A la popularización le sigue la generalización y a la generalización, la confusión.
Antonio Vives
Este articulo está
dedicado a l@s que:
· Les gustan los nombres de responsabilidad nuevos
por ser nuevos;
· Creen que ASG es un comportamiento
empresarial;
· Creen que ASG y responsabilidad de la empresa
ante la sociedad, alias sostenibilidad empresarial, son lo mismo;
· Creen que hace falta usar ambos nombres
para describir una función gerencial;
· Están confundidos con tantos nombres que
se usan para expresar lo mismo …… ¡que no es lo mismo!
I.
Calificaciones, ASG y sostenibilidad empresarial
Empecemos por aclarar las diferencias:
CONCEPTO |
QUE ES |
Responsabilidad
ante la sociedad |
Actividades,
cultura, gestión, procesos, impactos, etc. de la
empresa tendentes a mejorar su contribución, presente y futura, a la sociedad. |
Sostenibilidad empresarial |
Resultado de la implementación de la responsabilidad. |
ASG |
Algunos
criterios para describir algunas de las actividades
empresariales. |
Es muy posible que esta conceptualización de lo que debe ser la responsabilidad
de la empresa ante la sociedad no coincida con la idea que muchos tienen. Definitivamente
es una concepción más amplia de la que suele ser de aceptación generalizada que
la limita a actividades pasadas y presentes, ignorando el contexto en la que se
desenvuelven dentro de la empresa y el futuro que la empresa quiere promover. Esta
es ciertamente la concepción de los criterios ASG.
Para referirnos a los resultados de implementación de responsabilidad empresarial
ante la sociedad y tratando de evitar la confusión con el uso muy difundido
y contraproducente de la palabra sostenibilidad en el sentido restringido de la
sostenibilidad medioambiental, usaremos el término sostenibilidad
empresarial. Se debería prohibir
el uso del término “sostenibilidad”, sin apellido, al referirse a las empresas.
En un artículo anterior, Las (por lo menos) seis deficiencias de
las calificaciones de sostenibilidad, analizábamos algunas razones por las que las
calificaciones de sostenibilidad no eran buenos instrumentos para diferenciar
la sostenibilidad empresarial entre las empresas calificadas. En este articulo
extendemos el análisis a las deficiencias de los criterios ASG en
representar esa sostenibilidad empresarial. Al no representar la sostenibilidad
empresarial, los criterios ASG y las calificaciones, basadas mayormente en su
uso, no son idóneas para distinguirla entre diferentes empresas.
La aplicación de estas diferencias y deficiencias la habíamos analizado
además en el artículo ¿Es lo mismo Inversión Socialmente
Responsable, ISR que inversiones ASG? donde distinguíamos la inversión en valores de
empresas utilizando criterios ASG en la selección que difícilmente conducen a
la inversión en empresas socialmente responsables, con la inversión ISR, cuya
selección de valores se basa en análisis más detallados de la sostenibilidad
empresarial (incluyendo no solo intenciones, sino además resultados,
cultura, calidad de gestión, procesos, etc.).
De hecho, “inversión ASG” e “inversión ISR” son dos caras de la moneda
“criterios ASG” y “sostenibilidad empresarial” en su concepción integral.
Los criterios ASG son usados para las calificaciones de sostenibilidad como
si fueran sinónimo de sostenibilidad empresarial y son usados por algunos inversionistas
directa o indirectamente vía las calificaciones para la selección de los
valores de empresas que consideran como sostenibles. Ello ha conducido a
severas críticas en cuanto a la sostenibilidad empresarial de las carteras de inversión
así conformadas precisamente porque el uso de los criterios como sinónimo de sostenibilidad
empresarial ha dado lugar a la inclusión de empresas con sostenibilidad
dudosa o inclusive con muchos aspectos de irresponsabilidad ambiental y social.
Calificaciones de sostenibilidad |
No diferencian la …. |
Sostenibilidad empresarial entre empresas |
Criterios ASG |
No representan la …. |
Sostenibilidad empresarial de las empresas |
Inversión con criterios ASG |
No es mismo que …. |
Inversión ISR, con análisis integral. |
II.
Doce (por lo menos) deficiencias de los criterios ASG para representar la sostenibilidad
empresarial.
En la discusión que sigue nos referimos a si los criterios Ambientales, Sociales
y de Gobernanza, en su consideración integral son representativos de la sostenibilidad
empresarial. No nos referimos, por ejemplo, a si un criterio en
particular, digamos el consumo neto de agua o la emisión de gases de efecto
invernadero, son representativos de un aspecto de la sostenibilidad
ambiental. Nos referimos a que no hay
un conjunto de criterios A. más S. más G que representan la sostenibilidad
agregada.
a.
Criterios ASG
Para que el lector pueda apreciar estas deficiencias es conveniente recordar
algunos ejemplos de los criterios ASG, ya que son algo de lo que todo el
mundo habla pero que, o no saben lo que es o lo suponen. Pero aun si suponen algo,
esos supuestos no coinciden con los de otros participantes, por lo que la
discusión es poco productiva. No hay
ni habrá uniformidad en cuales son estos criterios y solo en algunos casos
habrá consenso en su definición.
Esto criterios suelen expresarse en indicadores ya sea cuantitativos o
cualitativos. Ante el deseo de ser lo más objetivos
posibles, para poder agregar y comparar se prefieren indicadores
cuantitativos por lo que suele haber un sesgo hacia lo que es cuantificable y
no necesariamente hacia lo que es material para cada empresa. Esto explica
inclusive la prioridad que se le da a aspectos ambientales, cuantificables,
basados en la física, por encima aspectos sociales, mas subjetivos, basados en
sentimientos, emociones, bienestar, etc., independientemente de la relevancia
para algunas empresas.
Un buen ejemplo de criterios ASG son los desarrollados por el Sustainability
Accounting Standards Board, SASB, ahora parte del International Sustainability Standards Board,
ISSB, institución que está preparando los estándares de reporte a nivel mundial.
El SASB había desarrollado indicadores para 77 subsectores industriales, en 11 sectores
(finanzas, transporte, alimentos y bebidas, infraestructura, etc.). Si bien
son indicadores para reportar, han sido seleccionados y definidos por su
potencial impacto sobre la situación financiera de las empresas, la materialidad
financiera específica para cada subsector, por lo que pueden ser los criterios
ASG que se usan para calificar y para seleccionar inversiones. La lista completa se puede ver
en su sitio web, pero para dar una idea de lo que queremos decir con criterios
ASG reproducimos en el Apéndice I como ejemplo, los indicadores para el subsector
de bebidas no alcohólicas.
Como un ejemplo de criterios utilizados en las calificaciones de sostenibilidad,
en el Apéndice II incluimos los criterios y los pesos relativos que usa la
calificadora S&PGlobal para el sector bancario (en el artículo ¿Cuál es el banco más sostenible del mundo?
analizamos la (in)congruencia entre estos criterios y los aspectos materiales que
determinaba el BBVA).
b.
Deficiencias
Pero aun así este conjunto de criterios, expresados en indicadores cuantitativos
y cualitativos, no representan la sostenibilidad empresarial por las
deficiencias que presentamos a continuación.
Al leer cada una de estas propuestas de deficiencias invitamos al lector a
pensar como se consideran los aspectos de responsabilidad en los criterios, por
ejemplo los de los Apéndices I y II, y como los consideran los inversionistas (verdaderamente)
responsables que analizan cada empresa en detalle. Una cosa es meter números
en un algoritmo de cálculo basado en un modelo predeterminado y la otra es analizar
cada empresa en su totalidad, considerando su singularidad y su contexto.
A continuación, las doce deficiencias por las que los criterios ASG no representan
la sostenibilidad empresarial:
1. Modelo supuesto, generalización no generalizable. Cuando se seleccionan y se usan los criterios ASG para evaluar la sostenibilidad empresarial se hacen supuestos sobre su materialidad, como se combinan, la importancia relativa que se asigna a cada uno. Suponen un modelo genérico de lo que es la responsabilidad. En el ejemplo del Apéndice II vemos aquellos que una calificadora usa para todos los bancos, independientemente de su singularidad, de la responsabilidad que el mismo banco pretende asumir. Si bien los del Apéndice I del SASB no asumen un modelo, han sido seleccionados en base a la opinión de analistas financieros sobre la materialidad financiera a nivel de subsector, tampoco capturan la especificidad de cada empresa, necesitarían más granularidad. Y en ambos casos se ignora la materialidad de impacto (ver ¿Se puede encapsular la responsabilidad empresarial en un numero ASG?).
2. Sobre simplificación. Y en aras de hacerlo manejable, quienes pretender determinar la sostenibilidad de una empresa usando criterios ASG, sobre simplifican, pretendiendo capturar algo tan complejo en unos pocos números y descripciones (más fácil en la A que en la S y la G). No es que ello sea criticable, es que es la realidad, pero no se debe generalizar y en todo caso lo que puede decir es esos criterios representan un parte de la sostenibilidad y por ende ejercer cautela en su uso (ver por ejemplo la discusión sobre la sostenibilidad social en La “S” de la ASG: ¿Qué es? …. aparte de ser la cenicienta del grupo).
3. Compromiso de la dirigencia. Este siempre se ha considerado un factor crítico para la sostenibilidad empresarial y los criterios ASG que lo incluyen normalmente lo hacen a través de expresiones de los dirigentes y/o su implementación en algunos hechos, como por ejemplo que el consejo tiene un comité de sostenibilidad empresarial. Si bien esto es indicativo del interés, es solo una condición necesaria, no es suficiente. Lo crítico es la consistencia en el tiempo, las decisiones que toman, la efectividad de su implementación, etc., lo cual no es considerado por los criterios ASG.
4.
Cultura
empresarial. Este es
aspecto crítico de la sostenibilidad empresarial ya que involucra el comportamiento
de toda la organización y el comportamiento, no las declaraciones de
intenciones o políticas en el papel. Pero es un aspecto imposible de medir,
aun cuando se han producido algunas propuestas, pero muy limitadas que a lo sumo
tipifican el estilo de gestión, que es indicativo, pero no llega a determinar el
comportamiento sobre el terreno (sobre la cultura organizacional ver Mis nueve artículos sobre cultura empresarial y sobre una posible
medición ver ¿Se puede medir la cultura
empresarial?)
5.
Implementación
de políticas. Este es otro caso en el que los criterios ASG solo
toman en cuenta intenciones, la existencia de las políticas internas a la
empresa, pero no su implementación en la práctica ni los resultados de esa
implementación. Por ejemplo, se valora la existencia de un código de ética o
un plan anticorrupción, pero no se evalúan los casos y las acciones tomadas
como consecuencia de su aplicación. Se valora la existencia de un plan de
reducción de la brecha salarial, pero no como se ha logrado (¿aumentando el sueldo
solo a algunas mujeres con alta remuneración?) y su sostenibilidad en el tiempo.
Como transición a algo mejor se pueden usar las intenciones, pero si lo que hay
es intención de mantener las intenciones, los criterios ASG no pueden representativos.
6.
Incentivos
monetarios y no monetarios para la sostenibilidad. La sostenibilidad empresarial entendida en
su manera integral es labor de todas las personas que trabajan en la
organización, no solo de los dirigentes o de los responsables de algunas de las
funciones. Por ello es necesario que el
entorno sea conducente a la implementación de todos los aspectos de esa sostenibilidad,
siendo la cultura uno de los claves, pero que debe ser suplementada por los
incentivos correctos. Y aquí nos referimos
a incentivos en su concepción más amplia que incluye monetarios y no
monetarios, positivos y negativos, explícitos e implícitos. Reconocimientos,
estímulos, expectativas, recriminaciones, castigos, etc., todo lo que motiva al
personal a la consecución de los objetivos comunes (ver Capitalismo de los stakeholders: ¿Cómo se
implementa?) Y no nos referimos
a la moda actual de los incentivos monetarios, el nexo entre una pequeña parte
de las remuneraciones variables de los dirigentes y el logro de algunas metas definidas
con criterios ASG, que deberían requerir de incentivos. Estos nexos son relativamente inefectivos
comparados con el esfuerzo requerido a lo largo y ancho de la organización (el lector
interesado puede ver la extensa discusión en Remuneraciones
ligadas a responsabilidad. Tercera parte: Cómo hacerlo, …..si se quiere hacer)
7.
Factibilidad
de las metas de sostenibilidad ambiental y social. Los criterios ASG no solo se basan en
intenciones, sino que su uso hace además el supuesto implícito de que lo
dice la empresa es factible, no se analiza, se toma por válido. Esta es una
gran deficiencia. Basta un caso para ilustrarla. Uno de los criterios ASG más usado es la
promesa de neutralidad en emisiones para algún momento en el (lejano) futuro (net
zero), al que la mayoría de las empresas con volúmenes notables de
emisiones se adhieren (con compromisos no vinculantes). Pero no se investiga la factibilidad del
logro de ese objetivo, las acciones y recursos necesarios, el impacto en la situación
financiera, etc. De hecho, estudios
recientes han demostrado que la gran mayoría de las promesas no son factibles
de lograr: “While
more than one-third (34%) of the world’s largest companies are now committed to
Net Zero, nearly all (93%) will fail to achieve their goals if they don’t at
least double the pace of emissions reduction by 2030” (ver Accelerating global companies toward
net zero by 2050 ).
8.
Gobernanza
de la sostenibilidad empresarial. El
proceso de convertir intenciones y objetivos en realidad, en impacto en la contribución
de la empresa a la sostenibilidad de la sociedad y el planeta requiere de un
esquema de gobernanza, efectivo. Los criterios ASG se suelen ocupar
de la gobernanza de la empresa en general pero no de la de sostenibilidad en
particular. La “G” de la ASG suele
referirse a temas relacionados con la composición y gestión del consejo y algunos
temas conexos como la corrupción y ética, transparencia y responsabilidad
fiscal. Pero no se suele preocupar por la cultura, políticas, incentivos y
desincentivos, evaluación y medidas correctivas, recursos y sobre todo los
procesos para la implementación efectiva de las actividades relacionadas con mejorar
su impacto. Cómo, quién, cuando, donde, retroalimentación. El numero de mujeres
o de consejeros independientes, el poder de votación de los accionistas, la
existencia de un comité de sostenibilidad, un código de ética y un plan anticorrupción
no son suficientes para definir la sostenibilidad empresarial.
9.
Intenciones
versus impacto. La gran mayoría de los criterios ASG están
basados ya sea en indicadores de la situación inmediatamente precedente (por ejemplo,
emisiones, consumo de energía renovable) o en intenciones de hacer algo. No
están basados en el impacto que tienen o tendrán. Por ejemplo, se evaluaría
muy positivamente si la empresa reportara que su consejo tiene un 30% de
mujeres, peor no se evalúa si son competentes, si tienen participación activa,
si tienen impacto en la toma de decisiones y su implementación (ver por ejemplo
la discusión en ¿Cómo mejorar el acceso de
la mujer a cargos directivos en la empresa? y en El
índice IBEX Gender Equality: ¿Igualdad de género? Falacia ASG).
10.
Impactos negativos. Como
hemos comentado los criterios ASG difícilmente consideran los resultados, los
impactos, pero lo que es más grave, no se consideran los impactos negativos.
Uno de los criterios establecidos en las regulaciones sobre las responsabilidad
de las inversiones en la Comunidad Europea es el “No hacer Daño” (Do No Harm,
DNH) y se deben reportar los potenciales daños (significativos) de las
operaciones, pero ello es prácticamente ignorado en la mayoría de los usos de
los criterios ASG para evaluar la sostenibilidad empresarial. Por ejemplo, se suele reportar el monto de las
emisiones, pero sin juicio, como si fuera algo neutro (aunque poco a poco se requiere
el reporte en función de la contribución a los limites planetarios). Y se
valora positivamente cualquier reducción, sin considera si es relevante,
resultado de estrategias proactivas o producto de las circunstancias.
11.
Definición
de su papel en la sociedad. La conceptualización de lo que es la sostenibilidad empresarial que se
desprende de la discusión precedente debe estar basada en una definición del papel
que quiere y puede juagar la empresa. Su
responsabilidad ante la sociedad es muy específica a su situación, capacidades,
contexto en que opera y a lo que quiere contribuir a la sociedad, más allá de las
actividades normales de su negocio. Es cierto que lo básico es evitar hacer
el daño y corregir los impactos negativos, pero lo más importante es el bien
que quiere hacer. Últimamente esto está siendo definido vía el “propósito de
la empresa” pero este “propósito” no suele forma parte de los criterios
ASG, es algo subyacente, al mismo nivel que la cultura empresarial. Y este propósito
se debe traducir en acciones concretas, debe ser implementado (ver Ampliar el propósito de la empresa requiere una
implementación a propósito).
12.
La envolvente: Integración estratégica, táctica, funcional y comunión de
objetivos. Por último, pero
quizás la más importante deficiencia es que la utilización de los criterios ASG
ignoran las interrelaciones entre ellos, cada uno se considera separado,
cuando pueden y deben haber sinergias positivas o, en casos de impactos
negativos, su potenciación de efectos. Y lo que es más importante, ignoran la integración
estratégica táctica y funcional de las actividades que es necesaria para su implementación
efectiva, y la indispensable comunión de objetivos entre todos los agentes de
la empresa.
Claro está, que en la medida que los criterios ASG que se usen obvien
estas deficiencias, mayor será su representatividad de la sostenibilidad empresarial,
aunque no escapará al lector que muchas de ellas no so obviables, salvo con una
evaluación integral, como lo hace la inversión social (y verdaderamente) responsable
(ver el artículo citado antes ¿Es lo mismo Inversión Socialmente
Responsable, ISR que inversiones ASG?). Con un poco de cinismo propondríamos cambiar
las siglas de ISR a ISVR para enfatizarlo todavía más.
III.
Reportes de sostenibilidad tratan de subsanar algunas de estas deficiencias
Las propuestas de estándares para los reportes de sostenibilidad
empresarial que están (a mediados del 2023) en preparación, pretenden dar
una visión lo más integral posible sobre esa sostenibilidad, y en el proceso subsanar
algunas de las deficiencias analizadas arriba.
La propuesta en preparación, de aplicación
a las empresas con sede o negocios significativos en los países de la Unión
Europea incluye extensos requerimientos de información de base, en particular detalles
sobre el proceso de gobernanza de la sostenibilidad, incluyendo nexos con las
remuneraciones y al gestión de riesgos y el control interno de la sostenibilidad,
la estrategia, posición en el mercado, modelo de negocios y de la cadena de
valor, los intereses de los stakeholders, los aspectos materiales y su relación
con la estrategia y el modelo de negocio, políticas acciones y recursos en la gestión
de la sostenibilidad, de los impactos, riesgos y oportunidades, entre otros
aspectos (el lector interesado puede ver el documento ESRS
2 General Disclosures).
La propuesta de estándares del International Sustainability Standards
Board, ISSB, que se espera sean adoptados por los demás países, incluyen
requerimientos de reporte de información general semejantes (IFRS S1 General Requirements for
Disclosure of Sustainability-related Financial Information). Ambas piden el reporte de indicadores
que pueden ser considerados criterios ASG, (la del ISSB usa los del SASB). El ISSB también absorbió el esquema de
reporte integrado del International Integrated Reporting Council IIRC, que
fue el líder en la promoción del reporte de una visión integral de la sostenibilidad
empresarial, más allá del reporte de actividades, que ha influenciado su visión
del reporte.
Debe quedar claro que los responsables de la preparación de estándares de
reporte de la sostenibilidad empresarial están de acuerdo con que:
IV.
En resumen
La sostenibilidad empresarial es un concepto muy amplio que difícilmente se
puede expresar a a través del uso de algunos criterios que pretenden medir algunas
actividades que pueden dar lugar a esa sostenibilidad. Adicionalmente,
los criterios adolecen de muchos otros problemas, como por ejemplo concentrarse
en el pasado o en intenciones, sin considerar el impacto que puedan tener las
actividades, positivo o negativo.
Por ello hemos tratado de encapsular las deficiencias de los criterios ASG
en representar la sostenibilidad empresarial en doce, algunas de las cuales pueden obviarse mejorando el
contexto de aplicación y la medición que hacen los criterios, algunas pueden
ser obviadas utilizando información que va más allá de los criterios, como lo
proponen los estándares de reporte en proceso de aprobación a nivel internacional,
pero algunos no pueden ser obviados y para evaluar la sostenibilidad de una empresa
se debe ampliar el ámbito, considerando no solo actividades sino además el toda
al operación interna de la empresa, incluyendo cultura procedimientos, políticas,
incentivos al comportamiento, en el sentido más amplio de la palabra, y sobre
todo de los impactos que tiene y que quiere tener.
No todas las informaciones estarán incluidas en los reportes de sostenibilidad
y habrá que tener mucha cautela en distinguir los requerimientos de los estándares
y lo que en realidad reportarán las empresas y más aun lo que en realidad
hacen o dejan de hacer. Para un analista
verdaderamente responsable, nuestro ideal de la determinación de la sostenibilidad
empresarial, esto será información básica, pero no el todo y deberá suplementarla
con informaciones de otras fuentes, que supere las doce deficiencias que hemos
apuntado
De cualquier manera, las propuestas de estándares de reporte son un claro
reconocimiento de que los criterios ASG no son representativos de la
sostenibilidad empresarial.
Y pensar que todavía prevalece la idea de que los criterios ASG, o como se
mal expresan en la práctica, “la ASG” es sinónimo de sostenibilidad
empresarial, de que son lo mismo. Y como el primero tiene un nombre más corto,
se ha popularizado y con la populación viene la generalización y con ella la confusión.
Y esto es un enemigo de la sostenibilidad empresarial (Los
trece enemigos de la RSE(C) )
Apéndice I: Indicadores para el subsector de bebidas no alcohólicas
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