Futuro de la RSE, la empresa
del futuro. IIIa. y última parte
En la segunda parte de este artículo analizábamos las
tendencias de los tres sectores de la actividad económica hacia un mayor
involucramiento en el bienestar de la sociedad y el medio ambiente y
proponíamos podrían confluir en la creación de empresas o instituciones
híbridas que fueren responsables por compromiso legal con esa sociedad. En esta tercera y última parte analizamos
si ¿Es
esto solo teórico o es también factible
en la práctica?
Es factible en la práctica como lo han demostrado
ya centenares de empresas que se han constituido y operan con fines de beneficios. No obstante, en las condiciones actuales
todavía puede ser difícil, hay muchos
obstáculos. Uno de ellos es la
ausencia de legislación pertinente, otro la existencia de legislación no
pertinente y el tercero es el acceso a recursos para financiarse.
En cuanto a la legislación pertinente, en EEUU ya hay
27 estados que la tienen, que han creado la legislación que cubre este tipo de
empresas, especificando la obligación de
tener en cuenta el impacto en la sociedad, actuar con criterios de
transparencia, formas de gobierno corporativo y la obligación de revisión
independiente de la información sobre beneficios. Pueden incluir otras disposiciones relativas
a aspectos fiscales y otros apoyos del estado. No regulan como se deben distribuir
los beneficios ni detallan cuales deben ser los beneficios a la sociedad. Algunos de estos detalles se establecerían en
los estatutos de cada empresa. Estas
legislaciones tienen el efecto de establecer
legamente las condiciones que rigen los beneficios de la empresa y así proteger
a sus dirigentes de demandas superfluas de que no se han maximizado las
ganancias monetarias.
El caso
de Europa continental es más
sencillo en función de la tradición de apoyo a la sociedad de los gobiernos y
empresas, en contraposición con el espíritu más mercantilista de los EEUU. En
aquellos países no existe la doctrina de la primacía de los accionistas y son
poco comunes las demandas a los directivos.
Las presiones sobre los directores de concentrarse solo en los
beneficios financieros son menores. El
caso mas paradigmático es Alemania donde
la constitución contempla que la “Propiedad
impone deberes. Su uso debe además
servir el bien común”. Aun en Gran Bretaña, de doctrina
anglo-sajona, el Código de Comercio del 2006 les permite a los directores tomar
en cuenta los intereses de otros stakeholders
además de los inversionistas.
En América Latina
se han comenzado los esfuerzos para obtener legislación específica aunque
todavía (julio 2015) sin éxito.
Y hay legislación impertinente. Es la legislación sobre la gestión de la
empresa expresada en los códigos de comercio, leyes de sociedades anónimas y de
mercados de capitales, que no son pertinentes, pero que son citadas o aplicadas
de forma equivocada por algunas partes. Existe la mala interpretación,
generalizada, de que la empresa tiene, legalmente, como objetivo la
maximización de los beneficios financieros, de lo contrario los accionistas o
dueños podrían demandar y/o reemplazar a los dirigentes por incumplimiento. En casi ninguna parte del mundo existe esta
legislación, es un sesgo en la educación de muchas escuelas de negocios. Lo que si suele existir es la
responsabilidad de los directivos de gestionar la empresa con criterios de
eficiencia, con la mejor utilización posible de los recursos que les ha sido
encargados. Pero ello no obsta para que se persigan también beneficios a la
sociedad, siempre y cuando se pueda demostrar que no son dirigidos a beneficiar
a los mismos directivos y que redundan en el bien de la empresa en el largo
plazo.
Y esto nos lleva
al tercer gran obstáculo que son las fuentes de financiamiento. Si la empresa puede autofinanciarse con los
recursos de los dueños y las ganancias del negocio no se presenta este
problema. El problema se presenta cuando
la empresa depende de recursos financieros de terceros, ya sea del sistema
financiero ya sea del mercado de capitales, que suele ser el caso de la inmensa
mayoría de las empresas. Para crear y
operar la empresa con fines de beneficios se requiere que esos aportantes de
recursos financieros estén de acuerdo con el modelo de empresa, lo cual
suele ser aceptable en sus comienzos o si el crecimiento es moderado. Pero si necesita recurrir a los mercados
financieros y de capitales tradicionales para financiar el crecimiento, puede
encontrarse que las fuentes son limitadas, ya que compiten con las empresas con
fines de lucro, que suelen ser consideradas, por lo menos en el corto plazo,
como mejores sujetos de crédito o de inversión.
Hay que destacar,
no obstante, que junto con estos progresos en los modelos de empresa hay un progreso simultáneo en esos mercados que
buscan oportunidades de colocar sus recursos en empresas socialmente
responsables y que dadas las tendencias, comienzan a estar interesadas en
el modelo más avanzado de empresas con fines de beneficios. Estas empresas tienen ventajas en para atraer
estos recursos por cuanto tienen la obligación legal de ser responsables en tanto
que las empresas tradicionales pueden cambiar sus prácticas a voluntad. La
demanda estimula la oferta y la oferta estimula la demanda. Sin embargo, y esa es la prueba de fuego, todavía no hay una empresa con fines de beneficios
que cotice en bolsa.
Si bien este modelo de empresa no tendrá un
crecimiento explosivo, muestra la dirección hacia la que deben ir las empresas
si quieren ser sostenibles, en el amplio sentido de la palabra, en el largo
plazo. Hay
que ir desde la empresa egocéntrica a la empresa responsable por sus impactos,
a la empresa integrada a la sociedad.
Sin duda que el camino es arduo ya que depende de la misma sociedad y
como dice el Papa Francisco, la indiferencia
se ha globalizado.
¿Cuántas habrá en el 2020? Algunas, dependiendo de las condiciones
existentes en cada país y del interés de la sociedad. ¿Cuántas habrá en el
2050? Mas, pero todavía muy pocas para lo que la sociedad necesita.
¿Son la solución a sostenibilidad de la sociedad y el planeta? No, pero
contribuyen. ¿Desaparecen el primer y tercer sectores?. Definitivamente no pero se armonizarán más
con las necesidades de la sociedad.
En resumen
El futuro de la responsabilidad de la empresa ante
la sociedad no está en mitigar los impactos negativos de sus actividades o de
intensificar las actividades que pretenden hace el bien. No está en hacer más “cositas”, más RSE. Está en el reconocimiento de que la empresa
es parte de la sociedad y debe tener como objetivo el beneficiarla, pero
manteniendo su sostenibilidad financiera en el largo plazo, de lo contario no
podrá hacerlo. Y este camino hacia el
futuro de la empresa pasa porque la sociedad, incluyendo los gobiernos,
exija esos beneficios sociales a cambio de favorecerla para que logre los
beneficios financieros.
Esto requiere una concepción diferente de empresa
que no base sus actuaciones en las regulaciones de los gobiernos, que suelen
ser ineficientes y muchas veces inefectivas, ni en la discrecionalidad de las
empresas, que suele ser inconsistente, dependiendo de las circunstancias. Se requiere de empresas que se comprometan,
legalmente, en sus términos, a producir beneficios para la sociedad, siendo
financieramente sostenibles. Solo así se
puede garantizar la sostenibilidad total de las empresas. Se requiere de empresas con fines de
beneficio, no con fines de lucro que pueden atentar contra la sostenibilidad de
la misma sociedad, ni sin fines de lucro, que dependen de la misma sociedad y
no son financieramente sostenibles en el largo plazo.
Aun cuando no se llegue al ideal de tener empresas
legalmente responsables, este modelo muestra el camino a seguir y es válido
como objetivo.
¿Cuáles serán las empresas del futuro? La que se casan, legalmente, con la sociedad.
Apéndice: Características de
los cuatro sectores
Empresas
|
Primer sector
|
Segundo sector
|
Tercer sector
|
Cuarto sector
|
Razón de ser
|
Lucro
|
Servicio publico
|
Sociedad
|
Lucro y sociedad
|
Origen
|
Oportunidades del mercado
|
Necesidades sociales públicas
|
Necesidades sociales privadas y oportunidades
del mercado
|
Oportunidades del mercado y necesidades
sociales privadas
|
Objeto en la sociedad
|
Derivado de sus actividades comerciales
|
Bienestar de la sociedad en general
|
Mandato social específico
|
Mandato social general y flexible
|
Beneficios
|
Retenidos y distribuidos a accionistas
|
Pagados a gobiernos
|
Los que se obtengan se retienen. No remuneran
el capital
|
Retenidos y distribuidos a accionistas
|
Impuestos
|
Se deben pagar
|
Exentos o se deben pagan
|
Generalmente exentos
|
Se deben pagar, puede haber exenciones
|
Fuentes de fondos
|
Mercados financieros y de capitales,
beneficios propios
|
Gobiernos, beneficios propios y mercados
financieros
|
Beneficios, donantes, inversionistas sociales
|
Mercados financieros y de capitales, beneficios propios e inversionistas
sociales
|
Crecimiento
|
Determinado por el mercado
|
Capacidad propia y aportes del gobierno
|
Limitado a los aportes de donantes y
capacidad propia
|
Determinado por el mercado
|
Cultura Organizacional
|
Empresarial, supervivencia económica, aceptación
social
|
Burocracia, supervivencia política
|
Social, supervivencia, legitimidad social
|
Empresarial, supervivencia económica y social
|
Medición de resultados
|
Rentabilidad, responsabilidad social
|
Servicios prestados
|
Impacto social
|
Rentabilidad, impacto social
|
[i] Un análisis más detallado se puede leer
en mi artículo El Cuarto Sector: Hacia una mayor
responsabilidad social.
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