombligo, no solo algunas empresas, no solo algunos
países. Hay países y contextos donde las condiciones
no están dadas para que las empresas ejerzan su responsabilidad ante la
sociedad, donde la lucha por la supervivencia limita consideraciones del bien
común. Pero hay otros que tienen una
cultura de aprecio por la sociedad y el medio ambiente, por la solidaridad. Si
tomamos el contexto amplio de espacio y tiempo vemos que ha habido inmensos
progresos en el agregado, en algunas partes poco, en otras más.
¡Qué fácil es
generalizar y qué difícil es que sea representativo!
III.
¿Qué es lo que hace falta para intensificar y
profundizar?
Si bien podemos decir que hay progreso en la asunción
por parte de las empresas de su responsabilidad ante la sociedad, este progreso
es esporádico, aislado, poco uniforme, inconsistente, errático, cuando lo
consideramos a nivel de las diferentes empresas. ¿De quién es la culpa? No es de
la misma RSE. Si no la quieren o no la
tratan consistentemente bien no es que ella se porte mal. Ella está a merced de
las empresas, gobiernos y sociedad. La
pobre RSE es violada, abusada, pisoteada, mancillada, se usa su nombre en vano.
Es sólo un instrumento. Los responsables de cómo se usa el instrumento
somos nosotros (ver mi artículo de diciembre
de 2013 ¿Es culpa
de la RSE? ).
La RSE no tiene la culpa de lo que las
empresas, gobiernos y sociedad dejan de hacer, si no cumplen con su respectiva
responsabilidad de contribuir a un mundo mejor.
Quizás lo que
tenemos que hacer es entonar un mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa
colectiva.
¿Qué debemos
hacer? Algunas de las acciones ya las mencionada
Ramón Jáuregui (censura pública a los comportamientos irresponsables, premiar
los responsables analizar la información de sostenibilidad) y Carmen Martí (participación
de las instituciones de la sociedad civil).
Solo como un ejemplo tomemos la sugerencia de
hacer obligatorios los informes de sostenibilidad y que la sociedad civil los analice. En mi experiencia los informes de
sostenibilidad tal y como están concebidos hoy en día son de muy poco utilidad
fuera de la empresa (de gran valor internamente: Informes
de sostenibilidad: ¿Sirven para algo? y para consultores). La información
que contienen está ampliamente “censurada” por los departamentos legales y de
relaciones públicas y salvo en empresas ya conocidas como altamente responsables
los informes dan poca información para la acción. Externamente
son más un instrumento de gestión de la reputación. Por definición no darán información que pueda
ser usada en contra de la empresa y la que pueda usarse a su favor es conocida
por otros medios. Por otra parte la
inmensa mayoría de la sociedad no se entera de estos informes, y si se entera
no actúa. Bajo estas condiciones es poco efectivo insistir en su obligatoriedad. Como dice un proverbio en inglés: Puedes
llevar el caballo al río pero no puedes hacerlo beber. ¡Hay que usarlos!
Algún día podemos
ver en nuestro móvil la contribución a la sociedad de todo tipo de empresas, gobiernos,
bienes y servicios. Ojalá que certificada. Eso será progreso.
Pero hace falta mucho más. ¿Qué has hecho tú como miembro de la sociedad? Solo algunas de las decenas de preguntas que
hay que hacerse:
¿Has votado por líderes que promueven la responsabilidad
empresarial?
¿Has presionado a gobiernos locales y
nacionales para que promuevan la responsabilidad?
¿Has denunciado comportamientos
irresponsables por parte de las empresas?
¿Buscas informarte de la responsabilidad de
las empresas e instituciones antes de adquirir sus productos y servicios?
¿Has comprado productos y servicios porque
sabes que han sido producidos responsablemente. Los has recomendado, lo
divulgas?
¿Dejas de comprarlos cuando sabes que han
sido producidos irresponsablemente?
¿Ejerces tu trabajo con ética y
responsabilidad?
¿Promueves la responsabilidad al interior de
tu empresa o institución?
¿Denuncias comportamientos irresponsables o
no éticos?
¿Pagas todos los impuestos que tocan?
¿Has ayudado a la difusión de información
fidedigna sobre las actividades empresariales?
¿Haces lo que predicas?
El que esté libre de culpa que tire la
primera piedra. Supongo que los lectores
de este artículo, siendo todos fanáticos de la responsabilidad empresarial,
podrán tirar muchas piedras.
Es difícil que la responsabilidad
avance si los gobiernos son indiferentes, si la sociedad civil se desentiende,
si las empresas responsables no informan, si los consumidores no se enteran o
si se enteran no actúan en correspondencia, si los medios no se interesan por
el tema, si los grandes compradores se desentienden de su cadena de valor, si
los mercados financieros no penalizan a las irresponsables y benefician a las
responsables (Ver
los Anales de la III Conferencia Interamericana sobre RSE con el lema ¿Quién es
responsable de la responsabilidad?).
Si las empresas
dejan de hacer, es porque nosotros hemos dejado de hacer.
Esperemos que los 21 españoles que visitaron
Bruselas a mediados de noviembre, para analizar los progresos y el compromiso
de las instituciones europeas hayan regresado con las pilas recargadas
dispuestos a combatir este pesimismo.
Ojala alguno de ellos se anime a contarnos a
todos cuales fueron los resultados del viaje y el impacto que tendrá en el
avance de la RSE en España la inversión que hicieron los contribuyentes
europeos en pagar gran parte de sus gastos de traslado.
¿De quién es la culpa que la RSE este donde está?
domingo, 23 de noviembre de 2014
Eludir y evadir impuestos: ¿Hasta dónde llega la irresponsabilidad empresarial?
Para muchos evadir y eludir impuestos es
sinónimo. Sí, tienen algo en común: tanto
los evadidos como lo evitados no se pagan.
Pero desde el punto de vista legal es muy diferente evadir que eludir. [i]
Pero, ¿y desde el punto de vista de la
responsabilidad de la empresa ante la sociedad?
Para analizar las posibles
irresponsabilidades de las empresas en su gestión de los impuestos conviene
comenzar con las definiciones formales según el Diccionario de la Real
Academia:
Elusión: Acción
y efecto de eludir.
Evitar: Apartar algún daño, peligro o molestia,
impidiendo que suceda
Evadir:
Eludir con arte o astucia una dificultad prevista. Sacar
ilegalmente de un país dinero o cualquier tipo de bienes.
El primero es un acto de eludir algo que
puede ser dañino para quien lo hace y el segundo es, usando arte o astucia,
evadir algo que está prohibido o que es su responsabilidad.
¿Qué es lo que están haciendo las empresas
con los impuestos? ¡Las dos cosas! Pero analicemos la responsabilidad o
irresponsabilidad de ambos casos, desde el punto de vista de la responsabilidad
de la empresa ante la sociedad.
Evasión fiscal
Sobre “evasión” no
hay mucho que debatir. Es irresponsable
desde el punto de vista del cumplimiento de una ley o regulación que el
gobierno ha impuesto. Aunque muchos de los
afectados se preguntan si leyes y regulaciones son justas, si no es que los
están “castigando” por ganar dinero, si no es que les tienen envidia, sino no
es que están en contra del éxito. Parece que todos lo cuestionamos.
Pero ¿quién no ha
evadido impuestos?
¿Quién no ha pagado algo en efectivo para que no le cobren el IVA o porque
quien les presta el servicio lo exige para no tener que declararlo y así pagar
menos impuestos. Podemos beneficiarnos
ambos al repartirnos los impuestos no pagados. Esto es evadir, no es eludir. Está prescrito por ley que se debe
pagar. Lo mismo que cuando no declaramos
algún ingreso o lo cobramos en especies (pobrecitos los empleados a sueldo que
no pueden evadir impuestos sobre los ingresos..… aunque hay mucha
creatividad).
El que esté libre de culpa que tire la
primera piedra.
Y todos estos que alguna vez, en mayor o
menor medida, hemos evadido impuestos criticamos a las empresas que los evaden
(diremos que nuestras evasiones a título personal son peccata minuta, pecados veniales comparado con los masivas
cantidades de dinero que evaden las empresas, son pecados capitales (¿será por
eso que lo que se evaden son grandes “capitales”?). Y es verdad, pero no por ser de menor cuantía
deja de ser peccata.
Elusión fiscal
Pero analicemos la (ir)responsabilidad de evitar o eludir impuestos.
Un caso paradigmático es el de Apple que es
acusada por la Comisión Europea de eludir impuestos localizando sus beneficios
en Irlanda a través de empresas intermediarias.
Legalmente no importa donde se
incurren los gastos o donde se obtienen los ingresos, sino donde se localizan
los beneficios a través de transferencias financieras entre empresas. El
Chief Financial Officer dijo que “no hicimos nada en contra de la ley”. Lamentablemente cierto. Fueron muy creativos y precisos en la
creación de las empresas y en la contabilidad de las transferencias ¿Pero es esto una respuesta aceptable para
la sociedad?
El evadir
impuestos es claramente ilegal, pero el eludirlos se hace dentro las leyes y
regulaciones vigentes. Puede que sea
legal pero, ¿es ético, es responsable?
¿Es ético y responsable aprovecharse de la incapacidad de los
gobernantes o de las ineficiencias de los sistemas fiscales?
Y son muchos los que lo hacen. La gran mayoría de los individuos también
buscan conocer mejor las leyes y regulaciones y ver que más deducciones se
pueden hacer, que modalidades fiscales permiten la minimización de los
impuestos, dentro de las leyes y regulaciones vigentes. Y esto, las personas naturales no lo vemos
como irresponsable, se trata de conocer bien las regulaciones y tener buenos
asesores fiscales. Pero cuando las
personas jurídicas lo hacen parece ser una violación de la ley, aunque juegan
con las mismas reglas que las personas naturales.
Lo que también está claro es que en el caso
de las personas jurídicas hay mucho más dinero involucrado. Pero, ¿es la
irresponsabilidad una función del monto?
Quienes suelen tener la capacidad de aprovechar las técnicas y
procedimientos para eludir impuestos suelen ser las personas jurídicas de mayor
tamaño y las naturales con mayor volumen de riqueza. Pero ¿no son estas personas, naturales y
jurídicas, las que tienen mayores responsabilidades ante la sociedad? Las
jurídicas porque es la sociedad la que más les ha dado y las naturales por eso
mismo o aunque solo fuese por solidaridad con el resto de la sociedad.
¿De dónde salieron los miles de millones de
beneficios que Amazon, Apple, Google Starbucks, etc. obtuvieron? ¿Tienen
la responsabilidad ante la sociedad de devolverle algo en forma de impuestos,
más allá de su responsabilidad ahora tradicional en temas sociales y
ambientales?
¿Porque tienen una
responsabilidad ante la sociedad de pagar impuestos? [ii]
Algunas empresas e individuos creen que los
impuestos son una piedra fiscal que tienen la obligación de eludir para que no
les haga daño. Que el eludirlos es una obligación ante los stakeholders, especialmente ante los
inversionistas. Pero el principal stakeholder
es la sociedad, representada en este caso, bien o muchas veces mal, por los
gobiernos.
Si las empresas dejan de pagar “legalmente”
impuestos es importante analizar cómo se podrían distribuir los recursos
ahorrados. En principio se pueden
beneficiar los accionistas y dueños a través de mayores dividendos en el
presente y en el potencial de pagarlos en el futuro (reflejados en los precios
de las acciones), pero también pueden redundar en mejores condiciones de
trabajo (famoso caso de Google) y remuneraciones de sus empleados, en mejores
sueldos para los altos ejecutivos y a lo mejor en menores precios por sus
productos y servicios. Algunos de estos “usos” reintegran algo a
la sociedad, pero en estos casos es la empresa la que decide como se hace la
distribución y no la misma sociedad, directamente, o indirectamente a través de
los gobiernos que ésta ha elegido.
Uno de los papeles fundamentales que deben cumplir los gobiernos en la
sociedad es la creación de la riqueza y la imposición de impuestos para su
redistribución a través de servicios colectivos para el bien común
También es cierto que muchos gobiernos no
cumplen esa función de forma efectiva y eficiente, que son malgastados o
utilizados ineficientemente, o sencillamente sustraídos por sus funcionarios,
pero esto no releva de la responsabilidad de pagar los impuestos. Ello
resalta la necesidad de atacar también la responsabilidad de los gobiernos. Pero esto sería tema de otro artículo.
¿Es
responsabilidad de la empresa pagar impuestos que se pueden eludir?
Desde el punto de vista de muchos de sus dirigentes y de los que derivan
dividendos y mejoras en los precios de las acciones posiblemente no, pero desde
el punto de vista de la sociedad, sí.
¿Por qué?
Los beneficios que
han dado lugar a los potenciales impuestos que se evitan se derivan en buena
parte de los esfuerzos de la misma empresa y de sus dirigentes y empleados,
pero en buena parte se derivan de beneficios que la sociedad le otorga a las
empresas por los cuales no paga nada o no paga su verdadero costo para la
sociedad.
La empresa usa servicios del medio ambiente,
por ejemplo, usa el aire que lo devuelve, usado, con contaminación y con gases
de efecto invernadero que causan o causarán daños a la sociedad, sin pagar por
ello. Usa agua que podría tener usos
alternativos con mayores beneficios para la sociedad, sin pagar por su
verdadero valor, no solo el costo o el precio fijado por un mercado imperfecto
o inexistente. Se aprovecha de la
educación que han recibido sus empleados y la salud con la que cuentan sin
pagar por ellas, parte de las cuales ha sido obtenida con recursos del estado
proveniente de los impuestos pagados por individuos y empresas. Se benefician de la seguridad nacional, de
los servicios públicos, del entorno de negocios y de la infraestructura
existente en los países lo que les permite llevar a cabo sus operaciones con
más eficiencia. Las empresas se
benefician por algo que no pagan y de allí la necesidad de los impuestos, para
cubrir el costo de bienes comunes.
Si los impuestos se evitan, el estado puede
verse en la necesidad de prestar menos de estos servicios para el bien común,
lo cual puede generar un círculo vicioso de reducción en la creación de la
riqueza. Si se quieren mantener esos
servicios tarde o temprano algunos de estos impuestos evitados van a tener que
ser pagados ya sean por otras empresas ya sean por los individuos, pero muy
posiblemente los pagos no serán en proporción a los beneficios derivados, muy
posiblemente serán en proporciones muy diferentes al daño causado o al
beneficio recibido. Con esto no queremos
decir que se pueda establecer un sistema fiscal totalmente equitativo, pero la elusión
de impuestos definitivamente no forma parte de ese sistema.
Y en los casos más sonados de elusión de
impuestos por parte de grandes multinacionales, los pocos impuestos que se
pagan se pagan en países que han proporcionado pocos de los servicios públicos
necesarios para obtener los beneficios. Los
contribuyentes de unos países pagan para que Apple, Google, Starbucks, Amazon,
tengan un entorno favorable para que luego se beneficien los contribuyentes de
otros países como Irlanda, Luxemburgo, Holanda y otros paraísos fiscales.
La elusión de
impuestos, si bien legal, es una irresponsabilidad y una injusticia ante la
sociedad.
Qué se puede hacer
para evitar la evasión y elusión de impuestos.
El caso de la evasión, la solución pasa por
la simplificación de los códigos
fiscales con el objeto de dificultarla y facilitar el proceso de
descubrimiento. También en necesario el fortalecimiento de la institucionalidad
encargada de hacer cumplir las leyes, sobre todo en los países en vías de
desarrollo. No faltarán personas naturales y jurídicas que digan que el
problema se resuelve reduciendo o eliminado los impuestos, lo cual puede ser
irresponsable, o bien mejorando la eficiencia y efectividad del estado, lo cual
sería muy responsable. Obviamente que el
cambio cultural en la solidaridad colectiva ayudaría, pero en muchos casos es
una solución poco factible en el corto y mediano plazo.
En el caso de la elusión, el problema es
mucho más complejo ya que surge de las
actividades de “arbitraje fiscal” o sea explotar las diferencias entre los
regímenes fiscales en diferentes países, el uso de la política fiscal para
atraer inversiones al país, estado o provincia (que muchas veces son de mero
papel, sin valor agregado). Surgen
porque hay vacíos o ambigüedades en las legislaciones que pueden ser explotadas
legalmente.
Ello requiere de acciones coordinadas por
parte de los países que “pierden” los impuestos para uniformar la legislación,
para el intercambio de información, para la simplificación de los códigos
fiscales, para poner reglas contables claras, entre otras. Estos esfuerzos multinacionales son difíciles
de implementar en el corto plazo y el intenso cabildeo de las grandes empresas
sobre políticos vulnerables dificulta aún más estos esfuerzos
La Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico, OCDE, ha propuesto un Plan de Acción de siete puntos para
atacar el problema[iii]
- Asegurar
la coherencia de los regímenes fiscales a nivel internacional;
- Realinear
la fiscalidad para recuperar los beneficios de los estándares
internacionales y prevenir el abuso de los tratados fiscales;
- Asegurar
que los precios de transferencia entre las empresa estén alienados con la
creación de valor;
- Mejorar la
transparencia de la administración fiscal y su certidumbre y predictibilidad;
- Confrontar
los retos de la economía digital;
- Desarrollar
un instrumento multilateral para reformar los tratados fiscales individuales;
y
- Contrarrestar
las prácticas fiscales perniciosas.
Las recientes campañas de divulgación pública
de las actividades de los grandes “evitadores” está poniéndoles presión. Pero esto último puede ser relativamente inefectivo en el caso de muchas
de estas grandes multinacionales.
¿Estamos dejando de usar Google, de comprar en Amazon, de comprar
productos de Apple para castigarlas por la irresponsabilidad? Y aquí la misma
sociedad se enfrenta a una disyuntiva, por lo menos en el corto plazo. ¿Estamos
dispuestos a pagar más por los productos y servicios? Si las empresas pagan más impuestos
posiblemente sean transmitidos a los consumidores a través de mayores precios. O
bien ¿queremos tener mejores servicios sociales, que supuestamente nos darán
los gobiernos con los mayores impuestos?
Las soluciones son muy complejas, de lo
contario ya se habrían adoptado. Pero lo
que sí debe quedar claro es que, aunque la elusión de impuestos esté dentro de
la legalidad vigente, las empresas tienen una responsabilidad ante la sociedad
de contribuir con los impuestos a compensar por lo que la sociedad les ha dado
y para que pueda seguir haciéndolo.
[i] José Ángel Moreno
Izquierdo publicó simultáneamente un artículo sobre el mismo tema, Argucias fiscales y responsabilidad
social de las grandes empresas, publicado en Diario.es y en Diario Responsable. Recomiendo su lectura.
En el artículo original usaba la palabra
“evitar” y “evitación”, que si bien es reconocida por la RAE no es muy
común. Las he cambiado por “eludir” y
“elusión”, como las usa Moreno Izquierdo.
[ii] Ver el
artículo The Curious Case of Corporate
Tax Avoidance: Is it Socially Irresponsible? por Grahame R. Dowling publicado en el número 1 volumen 124 (pgs.
173–184) de septiembre 2004 del Journal of Business Ethics.
[iii] Action Plan on Base Erosion
and Profit Shifting, OCDE, 2013
domingo, 16 de noviembre de 2014
Citas citadas en mi cuenta de Twitter: Primera parte de tres … o de cuatro
Reproduzco las citas que he citado en m cuenta
de twitter en los últimos meses (abril-noviembre 2014). Seguro que no te diste
cuenta que son casi 100.
Cuando estés montado en una escalera no des
un paso atrás para contemplar el buen trabajo que has hecho.
“Que tuitearia Platón: Menos sobre lo que almorzó y más sobre
justicia y sabiduría”. New York
Times. Lección para usar Tweeter. #RSE
"La educación es la mejor provisión para
el viaje hacia la vejez". Aristóteles.
"Mucha gente tiene que hablar para no
tener que escuchar" May Sarton
No tienes ni mal tiempo ni buen tiempo,
tienes tiempo. Úsalo responsablemente.
“El que da al pobre y presta al necesitado
hace más el bien que el que compra el perdón” Martin Lutero 1517.
Si no nosotros ¿quién? Si no ahora,
¿cuándo? Eslogan checo, 1989.
¡Como he madurado!: Antes corregía a mis hijos, ahora ellos me
corrigen a mi …………….. y tienen la razón.
Lo que importa en la vida no es lo que te
sucede, sino lo que recuerdas y cómo lo recuerdas. Gabriel Garcia Márquez
Aprender a aprender es la destreza más
importante de la vida”, Tony Buzan. Estudia!!
“El aprendizaje es un tesoro que va con su
dueño a todas partes”. Proverbio chino.
Estudia!!
“Ámalos a todos, confía en algunos, haz el mal
a ninguno” William Shakespeare.
“Todos quieren
poseer conocimientos, pero pocos están dispuestos a pagar el precio.”
-- Juvenal (principios Siglo II),
“Nuestros
críticos son nuestros amigos porque nos muestran nuestras fallas”. Benjamin Franklin
“Muchos saben cómo callarse, pero muy pocos
saben cuándo”. Anónimo.
"El prejuicio es una carga que confunde
el pasado, amenaza al futuro y hace al presente inaccesible." Maya Angelou
(1928-2014)
“Si el destino está
contra nosotros, peor para el” Grafiti en Florencia
“En el contener
nuestros afectos egoístas y dar rienda suelta a los bondadosos está la
perfección de la naturaleza humana”. Adam Smith (1723-1790)
Grafiti en
Florencia:
-- Derroquemos al
gobierno
-- ¿Por qué?
-- !Porque es
el gobierno!
En un cuadro en
Florencia: “Uno avulso non deficit alter”
Eliminado uno no falta quien lo substituya, o sea, nadie es
indispensable.
"La felicidad
es muy sencilla: Alguien a quien amar, algo que hacer y algo que anhelar".
Rita Mae Brown (1944-) Autora de EEUU.
Para los burócratas
el procedimiento es el todo, los resultados nada. Tomas Sowell (1930--)
Economista
Todas las ideas son
de segunda mano, consciente o inconscientemente derivadas de millones de
fuentes externas. Mark Twain (1835-1910)
“Los hombres sabios
hablan porque tienen algo que decir. Los
tontos porque tienen que decir algo.”
Platón (428 AC-348 AC)
domingo, 9 de noviembre de 2014
Sindicatos: ¿Representantes de los empleados como stakeholders?
El 24 de octubre 2014 se aprobó en Consejo de
Ministros la Estrategia Nacional de RSE de
España.
Inmediatamente representantes de los sindicatos españoles la denunciaron por no
ser fiel a los acuerdos del Consejo Estatal de Responsabilidad Social de las
Empresas, CERSE, un órgano adscrito al Ministerio de Empleo y Seguridad Social,
que tiene carácter “asesor y consultivo”
(ver un artículo escrito por Diario Responsable el 27 de octubre: CCOO denuncia que la estrategia
española de RSE no cumple las modificaciones pactadas en el CERSE).
CCOO, uno de los mas grandes sindicatos
españoles, había supuestamente logrado en la última reunión del CERSE, previa a
la aprobación de la estrategia, introducir cambios (La estrategia española de RSE
cambió en el último minuto, 11 de agosto 2014) con “…. la necesidad de reconocer a los
representantes de los trabajadores como grupo de interés…” y “….que se deben incluir en las memorias de RSE
la opinión y valoración de los representantes de los trabajadores….”.
O sea, ser oficialmente reconocidos dentro de la estrategia como un
grupo de interés y la obligación de que sus opiniones sean incluidas en los
informes de sostenibilidad.
En este artículo no analizaremos el contenido de la estrategia, lo cual ha sido hecho en detalle en otros medios. Solo comentaremos la posición de los sindicatos en cuanto a la versión final de la estrategia.
En este artículo no analizaremos el contenido de la estrategia, lo cual ha sido hecho en detalle en otros medios. Solo comentaremos la posición de los sindicatos en cuanto a la versión final de la estrategia.
En el artículo citado, CCOO dice que no se
han respetado los acuerdos de la última reunión. Ello es una protesta legítima ya que
supuestamente se acuerda un texto y después de la reunión, cuando los miembros del consejo asesor y consultivo
han votado favorablemente, el texto se cambia (¿se puede esperar acuerdo en un
consejo asesor de 49 miembros o se hace el juego colectivo?). Parece ser un comportamiento poco ético y
definitivamente poco elegante. Pero es
un comportamiento perfectamente legal. El responsable de la estrategia es el
gobierno y el gobierno puede decidir lo que quiera. ¡Ahora nos toca a nosotros exigir
cumplimiento! ¿Lo haremos?
De hecho, los representante del gobierno debieron decir que el texto
acordado en el CERSE estaba sujeto a los cambios que se acordarían dentro del
gobierno, lo que sería normal. Hay que
enfatizar que el CERSE en un órgano adscrito al gobierno, con carácter asesor y
consultivo. Hay una gran diferencia entre asesores y ejecutivos. Los primeros no asumen responsabilidades, en
tanto que sí lo hacen los segundos, de allí que tengan la palabra final.
Pero lo que sí es discutible es que los sindicatos
quieran ser reconocidos oficialmente como grupo de interés dentro de la
estrategia, cuando no se otorga ese carácter a ningún otro grupo de interés. Y
lo que es más discutible y es lo que queremos comentar en detalle es que sean
designados como representantes de los trabajadores.
¿Son los
sindicatos los representantes de los empleados de las empresas?
Aquí hay varas falacias, una es auto-designarse
representantes y la otra confundir
trabajadores, en el sentido genérico, con empleados de las empresas. Sobre la primera, ¿quién ha elegido a los
sindicatos como representantes de los trabajadores? Los sindicatos tienen algunos trabajadores
que han decidido hacerse miembros.
En España sólo el 15%
de los trabajadores son miembros de un sindicato. ¿Representan los sindicatos también
al otro 85% de los trabajadores? No hay un proceso democrático por el cual todos
los trabajadores, por mayoría, los han elegido como nuestros representantes,
como sí es el caso, para bien o para mal, de nuestros gobernantes. A los que sí representan son a sus miembros y a estos sólo en lo que se refiere a
un conjunto de actuaciones prescritas en las leyes y regulaciones
nacionales. Ni siquiera representan a
sus miembros en todos los ámbitos.[i]
Sobre la segunda falacia, si bien es cierto
que los principales stakeholders son
los EMPLEADOS de la empresa, eso no es lo mismo que trabajadores en el sentido
genérico. Los empleados pueden, o deberían poder, opinar dentro de la empresa, de
hecho son los empleados, desde el Consejero Delegado hasta el último peón, los
que implementan la responsabilidad de la empresa ante la sociedad. Pero cada grupo dentro de su misma
empresa. No hay un colectivo que
represente a todos los empleados de todas las empresas. No hay homogeneidad, cada empresa es
diferente y su responsabilidad ante la sociedad es diferente. Los
empleados son el grupo de interés con más capacidad de influenciar la
responsabilidad de la empresa, actuando desde dentro. Pero no son los “trabajadores”
¿Deben los
sindicatos tener privilegios?
En el caso de la Estrategia de RSE los
sindicatos también pedían “…..que se
deben incluir en las memorias de RSE la opinión y valoración de los
representantes de los trabajadores”. Sí,
los informes de sostenibilidad de una empresa deben incluir la opinión y valoración de sus empleados,
pero, en función de la representatividad comentada arriba, ¿deben incluir la de
los sindicatos? Se les fue la mano.
El informe de sostenibilidad de una empresa
debe ser el reflejo de las actuaciones de la empresa, resultado de la
implementación de su estrategia, que debería, como buena práctica empresarial, considerar la opinión de todos los
grupos de interés que sean relevantes y en función de su impacto. No parece haber razón alguna para privilegiar
a los sindicatos, salvo en los casos en que sean un stakeholder crítico para la estrategia de sostenibilidad de la
empresa. Que no lo será siempre. Para muchas empresas no lo son.
Sí, la opinión de
los sindicatos se debe escuchar y su acción se debe sentir, como la todos los miembros
legítimos de la sociedad civil. Han sido electos
representantes de algún grupo como cualquier otra institución de la sociedad
civil. Pero, ¿deben tener tratamiento especial frente a otros grupos?, ¿deben
tener privilegios?
Sobre esto de los privilegios es interesante contrastar la participación
sindical en España con la de otros consejos asesores de RSE. El Consejo de Responsabilidad Social para el
Desarrollo Sostenible en Chile fue creado en julio del 2013 con 20
miembros. El Consejo Consultivo Nacional
de Responsabilidad Social de Costa Rica fue creado en julio del 2008, con 18
miembros (el de España tiene 49 miembros).
Un contraste significativo entre estos Consejos es que el de España tiene doce representantes sindicales
(24%), el de Chile tiene uno (5%) y el de Costa Rica ninguno (0%). El primero lo preside el Ministro de Trabajo,
el segundo el Ministro de Economía y el tercero un representarte del sector
privado.
El lector puede intentar deducir cual será de la efectividad de estos
consejos asesores.
[i] Los sindicatos no están tan
exentos de culpas como pretenden hacernos creer (ver mi artículo Responsabilidad Social de los
Sindicatos: ¿La viga en el ojo?). Y algunos de sus dirigentes
ponen sus intereses por encima de los de la sociedad (que incluye sus miembros)
como se ha observado en los casos de los fraudes en los programas de
restructuración empresarial y de entrenamiento en varias regiones de España y en el caso del uso indiscriminado de las
tarjetas de crédito, defraudando a los ahorradores de Bankia/Caja Madrid. Parecen no estar exentos de la corrupción generalizada en España. No son la excepción.
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