Si estás interesado en los temas de RSE, alias sostenibilidad empresarial, que no es lo mismo que ASG, te habrás enterado de la publicación de la carta anual que el CEO de BlackRock escribe a los inversionistas (https://bit.ly/CartaBRock ). La he analizado en varias ocasiones, la más reciente la del 2022, (en El CEO de BlackRock como apóstol de la sostenibilidad: ¿En serio?) para escudriñar sus opiniones sobre aquellos aspectos, que suelen despertar mucho interés en la industria de la inversión responsable.
Me propuse hacerlo para la del 2023 pero ha resultado que no dice nada sobre la sostenibilidad empresarial, solo tiene algunos párrafos sobre la importancia de invertir en la transición energética para mitigar el cambio climático: sostenibilidad ambiental. Parece que ha tenido temor de alentar controversias sobre el valor de la sostenibilidad empresarial, y ante la politización ideológica del asunto, ha preferido omitirla. En el caso del cambio climático ha tomado una posición ecléctica: gestionamos fondos de inversión para los que quieren combustibles fósiles y fondos para los que quieren energía renovable. En lo único en que se moja es en favorecer la transición de un tipo de energía a otro, como manera de evitar la crítica a la exclusion de los primeros
La única referencia a stakeholders es a los de su empresa, no se preocupa más de los stakeholders de las empresas en que invierte, de su responsabilidad. Su preocupación es sobre sus shareholders. No quiere correr el riesgo de antagonizar a nadie.
Esta vez: decepción. “El amor y el interés se fueron al campo un día y más pudo el interés que el amor que le tenía”.
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