domingo, 29 de abril de 2018
Seis estudios de interés para los estudiosos de la RSE: Primeros tres
Tengo acceso a
una gran cantidad de estudios sobre RSE sobre los cuales me gustaría escribir
artículos. Sin embargo, son muchos y no
resulta factible. Pero en algunos casos estimo que es importante para mis
lectores conocerlos, de allí que escribo
un breve análisis de algunos para que los interesados en profundizar tengan mi
impresión y acceso a los mismos (el anterior fue Cinco
estudios de interés para los estudiosos de la RSE, de julio 2016, que fue muy bien recibido). En este caso comentaré sobre seis que, lamentablemente,
como de costumbre, todos son en inglés.
Me encantaría comentar algunos en español, pero parece que en nuestra
lengua solo se escriben artículos periodísticos o académicos. Tenemos mucha escasez de estudios rigurosos,
pero de aplicación práctica. Afortunadamente
se publicó uno en febrero de 2018, un estudio sobre el Directivo de RSE por
DIRSE y Llorente y Cuenca, al que le dedicaré un próximo artículo.
Los seis estudios
son uno sobre los ODS, otro sobre las metas en responsabilidad social de la
empresa, uno sobre el financiamiento de la sostenibilidad, uno sobre cómo
debería considerarse esa responsabilidad en el futuro, uno sobre como evaluar
la responsabilidad de las grandes empresas en su cadena de valor y uno sobre el
progreso en la sostenibilidad en grandes empresas.
El estudio ha
sido producido por una certificadora de proyectos ambientales, Gold Standard (nombre humilde) y la ONG medioambiental
internacional World
Wildlife Fund. Es otro
estudio que pretende promover el logro de los ODS usando el argumento
empresarial de que ello ofrece grandes oportunidades de negocio. Sin embargo, este añade valor al hacer una serie de
advertencias para no perder la credibilidad (nótese la inclusión de la palabra
en el título). Analiza cinco potenciales peligros reconociendo el potencial de greenwashing, o como lo denominan, SDGwashing (ver mi análisis, anterior a
este estudio, en De
cómo los Objetivos de Desarrollo Sostenible pueden contribuir al greenwashing) y ofrece tres buenas prácticas y recomendaciones
para obtener y mantener la credibilidad de los esfuerzos. Consta de sólo 17 páginas efectivas y es de
lectura muy atractiva. Recomendado.
Los peligros que
identifican son: (1) Cambiar la comunicación,
pero haciendo lo mismo que antes (¡de acuerdo!, greenwashing); (2) Establecer
objetivos basados en consideraciones internas (basarse en consideraciones
externas es deseable pero para muchas empresas puede ser demasiado ambicioso);
(3) No considerar los negativos y las
disyuntivas; (4) Basarse en insumos/actividades
en vez de en resultados/impacto (¡de acuerdo!); y, (5) Reportes e indicadores inconsistentes (íntimamente ligado al (1)). Las buenas prácticas y recomendaciones son:
(1) Comprometerse a la cuantificación de los objetivos y la medición de
impacto; (2) Usar los servicios de verificación y certificación independientes;
y, (3) Incorporar la cuantificación y el reporte en el proceso de toma de decisiones.
Y para estas tres
recomendaciones recomiendan (valga la cacofonía) los servicios de Gold Standard de certificación de
impacto de las acciones tomadas en el logro de los ODS, usando sus Gold Standards for the
Global Goals. Se
aprovecha el estudio para vender sus servicios El estudio si bien tiene valor
agregado, no es altruista, desinteresado. Esto reivindica mi pronóstico número 27
para el 2018 “Los ODS será nombrados como
“negocio del año” por las empresas consultoras” (ver Mis
muchos pronósticos para la RSE en el 2018).
Todo lo que necesitas saber sobre como establecer
metas de sostenibilidad para la empresa en 80 páginas. Este
informe incluye los resultados de una investigación por la firma consultora SustainAbility basado en un estudio de
la literatura existente y en numerosas entrevistas. Cubre aspectos como las razones para establecer metas (mejorar
la gestión, mejorar la reputación, motivar a los empleados, estimular la
innovación, responder a demandas de los stakeholders,
atender imperativos morales, etc.) los
beneficios que pueden traer (mejora en el enfoque de sus actividades y el
valor para la empresa, en la reputación, en la coherencia de sus acciones, en
el impacto de sus actividades en sus empleados y en la sociedad, etc) los obstáculos que se pueden enfrentar y
cómo vencerlos (resistencia interna, dificultades en la medición, recursos,
etc.) los riesgos de incumplimiento, el
proceso de definición para mejorar el valor aportado a la empresa y el impacto
en la sociedad, las características de los indicadores para mejorar el valor para
la empresa, una tipología de los indicadores posibles (absolutos, relativos,
basados en el ciencia, basados en el contexto en que opera, éticos/justicia,
etc.) y como reportar las metas para
mayor efectividad. Incluye numerosos
casos cortos que ilustran los conceptos expuestos.
El informe está
dirigido a grandes empresas que tienen la necesidad y los recursos para gestionar
metas de sostenibilidad, que deben rendir cuentas a grupos de stakeholders con algún poder sobre la
empresa y que pueden capturar los beneficios de establecer y gestionar las
metas. Pero también debe ser de mucha utilidad para empresas de menor tamaño,
que si bien no pueden seguir las amplias recomendaciones en su totalidad, si pueden
obtener buenas ideas sobre las razones, ventajas, desventajas, procesos, etc.
en caso de que quieren comenzar a establecer algunas metas, pero también, con
la excusa de las metas desarrollar y gestionar mejor sus estrategias y acciones
de sostenibilidad, en particular identificar los aspectos más materiales. Es un
buen repaso de como establecer estrategias de sostenibilidad.
Es el primer informe
de progreso de la Sustainable
Banking Network que
es una red de agencias regulatorias del sector financiero de países emergentes
y de asociaciones bancarias. Tiene como
objeto promover el financiamiento de la
sostenibilidad a través del desarrollo de políticas, diseminación y otras iniciativas.
El Secretariado de la SBN está gestionado por la Corporación Financiera
Internacional, CFI, del grupo del Banco Mundial. En el sitio de Financiamiento de la Sostenibilidad de la CFI se encuentran los informes de progreso de
10 de los 15 países cubiertos en el informe consolidado entre los cuales están Brasil, Colombia, México, Perú y Ecuador (los últimos tres están cubiertos
en el informe de progreso pero no tienen informes separados). Califica a los
dos primeros como “establecidos” en el financiamiento sostenible, a los
siguientes dos como “emergentes” y a Ecuador como “formativo”. Ningún país miembro de la SBN es calificado
como “maduro”. Hay 19 países miembros de
la SBN que por ahora solo han mostrado interés y que no son cubiertos por el
informe (incluye a Argentina, Chile, Honduras, República Dominicana, Panamá y
Paraguay).
El informe cubre el progreso en los tres pilares
de actuación: (1) Gestión de riesgos ambientales y sociales, ES; (2) Flujos de
financiamiento a la sostenibilidad; y, (3) Entorno regulatorio e institucional.
El primer pilar cubre la operatoria de las instituciones financieras en cinco
áreas: políticas para incorporar aspectos ES en sus operaciones, capacidad y
gobernanza del proceso, evaluación de los aspectos ES en sus operaciones, monitoreo
de la implementación y transparencia y reporte de resultados. El pilar de los
flujos monetarios analiza cuatro áreas de desarrollo: existencia de iniciativas
para promover el financiamiento, definiciones de lo que constituye
financiamiento ES, recopilación de datos y requisitos de reporte de los flujos
y su impacto. El tercer pilar del entorno se compone de tres áreas: nivel de
desarrollo de la políticas, mecanismos existentes para la implementación y la participación
de otros stakeholders y las
posibilidades de desarrollar el mercado.
El progreso de los países en evaluado
en cada uno de estos aspectos y se le otorga una calificación final para
valorar su grado de desarrollo. La
evaluación es nivel de país y no de instituciones financieras. El informe
presenta un excelente marco con el que evaluar lo que los países están haciendo
para desarrollar los mercados financieros locales para atender a las
necesidades de la sostenibilidad y lo que debería hacer. Es de esperar que futuros informes
proporcionen información sobre el progreso en implementación, en resultados
obtenidos, y no solo en condiciones que sn deseables para ello.
Si bien el informe expresa interés en el marco
financiero para temas como el cumplimiento del Acuerdo de París y el logro de
los ODS, es de destacar que el sesgo es hacia la parte E ya que la parte S es
prácticamente ignorada y en la E el sesgo es hacia el financiamiento de
acciones relacionadas con el cambio climático.
domingo, 22 de abril de 2018
Mis veintiún artículos sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la RSE (a septiembre 2020)
La contribución
de las empresas al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, ha
adquirido gran auge en los últimos dos años, lo que me ha llevado a publicar
una serie de artículos sobre las implicaciones para la responsabilidad social
de las empresas ante la sociedad. En
orden cronológico inverso:
¿Un paso adelante contra el greenwashing de los ODS?
12 mayo 2020
La empresa privada y los objetivos de desarrollo sostenible:legitimidad o greenwashingenero 2020
Que fácil es usar los ODS para el greenwashing
Los riesgos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para las empresas responsables
Junio 2019
Y un (potencial) buen ejemplo de contribución a los ODS
¿Contribuyen las empresas a los ODS o los ODS a la delusión por las empresas?
5 julio 2020
La empresa privada y los objetivos de desarrollo sostenible:legitimidad o greenwashingenero 2020
Que fácil es usar los ODS para el greenwashing
5 octubre 2019
Los riesgos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para las empresas responsables
Junio 2019
Y un (potencial) buen ejemplo de contribución a los ODS
23 junio 2019
9 junio 2019
2 junio 2019
7 abril 2019
¿Contribuyen las empresas a los ODS o los ODS a la delusión por las empresas?
17 marzo 2019
21 enero 2018
29 diciembre 2017
December 19, 2017
26 noviembre 2017
11 noviembre 2017
28 octubre 2017
2 octubre 2016
23 febrero 2016
11 octubre 2015
4 octubre 2015
sábado, 14 de abril de 2018
La responsabilidad social de Facebook
Ante los
recientes escándalos sobre la utilización de la información personal sobre
millones de usuarios de Facebook para enfocar propaganda electoral en EE.UU. y
para influenciar el voto en la decisión de Gran Bretaña de salir de la Unión
Europea, cabe preguntarse cuál es la
responsabilidad ante la sociedad y ante sus usuarios de Facebook. El principal usuario de la información,
supuestamente privada, en este escándalo fue la firma de consultoría Cambridge
Analytica, a nombre de clientes que incluían personas e instituciones que
querían favorecer uno de los bandos en las elecciones de EE.UU. y en la
votación sobre el Brexit (se sale del ámbito de este artículo analizar la
irresponsabilidad de Cambridge Analytica).
Se discutirá mucho sobre si lo que hicieron esta
empresa y Facebook es ilegal, pero lo cierto es que no es legítimo y muy
posiblemente no sea ético. Y aquí esta el meollo de la
cuestión: ¿Cuál es la responsabilidad de
Facebook ante la sociedad? ¿Respetar las leyes?
En su testimonio ante el Congreso de EE.UU el 10 de abril del 2018, Marck
Zuckerberg, fundador y CEO, al pedir disculpas y reconocer los errores, dijo: “No tomamos una visión suficientemente
amplia de nuestra responsabilidad y ese fue nuestro gran error”.
Surge entonces la
pregunta: ¿Hasta dónde llega la
responsabilidad de Facebook? Los
expertos en este tema saben que la responsabilidad ante la sociedad tiene unos
mínimos, pero no tiene máximos y es algo muy dinámico, depende del contexto de
la empresa, del momento en el tiempo, del contexto de los mercados en que
opera, de los avances tecnológicos, de las expectativas de la sociedad, entre
otros aspectos.
En efecto, la responsabilidad de una empresa como
Facebook se extiende a otros ámbitos más amplios y diferentes a los de las empresas
tradicionales. Para comprender esto
es necesario analizar su modelo de negocios, en particular su “producto”, que
en su caso es menos tangible. En una
primera impresión el producto de Facebook es una plataforma donde los usuarios intercambian
información, es un “servicio” que presta la empresa. Pero, ¿qué pagan los usuarios por ese
servicio? En principio parece que el
servicio es gratis, pero como dice el popular dicho “there is no such thing as a free lunch”, no hay tal cosa como un
almuerzo gratis. Muchos de los usuarios que creen que es gratis no saben cómo y
cuánto pagan por el servicio. Algunos usuarios (muy ingenuos), al saber del
escándalo, han emitido expresiones como “… yo no sabía que usaban mis
conversaciones, mis fotos, mis amigos, quién soy, mis likes, las características de mis amigos…..” Muchos creían y todavía creen que Facebook se
limitaba y limita a poner una plataforma de intercambio de información al
servicio de la sociedad.
En la era digital, el producto de mayor valor es
la información, y ese es el precio que se paga por el “servicio”: darle
información a Facebook.
Y son muchos los que todavía no entienden que se
puede hacer con las trivialidades que colocan en la plataforma. Parece información inocua. ¿Qué tiene de malo? ¿Qué pueden hacer con
eso? Ya nos hemos acostumbrado que al
hacer una búsqueda en Google inmediatamente nos llegue propaganda sobre lo que hemos
mirado o que te pida que cuelgues una foto del lugar en que te encuentras, o
que te diga a cuantos minutos estas de tu casa (lo sabe, pero con menos
precisión, aunque hayas apagado el localizador).
Pero Facebook con
el acceso a cantidades masivas de información logra inferir mucho sobre cada
uno de nosotros. Cada pieza de
información parece ser irrelevante, pero el agregado y las interacciones entre
los millones de usuarios es una rica mina de información. Facebook le saca valor a través del algoritmo
que relaciona y combina toda la información para saber nuestros gustos, valores,
lo que poseemos, donde estamos, donde estuvimos, relaciones amorosas, amistades,
que hemos comprado, preferencias, costumbres, localización, y hasta las
inclinaciones políticas. Y nosotros le hemos
dado autorización para que la usen al hacernos miembros (o no se la hemos
negado). Te conocen mejor que tus amigos y familiares. [i]
Este un caso de responsabilidad ante la sociedad
muy diferente de la gran mayoría de las empresas. Su
producto no es algo que se le da al cliente, es algo que el cliente le da a
Facebook: su información. Es al revés de
una empresa tradicional que nos da algo y le pagamos en dinero. En el caso de empresas como Facebook y Google
el pago es en especies: nuestra información.
Por ello, el aspecto más material
(en el sentido de la matriz de sostenibilidad) no es la responsabilidad de la
plataforma, lo material es lo que hace con lo que los usuarios “pagan” por el
servicio, o sea la información que explícita o implícitamente le proporcionan.
Lo que hace Facebook se ha venido haciendo desde
tiempo inmemorial en el mercadeo, a través de encuestas, análisis de opinión,
expresión de preferencias en las compras, etc.
La diferencia entre el mercadeo tradicional y Facebook es que este lo
hace a escala masiva, utilizando
más de 100 catagorías de información sobre cada uno, y muchas veces sin el
conocimiento o consentimiento de los aportantes de la información. Hacen macroencuestas sobre millones de personas
sin que se den cuenta y luego hacen análisis a la medida para sus clientes
sobre como acceder a los usuarios que les interesan. Facebook
no vende la información cruda, la usa para venderla procesada a instituciones
que quieren captar a personas específicas.
En el caso de
Oxford Analytica, esta tuvo acceso a la información utilizando los resultados
de una investigación psicométrica que llevaba a cabo un profesor, supuestamente
para propósitos académicos. Obtuvieron
información detallada sobre más de 87 millones de personas, sin violar las políticas
de Facebook ni invadir sus sistemas de información. Fue una violación de la confianza por parte
del investigador académico. Hizo una breve encuesta y pedía que para
acceder a ella se hiciera el login vía
Facebook con lo cual accedió a la información en Facebook de los que
respondieron y la de sus amigos (incluyendo la información sobre el mismo Mark
Zuckerberg).
Lección aprendida: No acceder a sitios de internet
usando la vía de Facebook.
Pero la información que acumula Facebook puede ser
usada para propósitos legítimos y no legítimos. Es allí donde está la responsabilidad ante la
sociedad de empresas como Facebook: en asegurar la legalidad y legitimidad de
la recolección, transformación y uso de la información. Y es aquí donde falló.
Además de
recopilar información y vender paquetes de información a potenciales anunciantes,
que luego usan la plataforma para su propaganda, la plataforma es también usada para diseminar otros tipos de
información por partes interesadas.
Esto fue lo que hicieron instituciones desde Rusia, imitando a
instituciones de los diferentes países, para tratar de influenciar las
elecciones en EE.UU. y en otros países europeos, diseminando información
favorable a una de las campañas, muchas veces con falsedades sobre otros
candidatos. Facebook vendía espacio
publicitario a quien quisiera comprarlo y ello fue aprovechado para hacer un
uso legal, y de acuerdo a sus políticas, de la plataforma, pero un uso ilegítimo. Después
del escándalo Facebook ha implantado controles para asegurar la legitimidad de
los anunciantes, pero es muy difícil controlar la legitimidad del contenido.
¿Es posible asegurar la legitimidad del
contenido? ¿Es parte de su
responsabilidad? En sus declaraciones
ante el Congreso de EE.UU. Zuckerberg dijo que Facebook ahora asumía
responsabilidad por el contenido. Pero ello parece poco factible, a menos
que se ejerza una censura tan estricta que coarte muchas libertades y hasta
ahora el deseo de libertad ha prevalecido. No todos los casos de anuncios e
información son blanco y negro, hay mucha publicidad engañosa que no parece. Y
Facebook ya ejerce censura, pero para cosas relativamente sencillas, por ejemplo,
sobre imágenes de torso desnudo (de mujeres solamente) que por extensión han
llevado a la censura de obras de arte.
Pero si alguien puede distinguir entre información
falsa y verdadera es Facebook poniendo su avanzada tecnología y el uso de la inteligencia
artificial para recopilar y procesar masivas cantidades de información. Esto será asumir su responsabilidad ante la
sociedad.
Con el poder vienen grandes responsabilidades y es
de esto que Facebook no se había percatado plenamente, del gran impacto, del
gran poder que tienen para hacer el bien y el mal. Influenciar con la verdad parece legítimo,
pero con falsedades no. Pero, no es fácil determinar la verdad. Tratar de influenciar es el negocio de las
empresas publicitarias (¿cómo articulamos el mensaje para lograr el efecto que
queremos?), que es lo que se ha venido haciendo tradicionalmente a través de
los medios de comunicación. Pero no nos
engañemos, la publicidad engañosa es difundida en la mayoría de los medios de
comunicación, hasta en las revistas que promueven responsabilidad, donde se
publican artículos elogiando las virtudes de las empresas que compran espacios
publicitarios (irresponsabilidad). Pero en el caso de Facebook (y Google) la
captación es mucho más precisa, enfocada, y mucho más masiva. Facebook tiene mucha mayor responsabilidad.
¿Puede gestionarla?
¿Reaccionarán los
usuarios a este escándalo? Parece poco
probable ya que Facebook se ha encontrado en esta situación otras veces y cada
vez que se destapa una aumenta su número de usuarios. A finales del 2017 tenía 2.200 millones (¡!)
de usuarios activos: ¿cuántos se darán de baja?
Sin duda que algunos se preocuparán de mejorar su privacidad. Pero, es
muy posible que seamos indiferentes, ignorantes o perezosos ante la irresponsabilidad
de la empresa. Somos adictos a la droga
Facebook. No ejercemos nuestra
responsabilidad.
Pero si es muy
posible que esto lleve a los reguladores
a regular la actividad de las redes sociales, que por ahora operan con
pocas restricciones en muchos países, salvo las derivadas de políticas de
privacidad, algo en lo que Europa ha tomado el liderazgo con la ley de privacidad
que entra en vigor en mayo del 2018. En
su última comparecencia, Zuckerberg reconoció ante el Congreso que la regulación de las redes sociales es
inevitable. Y esta es la otra parte de la solución, pero manteniendo el balance
entre protección y libertad de expresión y permitir la innovación.
Y la tercera parte de la solución pasa por las
mismas empresas de las redes sociales en gestionar no solo legalmente la
información que adquieren, sino además de manera legítima y ética. Nada fácil ante las masivas cantidades de
dinero envueltas.
Algo bueno saldrá
del escándalo, aunque sufrirán los precios de las acciones de algunas de estas
empresas.
[i] Nunca he tenido una cuenta activa de
Facebook (una vez tuve que crear una para acceder a un servicio y no logré
borrarla, solo desactivarla: ¿Facebook responsable?
miércoles, 11 de abril de 2018
La sorprendente realidad de la contaminación del plástico
El semanario The
Economist publicó el 3 de marzo del 2018 un extenso artículo titulado The
known unknowns of plastic contamination: so far it seems less bad than other
kinds of polution (about which less fuss is made) (Lo que sabe de lo que no se sabe sobre la
contaminación del plástico: por ahora
parece menos malo que otros tipos de contaminación sobre las cuales se hace
menos barullo)) En el artículo hacen un análisis de esta contaminación, enfatizando
aspectos que no parecen tan graves y otros que sí lo son y que reciben menos
atención. Es un análisis muy realista y muy indicativo
de la verdadera problemática. Ante
las sorpresas que pueden producir los hechos y cifras reportados la primera tentación
es dudar del artículo, pero mi experiencia es que el semanario es completamente
confiable (en esta era de “fake news”),
uno puede estar en desacuerdo con las opiniones que expresan y sus inclinaciones
políticas, pero no se deberían cuestionar los hechos y cifras que
reportan.
Sobre la
contaminación por el plástico, algo tan cercano y visible para todos, a lo que
todos mal que bien contribuimos, se han creado en nosotros percepciones firmemente arraigadas, muchas veces basadas en noticias
periodísticas superficiales y en nuestras observaciones casuales, que no nos
permiten ver la realidad en toda su intensidad y en toda su amplitud. Este artículo pretende hacer esto. Para desarrollar esa visión más realista del
problema y que sea simple de entender y leer no haremos un análisis de
artículo, podría complicar la comprensión del problema, nos limitaremos a
destacar los hechos y cifras más relevantes para refinar aquella percepción.
Y aunque a
primera vista lo parezca, el artículo no es una apología del plástico. Quiere poner el problema en su contexto, lo que
nos puede ayudar a tomar las medidas que sean mas efectivas para reducir su impacto
ambiental.
Aspectos destacables del artículo
- · Desde el 1950 se han producido 6.300 millones de toneladas de desechos plásticos, de los cuales solo el 9% ha sido reciclado, el 12% incinerado y el resto, casi 80% se ha desechado en vertederos y el medio ambiente natural.
- Coca-Cola se ha comprometido a recolectar y reciclar el equivalente de todos los envases de bebidas que produce cada año incluyendo 110.000 millones (¡!) de botellas plásticas (con nuestras preferencias de consumo podemos forzarlos a hacerlo).
- Algunos países han prohibido el uso de bolsas plásticas de un uso, otros imponen elevadas multas, los menos las hacen pagar en las tiendas. La Unión Europea ha introducido una estrategia para acelerar la reducción y reciclaje de estos desechos, [1] lo que es necesario, pero no suficiente, su éxito dependerá de la implementación y del comportamiento de los actores (que pueden no tener los incentivos correctos).
- La salinidad y la luz solar pueden causar que el plástico se desintegre en partículas, pero mantienen su estructura química y no se descomponen. El plástico se acumula en el medio ambiente a menos que sea quemado a altas temperaturas para producir dióxido de carbono y agua.
- El plástico que se ha echado en las aguas es del orden de 10.000 de toneladas. Hay 50.000.000 millones de micropartículas de plástico en los océanos, que son irrecuperables.
- Diez ríos descargan el 90% de los plásticos en los océanos, dos en África y ocho en Asia, el otro 10% en los otros tres continentes.
- A las tasas actuales de disposición, en el 2050 habrá más plástico que peces, por peso, en los océanos.
- Sólo el 10% de los desechos sólidos son plásticos. La contaminación ambiental se estima que mata a unos 7 millones de personas anuales, pero el plástico no mata a personas. No es un problema que tenga alta prioridad entre los temas ambientales.
- El costo social y ambiental de a contaminación por plástico se ha estimado en US$139.000 millones anuales, de los cuales la mitad corresponde a los efectos climáticos de su producción y transporte, una tercera parte al impacto sobre la salud, cosechas y el ambiente, además de costo de los desechos. Sólo el 10% son atribuibles al efecto sobre la biodiversidad, pesca y turismo de la contaminación marina.
- Para ponerlo en perspectiva, los daños de la sobrepesca y la escorrentía de fertilizantes se estiman US$50.000 millones y entre US$200.000 y 800.000 millones respectivamente.
- El daño por la acidificación de los océanos causada por la disolución del dióxido de carbono en el mar se estima que llegara a US$1.200.000 millones al año en el 2100.
- Producir un kilo de plástico emite de 2 a 3 kilos de dióxido de carbono, más o menos lo mismo que la producción de acero y cinco veces que la de la madera.
- Pero, pero, pero, como el plástico es mucho mas liviano, reemplazarlo por otros materiales podría multiplicar por cuatro el costo ambiental.
- Una bolsa de algodón debería utilizarse más de 130 veces para que los costos de las emisiones en su producción y transporte sean menores que los correspondiente a las bolsas de plástico. El correspondiente costo para una bolsa de papel que no se recicla es de cuatro veces el de la bolsa de plástico.
- Y el plástico es insubstituible en muchos usos y, por ejemplo, contribuye a la preservación de alimentos, cuyo mal consumo y desechos si es un gran problema ambiental.
·
¿Qué se puede hacer?
- Una alternativa es hacer el plástico biodegradable con la adición de almidón de maíz y aceites vegetales, pero esto os hace no reciclables.
- Aumentar el reciclaje como se hace en Europa y EE.UU. resuelve una parte del problema, aunque los bajos precios del petróleo pueden hacer el plástico virgen más competitivo, lo que conspira contra la inversión en plantas de reciclaje y hace la oferta y demanda de reciclables muy variable.
- La incineración está perdiendo competitividad ya que la generación de energía con gas natural es mucho más eficiente, en términos de emisiones y costo que los desechos urbanos.
- Se están probando nuevas tecnologías para la conversión de plástico en hidrocarburos y algún residuo sólido, con incineración a altísimas temperaturas.
- El gran problema es Asia, sobre todo China, India e Indonesia, y parte de África, no tanto los países desarrollados que consumen más pero reutilizan y reciclan mas y los disponen de manera mas efectiva.
Mi resumen
- La contaminación por plástico es un serio problema ambiental, pero no de la magnitud que a primera vista parece ser, dada su gran visibilidad y su ubiquidad en la vida diaria.
- El gran contaminante son los países de Asia y algunos de África por lo que mejorar la disposición y reciclaje tendría un gran impacto.
- Los países industrializados también contribuyen, con su elevado consumo, pero tienen medidas para reducir el impacto, aunque se deben intensificar.
- Las alternativas al plástico, cuando son factibles, también tienen impacto ambiental, que puede inclusive ser superior. Muchas veces nos concentramos en el costo que se evitaría, que lo conocemos, pero ignoramos el costo de la alternativa, que desconocemos.
- Reciclar, reusar, diseñar los productos y sus empaques son conciencia sobre su disposición final o su reutilización pueden contribuir a paliar el problema, pero lo mejor de todo es reducir el consumo de desechables, con conciencia sobre impacto que ese consumo tiene sobre el medio ambiente.
- Muchas de las decisiones que llevan a esa contaminación son de tipo económico/legal. El menor precio, la deficiencia en la implementación de las regulaciones, falta de penalidades por la irresponsabilidad, los precios de los insumos y productos que no incluyen su costo ambiental. En algunas localidades se impone un sobreprecio al vidrio para estimular su reciclaje o reutilización, pero no con los contenedores de plástico. Añadirle un sobreprecio por el costo para el medio ambiente es una solución deseable (tipo precio el carbono), pero difícilmente factible en el corto plazo.
·
No hay una solución milagrosa.
No hay una solución milagrosa.
Post Data
Después de haber
terminado de escribir este artículo, el 15 de marzo del 2018, se publicó un estudio de
investigación académica sobre la contaminación del agua embotellada con
micropartículas de plástico (el estudio completo es Synthetic Polymer
Contamination in Bottled Water, con resumen aquí). Presenta
los resultados del análisis de 250 botellas de agua en Brasil, China, India,
Indonesia, Kenia, Líbano, México, Tailandia y EE.UU (extraña selección de
países ¿porque no Europa?). Los resultados más destacables:
·
93%
de las muestras contenían plásticos, incluyendo nylon, teraftalato de polietileno
y polipropileno, que se usa para las tapas.
·
65%
de las partículas eran fragmentos y no fibras y la concentración iba desde cero
hasta 10.000 partículas en una botella
·
La
mejor de todas las aguas probadas es San Pelegrino, con mínimo contenido, y con
muy bajo contenido, Evian y Dasani. Las
peores son las de los países asiáticos aunque una de las marcas es de Nestlé.
·
Aunque
hay mucha especulación, no hay pruebas médicas concluyentes de que sea
perjudicial para la salud del ser humano.
La Asociación
Internacional de Productores de Agua Embotellada han cuestionado los resultados
en base a que el estudio no ha sido objeto de revisión por otros expertos y que
o está basada en principios científicos sólidos. Los autores dicen que sus resultados han sido
objeto de revisión por parte de otros expertos y que su metodología es
reconocida en el mundo científico.
Estemos atentos.
Mientras tanto si podemos dejar de consumir agua embotellada mejor para
nosotros y para el medio ambiente.
domingo, 8 de abril de 2018
Mucho ruido, pocas nueces: Activismo de fondos de inversión
Es muy posible
que el lector hay oído nombrar a la empresa de gestión de fondos de inversión BlackRock,
cuyo Fundador, Consejero Delegado y Presidente del Consejo, Lawrence D. Fink,
envió una carta abierta a sus homólogos de las mayores empresas cotizadas, a
comienzos del 2018, excitando a las empresas a enfrentar su responsabilidad
ante la sociedad (A
Sense of Purpose). La
carta fue muy laudada y reproducida en muchos medios, no sólo los que se especializan
en la responsabilidad social de las empresas.
El más alto cargo de la gestora
de fondos más grande del mundo, conocida por el énfasis en beneficios
financieros, instaba a las empresas a ser más responsables. Una frase ha dado
la vuelta al mundo:
“Las expectativas del público sobre su
empresa nunca han sido tan grandes. La sociedad demanda que las empresas
cotizadas y no cotizadas sirvan un propósito social. Para prosperar en el tiempo, cada empresa no
solo debe producir rendimientos financieros, sino que debe demostrar además que
hace una contribución positiva a la sociedad.
Las empresas deben beneficiar a
todos sus stakeholders, incluyendo los accionistas, empleados, clientes y
las comunidades en que operan”………… “Sin un sentido de propósito, ninguna
empresa, cotizada o no, puede lograr su potencial total. Al final perderá su licencia para operar de
parte de stakeholders clave. Sucumbirá a las presiones cortoplacistas de
distribuir ganancias y en el proceso sacrificará inversiones en el desarrollo del personal, innovación y en capital
necesarias para el crecimiento en el largo plazo.” (énfasis añadido).
Ningún libro de
texto sobre responsabilidad social de la empresa lo podría expresar mejor. Aquella frase se convertirá en la otra cara
de la moneda de la repetidísima frase (fuera de contexto [1] ) de
Milton Friedman:
“El negocio de los negocios es hacer
negocios. No hacen falta disculpas”.
La carta ha tenido un gran impacto mediático, pero
¿tendrá impacto real? Por lo pronto ha puesto el tema en la mente
de muchos dirigentes y dado el poder de influencia de BlackRock podría
esperarse impacto real. Muchos medios la
citaron, pero ha habido muy poco análisis de las implicaciones prácticas de la
carta, sobre toda para la misma BlackRock.
Pero como es común en estos casos los medios se limitan a citar, sin
analizar lo que comentan. [2]
Pero es importante
analizar más a fondo la realidad, en tres consideraciones:
1.
Poder de influencia: BlackRock es el más
grande inversionista del mundo por lo que las palabras de su Consejero Delegado pueden tener efecto en la
opinión publica en general y en los directivos empresariales en particular. En
principio, estos últimos no deberían querer tenerlo en contra ya que sus fondos
de BlackRock poseen porcentajes significativos del capital de muchas empresas y
en algunas son el mayor accionista. Para ponerlo en contexto podemos recordar
que los activos que gestiona BlackRock son de US$6.000.000 millones, lo que es
casi cinco veces la capitalización de la
totalidad de las empresas que cotizan en los mercados bursátiles de España,
que ascienden a US$1.300.000 millones, y cinco veces la capitalización de todas
las bolsas de América Latina (cifra semejante a España). Como si BlackRock
poseyese cinco veces todas las empresas cotizadas en España o en América Latina,
o dos veces y media todas ellas.
2.
Limitado poder de actuación: Tanto
BlackRock como Vanguard, el segundo gestor más grande de fondos de inversión,
son inversionistas pasivos, sus fondos reproducen diferentes partes del
mercado de valores, adquiriendo acciones de todas las empresas integrantes del
sector correspondiente. Solo compran o
venden acciones cuando cambian las empresas integrantes (muy pocas veces) o cambian
sus proporciones en el índice (no son grandes cambios es un rebalance). Por,
ejemplo el fondo que reproduce el índice del S&P 500 posee todas las 500 acciones
que lo integran, en las mismas proporciones (en función del valor de mercado de
cada acción) que se encuentran en el índice.
Otro fondo puede reproducir el índice Russell 2000 o el FTSE 100, que contienen
todas las acciones en las mismas proporciones.
¿Por qué es esto
importante? Porque por estrategia de
inversión no pueden decidir dejar de invertir en empresas individuales,
debe poseerlas todas las del índice correspondiente aunque sean
irresponsables. Por mucho que el Sr.
Fink exprese interés en el propósito de las empresas de servir a la sociedad sus fondos poseen empresas que producen
armas, tabaco, alcohol, apuestas, intensivas en impactos negativos sobre el
cambio climático, etc. y acciones de las instituciones financieras que las financian,
además de otras empresas irresponsables.
Podrían ofrecer fondos especializados en empresas responsables, pero no
lo hacen, son gestores de fondos de índices generales, no de índices para
inversionistas socialmente responsables (ver Todo
lo que necesitas saber sobre la Inversión Socialmente Responsable en cinco
respuestas). Después de la carta BlackRock anunció que
esperaba ofrecer fondos nuevos que excluyeran fabricantes y vendedores de
armas. Con estos fondos nuevos no tienen
que vender acciones de empresas irresponsables, sencillamente no las compran
con los nuevos recursos que los inversionistas le encomiendan. Pero las siguen poseyendo en los demás fondos
de inversión.
3.
No usan el limitado poder que tienen. Aun cuando no puedan dejar de invertir
en empresas irresponsables, por lo menos pueden tratar de influenciar las decisiones
de sus Consejos y de sus dirigentes ya que por su gran magnitud poseen
porcentajes significativos de muchas empresas, aun cuando no tienen el poder de
amenazar con vender las acciones. Para un fondo de tal envergadura el mensaje
de están vendiendo acciones de una empresa por irresponsable sería de gran
impacto. Pero no lo hacen por lo que
comentábamos arriba, además de que sería
financieramente suicida ya que al hacer el anuncio caería el precio de esas
acciones, que poseen, perjudicándose a sí mismo. Aparte de que no es
factible hacerlo en un corto plazo ya que la magnitud de acciones que deberían
colocar en el mercado también afectaría negativamente el precio. No
tienen interés en mover el bote ya que se pueden caer al agua.
Una de las modalidades más efectivas de ejercer su
poder de influencia es a través de sus votos sobre proposiciones sometidas a
las Asambleas Generales de Accionistas, AGA.
Pero lo hacen muy poco. Su estrategia es usar esto como último recurso cuando las conversaciones
privadas no han surtido efecto, aunque esto puede parecer mas bien una
excusa. Prefieren usar el poder de persuasión, tratando de influenciar las
decisiones de las empresas que poseen a través del diálogo, lo cual hacen
continuamente, con más de 1.000 empresas, lo que no afecta negativamente el
precio de las acciones que poseen. La mayoría de los gestores de fondos de
inversión tienen un involucramiento mucho más activo que BlackRock. Uno de sus pocos casos de involucramiento
directo ha sido con Exxon cuando pidieron abolir la política de esta empresa de
que los miembros independientes del Consejo no podían hablar con los
accionistas (con Mr. Fink, por ejemplo) y el caso en que votaron a favor de una
resolución en la AGA para pedir mejor y mayor información sobre su impacto en el
cambio climático, que fue aprobada y dio lugar a que a principios del 2018
Exxon publicara un informe sobre el tema. Pero
esto es más la excepción que la regla. Hasta mediados del 2017 había votado en
contra de 14 resoluciones semejantes en empresas de combustibles fósiles y solo
a favor en 2 casos, incluyendo Exxon.
En el siguiente
gráfico se puede observar que BlackRock y Vanguard, los mas grandes son los
menos activos, sólo en el 2% de los casos han votado a favor de resoluciones
sobre cambio climático (se ha abstenido en muchas otras). [3]
[4]
Es de esperar que después del impacto mediático
que ha tenido la carta, las denuncias de algunas instituciones sobre su tibieza
en las resoluciones en las AGA y la actualización de sus políticas de votación sobre la propuestas en las AGA intensifique su activismo en responsabilidad empresarial.
En resumen
BlackRock propugna la responsabilidad de las
empresas de contribuir al mejoramiento de la sociedad y del medio ambiente, pero
sus acciones reflejan solo parcialmente esas declaraciones, parece como si
esperase que las empresas cambien sus estrategias y gestión por voluntad
propia, basado en sus exhortaciones. No utiliza todo el poder que tiene para
contribuir a ese mejoramiento que le pide a otros. Quizás teme el impacto sobre el valor de sus inversiones. Parece ser hipocresía por no decir
greenwashing.
[1] Pero no se cita que también dijo: “La responsabilidad del ejecutivo es manejar
los negocios de acuerdo a sus (de los accionistas) deseos, que generalmente es
ganar tanto dinero como sea posible, cumpliendo
con las reglas básicas de la
sociedad, tanto las establecidas en las leyes como aquellas plasmadas en las
costumbres éticas” (énfasis añadido)………….. “Puede, en el largo plazo, ser
del interés de la empresa, que es un gran empleador en una pequeña comunidad,
el dedicar recursos a proporcionar facilidades a la comunidad o mejorar su
gobernanza. Esto puede facilitar la
atracción de empleados, puede reducir el costo de la nómina o reducir las
pérdidas y el sabotaje o tener otros efectos beneficiosos”. Ver mi artículo Friedman y Smith: ¿Enemigos de la
responsabilidad de la empresa?.
[2] Algunos artículos hicieron un análisis
del contenido de la carta: BlackRock´s
message: Contribute to society or risk losing our support y Why
BlackRock CEO Larry Fink Is Not a Socialist.
[3] El gráfico es del artículo Four
Mutual Fund Giants Begin to Address Climate Change Risks in Proxy Votes: How
About Your Funds?, que es más optimista sobre el cambio de actitud
de BlackRock-
[4] La publicación Proxy Preview 2018: Helping Shareholders
Vote Their Values (acceso con registro previo gratuito) analiza las
votaciones sobre las resoluciones en las AGA e incluye las votaciones de los
gestores de fondos de inversión.
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