domingo, 1 de septiembre de 2024

Financiamiento sostenible: con impacto y con insulto

Se puede engañar a algunas personas todo el tiempo, y a todas algunas veces,

pero no se puede engañar a todas las personas todo el tiempo.

-Abraham Lincoln 

El financiamiento sostenible no suele ser un tema de mucho interés de mis lectores, pero yo insisto en escribir sobre ello porque: (1) creo que todo profesional de la sostenibilidad empresarial debe tener conocimientos del tema y con explicaciones didácticas espero estimular su interés; (2) porque sostenibilidad sin recursos financieros no es sostenible; y, (3) porque el tema me apasiona (combina mis dos pericias, finanzas, por formación académica, y sostenibilidad, por pasión).

En este articulo analizo una reciente emisión de bonos verdes que es un modelo de como estimular la sostenibilidad y lo contrasto con otro que es un insulto al mercado de las finanzas sostenible.  El objeto no es entrar en detalles sobre las emisiones, sino mostrar los fundamentos de lo que puede ser efectivo y lo que es mera apariencia.

I.                Financiamiento es necesario para la sostenibilidad.

Hay que reconocer que es un tema complicado y especializado, pero ello no obsta para que esos profesionales no tengan una noción del papel que puede jugar en el logro de la sostenibilidad empresarial y ambiental. Y cubre dos grandes frentes relacionados con la sostenibilidad: la demanda de fondos para inversiones y gastos en promoverla, y la oferta de fondos por parte de inversionistas y otros aportantes de fondos como parte de sus deseas de contribuir a la sostenibilidad, la industria de la inversión socialmente responsable, ISR y de impacto.

En ambos frentes, demanda y oferta, es mucho más frecuente verlo en el contexto de la lucha contra al cambio climático, donde se utiliza, por ejemplo, para financiar actividades y proyectos para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, como es el caso que tratamos a continuación, tanto a nivel de gobiernos como de empresas.  Es el componente verde del financiamiento sostenible. En este contexto las sumas involucrados son de centenares o millares de millones de dólares o euros. Pero también es utilizado por empresas para inversiones y gastos de menor magnitud, tanto para temas ambientales como aspectos sociales y mixtos, sociales y ambientales, o de sostenibilidad.

Hasta hace algunos años, el sector estaba dominado por los bonos y préstamos verdes, sociales, sostenibles y los ligados a la sostenibilidad, emitidos por empresas, proyectos y gobiernos y adquiridos por inversionistas y financistas responsables. [i] Pero en años recientes se ha expandido a todo tipo de instrumentos de financiamiento. Solo los mencionaremos para ilustrar el espectro de cobertura.  Por ejemplo, el crédito a proveedores con condiciones financieras a la sostenibilidad [ii], bonos que emiten instituciones financieras para financiar préstamos ligados a la sostenibilidad [iii], garantías ligadas a la sostenibilidad, depósitos bancarios ligados a la sostenibilidad, líneas de crédito ligadas a la sostenibilidad, cartas de crédito ligadas a la condicionalidad, crédito a la exportación ligado a la sostenibilidad, [iv] titularización ligada a la sostenibilidad, factorización ligada a la sostenibilidad, etc. 

Poco a poco todo financiamiento está “ligado a la sostenibilidad”. Algunos son efectivos, otros se acercan el greenwashing.

Estos instrumentos podemos clasificarlos, de forma simplificada, en dos tipos: (1) aquellos cuyos recursos son dedicados a actividades y proyectos sostenibles y (2) aquellos de utilización libre, pero con alguna condición sobre el logro de indicadores de sostenibilidad. El impacto es muy diferente. [v]

II.             Financiamiento sostenible con impacto.

Algunos de estos instrumentos son de dudoso impacto, pero en agosto del 2024 se emitió un instrumento novedoso que tiene como objeto y estructura el logro de impacto. El bono fue emitido por el Banco Mundial para la captura de dióxido de carbono vía la reforestación. [vi] La emisión es financieramente complicada y no vale la pena entrar en detalles, el objetivo es solo mostrar sus especiales características que la hacen conducente al logro de impacto.

El Banco Mundial es el mayor banco de desarrollo del mundo (activos de US$ 360 000 millones y operaciones anuales por US$ 38 000 millones).  Los accionistas del banco son los gobiernos de 189 países y su mandato es contribuir, en todas sus operaciones, al desarrollo sostenible de los países en vías de desarrollo. Según la nota de prensa:

El bono ligado a resultados ofrece a los inversores un cupón que incluye un componente fijo garantizado y un componente variable vinculado a la generación de Unidades de Eliminación de Carbono (CRU) a partir de proyectos de reforestación en las regiones de la selva amazónica de Brasil.  Es el primer bono que vincula el rendimiento financiero a los inversores con la eliminación de carbono de la atmósfera, a diferencia de transacciones anteriores vinculadas a la venta de créditos de carbono procedentes de emisiones evitadas.

Esto es una gran diferencia en efectividad por cuando las emisiones evitadas son más fungibles, hipotéticas y sujetas a incertidumbre y manipulación que las eliminadas.

Los $225 millones se invertirán en los proyectos tradicionales de desarrollo económico del Banco Mundial, y el repago del principal está garantizado, pero los compradores aceptan una reducción en la tasa de interés cuyos recursos se destinan a la reforestación (estimados en $36 millones), pero esta a su vez genera CRUs que se pueden vender en los mercados a las empresas o proyectos que deben compensar por sus excesivas emisiones, lo que generará recursos para pagarles bonificaciones a los inversionistas. El rendimiento neto dependerá del éxito del proyecto, o sea del monto y valor de los CRUs generados, que puede ser superior al descuento de la tasa de interés.  Pero con esta transacción hay recursos para la reforestación del Amazonas, con la consecuente captura de gases de efecto invernadero y una contribución a la biodiversidad y a su desarrollo sostenible. Y tiene los incentivos para que se logren resultados: la generación de CRUs.

III.           Financiamiento sostenible con insulto.

Para ilustrar la efectividad de este financiamiento es muy instructivo compararla con el “bono ligado a la sostenibilidad” emitido por la mayor empresa de productos cárnicos del mundo, JBS, [vii] con sede en Brasil y que es una de las mayores contribuidoras a la deforestación en el país, a la contaminación del agua en EE. UU., a la corrupción de funcionarios públicos en Brasil, a la colusión de precios de sus productos y a la manipulación del valor de sus acciones en las bolsas de valores.  Un modelo de empresa irresponsable.

El bono fue emitido en el 2021 por US$1 000 millones para financiar sus actividades normales de producción de los productos cárnicos, que, en el caso del ganado en Brasil, conllevan deforestaciones (aunque la empresa lo subestime) y grandes contribuciones a las emisiones en la utilización de la tierra y en la crianza del ganado vacuno, que es uno de los sectores de mayor contribución a las emisiones. Los recursos no se destinan a actividades ligadas a la sostenibilidad, el nexo del bono con la sostenibilidad es que la empresa se compromete a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, lo que es algo que debería hacer por responsabilidad, no para que les den financiamiento. [viii]

Este caso lo hemos analizado en detalle en dos artículos ¿Hace falta ser una empresa responsable para emitir un bono ligado a la sostenibilidad? y ¿Hace falta ser una empresa responsable para emitir un bono ligado a la sostenibilidad?: ¿Somos tontos?

A lo mejor el lector se preguntará cómo es posible que los “inversionistas responsables” [ix]compren estos bonos: los estándares de emisión solo piden que el compromiso de sostenibilidad, en este caso de reducción de emisiones, sea razonable, asegurado por una segunda opinión independiente, lo que no es difícil de obtener. No estipulan el destino de los recursos que son de libre disponibilidad para la empresa, ni el nivel de sostenibilidad empresarial del emisor.  Y muchos “inversionistas responsables” (¡!) se conforman con que el bono tenga la etiqueta, no que contribuya a la sostenibilidad. Colusión implícita entre compradores y vendedores. [x] (el niño que llora y la mama que lo pellizca)

Este caso es el opuesto al del Banco Mundial, cuyos recursos sí se utilizan para el desarrollo sostenible, contribuyendo a la reforestación y a la biodiversidad, en tanto que el de JBS, utiliza los recursos del bono para aumentar su producción, con mayor deforestación y más emisiones por el ganado, a cambio del compromiso de una reducción de sus emisiones globales, que palidece, si lo logran, con el daño causado. Pero los bonos los compraron inversionistas “responsables”.

IV.            En resumen

Un excelente ejemplo de la utilización de la ingeniería financiera para contribuir a la sostenibilidad ambiental. Y un excelente ejemplo del abuso a que se presta el financiamiento sostenible cuando las reglas son permisivas y los participantes en el mercado son inescrupulosos.



[vii] Tuvo ingresos de US$80 000 millones en el 2023, tiene operaciones en 190 países y cuenta con 275 000 empleados.

[viii] El 21 de agosto del estado de Nueva York demandó a la empresa por afirmaciones engañosas sobre el cambio climático. N.Y. State Sues JBS, the Brazilian Beef Giant, Over Its Climate Claims

[ix] Para apreciar la diferencia entre inversionistas “responsables” e inversionistas responsables ver ¿Es lo mismo Inversión Socialmente Responsable, ISR que inversiones ASG?

[x] Y los fondos supuestamente responsables (ASG) siguen invirtiendo en los bonos de JBS. ESG funds pouring millions into meat company linked to Brazil deforestation

 

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