Otro factor que se debe considerar en el establecimiento de la cultura empresarial para la sostenibilidad: Los valores del máximo dirigente ejecutivo. En un artículo anterior habíamos analizado el efecto de los valores de los empleados en general, [i] y en una serie de artículos, en qué consiste la cultura empresarial, como se desarrolla e implementa y cuál es la más conducente a la sostenibilidad [ii]. En este artículo cerramos el círculo considerando el efecto de los valores y comportamientos del máximo dirigente.
En abril del 2025
se publicaron los resultados de una extensa investigación sobre ello (CEO Values and Corporate ESG Performance (Xiang Li, Onur Kemal Tosun y Arman Eshraghi, Cardiff University). A través de análisis estadísticos
el estudio analiza la relación entre un índice de valores y comportamientos del
ejecutivo con un indicador sobre la sostenibilidad de su empresa.
La gran mayoría
de los estudios estadísticos en los cuales se analizan grandes volúmenes de
información suelen tener notables problemas de extrapolación de los resultados
a casos particulares y este no es una excepción. Sin embargo, sus
limitaciones no impiden una interpretación de los resultados que pueden ser
útiles en la práctica. Después de analizar el estudio y sus lecciones, comentaremos
brevemente los potenciales problemas y la confiabilidad de los resultados.
I.
El estudio.
Para analizar
la relación entre valores/comportamientos, variable independiente, y
sostenibilidad variable dependiente, crean un índice de aquellos y utiliza las calificaciones
de sostenibilidad como medida de esta. Condensa
ambas variables en medidas agregadas de muchas características, un índice
(llamado CVI, índice de valores del CEO) y una calificación externa. Para aislar el efecto
de los valores/comportamientos sobre la sostenibilidad controlan por el
efecto de otras variables que pueden influir en esta, tanto personales como
de la empresa. En el primer caso son la edad, género, tiempo de ocupación del
cargo, MBA y participación en su propiedad. En el segundo caso son el tamaño de
la empresa, edad de los consejeros, edad de la empresa y varios indicadores
sobre la situación financiera.
El índice CVI utiliza características en cinco categorías que postulan pueden estar relacionadas con la sostenibilidad: (1) estilo de vida; (2) herencia cultural; (3) experiencias vividas; (4) entorno familiar; y, (5) exposición la ambiente externo. Seleccionan once factores para representarlos y emplean 22 variables para cuantificar y evaluar esos once factores. Para no extender la discusión solo daremos algunos ejemplos que permiten apreciar el tipo de variables y la representatividad del análisis.
- En estilo de vida incluyen preferencias dietéticas (¿vegetarianos más conscientes?) y uso de las redes sociales;
- En la herencia cultural utilizan cinco de las características del país en que viven (los mismos que habíamos analizado en el artículo sobre el efecto de la cultura local en el comportamiento responsable). [iii] Incluyen grado de individualismo, desigualdad social, masculinidad/feminidad, aversión la riesgo y visión de largo/corto plazo; y,
- En el entorno familiar incluyen medidas relacionadas con los hijos (hijas tienden a hacerlos más responsables), hermanos, y estado civil (¿casados más responsables?).
Aun cuando algunas
variables puedan parecer inusuales, hay que destacar que han sido seleccionadas
en base a otros estudios que muestran alguna relación con la responsabilidad
individual. También se deben tener en cuenta las dificultades de encontrar
información confiable para los centenares de CEO de empresas incluidas en el
índice S&P 500, analizados sobre diez años.
Como medida de
la sostenibilidad empresarial utilizan las calificaciones de Refinitiv Eikon de Thomson Reuters. Este es el nexo débil del estudio, considerar que una
calificación de sostenibilidad puede capturar la sostenibilidad empresarial.
Hemos comentado sus deficiencias en varios artículos [iv] y en
este caso la deficiencia es aun mayor que el caso más común de utilizarlas en
decisiones generales de inversión. En este caso se pretende que las diferencias
de calificaciones entre empresas reflejen el efecto de los valores/ comportamiento
del CEO, cuando la calificación es una medida muy cruda.
Esta calificación
“define” la sostenibilidad en base diez indicadores. Ambiental: Emisiones, uso
de recursos, innovación de productos ambientales; Social: Derechos humanos,
normas laborales, diversidad e inclusión, impacto en la comunidad; Gobernanza:
Gobierno corporativo, ética empresarial, gestión de riesgos, derechos de los
accionistas. Las calificaciones de Refinitiv Eikon no son consideradas
en los mercados financieros como las más confiables.
II.
Resultados.
El estudio analizó no solo la relación entre el índice de valores/comportamiento del CEO con las calificaciones de sostenibilidad, sino que además lo analizó por sub calificaciones A, S y G, la duración de la relación, la personalidad del CEO y el impacto sobre el greenwashing. Todos los resultados fueron positivos:
- Los valores de los ejecutivos orientados hacia la sostenibilidad mejoran las calificaciones a nivel agregado y a nivel de sus componentes;
- Tienen un efecto duradero;
- La relación es más intensa para los dirigentes extrovertidos; y,
- Los valores/comportamientos mitigan el impacto negativo que el greenwashing puede tener sobre sobre las calificaciones.
III.
Discusión.
Los resultados,
en general parecen razonables, es lo que se podría esperar: que si los
dirigentes tienen valores y comportamientos que son conducentes a la sostenibilidad
empresarial esta mejore. Pero a efectos de una implementación
práctica, lo que faltaría conocer es el
proceso mediante el cual esos valores y comportamientos se pueden plasmar en
resultados y de esa manera poder refinar cuales de los son más efectivos.
Para ello es de
destacar que el estudio se refiere a la relación (estadística) entre dos
índices, uno de valores y comportamientos y el otro de una calificación de
sostenibilidad, ambos un conjunto de agregados, que pueden enmascarar y
compensar aspectos positivos y negativos entre sus componentes.
Si bien los
autores se refieren al efecto sobre “ESG performance”, que interpretan como
mejoras en la sostenibilidad, la realidad es solo han mostrado una relación,
estadística, con las calificaciones de sostenibilidad, que como hemos indicado
no suelen ser representativas. Son un promedio
ponderado de diez indicadores sobre aspectos actuales y pasados y sobre
intenciones, que no reflejan la gestión de los impactos positivos y
negativos que ha tenido, tiene y que quiere tener y como lograr una contribución
a la mejora de la situación social y medioambiental de sus stakeholders.
Por el contenido
del reporte se puede deducir que los autores son muy versados en temas de
sociología y psicología personal y sobre análisis estadístico, pero muestran
poco conocimiento de la gestión empresarial y en particular de la sostenibilidad.
Aun con las
mencionadas cautelas el estudio tiene valor. Hay que reconocer que no es sencillo capturar de
forma cuantitativa las dos variables críticas, valores y comportamiento y sostenibilidad
empresarial. Posiblemente su mayor contribución sea
el estimular el interés por la identificación de los valores, comportamiento y
personalidad del máximo ejecutivo (y de los demás ejecutivos) que son conducentes
a la sostenibilidad empresarial y el impacto que puedan tener sobre su logro.
Es lo que se debería considerar en la selección de los dirigentes, aun
cuando las contrataciones seas infrecuentes. Además, son un factor más a
considerar en la conformación de una cultura empresarial conducente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario