sábado, 30 de septiembre de 2023

¿Pueden empresas con productos irresponsables ser socialmente responsables?

 

¿Puede una empresa de casas de apuestas ser socialmente responsable? ¿Puede una tabacalera ser socialmente responsables? ¿Puede una productora de armas ser socialmente responsable?

Para muchos la respuesta es obvia y no hace falta hacerse las peguntas: No, una empresa que produce productos que atentan contra la salud mental, física o la seguridad de las personas no puede ser considerada responsable.  Sin embargo, estas empresas presumen de “responsabilidad” y son calificadas como tales por algunas calificadoras de sostenibilidad, siendo incluidas en carteras de inversión responsable. Algo no cuadra. En este articulo analizarnos estas aparentes contradicciones y presentaremos una conclusión sobre su grado de responsabilidad ante la sociedad.

I.                Alegatos de responsabilidad de una empresa de casas de apuestas.

Este artículo fue motivado por la recepción simultanea de tres artículos, publicados en diversos medios, sobre la responsabilidad de una de las casas de apuestas más grandes de los países de habla hispana, lo que me hizo suponer que se trata de una campaña publicitaria para mejorar la percepción del público sobre la empresa.  Estos artículos nos sirven para analizar lo que quiere decir “responsabilidad” en una empresa de productos nocivos.

En Codere Argentina recicló 35.000 kilos de papel en el primer semestre, la empresa se vanagloria del reciclaje, evitando contribuir a la acumulación de basura. El reciclaje se ha considerado como una práctica responsable destacable en las comunicaciones empresariales. El no reciclar es irresponsabilidad, pero hoy en día reciclar no es responsabilidad social, es nada más ni nada menos que sentido común. Y sobre todo en algo tan elemental como el papel. No es una responsabilidad ambiental de la que vanagloriarse. Otra cosa seria vanagloriarse del reciclade de las cápsulas de Nespresso, que no está requerido por ley y el hacerlo tiene un costo para la empresa.  Aunque este caso es mucho más laudable, tampoco está libre de culpa. [1]

En La responsabilidad social de los casinos: Promoviendo el juego responsable, se destacan las medidas que toma la empresa para reducir los impactos negativos en los jugadores, que “…limitan el tiempo y de dinero que un jugador puede gastar en una sesión, facilitan el acceso a recursos y servicios de apoyo para personas que pueden estar desarrollando problemas de juego, y trabajan de la mano con organizaciones dedicadas a la prevención y tratamiento de la adicción al juego. Además, los casinos han asumido un papel proactivo en la educación de sus jugadores, proporcionándoles información sobre los riesgos potenciales del juego excesivo”. ES la misma promoción del consumo responsable que impulsan las empresas de bebidas alcohólicas. Medidas laudables, pero que en la gran mayoría de los casos son inefectivas, por la naturaleza de la adicción y del jugador. Es posible que tengan éxito en algunos casos muy concretos, pero la gran mayoría de los jugadores no son afectados.

En Casinos y Responsabilidad Social: ¿Cómo las empresas de juego contribuyen a la sociedad, se pasa a la ofensiva, alegando que los casinos proporcionan empleo y pagan impuestos (¿qué de especial tiene esto?), contribuyen al desarrollo comunitario, al turismo, a la economía local, además de programas de educación para el juego responsable.  Muchas de estas “contribuciones” son el resultado del negocio mismo, no una contribución explicita, adicional, al mejoramiento de la sociedad.

Y por supuesto, como la gran mayoría de las empresas, no mencionan los daños, no mitigados, que los productos o servicios pueden causar, en este caso la destrucción de familias, alcoholismo, ausentismo laboral, deterioro de la calidad de vida en el entorno físico en los vecindarios donde se localizan los casinos y, en países en vías de desarrollo, la captura de las poblaciones más vulnerables, entre un largo etcétera.

Un caso de reconocimiento de la irresponsabilidad de estos productos es de los equipos de fútbol de Inglaterra donde 10 de los 20 equipos de la Premier League y 15 de los 22 equipos de la Championship, incluyendo la liga misma, son patrocinados por casas de apuestas online (con impacto negativo quizás menor que los casinos). Pero finalmente han visto la luz y a partir de la temporada 2026-2027 los equipos acordaron desistir de estos patrocinios en las camisetas, pero podrán ser utilizados de otras maneras.  En España, hasta 17 equipos de La Liga tuvieron patrocinio de casas de apuestas, hasta que fue prohibido, por el gobierno, a partir de la temporada 2021-2022.

II.             Practicas responsables, responsabilidad del producto y sostenibilidad empresarial

Estos artículos ilustran muy precisamente dos aspectos claves de la responsabilidad empresarial: (1) la importancia de considerar la responsabilidad del producto como uno de los elementos más determinantes de esa responsabilidad y (2) la diferencia entre prácticas responsables y la sostenibilidad empresarial.  Lo comentamos a continuación.

La responsabilidad el producto es algo que merece mucha más atención de la que se da en los análisis. En algunos casos, se ignora, en otros se da por hecho y en muy pocos se analiza como parte integral de la sostenibilidad empresarial. ¿Recuerda el lector secciones de informes de sostenibilidad donde se discuta la responsabilidad del producto, desde un punto de vista imparcial? ¿ha visto alguna vez una mea culpa?

Un caso paradigmático son las calificaciones de sostenibilidad, basadas en los criterios A, S y G, que no incluyen una P. La responsabilidad del producto no es factor que suma o resta puntos a las calificaciones. La gran mayoría lo ignora. Algunas calificadoras, las que califican en base a best in class, [2] lo ignoran por completo ya que las calificaciones se hacen en comparación con otras empresas del mismo grupo industrial. Ello conlleva a que haya una tabacalera, una casa de apuestas, una empresa de armamentos, una empresa de bebidas alcohólicas como la mejor de su grupo ….. o segundas o terceras. Así los inversionistas responsables que quieren incluir empresas de estos sectores saben cuál es “la mejor”. 

Es muy cierto que muchos inversionistas responsables no invierten en estos sectores vía la estrategia de “exclusión negativa”, que es la más usada de las estrategias de inversión “responsable”. Pero ello permite alardear a estas empresas de ser responsables.  No detallan que es una calificación relativa a otras empresas, con el mismo tipo de productos irresponsables. No, dicen que su empresa ha sido calificadas como la más responsable, la mejor, con la categoría de oro.

Esto permite ilustrar la diferencia entre empresas con algunas practicas responsables, que es lo que en realidad hacen las calificadoras, de empresas responsables, que, en teoría, son las que no tienen irresponsabilidades y además llevan a cabo sus actividades con el fin de contribuir específicamente, más allá de la rutina de su negocio, al bienestar de la sociedad.  No hay empresas que podemos decir que son totalmente responsables y que logran la sostenibilidad empresarial, es cuestión de grado, no existe ni puede existir un estándar absoluto.  Pero sí se puede decir que hay empresas que no incurren en irresponsabilidades y otras que sí lo hacen.

Sí, una empresa de casas de apuestas puede tener practicas responsables, pero no llegará nunca a ser una empresa “responsable”, independientemente de lo que digan las calificadoras. Y esto no es semántica, es cuestión de imprecisiones en el lenguaje, que es precisamente de lo que aprovechan este tipo de empresas.

Y viceversa, tampoco son responsables empresas que tiene productos responsables y prácticas irresponsables. Un caso paradigmático es el de Tesla, líder mundial en la prodición de vehículos eléctricos, con la consecuente contribución a la reducción de emisiones, pero conocida por su entorno laboral tóxico, de discriminación y hostigamiento.

Estos son usos sofisticados del efecto aureola, [3] que es la ilusión a través de la cual los humanos tendemos a extrapolar algo positivo como si fuera generalizado. Las empresas demuestran algunas practicas laborales, ambientales o de gobernanza positivas, y tenemos la tendencia a extrapolar, sin pensarlo mucho, a que es responsable en muchos otros aspectos. Por ejemplo, si vemos una persona que tira desperdicios en la calle, extrapolamos a que es una persona mala en muchos otros sentidos, sin conocerlo.

III.           En resumen

Las empresas con productos irresponsables pueden tener practicas responsables, pero por muchas que estas sean no se les puede atribuir el adjetivo de responsable, no lo serán nunca por mucho que lo digan algunas calificadoras de sostenibilidad, a menos que el producto también sea responsable.

Es laudable reconocer estas prácticas responsables en las empresas con productos irresponsables, y deseable que las profundicen y extiendan.  Pero hay que distinguir entre las empresas que tienen la capacidad y voluntad de hacer la transición a empresas con productos responsables, de las que su producto es inamovible. Para las empresas de apuestas su producto es y será las apuestas. Para las empresas de armento es y será el armamento. Las empresas tabacaleras se diversificaron hacia los cigarrillos electrónicos, pero el producto era igualmente nocivo y adictivo. Las empresas de bebidas alcohólicas reducen el contenido alcohólico de algunas bebidas, pero el fundamento de su negocio es el alcohol.

Hay algunas empresas donde el producto puede mejorar su responsabilidad. Un ejemplo es el caso de las empresas de combustible fósiles, que se están diversificando hacía energías renovables. Aunque estas empresas no pueden ser consideradas responsables, por lo menos merecen el apoyo de la sociedad en su transición hacia productos responsables ….. si es legítima y no greenwashing.

Pero lo que no podemos hacer el otorgar el calificativo de responsable a empresas con solo algunas prácticas responsables, y mucho menos si tienen prácticas y productos irresponsables.

No, no son empresas responsables, son empresas con algunas prácticas responsables.

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