martes, 10 de octubre de 2023

Implicaciones del Nobel de economía para la sostenibilidad empresarial

 

Por fin algunos economistas consideran la sostenibilidad empresarial como parte de la economía.  El premio es un reconocimiento, implícito, del impacto económico que aquella puede tener, aunque el premio es más un reconocimiento de la importancia del problema de la desigualdad en el tratamiento empresarial de la mujer.

El lunes 9 de octubre se anunció la ganadora del Premio del Banco de Suecia en honor a Alfred Nobel (que no es un “Premio Nobel”, pero que tiene el mismo prestigio), la profesora de Harvard, Claudia Goldin, por “sus investigaciones en el ingreso y empleo de la mujer … y mostrar los principales impulsores de las diferencias por genero en los mercados laborales”.

En este articulo no analizaremos sus contribuciones dado que el objetivo es solo ponerlas en el contexto de la sostenibilidad empresarial y destacar la importancia de distinguir entre las razones para la desigualdad y las acciones a tomar para vencerlas.

Es solo la tercera mujer en ganarlo, pero la primera en hacerlo sola. Las otras dos lo compartieron con uno y dos hombres respectivamente. La primera en ganarlo también fue sobre un tema relacionado con la sostenibilidad empresarial, aunque con una relación memos directa. [1]  La segunda lo hizo por su enfoque experimental en la reducción de la pobreza. Los hombres suelen ganar el Nobel de economía por avances en la economía pura y dura, la que se dedica a la eficiencia económica, más que a la equidad.  La economía no es una ciencia moral. [2]

Sin menospreciar la contribución de la Prof. Goldin, buena parte de la explicación, por lo menos de la oportunidad del premio, está en el ataque que sufre la inclusión social, sobre todo de la mujer, en los EE. UU. en particular y en muchos otros países en general, y la intensa discusión reciente sobre la disparidad en remuneración y condiciones de trabajo de los deportes, en particular los femeninos de fútbol y la diferencia en el monto de los premios en otros deportes como el tenis. [3] Si bien el premio es en reconocimiento a la desigualdad en las empresas, la visibilidad de los deportes puede haber profundizado el interés.  Y encontraron un caso ideal, una mujer que ha investigado estos temas con rigor. Y es que los premios Nobel no están exentos de enviar mensajes políticos. El Nobel de la Paz también fue otorgado a una mujer, Narges Mohammadi, reconociendo su lucha y sufrimientos por el avance en los derechos de la mujer. Y en este caso, se quiere llamar la atención a la desigualdad por género.

I.                Brevísimo resumen de sus investigaciones

No hacemos un análisis de su contribución para no extender este artículo, pero si es necesario comentar algunos de los resultados de sus investigaciones para ponerlos en el contexto de la sostenibilidad empresarial y contrastarlos con otras investigaciones.

En noviembre del 2017 publicó un artículo en el New York Times, How to Win the Battle of the Sexes Over Pay (Hint: It Isn’t Simple.), resumiendo algunos de sus resultados, que obviamente no le hace justicia a sus investigaciones al ser un artículo periodístico, pero que nos sirven para analizar las diferencias entre las causas de las desigualdades y las acciones a tomar para vencerlas, que es el objeto de este artículo (curiosamente, en el artículo, aludía a las diferencias de remuneración en el tenis).

Sus investigaciones han estado centradas en la historia de las inequidades en el mercado laboral en los últimos 200 años y como estas han ido cambiando en función de la situación socioeconómica de los países y de las familias (revolución industrial, guerras mundiales, la píldora anticonceptiva, las formaciones académicas que obtenían, etc.). Su interés se centra en la descripción de su evolución más que en un análisis de la situación actual. No obstante, del análisis histórico deduce algunas explicaciones relevantes para nuestros propósitos:

  • ·    El costo de la flexibilidad en los empleos que prefieren las mujeres para conciliar su trabajo con la familia.
  •      El tener hijos, sobre todo el primero, explica buena parte de la brecha.
  •       Las diferencias intrínsecas en los empleos que:

o   Están sujetos a plazos y presiones de tiempo.

o   Requieren contacto directo con otros trabajadores y clientes.

o   Requieren el desarrollo de relaciones de cooperación.

o   Requieren el trabajo en proyectos muy específicos.

o   No ofrecen independencia en la determinación de las tareas y logros.

Las ocupaciones que tienen un menor nivel de estas características (por ejemplo, en ciencia y tecnología) muestran menores brechas, corregidas por horas de trabajo, en tanto que las ocupaciones con un mayor nivel (por ejemplo, legal, finanzas y salud) tienen mayores brechas.

Resume que las brechas están explicadas por dos factores: el costo de la flexibilidad y las responsabilidades familiares.

El lector podrá pensar que esto no es merecedor de un premio Nobel, pero seguramente no le he hecho justicia a la riqueza de sus contribuciones, sobre todo a las dificultades de la información necesaria para recrear la historia. [4]  Sus estudios son un diagnóstico histórico de la desigualdad, necesario para la acción, pero estimo que se ha quedado corta y que sus observaciones históricas no son tan relevantes para la empresa moderna. Lo que nos debe preocupar, y especialmente a las empresas responsables, es como reducir las desigualdades.

II.              ¿Cómo se pueden reducir las desigualdades? Diagnóstico versus gestión.

Lo que es crítico para la sostenibilidad empresarial no es tanto el porqué de las diferencias sino el qué se puede hacer para reducirlas o eliminarlas. Como se puede apreciar de lo que precede, algunas causas no pueden ser cambiadas por políticas empresariales, son intrínsecas, pero hay otras, y muchas que no surgen de sus investigaciones, que pueden ser eliminadas o por los menos ser mitigadas.

En múltiples estudios académicos separados, dispersos en muchos centros de investigación, se han analizado en más detalle las razones para las desigualdades en el siglo XXI y en algunos se han hecho propuestas.  Estos estudios han sido el objeto de un gran número de mis artículos (algunos con Elena Ancos, ver Mis dieciséis artículos sobre el liderazgo de mujeres en las empresas), que, en el conjunto, tienen una visión holística del problema, no solo de la brecha en las remuneraciones en cargos comprables, sino además sobre la desigualdad de oportunidades de liderazgo empresarial. No es práctico repetirlos aquí y nos limitaremos a destacar los aspectos más relevantes para cubrir el vacío en los hallazgos de la Prof. Goldin con respecto a lo que deberían hacer las empresa y gobiernos en el contexto la sostenibilidad empresarial. La literatura sobre el tema es muy rica pero está claro que no le podían dar el premio Nobel a decenas de mujeres (y algunos hombres) que han expandido el conocimiento y han hecho recomendaciones concretas.  

El artículo más reciente de la serie,  ¿Cómo mejorar el acceso de la mujer a cargos directivos en la empresa? (26 marzo 2023) tiene una amplia cobertura, analizado los resultados de estudios que muestran las ventajas económicas y gerenciales de la participación de la mujer en cargos directivos, los aportes que hacen a la gestión integral de la empresa moderna y los obstáculos que enfrentan, además de los dos aludidos arriba:

  • ·     Sesgos implícitos y explícitos que forman parte del condicionamiento histórico, profundamente engranado, que es parte de los reflejos condicionados.
  •      Roles históricos sobre el papel de la mujer en la sociedad, derivados de su sexo, lo que le confiere un papel natural, pero también de la dominación de la figura masculina.
  •      Disponibilidad y capacitación, que es una consecuencia de los roles históricos.
  •      Expectativas sobre el papel de la mujer en la empresa que se basan muchas veces en un estereotipo no muy explícito y es que su comportamiento, aptitudes, actitudes y habilidades se evalúan en función de esas características en los hombres que ya ocupan esos cargos y en la comparación “salen perdiendo”.
  •       Lo que se traduce en aspiraciones diferenciales que se forman antes de comenzar a trabajar, en la educación secundaria y universitaria y que es algo también engranado, casi genético, en el desarrollo de la mujer.
  •       Escasez de modelos a seguir para las mujeres.

 Como reducir las desigualdades.

 a.     Por las buenas: gestionado el ecosistema interno.

Si bien es necesario hacer esfuerzos para vencer los sesgos y estereotipos, es muy difícil, y requiere destinar los recursos financieros, organizacionales y emocionales a mejorar el ecosistema interno y externo a la empresa. Que tampoco hace milagros, pero es condición necesaria, aunque no suficiente para resolver la brecha de aptitudes y remuneraciones.

En otro artículo, Cuotas para mujeres en Consejos y Alta Dirección: ¿Son efectivas? , comentábamos una investigación y decíamos:

No es suficiente con “identificar y desarrollar las destrezas y competencias, como si operara en un vacío social.  El entorno debe respaldar la motivación de las mujeres para liderar y aumentar las posibilidades de que otros reconozcan y estimulen sus esfuerzos, aun cuando ella no se comporte o actúe como la actual generación de ejecutivos senior”.  

No basta con desarrollar su talento, el entorno es determinante, no basta con mejorar la semilla, el terreno debe ser fértil. Los aspectos más relevantes del ecosistema interno se refieren al proceso de selección, desarrollo profesional y promoción de la mujer.

El comienzo, los criterios de selección, el ámbito de la búsqueda de candidatos y la evaluación de los candidatos deben evitar los sesgos implícitos y explícitos contra la participación de la mujer.  La selección debe centrarse en los medios y formas donde actúan las mujeres y enfatizar los atributos que son deseables para el cargo, no solo las cualificaciones y experiencia, que suelen ser un sesgo a favor del hombre.

En términos de desarrollo profesional, una de las soluciones más comúnmente propuestas es la de la participación de la mujer en programas donde se desarrollan las destrezas, actitudes, aptitudes y conocimientos necesarios para ejercer esos cargos, que supuestamente les faltan.  Pero estos programas son inefectivos y suelen reforzar los estereotipos sobre las mujeres, al ser ellas las que necesitan este tipo de programas de desarrollo profesional y los hombres no, que deben adquirir destrezas masculinas (espíritu competitivo, pensamiento lineal y racional, disposición a tomar riesgos, etc.) cuando las femeninas (cooperación, empatía, paciencia, consenso, visión de largo plazo, etc.) son igualmente necesarias para la gestión integral de la empresa moderna. Se hace el supuesto (estereotipo) de que es a las mujeres a las que les “falta algo” y que los hombres lo tienen todo.

En la promoción, otro estereotipo prevalente, reforzado por una de las conclusiones de la Prof. Goldin, es que la mujer puede o quiere ejercer solo algunos cargos, si es que puede.  Es muy válido que las mujeres ocupen cargos funcionales donde sus atributos son más necesarios y efectivos, pero ello no debe impedir que puedan optar a otrosNo se pueden considerar cargos masculinos y cargos femeninos, aunque en general, se presten mejor los atributos de uno y otro género a algunos cargos.

No comentaremos otros aspectos importantes del ecosistema que ya ha sido extensamente considerados en la literatura sobre la facilitación de la participación de la mujer, como lo son la mentoría de otras mujeres líderes, horarios adecuados, el trabajo remotogarantía de regreso al cargo al tomar licencia, apoyo al cuidado infantilconciliación trabajo familiacódigos de éticacomités de conciliación y antidiscriminación, entre muchos otros

b.     Por las malas: cuotas.

Cuando el ecosistema no es conducente, que es en la gran mayoría de casos, se propone recurrir a “la fuerza”, a la recomendación de cuotas voluntarias, y fallando esto, a la imposición de obligaciones a través de leyes o regulaciones

Pero si bien las cuotas pueden lograr el objetivo numérico no suelen lograr el objetivo de fondo, el vencimiento de sesgos, de estereotipos, el reconocimiento, el respeto, la credibilidad, legitimidad y la sostenibilidad en el tiempo de la participación de la mujer. La cuota no es un fin, es un medio, que debería ser temporalLas cuotas como fin contribuirán a deslegitimizar la contribución de la mujer. 

c.     Por las buenas y por las malas: a Dios rogando y con el mazo dando.

Para vencer la discriminación por género en cargos directivos son necesarias la facilitación y la obligación. Un requerimiento que se está popularizando es el de que una parte de la remuneración variable de los consejeros debe estar determinada por avances en la participación de las mujeres en los Consejos y en la alta dirección.

Pero también esto cae en el cumplimiento nominal, numérico, sin cambiar el impacto. ¿De qué sirve tener el 30% de mujeres en el consejo si no son las más calificadas, si no tienen poder de decisión, si las toman como “opiniones a tener en cuenta” que son desestimadas por el 70% de los hombres?

I.                En resumen

El otorgamiento del premio Nobel de economía a una mujer, que ha dedicado su vida profesional a estudiar la historia de las desigualdades a que se enfrentan las mujeres en el mercado laboral estimulará la atención a la problemática y es muy posible que se profundicen las investigaciones sobre como vencerlas.  Pero hace tiempo que el problema ha dejado de ser el conocer lo que se debe hacer, es ampliamente conocido, el problema está en no hacerlo. El problema no es el diagnóstico, el problema es la falta de acción. Lo verdaderamente importante son acciones por parte de las empresas en el ecosistema mencionado y sobre todo en combatir los sesgos implícitos y explícitos y los estereotipos, acciones estimuladas por las regulaciones efectivas, no políticas, de los gobiernos, y presiones, especialmente de los empleados, clientes, dirigentes y otros miembros de la sociedad civil.

Proceso lento, muy lento, por los intereses creados.


[1] Lo había analizado en el artículo Premios Nobel en economía y la Responsabilidad Social de la Empresa, el menos leído de todos mis artículos, donde concluía que “ … el mensaje es reconocer el esfuerzo común y la solidaridad y apartarse de la reciente crisis de egoísmo e irresponsabilidad”.  

[3] Había publicado un extenso análisis sobre las diferencias en remuneraciones en diferentes deportes en ¿Es justificable la brecha por género en las remuneraciones de los deportistas profesionales?

[4] El lector interesado puede leer un mejor resumen en el artículo Claudia Goldin wins the Nobel prize in economics y en la reseña Do “greedy jobs” cause the gender pay gap? de su libro Career and Family: Women’s Century-Long Journey Toward Equity, publicados por el periódico The Economist. El artículo concluye diciendo: “En el pasado Ms Goldin ha sugerido que una mayor flexibilidad en el trabajo puede ser una solución. Quizás el descifrar como lograrlo será su próximo logro”.


No hay comentarios: