domingo, 5 de mayo de 2019

¿Y si tuviéramos estándares de reporte de información no financiera como los de la financiera?



¿Es posible/factible que se preparen estados no financieros al mismo nivel de estandarización que los estados financieros tradicionales?  Uno de los pioneros en las propuestas de reportes integrados, el Prof. Robert Eccles (ex Harvard, ahora Oxford) [1] y un colega Richard Barker, han hecho tal propuesta, Should FASB and IASB be responsible for setting standards for nonfinancial information?. Esta propuesta va mucho más allá de los estándares o lineamientos del GRI, SASB y del Informe Integrado, IIRC, como comentamos más adelante. [2]

Sugieren que los organismos que desarrollan los estándares de contabilidad, el Financial Accounting Standards Board, FASB (aplicables a EE. UU. y otros países que voluntariamente los adopten) y el International Accounting Standards Board, IASB (aplicables a Europa y otros países que voluntariamente los adopten) lo hagan también para los estados no financieros. [3]  Su propuesta es un llamado “green paper” por ser todavía “verde”, preliminar, y que esperan convertir en “white paper”, más elaborado, después de someterlo a consultas y discusiones. 

Una de esas discusiones se realizó el 11 de diciembre del 2018 (aquí la transcripción y aquí el video) en un debate en el que participaron dos equipos, uno a favor de la propuesta y otro en contra (metodología muy británica).


I.                Justificación de la propuesta

La propuesta del green paper está basada en las necesidades de los inversionistas, como lo son los indicadores del SASB, o los lineamientos de informes integrados del IIRC y no de todos los stakeholders, como lo son los estándares del GRI. Recordemos el público objetivo de cada grupo, que nos ayudará a entender no solo la propuesta sino además la confusión que causan.  En el artículo      


Iniciativa
Foco
Definición de materialidad
GRI
Stakeholders
El reporte debe cubrir aspectos que: a) reflejan los impactos económicos, ambientales y sociales significativos (en su influencia, tanto positiva como negativa de lograr su visión y estrategia) y b) influencian las evaluaciones y decisiones de sus  stakeholders.”
IIRC
Inversionistas
Un informe integrado debe proporcionar información concisa que es material para la evaluación de la capacidad de la organización de crear valor (para los proveedores de recursos financieros) en el corto, mediano y largo plazo.
SASB
Reguladores e inversionistas
[Aspectos materiales que…] “individualmente o en el agregado son importantes para la representación justa de la posición financiera y operacional de la entidad … [información que es] necesaria para que un inversionista razonable puede tomar decisiones de inversión debidamente informadas.


Siendo el público objetivo los inversionistas se debe suponer que la propuesta debe enfatizar la información no financiera con impacto financiero y presentarla de tal manera que se aprecie ese impacto.  Si el público objetivo son todos los stakeholders, la información deberá ser más extensa y puede y debe cubrir elementos de interés para cada uno de ellos, muchos de los cuales no tienen un interés meramente financiero.


De allí, que según el green paper su enfoque sobre esa información, que no llaman “no financiera” sino ASG (ESG en inglés).  Se base en estos argumentos: “La creciente demanda de información ASG por parte de los inversionistas…… las fuentes disponibles de esa información, ya sea de las mismas empresas, ya sea de los proveedores de información ASG es inadecuada…….  La información ASG es el foco natural para la evaluación de los informes empresariales.”

En artículo anterior, ¿Es la información no financiera no financiera?, analizábamos la importancia de esta información en la toma de decisiones, en particular las de inversión.


II.             Resultados de las discusiones


Si bien los autores del green paper no fueron los ponentes de la posición a favor de que la FASB y el IASB preparen estándares, fue su posición la argumentada por la defensa. Estos ponentes incluyeron al ex CEO del IIRC, el CEO del Corporate Reporting Dialogue, el ex CEO del regulador financiero del Reino Unido y la directora de gobierno corporativo del mayor fondo de pensiones del mundo.  Los ponentes de la posición contraria incluyan al director de inversiones ESG de un fondo e inversiones, un ex presidente del FASB, ex miembro de la Comisión de Valores y Bolsas (SEC) de EE.UU., y el vicepresidente de mercados de capitales de la Cámara de Comercio de EE.UU.  Sin duda expertos en el tema, desde reguladores a productores de estándares a usuarios de la información. Las principales conclusiones del taller de discusión fueron (traducidas del resumen):


1.      Argumentos a favor

  • El FASB y el IASB tienen la infraestructura y el personal altamente calificados y una extensa experiencia en el desarrollo de estándares de reporte, incluyendo el proceso para obtener insumos de los stakeholders relevantes, preparando y actualizando las posiciones oficiales y publicando y diseminando documentos reconocidos (que en el caso del IASB incluye un proceso formal de traducción a múltiples idiomas). Ambos tienen fuentes relativamente aseguradas de financiamiento junto con una amplia aceptación de que el mantenimiento de ese financiamiento es importante para el funcionamiento efectivo de los mercados de capitales.
  • El FASB y IASB también tienen estructuras de gobernanza establecidas para la supervisión de sus labores, junto con un alto nivel de credibilidad en la comunidad de inversionistas.
  • Los aspectos materiales para el FASB y el IASB coinciden con los de los inversionistas, lo que se alinea con la información no financiera objeto de esta discusión.
  • El FASB y el IASB tienen credibilidad en la comunidad de inversionistas.  Con respecto a los reportes financieros, existe absoluta claridad dentro del sector empresarial sobre los estándares que aplican a todas las empresas de tal manera de ser percibidos como facilitadores de reglas de juego claras y aplicables a todos.  En contraste, no hay una autoridad inequívoca con respecto a la información no financiera, por el contrario, hay una proliferación de esquemas costosos y confusos que son una carga para las empresas.
  • El foco natural del FASB y el IASB debería ser la integración de la información no financiera en el reporte corporativo dominante y en la presentación de información a las autoridades de regulación. Esto, muy posiblemente implique un énfasis en como la información financiera y la no financiera deben ser integradas entre sí de tal manera de mejorar la utilidad de ambas.  


2.     Argumentos en contra



III.           Mi posición    

Mi lectura del documento y del debate me inclina a favor de la posición en contra.  Los argumentos a favor no discuten si ello es factible en la práctica, limitándose a argumentar que el FASB y el IASB tienen los recursos humanos y financieros y la una gobernanza conducente a la producción de estándares de reporte, pero los argumentos no consideran si con sus sesgos financieros, con información surgida de procesos contables muy estructurados y universalmente uniformes (con algunas variantes muy conocidas) son capaces de desarrollar estándares para información que no está muy definida, que no tiene sistemas de recopilación establecidos, cuya relevancia, aun para un solo grupo de stakeholders como lo son los inversionistas, varía de empresa a empresa y que es muy difícilmente generalizable.  La posición en contra tiene argumentos cuya lógica es demoledora:  


….. “Al nivel actual del conocimiento muchos aspectos ASG materiales son difíciles de cuantificar y por ende no son conducentes a su estandarización …. No resulta obvio que la experiencia en el establecimiento de estándares de contabilidad financiera sea aplicable a la capacidad de desarrollar estándares no financieros; es en efecto posible que la excesiva concentración en lo financiero sea contraproducente.  La información no financiera que es material depende del contexto y de la empresa en tanto que la información financiera es conducente a ser agregada y a tener un tratamiento uniforme en las diferentes organizaciones. En consecuencia, es muy posible que el esquema mental necesario para establecer estándares no financieros sea diferente.”


Ojalá fuera así de sencillo: háganse estándares robustos, universalmente aceptados y universalmente aplicables para la información no financiera. 

Con el incremento del interés sobre los posibles impactos financieros de la información no financiera, se han multiplicado los esfuerzos en varios sentidos: (1) en la definición de los aspectos materiales; (2) en su cuantificación; (3) en el establecimiento del nexo con las finanzas de la empresa, sobre todo en el largo plazo; y, (4) su uniformización y comparabilidad.

Ello ha dado lugar al surgimiento y refinamiento de estándares de presentación de información no financiera como los estándares de reporte del GRI y los indicadores del SASB (que no son compatibles entre sí [4] ) y centenares de propuestas de empresas de ventas de servicios.  Pero todo esto todavía es considerado insuficiente por parte de la comunidad de inversionistas, de allí la propuesta aquí analizada.

Satisfacer las cuatro condiciones mencionadas es equivalente a la cuadratura del círculo.  Sin entrar en un análisis extenso y riguroso, recordemos que se trata de información mal definida, alguna con dificultades de medición, diferente para cada empresa, con impactos financieros que dependen de la reacción de los actores en el entorno en que opera cada empresa, variables en el espacio y tiempo, y que no pueden ser uniformes por la vaguedad y especificidad de algunos componentes.  La obsesión en la uniformización y comparabilidad ha llevado la producción de información precisa sobre algo irrelevante o no generalizable ni extrapolable.  Se prioriza la precisión sobre la relevancia (que es parte de algunas informaciones financieras).

Ello no obsta para que haya algunos aspectos que son más definidos y comprables, extrapolables en el espacio y tiempo, sobre as todo a nivel de empresas semejantes, y estos esfuerzos deben continuar.  Pero recordemos que en general el interés de los inversionistas está en diversificar las inversiones, para reducir los riesgos de la cartera, no en concentrarse en empresas semejantes.


Y algo importante que no se consideró en la discusión de la propuesta y que son los principales usuarios de la información, los analistas financieros (profesionales o aficionados).   En general estos usuarios están acostumbrados a la información financiera estandarizada, han sido educados y han desarrollado experiencia y han mecanizado el análisis financiero de información financiera, no están acostumbrados, ni quieren hacer los esfuerzos adicionales que son necesarios para analizar información con las características que hemos mencionado arriba.  Quieren la “papa pelada”. [5] Una importante a tarea que debe correr en paralelo a los esfuerzos de hacer la información no financiera más relevante y más analizable es la educación de los analistas financieros sobre todo en las peculiaridades de esa información.  Hasta la misma la información financiera, supuestamente comparable depende mucho del contexto [6].  Esta consideración es lo que distingue a los buenos analistas de los mediocres.


IV.           En conclusión

La estandarización de la información no financiera con el objeto de que sea tomada en cuenta, analizada correctamente e incorporada en sus decisiones por parte de los inversionistas y sus agentes, los analistas financieros y gestores de carteras, es un enfuerzo muy laudable y que debe intensificarse, pero reconociendo sus idiosincrasias.  No parece que los establecedores de estándares de información financiera sean los más idóneos para liderar estos esfuerzos, en gran parte por las características de aquella información y por los diferentes esquemas mentales requeridos para procesar ambos tipos de información.

Ello no obsta para que se intensifiquen los esfuerzos, especialmente en la relevancia y cuantificación de la información y en su análisis en el contexto que sea pertinente. Esta información no financiera está en un plano muy superior de complejidad que requiere de esfuerzos superiores, en su identificación, preparación y análisis de impacto.



[1] Su libro One Report: Integrated reporting for a sustainable strategy (2010) fue una de las primeras propuestas.

[2] Este artículo forma parte de la serie sobre la información no financiera.  Los dos más recientes fueron Información no financiera: ¿Sustainability Chief Financial Officer? y ¿Es la información no financiera no financiera?.

[3] Ver el artículo ¿Es la información no financiera no financiera? en el que analizábamos la pertinencia de esa información y el posible menosprecio que le confiere su nombre y recordábamos el impacto financiero que esa información tiene a pesar de su nombre.

[6] El suscrito dedicaba buena parte de en un libro publicado en 1984 y que sigue en prensa (séptima edición) a advertir que esta información financiera, supuestamente estandarizada, se podría prestar a diferentes interpretaciones y el análisis debería efectuarse en el contexto en que operaba cada empresa.  Ver Evaluación financiera de empresas, Editorial Trillas, México.



1 comentario:

José Ángel Moreno dijo...

Excelente artículo, que refleja un debate esencial para la RSE, en la medida en que puede acabar afectando decisivamente al tipo de información sobre esta temática exigida a las grandes empresas y al tipo de entidades que la supervisan y evalúan.