La responsabilidad de las empresas es como un iceberg. No porque sea fría, sino que solo se le ve una pequeña parte. Solo se “ve” lo que ellas mismas reportan, que suele ser solo lo bueno.
Esto viene a colación por el reciente caso tan sonado como el de BP. Mucha gente se pregunta cono es posible que una empresa como esa fuera calificada de responsable y hasta estaba en el varios índices de sostenibilidad. Y había ganado muchos premios. Y después del accidente del Golfo de México se descubre que no lo era tanto
La mayor parte de las prácticas estaban sumergidas, como en el iceberg (o como la plataforma de BP).
No era tan responsable antes ni es tan irresponsable ahora. Como se dice de muchos equipos de futbol después de una dura derrota, ni antes éramos tan buenos, ni ahora somos tan malos.
Si no hubiera ocurrido el accidente, ¿estaría todavía BP en los índices de sostenibilidad? Probablemente sí. Lo que esto demuestra que los índices, los analistas y el público en general saben poco de las verdaderas actividades de las empresas, solo lo que ellas deciden revelar o que investigaciones especiales logren revelar. Todavía dependemos mayormente de las empresas en cuanto a información.
Hemos escrito en varios artículos, que la responsabilidad total no existe, la RSE es un concepto parcial. El evento de BP corrobora esto.
Todas las empresas tienen prácticas responsables y algunas prácticas irresponsables. Algunas más, otras menos. La cuestión es donde se ubica el neto, el balance. Ni varias prácticas responsables hacen que la empresa sea calificable de responsable, ni alguna práctica irresponsable hace que la empresa sea irresponsable. Y si se encuentra alguna práctica irresponsable, ¿qué hacemos? ¿La sacamos de todas las listas, de todos los índices? No quedaría nadie. El que esté libre de culpa que tire la primera piedra.
No pretendo excusar a BP, todo lo contrario, en su caso se ha comprobado que su balance es muy negativo, no sólo por el impacto de este accidente, sino por la secuencia de accidentes en otros países atribuibles a negligencia, entre otras irresponsabilidades.
Pero es que si desechamos a todos los hayan cometido algún pecado no nos queda nadie. Hay que buscar la redención, trabajar con los que tienen ganas de mejorar, aumentar el número e intensidad de prácticas responsables en los que tienen vocación. Pero no desahuciar a las que se les encuentra algún problema. Todo lo contrario, son las que necesitan mas ayuda.
Pero tampoco decir que SON RESPONSABLES, como insisten algunos premios. Lo que es correcto es decir que tienen prácticas responsables y que las empresas divulguen cuales son. Así podremos trabajar con las empresas para mejorar y no engañar ni engañarnos con ideas ingenuas.
Y como decíamos en el artículo anterior, que los premios, reconocimientos y certificaciones sean por prácticas específicas, no generales.
Si adoptáremos estos criterios de no demonizar a las empresas por alguna práctica irresponsable y apreciar las responsable a lo mejor serían más honestas en la información que nos dan, no como ahora que solo nos muestran la punta del iceberg y aun esta, en muchos casos, viene bastante maquillada.
Con la responsabilidad de las empresas no podemos generalizar. Como dijo el escritor y humorista Mark Twain: “Todas las generalizaciones son falsas, ……….. incluyendo esta”.
sábado, 30 de octubre de 2010
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1 comentario:
Muy de acuerdo, la RSE total no existe y en mi modesta opinión para la empresa privada, no existirá nunca.
El equilibrio entre los diferentes aspectos es inestable, actúan a modo de palanca de fuerzas contrarias lo cual en este tipo de organizaciones hace estos aspectos estén gestionados con diferente intensidad.
Lo importante como dice el profesor Vives y que estoy muy de acuerdo, es el avance en mejora continua y el balance positivo y equilibrado de todos y cada uno de los aspectos relacionados con RSE.
Fruto de ese difícil e inestable equilibrio, la empresa será cada día mas empresa y mas humana.
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