Este articulo incluye un breve análisis de dos documentos sobre el reporte de la información sobre sostenibilidad empresarial, tema que se presenta como de mucha atención para el 2024. El propósito de esta nota es interesar a los profesionales de la sostenibilidad empresarial en dos documentos que puedan ayudarlos en su trabajo, que no son más de lo mismo, tienen valor agregado.
Los documentos incluyen
uno sobre la evaluación de materialidad para los estándares de la Unión
Europea y otro es un documento de la consultora y calificadora en
sostenibilidad Sustainable Fitch, con un resumen de los desarrollos recientes
sobre los estándares de reporte y sus regulaciones, a nivel mundial,
incluyendo acceso a una base de datos continuamente actualizada.
Se incluyen además
breves comentarios sobre tres documentos sobre la metodología de evaluación
de la sostenibilidad empresarial, de la misma consultora, que no suelen ser
diseminados públicamente.
1. EFRAG. Materiality assessment: Implementation Guide.
a.
Antecedentes
Sin duda que los
lectores saben de sobra que se han producido dos estándares para la
preparación de la información sobre la sostenibilidad empresarial y guiar su
diseminación. A nivel mundial son los producidos por el Internacional
Sustainability Standards Board, ISSB (parte del International Financial
Reporting Standards, IFRS), que se denominan los IFRS. A nivel europeo se
han producido estándares semejantes para su aplicación en los países de la
Unión (producidos para la Comisión Europea por European Financial Reporting Group,
EFRAG) que se denominan European Sustainability Resporting Standards, ESRS (en español
Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad, NEIS).
Fueron preparados
en paralelo, y si bien se quiso dar la impresión de que estaban coordinados (a
través de algunas reuniones y comunicados de prensa), la realidad es que cada
institución fue por su cuenta, en una carrera para ver quién llegaba primero.
De hecho, la diferencia en el anuncio fue de varios días.
Sin entrar en
detalles y solo para poner el documento en contexto, la gran diferencia entre
ambos estándares es el usuario objeto de la información. En el caso de los internacionales,
del International Financial Reporting Standards, IFRS, se concentra
en atender las necesidades de los usuarios de la información financiera,
mayormente inversionistas (los shareholders), por lo
que el objetivo es presentar información sobre aquellos aspectos de sostenibilidad
que puedan tener impacto sobre la situación financiera de la empresa, o sea se
basan en la materialidad financiera. Los de la Unión Europea tienen también a
estos como usuarios, pero además a las sociedad en general (los stakeholders),
incluyendo gobiernos, en particular todos los reguladores, no los del mercado
de capitales) por lo que se basan en la doble materialidad, de los impactos
de ida y vuelta, de las actividades de la empresa sobre la sociedad (materialidad
de impacto) y el impacto de esta sobre la empresa (financiera).
Cínicamente
podríamos decir que los estándares del IFRS condicionan las actividades en sostenibilidad
de las empresa a aquellas que puedan tener impacto financiero, lo que les conviene
hacer o evitar hacer para mejorar su posición financiera, en tanto que los
europeos les fuerzan a ver todo el conjunto de sus actividades y no
solamente actuar en función de la reacción que la sociedad pueda tener,
positiva o negativa, sino en función de que debe hacer para cumplir su papel
como miembro de esa sociedad.
b.
El documento
Es por esto por
lo que este documento, emitido por EFRAG, es clave para entender no solo las
diferencias fundamentales entre ambos estándares sino, lo más importante, para guiar
la gestión de la sostenibilidad dentro de la empresa. Esta debe estar interesada
no solo el impacto sobre su situación financiera, sino además el impacto que
tiene sobre la sociedad, que es la que determina el impacto financiero.
Y el documento
debe ser de interés también para las empresas que no tienen obligación de
aplicar los estándares.
De allí la
importancia de este documento, que además de ser una guía para el reporte de
las empresas, puede servir como guía para su estrategia de sostenibilidad. No
es un documento vinculante, es un suplemento a los estándares. Se ha
emitido como un borrador para solicitar comentarios antes de publicar la
versión definitiva. Cubre la conceptualización de la doble materialidad, los criterios,
contexto, ámbito de aplicación, sugerencias de datos a utilizar (detallados en
un documento excel separado: List of ESRS datapoints [1]), y como llevar a cabo la evaluación, como
reportarla y como apalancarla con otros estándares como los del GRI (que
enfatizan la materialidad de impacto) y del IFRS (que enfatiza la financiera).
Contiene además una amplia sección de respuestas a preguntas frecuentes sobre que
son y como se determinan (de impacto y financiera), sobre el papel de los stakeholders,
sobre su reporte y la relación de la materialidad con la taxonomía europea.
Si bien los estándares
de reporte aplican a las grandes empresas, en especial a las que cotizan en
bolsas de valores, las que quieran ser consideradas como responsables, y el
resto de las empresas (el 98%), deben estar interesadas en la doble materialidad
por lo que este documento puede serles relevante.
2. Sustainable
Fitch. ESG
Regulations and Reporting Standards Tracker – December 2023 Highlights.
· Rastreador de regulaciones sobre sostenibilidad;
· Infográfica con la situación de las regulaciones
a nivel de países (taxonomías, cambio climático, ASG, inversiones
responsables);
· Adopción de los estándares del International Sustainability
Standards Board, ISSB, por jurisdicción;
· Mapa mundial sobre el estado de preparación
y aprobación de taxonomías;
· Rastreador de los estándares de diseminación
a nivel mundial.
3.
Tres metodologías: Evaluación de la sostenibilidad empresarial.
Otro de temas de
gran atención y discusión son las metodologías para evaluar la sostenibilidad
empresarial, en especial las usadas en las calificaciones de empresas y en
las emisiones de instrumentos financieros. Posiblemente el lector recordará las
inconsistencias en los resultados entre diferentes calificadoras, lo que ha
dado lugar la intervención de algunos reguladores nacionales y multinacionales requiriendo
la diseminación de las metodologías para que los usuarios por lo menos pueden
tratar de entender los resultados y las diferencias. [2] Hay
mucha resistencia de parte de las calificadoras en diseminar esas metodologías,
alegando que contiene información privilegiada.
Adicionalmente, las
emisiones de instrumentos financieros para financiar actividades de sostenibilidad
ambiental y social requieren de la emisión de una segunda opinión
independiente, a veces de esas mismas calificadoras, sobre el cumplimiento
de las inversiones con algunos estándares referentes al destino de los
recursos, metodologías de evaluación, esquemas de información y reporte, y de
ser posible, de sus pretendidos resultados, o mejor todavía de su impacto.
La calificadora Sustainable
Fitch es una de las pocas que pone a la disposición del público sus metodologías.
En estos nexos el lector puede encontrar tres de ellas:
Second-Party Opinion Methodology
Estos documentos
son ricos en información sobre lo que, por lo menos una calificadora, considera
determinante para sostenibilidad de la empresa y de sus inversiones. Hay que
enfatizar que gran parte de los problemas de inconsistencias aludidos arriba,
se debe a que cada calificadora tiene su modelo (privado) de lo que quiere
decir que una empresa o un proyecto es sostenible, pero por lo menos estos documentos
muestran el detalle de una de ellas. Ojalá que las principales calificadoras
diseminaran sus metodologías y así permitir a los inversionistas y dirigentes
empresariales seleccionar las que más se adaptan a su visión de la
sostenibilidad empresarial.
[1] La base de datos contiene un listado de
los aspectos que se deben reportar de forma descriptiva y sugerencias de
indicadores numéricos. Cubre los estándares
de reporte, ESRS, en proceso de preparación: cinco sobre medio ambiente, cuatro
sociales y el de gobernanza. Es prácticamente un índice sobre lo que hay que
reportar (cada uno de ellos con más de 30 aspectos, para un total de cerca
de 300 piezas de información) y permite apreciar la complejidad de la tarea.
[2] Para una discusión más detallada
ver Las (por lo menos) seis deficiencias de las calificaciones
de sostenibilidad.
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