El proyecto de ley de Economía Sostenible del 2010 ya preveía la creación de un sello
de empresas responsables, pero no se avanzado en 15 años.[i]
Y en su actividad
en temas de RSE el Ministerio anuncio recientemente la creación de la
Comisión Internacional de Personas Expertas en Responsabilidad Social de las
Empresas (RSE) [ii] para inspirar la elaboración de una nueva
Estrategia Española de la RSE, y actualizará el enfoque de la responsabilidad
social …..”. Los diez miembros de la comisión son académicos que nunca han
tenido a su cargo la ejecución de la responsabilidad social de una empresa.
El porqué de este
artículo
Ya que estos eventos no dan mucha confianza sobre la efectividad
del nuevo sello, en este artículo nos adelantamos a su creación y
ofrecemos sugerencias para mejorarla. Y pedimos
perdón por el atrevimiento.
La iniciativa
de la creación de un sello con el cual distinguir a empresas por sus
actividades en responsabilidad social parece, en principio, una buena idea.
Tiene algunos efectos potencialmente positivos en el estímulo de
prácticas responsables, pero la experiencia demuestra que estas suelen ser
efímeras y no sostenibles, se concentran alrededor del otorgamiento del sello. Los
sellos también tienen algunos aspectos negativos que no suelen
percibirse en su creación pero que suelen surgir a medida que se va
desarrollando.
Para cumplir con
los objetivos de estimular prácticas responsables en las empresas, los
criterios que se desarrollan, la metodología de su diseño y la de la selección
de los merecedores del sello deben tratar de maximizar
los elementos positivos y minimizar los negativos.
Como mejorar al efectividad del sello
Los criterios no deberán
ser desarrollados por comités, y mucho menos por las decenas de personas que
constituyen el CERSE. Idealmente se le debería encargar a un pequeño grupo que
han sido los de responsables en esos temas dentro de las empresas, procedentes
de diferentes sectores industriales y de diversos tamaños. Se debe evitar la tentación
de incluir en el grupo representantes sindicales y gubernamentales. Si el objetivo es estimular las prácticas
responsables en las empresas, los criterios deben ser desarrollados por profesionales que han implementado esas actividades,
que conocen los esfuerzos que han sido necesarios, los obstáculos que se
enfrentan y las dificultades que han debido vencer.
De hecho, el
sello debe reconocer los resultados obtenidos en el contexto en que se
obtienen, no en abstracto. Adicionalmente los criterios deben reconocer impacto logrado, no intención de hacer
cosas, deben reconocer el pasado y presente, no las intenciones del futuro
(a menos que se cree un sello de intenciones). Esta es información clave que se
debe requerir en las presentaciones. Y los criterios deberían ser diferentes
según la magnitud del impacto social y ambiental de las empresas y su acceso
a recursos financieros y gerenciales. A veces
se considera que el número de empleados, valor de los activos o ventas son sinónimos
de esto, pero no siempre es así. La separación entre grandes y PyME es una
solución simplista.
La metodología de
preparación y los mismos criterios deben basarse en la evaluación de los
resultados, efectividad e impactos de otros sellos (y premios,[iii] que
tienen mucho en común), en países y regiones con desarrollo institucional
semejante.
Y los criterios y
la evaluación de las candidaturas deben ser muy estrictos y rigurosos. Para
tener credibilidad deben ser muy selectivos, con pocos “ganadores”. Lamentablemente
en esto existe la tendencia a querer llamar la atención por lo que se tiende a reconocer
a muchas empresas y vanagloriarse de ello. [iv] Mientras
más selectivo mayor será valor percibido del sello. Debe ser algo especial.
Lo más importante
es destacar que es imposible tipificar lo que es una empresa responsable
ya que depende de su contexto, del impacto de sus actividades, de sus
capacidades. Si se quieren abarcar todas las posibilidades, los criterios
deberían ser tan generales, que pierden efectividad. De allí que se deben
evitar sellos generalistas de “empresas socialmente responsables”. No
existe una empresa que se puede denominar como “totalmente” responsable como se
induciría de tal sello. Toda empresa tiene algunos aspectos que no lo son o que
dejen que desear en función de su poder y potencial de hacer el bien. Lo que es más factible y sería más
efectivo es el reconocimiento a prácticas
específicas, en el contexto en que opera e, insistimos, en base a impacto
logrado.
Esto evitaría uno
de los aspectos más negativos de los sellos, cuál es su abuso en la
extrapolación y la posibilidad de que sea usado en el greenwashing: “Somos una empresa reconocida como totalmente responsable
por el gobierno de España”.
La generalización
es algo parecido a lo que sucede con las calificaciones de sostenibilidad, que
no representan la sostenibilidad de la empresa, ya que se basan, en buena parte, en
intenciones, en un numero reducido de indicadores, que suelen ser sesgados
a lo cuantificable, ignorando los impactos negativos, y basadas en un modelo implícito
de lo que los evaluadores creen que deben ser las actividades de las empresas. [v] Y es diferente de las certificaciones que
se otorgan, por ejemplo, sobre el uso de mano de obra esclava, precios justos, agricultura
sostenible, consumo responsable, etc., que son específicos a un aspecto y que
se basan en información contrastada sobre el terreno. No es que todas
sean perfectas, pero son mucho más confiables que las basadas en información generalizada
proporcionada por la empresa. Los sellos pueden derivar lecciones sobre algunas
de las deficiencias de las calificaciones y de algunas de las virtudes de las
certificaciones.
Adicionalmente,
la evaluación debe basarse en información fidedigna y confiable.
Lamentablemente los sellos y premios se suelen otorgar basados en
información presentada por la misma empresa, muchas veces en respuesta a cuestionarios. A lo sumo es contrastada con información del
dominio público. Estas informaciones pueden
no ser representativas de las actividades de las empresas, y mucho menos de sus
deficiencias y de sus impactos negativos, que suelen ser poco reportados,
ni siquiera en los informes de sostenibilidad preparados de acuerdo con
estándares reconocidos. La mejor manera de lograr
el sello o ganar el premio es contratar a consultores y utilizar la inteligencia
artificial para que preparen la información a ser sometida al jurado,
adaptando la información a los criterios que se van a usar. El sello suele ser a la mejor información, no a la mayor
responsabilidad.
Y uno de los
aspectos más negativos de los sellos es el comportamiento que inducen en las
empresas. Al conocerse los criterios, estas tenderán a enfatizar y reportar los
actividades que sean necesarias para lograr el sello. Lo que se debería enfatizar es aquello que es
material para sus stakeholders y sus estrategias operativas. Si la empresa lo hace para lograr el sello de responsable
no es muy responsable. Por lo que es más efectivo el desarrollar
reconocimientos de prácticas específicas, en sectores industriales específicos,
lo que tiende a ser menos manipulable y más duradero. Mientras más general,
menos efectivo.
En resumen
Un reconocimiento sobre la responsabilidad de la empresa ante la sociedad
debería ser otorgado por una institución independiente de sector público (aunque
pueda ser con el apoyo de una entidad gubernamental), conformado por
profesionales en ejercicio, presente o pasado, de la sostenibilidad en empresas
y debería ser un reconocimiento por el impacto logrado, demostrado, en prácticas
específicas, basado en información independientemente verificada, y solo ganado
por unos pocos.
A lo mejor
esta artículo tiene impacto.
[i] Ver mi análisis crítico de marzo
del 2010 en ¿Acreditación de empresas socialmente
responsables?
[ii] Ver Comisión
Internacional de Personas Expertas en Responsabilidad Social de las Empresas
(RSE): Mal comienzo.
[iii] Estos aspectos los habíamos tratado
en varios artículos, ver Mis 15 artículos sobre premios y reconocimientos
en sostenibilidad empresarial (a noviembre 2025), en particular: Como
NO otorgar premios de responsabilidad empresarial, Premios y certificaciones en RSE: No es
oro todo lo que reluce y Premios
del Pacto Mundial: ¿Quién está confundido?
[iv] Ver el análisis de un premio que
cayó en este sesgo en Virginidad, premios y responsabilidad
social
No hay comentarios:
Publicar un comentario