La conformidad puede darte un vida tranquila. Pero el cambio en la historia,
todo avance,
proviene de los inconformistas. A J P Taylor, historiador, 1906-1990.
Debemos cuestionar
una necesidad imperiosa, para que se más efectiva.
Nosotros como stakeholders,
dirigentes, empleados, clientes, miembros de la sociedad civil, ciudadanos,
etc. tenemos el deber de estimular el comportamiento empresarial responsable,
por lo que debemos ser críticos y destacar lo crítico que es para nuestro
bienestar.
I.
Crítica, de cuestionamiento.
¿Porque la sostenibilidad empresarial debe analizarse desde un punto de visto crítico y no conformista? Criticar no por criticar, crítica para encontrar formas de hacerlo mejor. Postulo cuatro razones por las que debemos ser críticos:
Primero, porque se trata de aspectos del comportamiento empresarial que son muy fluidos, cambiantes. La responsabilidad empresarial es dinámica. Y buena parte de ese comportamiento queda a la discreción de las empresas. La parte legislada está progresando mucho pero todavía va, e irá, siempre por detrás de las actuaciones empresariales. De hecho, es el comportamiento irresponsable es que suele motivar las regulaciones, pero los reguladores tienen menos recursos, enfrentan más obstáculos, tienen personal menos con menor experiencia en la práctica, etc. No es blanco y negro.
Segundo, porque estos comportamientos se deben adaptar al contexto y tiempos en que opera la empresa, cada una enfrenta un entorno diferente y si bien hay una base que puede ser común, es específica a cada empresa. No es lo mismo operar en un país en vías de desarrollo que en uno desarrollado, depende de las necesidades percibidas de la sociedad en que opera. No es blanco y negro.
Tercero, porque no hay ni habrá consenso sobre cuál debe ser ese comportamiento. Sí, habrá bases mínimas, pero no las habrá máximas, si consideramos que la responsabilidad de la empresa ante la sociedad no es solo minimizar y mitigar impactos negativos, eso es obvio, lo que nos interesa es que las empresas expandan los positivos en la medida de sus capacidades gerenciales y financieras. No es blanco y negro.
Cuarto, y quizás el que más necesita de análisis crítico, es el hecho de que las empresas tienen intereses que van más allá del altruismo y pretenden derivar beneficios de ese comportamiento, financieros o no, cuantificables o no, lo que los puede llevar a exagerar o hasta mentir sobre sus impactos positivos y negativos. Hay conflicto entre sus múltiples objetivos. No es blanco y negro.
Por estas
razones, discrecionalidad dinámica, especificidad de contexto, dificultad de
definición y acotación, y objetivos conflictivos, es por lo que demos ser
críticos a la hora de analizar ese comportamiento, hay que conocer lo que mueve
a las empresas, lo que hacen y lo que no hacen, lo que deberían hacer y los
intereses que las mueven para poder apreciar la verdadera sostenibilidad
empresarial y poder actuar en consecuencia como stakeholders que
somos.
En resumen,
porque la responsabilidad se presta a interpretación y es variable en el
tiempo y en el espacio.
Debemos ver por
detrás de la fachada, de la careta, de la niebla, para lo cual debemos estar
bien informados y ser críticos, no aceptar de forma conformista todo lo que
se nos dice sin haberlo analizado con cuidado. Como stakeholders, no
ser ingenuos, no ser volubles.
Y la falta de
crítica, de conformismo, es uno de los principales enemigos del progreso
de la sostenibilidad empresarial, ser crédulos, pensar que todo está bien y
no conocer a fondo la realidad. Debemos estar informados y ser
razonablemente críticos, no críticos en el sentido negativo, sí en el sentido
de comprender para opinar, para exigir mejoras.
Debemos ser
críticos, pero ¿por qué? Porque es crítico, porque es una necesidad imperiosa.
II.
Crítica, de necesidad imperiosa.
Y la
sostenibilidad empresarial, es crítica para el mejoramiento de la calidad de
vida de la sociedad. De nuevo postularemos cuatro razones, interrelacionadas.
Primero, el
creciente impacto. Las
empresas han ido aumentando significativamente su participación en la actividad
económica y con ello su impacto sobre la sociedad, para bien y para mal. Su
responsabilidad tiene poder, tiene impacto. Se ha ido integrando. No es
indiferente.
Segundo, las
demandas de la sociedad.
Paralelamente la sociedad, en función de ese creciente impacto, también ha ido
evolucionado, sobre todo en función de la ubiquidad de la información y se ha
concientizado del poder de las empresas y exigen responsabilidades por esos
impactos y por su capacidad de afectar a esa sociedad. Las empresas son el
principal empleador y el principal proveedor de bienes y servicios para la
sociedad y el principal consumidor de bienes y servicios que le proporciona esa
misma sociedad y el medio ambiente. Y en función de ese creciente impacto
empresarial y del impacto estas interdependencias la sociedad demanda
cada vez más que la interacción sea más responsable.
Tercero,
fallas de los gobiernos. Y en muchos países y regiones, los gobiernos, en particular los gobiernos
locales, han demostrado fallas en atender las necesidades de la población en
las áreas que son de su responsabilidad, y en muchos casos las empresas se
ven forzadas a cubrir algunas de estas fallas, que no solo afectan a sus
empleados y clientes sino a su mismo entorno. No es que sea responsabilidad
de la empresa el subsanar estas fallas, pero es de su interés reducir el
impacto negativo. Un claro ejemplo lo
fue la pandemia donde muchas empresas, con mayor agilidad y con mayores
recursos, cubrieron fallas logísticas y desarrollaron productos y servicios de
urgente necesidad. Y esto es ilustrativo de los casos que ocurren a nivel
relativamente generalizado en países o regiones en vías de desarrollo
Cuarto,
potencial de hacer el bien. Y de todo esto se ha evolucionado hacia la idea de que las empresas pueden
potenciar todavía más su contribución positiva al bienestar de la sociedad. En
general, la sociedad tiene más confianza en las empresas que en los gobiernos y
el empleo que proporciona es fuente de estabilidad y de dignidad, de cohesión
social. Sobre todo, en épocas turbulentas.
Estas razones, creciente
impacto, necesidades de la sociedad, fallas de los gobiernos y el potencial de
hacer el bien, indican que la asunción de la responsabilidad de las
empresas ante la sociedad es una necesidad.
¿Pero imperiosa?
Es más que una
simple necesidad, es una necesidad imperiosa, es crítica, para logar el
desarrollo económico y social. Para
apreciar lo crítica que es esa responsabilidad comparemos una situación
donde operan empresas responsables con una donde no lo son, donde no les
importa contaminar el agua y al aire, corromper a los funcionarios,
aprovecharse del exceso de mano de obra o de las imperfecciones de los mercados
laborales para pagar suelos injustos. Sí, los gobiernos deben regular, pero no
pueden regularlo todo sin asfixiar, sin que paguen justos por pecadores. Se
requieren ambos, gobiernos y empresas. La responsabilidad de los gobiernos
también es crítica.
III.
Con el poder vienen responsabilidades.
La sociedad y
las empresas nos necesitamos mutuamente y necesitamos una relación de
responsabilidad mutua. Para ello es crítico que seamos críticos, cuestionemos,
y hagamos notar la necesidad critica de la contribución empresarial vía el
comportamiento responsable. La indiferencia, la complacencia, la pasividad de
todas estas partes no son conducentes al desarrollo económico y social.
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